Sixteen: driver's license
Capitulo dieciséis: Licencia de conducir.
El amanecer de un nuevo día se filtraba atraves del gran ventanal del hotel donde la pareja de aventureros se hospedaban en Santa Mónica, la noche anterior llegaron cerca de las tres de la madrugada luego de haber comido comida rápida hasta que sus estómagos no pudieron más. Posterior a eso regresaron en el Jeep del antihéroe y subieron a la habitación para dormir como lo habían hecho durante estas ultimas semanas: con Jason durmiendo en el sillón y Odelya en la espaciosa cama.
Sin embargo, en esta ocasión la chiquilla tuvo la osadía de invitarlo a dormir y solo dormir a la cama. Jason se negó, pero apenas sintió la respiración calmada de la castaña indicando que había caído profundamente en los brazos de Morfeo se colocó a su lado para observarla dormir hasta que él mismo se sumió en un sueño profundo y calmado al lado de su chica.
Porque eso era algo del que Jason Todd había notado.
Cuando dormía acompañado de Odelya las pesadillas que siempre solía perseguirlos en sus sueños, impidiendo que descansara adecuadamente, se esfumaban de forma espontanea.
El de mechón blanco había terminado de alistarse a pesar de ser las siete con cincuenta de la mañana. Había encargado a la habitación el desayuno para que llegara a las nueve en punto, justo a tiempo y en el momento en que el regresaría de hacer sus diligencias.
Pero ¿Qué diligencias debía hacer él? Si estaba lejos de Gotham y durante todo este tiempo no ha estado trabajando como Red Hood.
Sencillo:
Durante los minutos en la madrugada en que se dedicó a observar a la bonita chica que tenía entre sus brazos una excelente idea se le atravesó por la cabeza y era que Odelya obtuviera su licencia de conducir para que se lleve nuevas experiencias.
Recordaba la promesa que la morena le hizo hacer donde no debía decir sus identidades ni apellidos pero él creía firmemente que a estas alturas, donde ambos se habían besuqueado y compartido demasiados momentos íntimos juntos, ya no debía existir ese tipo de brechas tan pequeñas entre ambos, debido a que cuando regresaran a la ciudad seguirían en contacto.
Porque eso era otra cosa más que rondaba los pensamientos del hombre.
Jason Todd quería llevar a la ciudad todo lo vivido durante estos meses y no le importaba las millas de distancias que podría haber entre sus hogares de residencia, pero él añoraba conservar a su inocente chiquilla a su lado en medio de la ciudad. Ahí podrían hacer muchas cosas.
Salir de compras.
Decorar su desastroso departamento para fechas importantes.
Compartir momentos cálidos en el lugar donde él vivía y que lamentablemente le había perdido sentido de la palabra hogar, pero estaba segurísimo que Odelya podía traerlo de regreso
Porque ella era todo lo que necesitaba.
Caminó a pasos rápidos por el lobby del hotel para tocar el botón del ascensor. Ya tenía absolutamente todo lo necesario para enseñarle a su chica a conducir -Y cuando se habla de todo lo necesario también significa el carnet que acredita la licencia legal, la cual consiguio mediante sobornos y amenzas-y que esta fuera capaz de conducir por la carretera hasta Santa Bárbara, donde le cumpliría otro de sus sueños.
Una vez dentro del ascensor se desesperó de lo lento que era, ya que él estaba ansioso por ver aquellos ojos chocolates.
Verla vestida con sus vestiditos de verano y con los sombreros que se ha ido comprando con el dinero que él de forma secreta le introduce en la billetera femenina de color negro con cerezas bordadas.
Cuando estuvo frente a la puerta pasó la tarjeta e ingreso, sintió la vocecita cantarina de Odelya y cuando tuvo el panorama de la habitación principal la vio mirándose en el espejo mientras se aplicaba brillo labial con la boquita en forma de patito sacándole una sonrisa abierta al de mechon blanco. Jason se apoyó en el umbral de la puerta y cruzó sus brazos mientras se deleitaba observando a su pareja.
El vestido de tirantes de color amarillo le quedaba de maravilla junto a sus sandalias de tiras negras.
-¿Estas lista?
-¡Ah! -saltó asustada mientras daba un gritito. -¡Jason! ¡Me asustaste! -el nombrado se rió.
-Te ves muy guapa -caminó hacia ella y aún Odelya estando de espaldas la sujeto de la cintura y la apegó a su pecho mientras le daba un beso en la corona de la cabeza.
-¿De verdad? -lo miró hacia arriba gracias a la diferencia de altura.
-De verdad -Odelya sonrió y se paso en puntitas para darle un corto besito, pero Jason no le permitió aquello y con una de sus manos le sujetó el cuello, tiró del labio de la chica y le introdujo la lengua cuando Odelya abrió la boca.
Se dedicó a explorar y deleitar los labios de su compañera de aventuras y cuando se sintió satisfecho la soltó dejándola descolocada y colorada
-Tonto -murmuró apartando su mirada.
-¿Estas lista? -la miró a través del espejo.
-¿Lista? ¿Para qué?
-Planee algo para ti
-¿Si? -se volteó emocionada. -¿Qué es?
-Una sorpresa
-Dime
-Ah, ah -negó.
-Jason -se volteó para quedar frente a él.
-Mhm -alzó los hombros. -Quizás si me das otros de esos besos...
-¿Besos? ¿Qué clase de besos?
-De los que me gustan
-¡Listo! -iba a hacerlo pero se detuvo. -Espera ¿Qué me asegura que me lo dirás?
-Tendrás que confiar
-Mhm
Y producto de aquella petición se tardaron más de media hora besándose para poder ir al destino planeado por el antihéroe.
(...)
-Entonces ¿El pedal izquierdo es el embrague?
-Ajá
-¿El del medio es el freno?
-Si
-¿Y el más larguito es el acelerador?
-Exacto -la miró. -Ahora para acelerar vas a cambiar la palanca de cambios a primera-la chica obedeció. -Y vas apretando el acelerador mientras sueltas despacito el embrague
-Okey -siguió las instrucciones pero el vehículo se le detuvo de golpe. -¡Ves! Lo mío no es conducir
-Intentalo otra vez Odelya -le instó ligeramente irritado.
-Bien, bien -lo intentó una vez más y esta vez el auto comenzó a andar. -¡Jason! ¡Estoy manejando!
-Vamos nena, vas estupendo
La chiquilla comenzó a andar con un poco más de velocidad.
-Ahora cambia a segunda
-Bien -lo realizó. -¿Cómo se cuando tengo que ir dando cambios?
-El auto te lo pide
-¿Qué? -lo miró asustada.
-Ojos en la carretera
-¡Jason! -exclamó desesperada. -¿Cómo voy a saberlo? ¿Me va a enviar un mensaje al cerebro o algo así? -Jason soltó una risotada. -¡Jason!
-Nena, lo vas a sentir
-¿Pero cómo?
-Te lo explicaré de otra forma -se acomodó mejor en el asiento de copiloto. -Imagina que nos estamos besando
-Okey
-Y es de esos besos sucios que nos damos
-Jason -lo regañó.
-Pon atención a la enseñanza
-Entonces explica bien -sintió un ruido provenir del Jeep. -¿Jason?
-Has el cambio a tercera -obedeció. -Eso no puede pasar, tienes que hacer el cambio antes de que suene
-Conducir es muy complicado -se quejó. -Prosigue con la explicación
-Bueno, lo que estaba diciendo es que cuando nos besamos por mucho rato sentimos la falta de aire -odelya asintió. -Ya sabe, sentimos hormigueos en los brazos y así. Ocurre exactamente lo mismo con el auto
-No entiendo
-Lo que quiero decir es que el vehículo pierde potencia
-Ah -asintió y cuando le tomó el peso real a las palabras dijo. -¡Ahhh! Ya entendí -sonrió emocionada. -Entonces ¿Esto es conducir?
-Eso es conducir
-Que sencillo -Jason sonrió. -¿A dónde vamos ahora?
-A Santa Bárbara
-¿Qué haremos ahí?
-Muchas cosas, preciosa -la miró con cariño. -Ahora enfócate en saborear tu primera vez conduciendo
-Gracias Jason -lo miró. -Por enseñarme a conducir
-Por ti haría lo que fuera -ladeó su cabeza. -Aunque si quieres agradecerme ya sabe qué ha...
-Cierra la boca
Y Jason carcajeo a gusto de su compañía.
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