Twelve: leave fear and complacency
Capitulo doce: Dejar el miedo y la complacencia.
La luz de la luna iluminaba el agua cristalina de la laguna en la que la pareja de aventureros habían decidido detenerse para refrescarse gracias a lo calurosa que estaba la noche. Odelya se estaba quitando las zapatillas para zampuzar el sudor y el calor que la estaba asfixiando. Jason, en cambio, se quedó atrás estacionando el jeep y no tuvo problema en que la muchacha saliera totalmente disparada al agua.
Cuando el vehículo quedó bien a la orilla de la carretera se dispuso a bajar del auto no sin antes tomar dos toallas para secarse una vez que decidieran salir del agua. Bloqueo las puertas de seguridad con el botón que yacia entre sus manos y camino hasta toparse con la ropa desparramada de la castaña, con cuidado tomó la camiseta de tirantes y el short de mezclilla para acomodarlo junto a su ropa y zapatos, para luego retirar con apresuro su propio vestuario.
Camino por la frialdad de las aguas pero se detuvo de golpe al ver la anatomía inferior de Odelya siendo solo cubierta por el brasier rosado. La luz de la luna realzaba la belleza natural de la muchacha y el agua le caía por el cabello chocolate provocando que se pegara a la espalda de esta.
Tragó saliva al ver la preciosa imagen delante de él, caminó un poco mas para luego zambullirse y nadar debajo del agua hasta la posición de su compañera. Salió en silencio y la tomó por la espalda asustandola generando un gritito.
—¡Jason! —le reclamó la mujer ante las carcajadas masculinas.
—Jisin —le hizo burla mientras reía a carcajadas al sentir las pequeñitas manos de Odelyah empujándolo.
—Hoy el clima es demasiado caluroso
—Si, lo esta —le dió una mirada rápida evitando mirar demasiado.
—Y la luna se ve preciosa. Hace que la laguna se vea cristalina —miró la imponente estrella redonda que los estaba cubriendo. —Nunca había visto una luna tan bonita ¿Sabes? La ciudad esta tan contaminada que no se puede ver bien por las noches —sin respuesta. —Es preciosa
—Lo es... —la voz masculina se oyó en un susurro provocando que la chiquilla se girara al oírlo pero el hombre no estaba mirando a la luna si no que a ella.
—¿Jason?
—Odelyah
—¿Estas bien?
—Lo estoy —se sumergió bajo el agua cortando la conversación.
La blaquecina ladeó la cabeza confundida. Jason se estaba comportando de una manera extraña y totalmente fuera de si. Había ocasiones en que el de mechon blanco se disociaba y perdía en sus pensamientos mientras la miraba provocandole cierta incomodidad.
Zaharie se preguntaba en qué tanto pensaba Jason como para perderse demasiado tiempo en sus propios pensamientos.
Eliminó sus ideas y se zambullo en el agua intentando apartar cualquier idea o imaginación tonta que su conciencia trajera a flote.
Salió a superficie y nado un rato sin tener la necesidad de estar bajo el agua aguantando la respiración. Flotó con tanta espontaneidad sobre el agua que no se dió cuenta cuando chocó contra el cuerpo de su amigo debido a las pequeñas corrientes que la alguna tenía. Se puso de pies ocasionando que esta vez el agua la cubriera hasta un poco más arriba de su ombligo.
Frente a frente estaban el hombre y la mujer, Jason estaba tan perdido en la belleza delante de él que ocasionaba dentro de si una batalla sobre lo que era correcto y las consecuencias que tendría si por primera vez en su jodida vida no se guía por lo correcto. Pero era imposible, la mantra de "Odelya no es mi tipo porque no es tetona y culona" le había dejado de funcionar.
Y Jason Todd ya no tenía de dónde agarrarse para frenarse ante las impulsividades que deseaba cometer con la chiquilla que lo miraba con tanta curiosidad e inocencia.
Su mirada descendió de los ojos hasta sus labios rosa pálido, luego paseo su mirada por el largo cuello que gritaba ser marcado. Se permitió ser un atrevido al mirar gustoso los tirantes del brasier para luego pasar por las copas que cubrían perfectamente los pequeños senos de la mujer; el antihéroe sabía que eran del tamaño perfecto para sus manos así también para devorarlo con su bo...
El de mechón blanco apartó rapidamente la mirada al tener esa clase de pensamientos y quiso golpearse al desear a su amiga.
Amiga.
Odelya se removió un tanto incómoda producto de la extraña mirada que Jay le brindó y como descaradamente la paseo por toda su anatomía. Por un momento se sintió terriblemente mal porque penso en que quizás la mente del hombre la estaba comparando con alguna de sus conquistas que si era su tipo.
Tragó el nudo de su garganta saliendo de su trance de relajo y trató de hablar con normalidad
—¿Querés jugar un juego? —la castaña preguntó mirándola desde abajo.
—¿Cuál es el premio?
—No hay premio
—¿Entonces cuál es el chiste de jugar? —en su voz había obviedad.
—¿Reir? ¿Pasarlo bien?
—Bien —en ningún momento aparto su mirada intensa oceanica con los chocolates de su acompañante.
Nuevamente el silencio los abrazo mientras se miraban con la misma intensidad.
Odelya sintió su corazón revolotear y sus mejillas calentarse. Las reparaciones de ambos era lo unico que se escuchaba y la señorita Zaharie sentía que en cualquier momento sus piernas cederían por lo temblorosa que estaban.
Y una ampolleta se le prendió en la cabeza.
La castaña jamás había sentido ni experimentado un ambiente tan denso ni tampoco le habían brindado una mirada tan pesada e intensa. Su cabecita le hizo entender que la química que se formó entre Jason y ella era la famosa tensión sexual.
Solo esperaba no estar equivocada
Tragó saliva agarrando la valentía de quién sabe dónde para hablar.
—¿Jason?
—Odelya —la voz masculina salió mucho más grave y timpánica.
—Po-por favor no te enojes y...—tomó aire para seguir. —Mañana olvida todo y sigamos como si nada hubiera sucedido
—¿Por qué estas diciendo eso?
—Prometelo
—Lo prometo —y aquello fue el pase de confianza que necesitaba.
Las pequeñas manos de la mujer de hebras castañas se posicionaron justo en los grandes brazos masculino en un intento de agarrar impulso, se colocó de puntitas ante la diferencia de altura y cerró los ojos antes de depositar un beso cerrado en los labios de su compañero.
Jason se quedo quieto, con los ojos abiertos mirando y sintiendo el tierno contacto que se había atrevido la mujer cobarde debido a su complejo de niña buena. Pero ahora Odelya ya no era una niña buena, ella era lo suficientemente capaz de tomar su propias decisiones y sabía que en ella ya no existía las ganas de complacer a otros aún cuando pasaban a llevar su integridad.
El antihéroe espero unos segundos a que la mujer se separara, totalmente sonrojada y avergonzada, para poder tomarla como solo él sabía.
—Recuerda tu promesa —la chiquilla no lo miró en ningún momento. Todd sonrió al verla sonrojada y nerviosa.
—Eso no es un beso, Odelya
—Yo, uhm —se acomodó su cabello humedo. —¿Lo siento? Yo no, uhm... nunca he, ya sabes, besado
—No la cagues disculpandote
—S-si —se sintió arrepentida de su arrebato.
Un sentimiento de culpabilidad la invadió pero fue disipado rápidamente al sentir como las manos callosas de su compañero la sujetaban con fuerzas por la cintura acercándolo más a él. Alzó la mirada topandose con una mirada que daba la sensación de que la estaba devorando, sus labios estaban ligeramente curvados hacía arriba en un sonrisa que hizo temblar la piernas blanquecinas de Odelya.
—Voy a enseñarte lo que es un beso y me aseguraré que nunca lo olvides
—Jason —lo llamó en un susurro.
—Abre esa boquita para mi, Odelya
Jason Todd se acercó lentamente a Odelya, sus ojos fijos en los de ella, como si intentara leer cada pensamiento que cruzaba su mente. La tensión en el aire era palpable, y el mundo a su alrededor parecía desvanecerse producto de las sensaciones. El hombre alzó una mano, acariciando suavemente la mejilla de Odelya, y ella sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Sus dedos se deslizaron hasta su cuello, trazando un sendero de electricidad que la hizo estremecerse. Sin decir una palabra, Jason inclinó su cabeza y sus labios rozaron los de Odelya, un contacto tan suave y delicado como una pluma.
El beso comenzó lento, cargado de una ternura que Odelya no esperaba. Jason exploró sus labios con una suavidad cautelosa, como si quisiera memorizar cada curva, cada textura. Odelya cerró los ojos, entregándose al momento, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho.
De pronto, luego de haberse encargado de saborearla con el fin de recordarla, el ritmo cambió.
El antihéroe estaba siendo guiado por un deseo creciente, lo que hizo profundizar el beso. Su lengua caliente ingreso a la cavidad bucal de la chiquilla topandose con la lengua de esta y se permitió acariciarla con una pasión que hizo que su piel se erizara.
El beso se volvió más intenso. Jason la acercó más a su cuerpo acortando cualquier distancia física entre ambos.
Odelya intentaba seguirle el ritmo al experimentado besador. Su respiración era errática y su cuerpo se sentía caliente ante el toque de las manos masculina. Pego un pequeño respingo junto a un pequeño jadeo cuando sintió la mano que esta en su cintura pasar descaradamente por su trasero
Todo era una danza de labios y lenguas que hablaba de deseo y hambre.
Odelya sintió que el mundo giraba a su alrededor mientras las manos de Jason nuevamente se aferraban a su cintura, acercándola más a él. Sus cuerpos se tocaron, y el beso se volvió aún más fogoso, un choque de emociones que ambos habían contenido por demasiado tiempo.
Cuando sus pulmones ardieron por la falta de aire se vieron obligados a separarse. Un pequeño hilo de saliva salía por el costado de la comisura labial de Odelya.
—Jason... —lo llamó en un susurro sin saber que decir. Vió como el hombre limpiaba descaradamente con su dedo pulgar sus labios para luego limpiar el hilo que salía de los de ella.
—Respira, Odelya —le sonrió. —Que todavía no he terminado con la lección
Y la joven Zaharie no sabía dónde meterse.
Me costo un buen escribir este capítulo porque me cuesta muuuuucho redactar este tipo de escenas ¿Fogosas? Y sobre todo apegarme a la personalidad de Jason, pero hice lo que pude.
Tengan una linda semana.
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