Seventeen: love in the midst of fear
Capitulo diecisiete: El amor en medio del temor.
Habían llegado a Santa Bárbara en la madrugada, con exactitud a las dos con diecisiete minutos, recorrieron unos minutos la ciudad hasta dar con un motel donde iba a reponer energías durmiendo un par de horas. Odelya se había encargado, por primera vez, de conducir durante todo el trayecto desde Santa Mónica hasta Santa bárbara los cuales son cerca de dos horas, pero tardaron muchísimo mas horas porque en el trayecto se detuvieron a comer y a nadar en los ríos naturales que tenía el estado de California. Además se le suma que perdieron demasiado tiempo comiéndose la boca.
Demasiado.
Cuando ingresaron a la habitación del motel se quitaron los zapatos y se tiraron a la cama tamaño king para dormir, sin importarle realizar las divisiones que tan acostumbrados estaban de hacer desde el primer día que emprendieron el viajo juntos. Odelya se quitó la cinta que sujetaba en una coleta alta su cabello, abrió las tapas de la cama y se metió dentro. Por otro lado, Jason se despojó de su camiseta roja y se metió justo al lado de su castaña, quien ya estaba dormitando.
Se acomodó mejor para poder observar a la chiquilla y por primera vez se atrevió a atraerla con sus brazos hacía él.
—No te muevas tanto —se quejó la estudiante mientras acomodaba su frente en el amplio pecho de su pareja.
Jason solo rió mientras le acariciaba con su pulgar la cintura cubierta por el vestido.
No pasó demasiado tiempo para que el antihéroe tambien cayera dormido.
Y ahora, luego de haber descansado adecuadamente se encontraban listos para un nuevo día de aventuras.
Jason se había vestido con un short veraniego justo a una camisa tipo hawaiana y sus tenis que lo han venido acompañando estos cuatro meses de viaje. Odelya, en cambio, optó por un vestido rojo con puntos linea a que se cruzaba y ataba a un costado con las cintas que colgaban de la cintura, se puso sus sandalias con tirantes negros y el sombrero que su pareja días atrás le había comprado.
—Ahora que veo tu playera —le habló la castaña mientras se sentaba en la cama mirando al hombre que se encargaba de guardar todo. —Algún día me encantaría visitar Hawaii
—Visitemos Hawaii juntos —aquella propuesta sorprendió a la chiquilla.
—¿Hablas en serio?
—Totalmente en serio
—Es una promesa —le sonrió emocionada. —Una promesa que debemos cumplir juntos y solo juntos
—Lo que desees, preciosa —terminó de cerrar el cierre del bolso donde guardaban la ropa. —Ahora vamos andando
—¿Dónde iremos hoy?
—Es una sorpresa
—Tu y tus sorpresas
—No estas curiosa por saber
—Nop —salieron de la habitación y caminaron a la par hacía las escaleras. —Porque de todas formas la veré así que ya no caigo en tus juegos
—Ay, como si no te gustara el hecho de tener mi lengua en tu boca
—¡Jason! —lo regañó mientras se reía.
Una vez que entregaron las llaves de la habitación emprendieron el viaje en el Jeep hasta el muelle principal de Santa Bárbara. El viaje fue corto en comparación a todas las millas que han recorrido durante estos meses.
Cuando ambos se bajaron, Jason se aseguro de tomar el bolso donde tenía todo lo necesario para estar en el gran oceano. Guío a Odelya por el puente de madera con una de sus manos en la cintura de la femina hasta llegar justo frente al barco que había arrendado.
Los ojos color chocolate de la mujer universitaria estaban llenos de lágrimas contenidas al ver aquel gran velero varado justo en uno de los puertos de aquel muelle de Santa Bárbara. El viento corría con fuerza gracias a la brisa marina pero aquello no le importaba, en realidad ya nada le importaba a Odelya Zaharie.
Porque sentía que lo tenía todo al lado de Jason.
El primer hombre en su vida.
Y esperaba que fuera el unico.
—Jason —se volteó a mirarlo, ya que estaba justo atrás de ella. —Esto es...
—Si —asintió mientras se acomodaba la correa del bolso. —Cumpliras tu sueño de andar en velero y ver a delfines
—Jason —lo llamó llorando. —Yo no, yo no...
—¿Nena?
—¿Por qué? —le preguntó mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
—Porque te lo mereces, Odelya —dejó el bolso en el suelo y se acercó a la morena acunando con sus manos masculinas el rostro de esta. —Te mereces esto y mucho más
—Eres increíble
—Lo sé —le dió un beso en la frente para luego soltarla y recoger el bolso. —Y ahora verás que soy mucho más increíble y sexy cuando me veas guiando el timón
(...)
Unas horas más tarde el viaje sobre el mar había finalizad.
Y Odelya tenía muchas cosas que procesar.
La primera era que había hecho una especie de picnic en medio del mar con el hombre de sus sueños.
Lo segundo era que se había despojado de su vestidito, quedando en ropa interior para lanzarse al mar en compañía del antihéroe.
Y lo tercero y más impactante en que el antihéroe le había confesado sus planes de llevar esta relación a la ciudad.
Odelya lo escuchó con tanta atención que no pudo evitar sentir mariposas en el estómago. Incluso ahora, que observaba dormir a Jason las sentía.
La forma en que la trató había sido de en sueño.
—Nena —la llamó sabiendo que la chica que estaba entre sus brazos y con la espalda pegada a su pecho lo estaba escuchando con atención.
—Jayjay —le respondió mientras se metía una uva verde a la boca.
—¿Qué opinas de...? —dudó un poco sobre hacer la pregunta. —¿De llevar esto a la ciudad?
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que cuando volvamos a la ciudad no perdamos el contacto y sigamos juntos
—¿Quieres eso? —se volteó a mirarlo. —Quiero decir ¿Tu realmente lo quieres?
—¿Por qué lo cuestionas? —arrugo el entrecejo. —¿Acaso tu dudas de esto?
—¿Qué? ¡Por supuesto que no! —se defendió. —Es solo que...
—¿Qué?
—Quizás la vida que llevo en la ciudad no te... guste —fue bajando la voz.
—Odelya, creí que había avanz...
—¡Lo sé! —lo interrumpió. —Es solo que, ya sabes. En la ciudad soy una más del montón, una nerd que le encanta estudiar y estar tranquila, alguien que definitivamente no es tu tipo
—¿Y eso qué? —su tono de voz sonó molesto. —¿Estas poniendo en duda lo que siento por ti?
—No es...
—¿Entonces qué? —se separó de ella. —¿No te basta mis actos de amor para demostrarte lo que siento por ti?
—Jason no...
—¿Qué más quieres? ¿Qué más debo hacer para que me creas?
—¡Jason! —el nombrado detuvo su andar. —Escucha, cuando nos conocimos en reiteradas ocasiones me dijiste que no era tu tipo y que jamás me mirarias con otr...
—¡Lo sé, maldita seas! Pero eso cambio, yo cambié. Lo que siento por ti es tan... —se desepero. —Tan... —buscó palabras. —Tan inexplicable, Odelya, que jamás lo sentí con mis anteriores parejas
—¿Si?
—Si ¡Demonios, si! —se llevó las manos al pelo.
—Entonces si es así, si —le sonrió cuando el de mechon blanco se volteó. —Si Jason, sigamos juntos incluso en la ciudad
—Nena —emocionado caminó hacía ella y la tomó de la cintura elevandola del suelo. —Prometo que te haré feliz ¡Muy feliz!
—Ya lo soy Jason —le acarició con su manita la mejilla donde estaba la cicatriz de "J". —Lo soy desde el día en que te conocí
—Te adoro, Odelya
—Te adoro, Jason
Y sellaron aquella promesa con un beso.
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