Día 6 - Devoción

Esta historia incluye al mejor hermano y mejor cuñado del mundo, así es, Zewu-Jun, ¡Lan Xichen!

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Dulce devoción

Lan Xichen había decidido poner fin a su Cultivo Solitario luego de casi un año encerrado, por supuesto empezó de a poco saliendo a algunas reuniones con los ancianos para ir retomando sus funciones como Líder y acompañando a su hermano y el Joven Maestro Wei a almorzar, cenar o simplemente tomar el té. En sus pequeñas salidas, que con cada semana que pasa se extienden un poco más, no le pasa por alto el aura de alegría que envuelve a su hermano y sólo se hace más fuerte por pasar sus días junto a Wei Wuxian.

Le sorprendió un poco saber que Wei Wuxian se había estado dedicando a enseñar y acompañar a los juniors en sus Cacerías Nocturnas, no sólo el grupo de Lan Sizhui y Lan Jingyi, sino también los juniors unos años menores. Según había escuchado de los otros maestros del Clan, el Maestro Wei se había convertido en el favorito de los jóvenes, y más de una vez había podido presenciar el porqué al verlo caminar por el Receso de las Nubes con un grupo de no menos de veinte jóvenes siguiéndolo como una fila de pequeños patitos guiados por su madre; ese es un pensamiento que no piensa compartir ni con su hermano, ni con Wei Wuxian ni mucho menos con los jóvenes, pero que le trae cierta calma y alegría.

Sin embargo, algo que lo había empezado a preocupar más y más fue notar que Lan Wangji se apuntaba a las Cacerías Nocturnas cada vez que Wei Wuxian se lo pedía, o que lo seguía a dónde el espíritu aventurero del hombre lo guiara a viajar. No es el hecho de que su vínculo parece más fuerte que nunca, aunque sin señales de que hayan resuelto sus problemas de comunicación, sino que la forma en que su hermano complace cada uno de los pequeños antojos del Maestro Wei le recuerda tanto a la ciega devoción por la que su padre se dejó hundir y que le costó no sólo su libertad sino también la de su madre.

Estaba dispuesto a intervenir, lo más sutil posible, tratar de convencer a su hermano que un poco de distancia con el Maestro Wei sería saludable para ambos.

Se encuentra incluso pensando en sacar a colación que no desea que termine como su padre, que no cometa su mismo error de encerrarse sin discutir sus emociones con alguien dispuesto a ayudarlo, cuando unos golpes en las puertas del Hanshi le sacan de sus pensamientos.

Se levanta con cuidado y va a abrir sorprendiéndose de ver al Maestro Wei frente a su puerta, no porque estuviera ahí, pues lo ha visitado incluso antes de su decisión de acabar con su Cultivo Solitario, sino por lo nervioso que lucía. Con una suave sonrisa lo hace pasar invitándolo a sentarse mientras prepara el té.

—¿A qué debo el honor, Maestro Wei? —pregunta con suavidad sirviendo una taza para cada uno.

Wei Wuxian permanece en silencio por unos minutos y cuando está por preguntar nuevamente, tal vez de forma diferente, descubre que lo que creyó era nerviosismo por parte del hombre no es más que alegría pobremente contenida. Pronto el silencio del Hanshi se llena de las exuberantes palabras de Wei Wuxian, que van desde disculpas por no haberle pedido autorización antes hasta decirle cómo le pidió a su hermano que se casara con él.

Lo último tarda unos segundos en ser registrado por el cerebro de Lan Xichen que, de no ser por los largos años de adoctrinamiento, casi escupe el trago de té que acaba de tomar. Wei Wuxian lo observa atentamente, sus ojos brillando con anticipación y emoción desbordada por cada poro de su cuerpo.

—No sabía que el Maestro Wei y Wangji... —dice despacio bajando su taza.

—¿Zewu-Jun no sabia? —Wei Wuxian lo mira sorprendido y pronto un fuerte sonrojo se expande por todo su cuerpo—. Oh, lo siento tanto, creí que Lan Zhan le había informado, creí que lo sabía, ¡todo el mundo lo sabe! ¡Ja! Y se supone que los rumores están prohibidos en el Receso de las Nubes...

—Xichen —dice de golpe deteniendo su diatriba.

—¿Eh? —parpadea confundido. —¿Zewu-Jun?

—Llámame Xichen, o hermano —dice con suavidad, una sonrisa tranquila pero realmente feliz se expande por su rostro iluminando sus ojos—, después de todo, pronto seremos familia ¿no?

—¡Por supuesto Zew... hermano Xichen! —la voz de Wei Wuxian se eleva algunas octavas por la emoción y para sorpresa de Lan Xichen es envuelto en un fuerte abrazo por parte del hombre.

Aleja su sorpresa rápidamente respondiendo el abrazo con suavidad riendo bajo para si mismo. Parece, piensa mientras Wei Wuxian se aleja embarcándose en un nuevo discurso de como cuidará bien de Lan Wangji, que no va a decepcionarlo y que lo hará el hombre más feliz de la tierra, que sus preocupaciones estaban totalmente infundadas. Después de todo la devoción de su hermano hacia Wei Wuxian no era ciega, si no increíblemente dulce y, lo más importante, total y absolutamente correspondida.