Capítulo veintiuno: Volver a la cotidianidad.

En el interior del vehículo modelo Jeep solo era capaz de oírse las respiraciones de Odelya y Jason, gracias a que la tensión que el antihéroe sentía en su sistema había sido capaz de inundar a la pobre chiquilla. La morena era incapaz de mirar a su pareja sentimental por temor a que su intento de consuelo y ayuda no sea bien recibida y el estado anímico de Jason decayera aún más, sin embargo, dejó de mirar la ventana y tomo toda su valentía para hacerle frente al hombre.

—¿Quieres hablar de lo que sucedió? —el de mechón blanco arrugó el entrecejo al oír la vocecita de su novia.

Había estado tan sumido en su enojo, el cual estaba acompañado de pensamientos intrusivos que involucraba a su buena chica con su caótica familia. 

¿Qué sucedería si Odelya se entera de quién es él en realidad? ¿Y si se aterroriza cuando se entere de su doble vida? 

Aunque su vida estaba tan sumida en la violencia, en los traumas que le había traído el hecho de ser adoptado por Bruce Wayne y prácticamente obligado a tomar el manto de Robin siendo en segundo en la línea de sucesión, a él en realidad no le importaba el volver a ser "Red Hood" porque, aunque el imbécil de Batman intentó arrebatárselo, aquella identidad le pertenecía.

Porque él la construyó con sufrimiento.

Y gracias a eso logró convertirse en el príncipe de Gotham.

Sin embargo, ahora que tenía a Odelya a su lado y había experimentado la calidez de lo que es tener a una persona que te hace sentir en casa, ya no le era tan atrayente la idea de retomar el manto de Red Hood, ya que sabía que de una u otra forma su pequeña y buena novia se vería expuesta a los terrores del bajo mundo.

Y él no quería que nada ni nadie la lastimara.

—¿Estás enojado conmigo? —la pregunta provocó que el rostro del hombre se volteara en su dirección.

—¿Por qué debería estar enojado contigo?

—Porque interrumpí tu conversación con ellos —su respuesta provocó que la comisura del labio de Jason tiraran en una sonrisa enternecida.

—No estoy molesto contigo Odelya

—¿Puedo...? —titubeó un poco. —¿Puedo saber quiénes son esas personas?

Jason suspiró en un intento de tomar valentía.

—Ellos son, uh, mi familia adoptiva

—Oh. eres adoptado —murmuró sorprendida. —¿Ellos..? ¿Ellos te lastimaron?

—Físicamente no pero si en lo emocional 

—Lo siento 

—¿Por qué te disculpas? Tu no tienes culpa de absolutamente nada

—Lo sé pero me hubiese gustado haberte conocido antes y estar ahí para mi —el antihéroe se conmovió al oírla y no pudo evitar acercar su mano al muslo de la pequeña generando un momento intimo y para nada sexual.

—Pero te conocí ahora muñeca, y te aseguro que fue el momento indicado para ambos

—¿Ellos fueron los que se molestaron por qué lastimaste al hombre que te hizo esa cicatriz? —señaló con su cabecita hacia la zona indicada.

—Lo recuerdas —se sorprendió.

—Si

—¿Qué otras cosas recuerdas?

—Si no quieres responder no es necesario que desvíes el tema —ambos se miraron.

—Veo que te has vuelto mucho más astuta —le sonrió. —Si, ellos son las personas que me orillaron a marcharme

—¿Quiénes son? Quiero decir, sé que uno de ellos era Bruce Wayne pero...

—Bruce me adoptó cuando tenía trece y el otro hombre es Richard, otra persona que también adoptó Bruce

—¿Entonces es una buena persona o una mala persona por qué los adopto?

—Yo diría que un punto intermedio 

—¿Por qué? 

—Porque Bruce me sometió a muchas situaciones traumáticas —intentó omitir información clasificada. —Demasiados golpes y permitió que alguien me hiciera esto —señaló su jota en la mejilla.

—Lo siento mucho Jason, de verdad

—No te preocupes

—Y, uhm ¿Qué querían? Porque te veías muy molesto —se avergonzó al darse cuenta de que se estaba comportando como una mujer chismosa. —Ay lo siento por tantas preguntas, estoy siendo una chismosa

—Esta bien —le dio un leve apretón en el muslo. —Ellos quieren que vuelva a la ciudad

—Ah

—Pero yo no quiero, aún no —apretó el volante con fuerza al sentir nuevamente rabia en su sistema. —Aún hay muchas cosas por hacer juntos, Odelya y yo no quiero... no quiero separarme de ti, no todavía

—Pero en la ciudad seguiremos junto ¿No? ¿O te estas arrepintiendo?

—No es eso muñeca —hizo el cambio con la palanca y volvió a colocar su mano en la pierna de su novia. —¿Cómo lo haremos para contactarnos si ninguno de los dos tiene un teléfono? Y ya no nos queda mucho dinero como para comprarnos un par a juego 

—Uhm —pensó. —Podemos memorizar los números de teléfono que anteriormente teníamos en la ciudad

—¿Y si no funciona?

—Se supone que yo soy la que hace ese tipo de cuestionamientos y tu me convences —le sonrió.

—Yo también tengo temores e inseguridades, Odelya

—Lo sé —colocó su mano encima de la de Jason. —Y quiero que estés tranquilo, todo estará bien. Si lo de los números de teléfono no funciona entonces nos reuniremos en algún lado ¡Eso! —miro emocionada a su pareja. —¿Cuándo planeas regresar a la ciudad? porque así podemos pactar un día y una hora.

—No lo sé 

—Jason

—¡Demonios! ¡No lo sé! —alzó la voz irritado. —Carajo Odelya, no quiero volver ¿Qué no lo entiendes? —se estacionó a la orilla de la carretera mientras se pasaba las manos por el rostro totalmente ofuscado. —Quiero quedarme aquí contigo por toda la eternidad si es necesario. No quiero volver a ser el Jason de la ciudad. No quiero volver a mi departamento nostálgico y que sé que se sentirá aún más vacío porque tu no estarás ahí

—Jason

—Estoy cansado Odelya 

—Jason

—Cansado de la vida de mierda de la ciudad. De mi jodida y molesta familia adoptiva —comenzó a sentir la sensación de que el aire le hacía falta y un molesto dolor en el pecho provocando que Odelya se asustase.

—Jason respira —se sentó de rodillas en el asiento de copiloto y tomó el rostro masculino entre sus manos. —Respira conmigo cariño, no me asustes —su voz se le quebró y los ojos se le llenaron de lagrimas. —No me iré a ninguna parte porque estoy contigo

—Odelya —la llamó de forma lastimera al sentirse tan vulnerable.

—Aquí estoy JayJay —sus miradas se toparon.

Y había fuego en ellas.

La adoración y el cariño tan intenso que Jason tenía por su chica era notoria en su mirada oceánica que generaba un buen contraste con los ojos castaños de su acompañante, quien lo miraba con extrema preocupación.

—Cásate conmigo Odelya 

—Jason —susurró sorprendida pero sin ser capaz de apartarse de su presencia.

—Sellemos esto casándonos —depositó sus grandes manos sobre las de su castaña, las cuales descasaban en sus mejillas. —Déjame ser tu esposo 

—Jason —sus ojos se cristalizaron y su voz se quebró. No entendía la razón de aquella pregunta y porque alguien como Jason quería hacer eso con ella si ambos eran totalmente opuestos, con vidas y personalidades opuestas que para bien o para mal no conocían del todo bien. —¿Por qué?

—Porque me enamore de ti —acarició las delicadas manos. —Porque eres tu Odelya y eso basta

—¿Soy suficiente cómo para... para que te quieras casar conmigo?

—Siempre has sido más que suficiente

Silencio.

La respiración de la chiquilla era errática producto del esfuerzo que estaba colocando al intentar contener el llanto tragando el nudo que se le había formado en su garganta.

—Odelya...

—Sellemos esto —sus lagrimas comenzaron a correr por sus mejillas. —Casémonos 

Y en ese instante Jason Todd se había convertido el hombre más feliz de la tierra porque su chica buena, aquella que había sido la única en entenderlo, le había dado el si dándole la completa seguridad que en la ciudad seguirían juntos.

Tic tac
Me tengo que poner pilas con las actualizaciones porque me propuse terminar la historia a más tardar el 31

Les cuento que tengo una historia buenísima de Damian en borradores en la que estoy trabajando y se llama UnlikelyTies. No quiero ventilar demasiada información por riesgo a plagio pero la historia es sencilla y divertida, así como Wandering Souls.

¿Les gustaría saber un poquito más de UnlikelyTies? Así le suelto más cositas, enganchan con la historia y luego la apoyan ¿va?

Cuídense y gracias por leer