Twenty three: last memories ii
Capítulo veinticuatro: Últimas memorias.
La habitación de aquel viejo motel en el estado de Oregón, en la que estuvo por primera vez hace 5 meses cuando Jason la recogió en medio de la carretera, le traía recuerdos que le provocaba una pequeña sonrisa a la joven novia. Su mente estaba pasando una especie de película recordando todos los momentos que vivió desde que decidió marcharse del hogar de su tía en un intento de huir de la injusta pasión a la que estaba siendo sometida.
Aquella tarde a fines de Abril fue cuando decidió emprender su viaje dejando solo un par de mensajes para sus padres con el fin de no preocuparlos (Aunque estaba más que segura que sus padres persisten buscándola debido a la preocupación). Sabia que la decisión de emprender un viaje improvisado había sido totalmente egoísta para las personas que realmente la quieren, sin embargo, lo sentía necesario.
Porque ahora se sentía diferente.
Renovada.
Más valiente.
Por primera vez en aquellos cinco meses se sentó a pensar en lo que diría su familia ante sus decisiones espontaneas, emocionales y apresuradas. Estaba segurísima que su tía y su prima, con quienes compartía techo debido a sus estudios, estarían esparciendo su veneno en contra de ella, su abuela caería ante los comentaría y comenzaría a cogerle rabia.
Ella lo sabía.
Pero ahora que se estaba vistiendo para casarse con el hombre que le enseñó a ser ella mismo sin miedo al qué dirán se preguntó que es lo que dirían sus padres de él.
Comprendía con antelación que su abuela lo rechazaría por el aura que Jason emitía y que su tía (doña serpiente) lo miraría y trataría de engatusarlo con la intención de hacerle un tipo de gancho con su hija. La opinión de su madre era la que más le importaba, pero aún así ella por primera vez quería tomar sus propias decisiones sin presión de terceros.
Y ya no le importaba errar teniendo que cargar con las consecuencias porque al fin y al cabo era su decisión.
Solo suya.
La música de fondo se escuchaba salir de las bocinas del televisor de la habitación. Jason se estaba arreglando en la sala principal a la par que ella estaba en la habitación donde yacía una cama matrimonial.
El vestido que escogió ahora se ceñía a su cuerpo. Las alpargatas estaban fijas en sus pies y el velo que la vendedora le obsequió con tanta dulzura estaba sujeto a su pelo suelto. Por primera vez en meses volvió a maquillarse: se aplicó un poco de rubor, rímel, un brillo labial que resaltaba su color de piel y un poco de sombra con brillos plateados.
Se terminó de acomodar los pendientes dorados en sus orejas para caminar hacía la mesita de noche donde se encontraba el ramo de margaritas que había hecho durante el transcurso del viaje desde Las Vegas hasta Oregón.
—Muñeca —Jason golpeó la puerta. —¿Estas lista?
—Salgo en un momento
Y los nervios la invadieron luego decir aquello.
Corrió al baño para verse una ultima vez y en su pecho se vio invadido de una sensación cálida.
Se veía tan bonita.
Eso era porque ella lo era.
Tomó una bocanada de aire mientras se dirigía hacía la puerta de la habitación y trago saliva antes de abrirla.
Jason se quedó sin aliento al verla.
Durante muchos años el vigilante de Gotham buscó desesperadamente un sentido en un mundo que nunca le había ofrecido refugio. Su infancia había sido una tempestad de carencias y desilusiones, y su juventud un campo de batalla donde había luchado por mantenerse de pie luego de haber vuelto a la vida. Pero todo aquello se desmoronó en un instante cuando Odelya apareció en su vida, trayendo consigo una calma que él jamás creyó merecer.
Y era ahora, en ese preciso momento en que la vio salir de la habitación, comprendió muchas cosa.
Su corazón se detuvo al verla vestida de blanco, con un velo que caía suavemente desde su cabello castaño, enmarcando su rostro con una pureza que parecía casi celestial. La luz que se filtraba por la ventana parecía gravitar hacia ella, como si incluso el mundo supiera que era especial. Jason sintió que el aire le abandonaba los pulmones; no porque le faltara oxígeno, sino porque su alma misma estaba sobrecogida. Su vida estaba tan acostumbrada a soportar el peso de los días grises, ahora se llenaba de algo nuevo: una gratitud que casi dolía.
¿Cómo podía alguien como él, roto y desgastado, haber encontrado a alguien como ella?
Por primera vez en su vida errática, llena de excesos y solitaria tenía un ancla.
Estar con ella no era solo una elección; era una necesidad, como respirar. En ese instante, al contemplarla, supo con certeza que no estaba solo en este mundo hostil. Ahora que estaban a punto de unirse simbólicamente, ahora que se prometían el uno al otro ser un refugio mutuo, Jason sintió que algo en su interior cambiaba de forma irrevocable.
Él comprendió que su alma errante se completó con la de Odelya.
—Uh ¿Jason? —lo llamó colorada.
Quizás se había maquillado demasiado o algo le había quedado mal.
Estaba a punto de preguntar pero Jason se le adelantó.
—Te ves preciosa —Odelya se vio reflejada en los ojos intenso y cargado de pasión de su pronto esposo.
—¿Si?
—Eres la mujer más hermosa que mis ojos hayan visto —su mirada no se apartaba, estaba pegado al suelo y completamente paralizado. —Eres mi otra mitad
—Jason —lo llamó de forma lastimera y sus ojos se inundaron de lagrimas.
—Es hora de irnos Odelya —le extendió la mano y la castaña la aceptó gustosa
—¿Estas nervioso?
—Ansioso
—¿De qué?
—De convertirme en tu esposo
(...)
Cuando la pareja de prometidos llegó a la playa dónde comenzó todo sintieron temblar sus piernas. Jason le extendió su mano para ayudar a bajar a la chiquilla quien le agradeció por el gesto. Cuando Odelya alzó su vista hacía el mar se quedó boca abierta al ver como la zona estaba totalmente despejada y el océano junto al atardecer estaban mucho más lindo e imponente provocando que sintiera aquello como una señal de que todo saldría bien de ahora en adelante.
Jason abrió el maletero donde yacía un trípode y las cámaras de la chiquilla. Se colgó por sobre su hombro la correa del bolsito y con una de sus manos sujeto el trípode mientras que con la otra, luego de cerrar la puerta, agarró la mano de su novia.
—¿Lista?
—Lista
Ambos emprendieron el caminar por sobre la arena y cuando llegaron a la mitad que los distanciaba del mar y de la zona del estacionamiento. El antihéroe acomodó los objetos ubicando la cámara en dirección a ellos para grabarse.
—Esta filmando
—Ven —la castaña lo llamó extendiéndole la mano, la cual fue aceptada con seguridad.
La pareja se posicionó uno al lado del otro con las manos entrelazadas y la estudiante sujetando adelante de ella el ramo de flores.
—Muy bien —carraspeó el hombre. —Hoy veintiuno de agosto comienza la boda de Odelya Zaharie y Jason Todd —la chiquilla asintió con efusividad. —Odelya Zaharie ¿Prometes amar a Jason Todd por siempre y soportarlo cuando este de mal humor?
—¡Si!
—Jason Todd ¿Prometes amar a Odelya Zaharie por siempre y soportarla cuando este triste?
—Eso y mucho más preciosa —volteó su rostro para mirar con ternura su pequeña.
—Mira la cámara Jay —la apuntó con su ramo.
—¿Prometes estar a mi lado hasta que seamos unos viejos seniles?
—¡Si! —gritó riendo.
—¿Así ronque mucho, me queje de todo y mi humor sea de perros?
—Estas pidiendo mucho
—¡Odelya! —la miró regañándola.
—¡Por supuesto que si! —gritó con fuerza.
—Bien —sacó de su bolsillo la cajita de los anillos. —Es hora de colocarnos los anillos
Odelya sacó el anillo para Jason y viceversa.
—Yo Jason Todd prometo amarte eternamente, respetarte, recordarte todos los días lo maravillosa que eres y cuidarte —le colocó la sortija.
—Yo Odelya Zaharie prometo amarte, tener paciencia contigo, escucharte, apoyarte y cuidarte por siempre y para siempre —tomó entre sus manitas la mano de su ahora esposo para colocarle la sortija.
Cuando ambos anillos estuvieron en su lugar, alzaron sus vistas para observarse mutuamente y lo que encontraron los dejó sin palabras.
Los ojos de Jason se llenaron de adoración, esa mezcla de ternura y reverencia que solo se da cuando el corazón reconoce algo sagrado. Había en su mirada una pasión contenida, un fuego cálido que no quemaba, sino que iluminaba. Cada línea de su rostro parecía decirle a Odelya cuánto la amaba, cuánto la deseaba, y cuánto agradecía que ella hubiera elegido quedarse con él. Su mirada era una promesa muda: la de cuidar, proteger y amar sin límites, no solo hoy, sino todos los días que siguieran.
—Te amo —se atrevió a decirle la pequeña, que estaba temblorosa y colorada.
—Yo igual Odelya. Te amo hoy, te amaré mañana y siempre
Y sus labios se tocaron sellando una aventura que terminó en amor.
Hola ¿Qué les pareció el capitulo?
Mañana y el martes intentaré actualizarles continuamente así que no se asusten si ven varias actualizaciones en sus notificaciones.
¡Les traigo más cositas de Unlikely Ties!
Uno: La historia ya tiene una portada y esta preciosa, que decirles.
Dos: Damian a pesar de haber estado tanto tiempo lejos de la familia no ha dejado de ser vigilante y sigue utilizando el seudonimo de "Robin" solo que ahora trabaja solo y en otro Estado
Tres: Holly tiene a ESFP (animador) como MBTI
Cuatro: El romance entre ellos es muy sano y maduro, superando al de Elizabeth y Damian de The perfect girl
Cinco: A diferencia de Odelya y Elizabeth, Holly es muy respondona y no tiene miedo de dar a conocer su opinion.
Cuidense mucho, nos leemos mañana.
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