Día 7 - Matrimonio

Advertencia: Tomo elementos del live action, The Untamed, pero en mi cabeza sigo la misma línea del donghua, MoDao ZuShi. AKA: Lan Wangji es el Cultivador en Jefe, pero no existe el Hierro Yin

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El esposo de Su Excelencia

El matrimonio del honorable Hanguang-jun con el infame Patriarca Yiling no era bien conocido por todo el mundo de la cultivación, no por que alguno de los dos tuviera intenciones de ocultarlo por supuesto, mas bien se trataba de que su boda no fue precisamente un evento formal. De hecho, luego de lo sucedido en el Templo Guanyin y su acalorada declaración de amor ambos habían desaparecido por unas semanas, emprendiendo un viaje que luego Wei Wuxian presumiría fue su Luna de Miel ante un horrorizado Lan Qiren y un enfadado Jiang Wanyin cuando ambos regresaron al Receso de las Nubes anunciando que se habían casado.

Técnicamente habían estado casi casados desde el momento en que le presentaron sus respetos a Jiang Fenmiang y a Madame Yu en Muelle del Loto poco antes de lo sucedido en el Templo, no que alguno fuera a decir algo al respecto, ya bastante escandaloso fue el anuncio de su unión. Debido a esto, cada vez que Lan Wangji encontraba algún momento en su nuevo puesto como Cultivador en Jefe para viajar junto a su esposo a ofrecerle ayuda a las personas que no podían permitirse pagarles a los cultivadores de sectas pequeñas Wei Wuxian se había dado a la tarea de presentarlo como su esposo.

—Ah, Lan Zhan, Lan Zhan —le había dicho una vez que le preguntó porque lo hacía—, el mundo de la cultivación es muy grande y aunque el famoso Hanguang-jun sea reconocido por todo el mundo, no todos saben que está felizmente casado —lo último lo agregó con una sonrisa pícara, sus manos moviéndose traviesamente por el pecho de Lan Wangji.

—Wei Ying —fue la respuesta de Lan Wangji, en su tono una mezcla de timidez con un regaño velado que le arrancó una carcajada al cultivador demoniaco.

—¿Qué? déjame adivinar, ''está prohibido expresar orgullo excesivo'' ¿verdad? —Wei Wuxian lo abrazó dejando pequeños besos en su rostro riendo entre dientes—, tu y tus reglas Lan Zhan, ¡ya deberías saber que es mi misión y meta romperlas todas!

A pesar de sus palabras, luego de su conversación Wei Wuxian se había limitado a presentarse con su nombre, a veces con algún juego de palabras que encontrara particularmente divertido, como cuando casi engaña a MianMian presentándose como Yuandao. El cambio dejó tranquilo a Lan Wangji; no es que no quisiera presentar a Wei Wuxian como su esposo, le hacia sentir muy orgulloso ver la forma en que los ojos del otro brillaban al mencionarlo, o como su sonrisa se volvía más suave y brillante en esos momentos, pero no puede evitar preocuparse. Una vez la gente sabía que él era Hanguang-jun sus miradas se volvían precavidas alrededor de Wei Wuxian recordándole que, si bien su reputación había sido reestablecida luego de que se descubrió la influencia de Jin Guangyao en los hechos que lo llevaron a su descenso a la locura, aún había personas que o le tenían miedo al Patriarca Yiling o seguían acusándolo de crímenes que no había cometido.

La calma se extendió por unos meses hasta uno de sus viajes. Estaban en un pueblo entre el territorio de los Nie y el territorio de los Jin que no habían visitado antes, tan apartado de los pequeños clanes que habían estado meses lidiando con ghouls y otros aspectos sobrenaturales siendo ignorados por los cultivadores más cercanos; su llegada allí fue una coincidencia, pero no tardaron en ponerse manos a la obra separándose para buscar información y estableciendo como punto de reunión una posada dónde almorzarían juntos.

De eso hacía horas y, habiendo obtenido más información de la que esperaba, Lan Wangji camina hacia la posada esperando que Wei Wuxian no haya llegado allí hace mucho tiempo. Al entrar suspira al notar a su esposo ya sentado en una mesa de espaldas a la entrada; lo mira de pies a cabeza mientras se acerca a la mesa buscando alguna herida visible aliviado al no notar ninguna y es al acercarse más que nota que no está solo.

Frunce el ceño al ver sentado frente a Wei Wuxian a un hombre, un cultivador de alguno de los pequeños clanes cercanos nota por su vestimenta y la espada colgada en su costado, que mira a Wei Wuxian de una forma que hace hervir su sangre. A la distancia a la que está no logra escuchar lo que está diciéndole, pero si puede notar que está coqueteándole descaradamente; la tensión en los hombros de su esposo y el como ríe nerviosamente mirando a su alrededor con tanto disimulo como le es posible le hace saber que no está en lo absoluto feliz con su presencia.

Normalmente Lan Wangji no espiaría en conversaciones ajenas, primero porque es de mala educación y segundo porque está en contra de las reglas. Sin embargo, no se podría llamar a espiar que decida concentrarse sólo en Wei Wuxian y su acompañante que no habían notado su presencia cerca de la mesa.

—Ah, que halagador de su parte —dice Wei Wuxian moviendo su mano de un lado a otro desestimando las palabras del desconocido, sus hombros cada vez más tensos y la sonrisa en sus labios, que Lan Wangji logra ver tan solo un poco desde su posición, se podría considerar amable pero fastidiada—, pero estoy casado, así que no.

—¿Y quién podría ser ese esposo tuyo? —el hombre bufa divertido mirándolo de arriaba a abajo, ignorando olímpicamente la incomodidad de Wei Wuxian y la sensación inminente de peligro que percibe desde hace unos segundos pero de la cual no ubica el origen—. Dejarte por aquí tan solito, no seas tímido, estoy seguro de que... podría complacerte mejor que él.

Wei Wuxian lo mira ofendido, sus manos se aprietan alrededor del borde de la mesa y está a punto de demostrarle porque la gente le temía tanto al Patriarca Yiling cuando siente a alguien sentarse a su lado sobresaltándolo completamente. Al girarse para decirle a quién sea que se atrevió a sentarse junto a él, pero sus palabras mueren en su boca al ver que se trata de Lan Wangji, rápidamente su sorpresa es reemplazada por felicidad y una sonrisa que hace sus ojos brillar de la forma que Lan Wangji más ama haciéndole casi olvidarse de la molestia que estaba molestando a su esposo, casi.

—¡Lan Zhan! —el alivio en su voz no le pasa por alto a Lan Wangji. Se gira hacia el hombre con una sonrisa socarrona en los labios y abre la boca para presentarlo como su esposo, pero se detiene a tiempo recordando la conversación que tuvo con él al respecto.

La desilusión no le dura mucho cuando siente el brazo de Lan Wangji rodear su cintura pegándolo a su costado, su mano sosteniendo su cadera con suavidad, pero con un aire totalmente posesivo en el simple gesto. Decir que está sorprendido es quedarse corto, la mirada de indiferencia y fastidio que le dedica al hombre que estuvo molestándolo desde que llegó no hace más que agregar más peso a su sorpresa.

—Esposo —dice con suavidad desviando la vista hacia él, mirándolo con suavidad, —¿listo para ordenar?

Incapaz de formular palabras coherentes Wei Wuxian asiente, aunque pronto agita la sorpresa fuera de su rostro y el brillo de sus ojos se convierte en uno travieso, listo para molestar a Lan Wangji por su despliegue de posesividad. Mientras tanto, el hombre frente a ellos mira del uno al otro abriendo y cerrando su boca como pez fuera del agua; no le toma mucho tiempo reconocer la vestimenta del recién llegado, tendría que ser muy estúpido para no saber que se trata de un miembro del clan Gusu Lan, uno de la rama principal por la cinta alrededor de su frente y uno que, tiene muy en claro, no dudará en hacerlo polvo por molestar a su esposo así que, sin temor a decirlo, cobardemente se levanta sin mediar palabra y sale de allí tan rápido como puede sin llegar a correr. Al verlo Wei Wuxian deja escapar una carcajada que lo deja temblando contra el cuerpo de Lan Wangji.

—¡Lan Zhan! ¿Cómo puede ser que tu des más miedo que yo? Una sola mirada y conseguiste que saliera corrien... —sus palabras se cortan de golpe al sentir los dedos de Lan Wangji sostener su mentón con suavidad alzándolo antes de que sus labios cubran los suyos arrancando todo el aire de sus pulmones.

Rápidamente responde al beso envolviendo sus brazos en el cuello del contrario pegándose todo lo posible a él hasta casi subir en su regazo, los murmullos del resto de los presentes importándole muy poco. Concentrado en el beso Wei Wuxian no nota como Lan Wangji se quita la cinta de la frente para proceder a amarrar sus muñecas hasta que la tela está firmemente presionada contra estas; se aparta un poco viendo a Lan Wangji un poco aturdido por el beso, pero su confusión pronto pasa a convertirse en una carcajada cuando su esposo lo hace levantarse jalando suavemente el borde de la cinta.

Sonrojado Wei Wuxian sigue a Lan Wangji sin protestar, incapaz de mirar a alguno de los presentes luego del despliegue descarado de hace unos minutos y perfectamente conocedor de que va a pasar. Su esposo paga por una habitación y casi lo arrastra escaleras arriba pero no han llegado bien al segundo piso cuando lo aprisiona contra una de las paredes besándolo con fuerza y acariciando cada parte de su cuerpo, moviendo a un lado su ropa.

—Lan-er-gege —protesta echando su cabeza hacia atrás tratando de ahogar los gemidos que Lan Wangji consigue con cada mordida dejada en su cuello—, Lan Zhan, alguien podría... podría vernos.

—Hm —es lo único que obtiene del otro que lo hace subir sus piernas hasta sus caderas y oh, oh, la idea de que alguien los pudiera ver... es algo con lo que va a molestar a Lan Wangji en el futuro, pero por ahora con mucho gusto va a disfrutar la ferocidad con la que su esposo se abre paso entre su ropa hasta su piel.

Posiblemente nunca más los vuelvan a aceptar en esa posada, y en un futuro es posible que Wei Wuxian intente poner celoso a su esposo, esta vez de forma más consciente. Tal vez luego de esto el mismo Lan Wangji sea quién se presente como su esposo desde un principio.