Capítulo veintitrés: Últimas memorias i

El día, para la pareja de enamorados, había iniciado a las ocho en punto de la mañana. Odelya se levantó de un salto cuando la alarma del despertador que estaba en el velador a su costado sonó, siendo la primera en entrar a la ducha con el fin de alistarse, mientras Jason se encargaba de solicitar el desayuno con el servicio a la habitación de aquel hotel de bajo presupuesto en Las Vegas.

Horas atrás, luego de haberse comprometido, tomaron la decisión en conjunto de pasar a la ciudad más atractiva de Nevada, EE.UU con el fin de poder comprar el vestuario adecuado para la ocasión. El antihéroe creyó que se casarían de forma espontanea y totalmente descontrolada en una de las tantas iglesias en Las Vegas, sin embargo, la estudiante mencionó que le gustaría casarse en la playa estando solamente ellos dos y sellando de forma simbólica e intima toda esta aventura.

Y quién era Jason para negarle tal petición a su muñeca.

Cuando ambos quedaron satisfecho del contundente desayuno (que básicamente consistió en un típico desayuno americano que estaba compuesto por huevos revueltos, bacón y tortitas americanas, las cuales acompañaron con un zumo de naranja que para gusto de Jason estaba demasiado dulce) se dispusieron a salir del recinto agradeciendo con cordialidad y educación al trabajador que se encontraba en la recepción. luego de eso se montaron en el Jeep y emprendieron viaje al centro de la ciudad.

—¿Quieres que te acompañé a comprar el vestido?

—Ah, ah —negó moviéndole la cabeza. —Vamos a seguir ciertas tradiciones

—Odelya —le reclamó. —¿Y si te pierdes?

—¿Yo? ¿Perderme? ¿Tan poca confianza me tienes?

—Estamos sin celular si es que llegamos a perdernos

—Podemos fijar un lugar y una hora de encuentro

—Eres tóxico

—Solo me aseguro que no huyas o que en el momento en que te estés probando el vestido te arrepientas 

—Ush —se quejó. —Bien, entonces compremos la ropa juntos ¡Pero!

—¿Pero?

—No es necesario que ocupe vestido blanco ¿Verdad?

—Te vas a casar. Obvio que utilizaras ese color

—¿Y si no hay?

—Lo encontrarás —le sonrió. —¿Ya pensaste en que playa exactamente quieres casarte?

—Quiero hacerlo en Oregón, en la ciudad donde nos conocimos —el de la cicatriz la volteó a mirar con una diminuta sonrisa conmovido.

—Eso está a once horas ¿Esta bien para ti?

—Si, no tengo ningún problema y podemos ir turnándonos las horas necesarias para poder descansar. Recuerda que ahora tengo licencia de conducir

—Lo recuerdo a la perfección

—¿Hay otra cosa más que quieres hacer para la ceremonia?

—Quiero comprar unas flores naturales y... ¡Oh, los anillos! Olvidé que faltaban los anillos

—Ya tengo los anillos, no es necesario que lo compremos

—¿Los tienes? ¿Cómo obtuviste mi medida?

—Hay ocasiones en las que no puedo dormir producto de las pesadillas y en una de las tantas noche medí tu tamaño de dedo con los míos

—Oh —se sonrojó. —Eres engañador ¿Sabes?

—¿A qué te refieres?

—Quiero decir, por tu apariencias luces como alguien intimidante y tu personalidad al inicio era realmente molesta pero ahora...

—¿Ahora?

—Te has vuelto todo un Romeo y me cuidas, ni siquiera me presionas a ya sabes... intimar —susurró avergonzada.

—Cuando alguien me gusta en serio trato de dar lo mejor de mi y ahora que te encontré a ti, que estoy más que seguro de que eres la mujer de mi vida, puedo decirte que seré siempre así

—¿Lo prometes?

—Lo prometo —Jason acercó la mano de su novia, la cuál tenía sujeta entre la suya, a sus labios para darle un pequeño beso. —Y sobre intimar, supongo que llegará el momento en que tu te sientas listas

—Y si...

—¿Si?

—¿Y si, uh, lo intentamos después de casarnos? —la castaña estaba colorada como un tomate.

—Si así lo deseas entonces lo haremos

—Si, intentémoslo 

(...)

La gran tienda boutique había dejado boca abierta a la joven estudiante, puesto que su fachada en el exterior daba la impresión de que era pequeña. Sin embargo, ahora estaban en el interior, estaba más que segura que encontraría algo en aquella tienda de segunda mano.

La mano de Jason la tenía bien sujeta provocando que de una u otra forma las sensaciones que la estaban embargando no se la llevaran fuera de la realidad. Para alguien como ella, quien era una nerd con escasa interacción social y prácticamente su vida eran los estudios, era totalmente imposible pensar la idea de que un día un hombre se enamoraría de ella.

Siendo tan aburrida.

Tan poca cosa.

Pero había llegado Jason, con aquella mirada intensa y su perfecta sonrisa coqueta. Llegó en el momento exacto en que ella necesitaba ayuda.

Y quien diría que ahora la gran friki y aburrida Odelya Zaharie se casaría con el hombre que grita a los vientos que esta completamente enamorado de ella.

—Hola, bienvenidos a la boutique "Valy" ¿En qué puedo ayudarles?

—Estamos buscando vestidos de novia 

—¿Para ella? —le preguntó al hombre. —¿Cuál es su talla? 

—Soy ese (S)

—Tengo unos vestidos maravillosos que le pueden gustar

—En realidad —se soltó de Jason para hablarle con amabilidad. —Me gustaría más un vestido playero, de tela ligera. Uhm, algo sencillo —miró a Jason para luego volver a mirar a la vendedora. —Blanco de preferencia, si no es mucha molestia

—Para nada —le sonrió con amabilidad. —Síganme, por aquí

—Ve a buscar tu ropa —la castaña le ordenó señalándolo con el dedo índice. —Una hora

—Hecho

Y ambos caminaron en sentido contrario.

A Odelya nunca se la ha complicado el comprar ropa, es más lo disfruta. Tenía la suerte de siempre encontrar ropa de su talla en diseños bonitos y por eso se sentía sumamente agradecida.

La vendedora de cabello rubio se le acercó con cinco vestidos estilo veraniego; uno de ellos era color crema, otros dos tenían otros colores encima y había uno que a Ody en particular le había gustado.

Era largo y le quedaba cinco dedos arriba del tobillo. En la zona del pecho, los muslos y la parte final del vestido tenía unos detalles con hilo de crochet. Tenía unos tirantes igualmente tejidos que se unía con una mangas tres cuarto que provocaba que se viera sus hombros. 

Al verse en el espejo sonrió. Era tan sencillo pero perfecto para la ocasión.

Observo a la distancia unas alpargatas del mismo color que el vestido y que se abrochaban alrededor del tobillo.

Sonrió caminando hacia ella, tomándolas y colocándoselas sin mayor esfuerzo.

Miró a la vendedora quien se acercó con un velo en sus manos y una gigantesca sonrisa en sus labios.

—Esto corre por la casa

—¿En serio? —Preguntó emocionada recibiendo un asentimiento de cabeza. —Gracias

—Ven, agáchate un momento para acomodártelo —obedeció.

Y cuando Odelya se miró en el espejo abrazó completamente la idea de casarse con Jason, el hombre que la salvó cuando ella merodeaba sin rumbo

Aquí el vestido de Ody

Se viene matrimonio, alisten sus mejores trajes.

Aquí les dejo cinco curiosidades de Unlikely Ties tal y como les prometí.

Uno: La protagonista se llama Holly Brightwell y su Faceclaim es Nicola Coughlan (No voy a soltar nunca a esta mujer)

Dos: El fic esta inspirado en un Cómic de años recientes donde Damian comienza a tomar sus propias decisiones y buscar su rumbos.

Tres: En el fic Damian esta terapiado y con sus traumas sanados debido a que lleva cerca de 15 años lejos de la batfamily luego de haber tomado la decisión de auto-descubrirse encontrando su rumbo y propósito de vida.

Cuatro: Damian es un Black cat y Holly una Golden Retriever

Cinco: Hay 8-9 años de diferencia entre los protagonistas.

¿Qué opinan? Sé que es info super general pero en la próxima actualización les digo más ¿hay algo en particular que les gustan saber? (No me ignoren por favor 😔)

Cuídense mucho, besos.