20
Los gemidos de ambos chicos se escuchaban en la habitación, Jimin enterraba sus uñas en la piel blanquecina de Agust a cada embestida que le daba; Agust por su parte, sentía que el cuerpo del chico fue hecho para el suyo, era hermoso y delicado y lo calentaba muy bien. Cuando llegaron a la liberación ambos se besaron de manera lenta y Agust luego de dejar su semen dentro del otro salió y se acostó a la par suya, Jimin se cubrió con la cobija y le dio un corto beso en los labios al pálido.
—Me siento muy cansado. —sé recostó en el pecho del pálido.
—Es obvio que te sientas así, ya que fue tu primera vez. —le acarició la espalda. —esta siempre te roba toda la energía.
—Agust. —Lo llamo Jimin.
—Si Jimin. —le dijo.
—¿Esto puede ser nuestro secreto? —preguntó. —por tu bien y el de tu hermano.
—Claro. —asintió.
Jimin sintió como el pálido se levantaba y se cambiaba, al estar listo le dio un beso en la frente y le dijo que debía irse a su casa, pero si necesitaba ayuda que no dudará en llamarlo. Cuando se fue Jimin se levantó y se bañó tranquilo para luego cambiarse y hacer sus tareas, él vio como la puerta se abrió y dejó ver a su padre.
—Papá. —le dijo.
—¿Qué ocurre hijo? —preguntó el hombre.
—Lo pensé y este fin de semana iré a ver a mamá. —respondió.
—Has estado ignorando sus llamadas. —se acercó y lo abrazó. —Lo menos que quiero es que te sientas presionado.
—No lo estoy. —negó. —tal vez viéndola ya no moleste más.
—Confiaré en ti hijo. —se alejó. —¿Quieres que yo te lleve?
—No papá. —negó. —estaré bien.
—Está bien. —asintió. —te veo más feliz hijo, ya no te veía así luego de eso.
—Voy mejorando. —sonrió. —La terapia sirvió después de todo.
—Eso me alegra. —le dio un beso en la frente. —veo que haces tus tareas, te dejaré seguir.
Jimin asintió y siguió con lo suyo, al terminar se levantó y se dirigió a su habitación donde vio su álbum, lo abrió y vio las fotografías hasta que llegó a la de los gemelos, Min la acaricio lentamente.
—Nadie merece ser feliz. —fingió hacer un corazón en la fotografía de ambos pálidos.
Jimin siguió viendo las fotografías hasta que vio la que tenía partida a la mitad y la acaricio mientras lágrimas resbalaban por sus ojos.
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