03.
Todos observaron al hombre que estaba delante suya. Tenía un casco metálico que le tapaba por completo la cara, haciendo imposible adivinar quién era. A su lado, estaba un chico algo mayor que ellos y un hombre de rojo, que parecía el mismísimo diablo.
-Bueno, si el telépata no está aquí, yo me quito esto.- se quitó el casco.- Buenas a todos. Me llamo Sebastian Shaw, y habrá una revolución. Cuando la gente descubra lo que somos y lo que podemos hacer, vendrán a por nosotros, nos darán caza, ¿verdad, Josephine?- el hombre miró a la joven.- Podemos ser esclavos o gobernantes. Pero, si no venís conmigo, estáis por definición en contra mía.- se acercó un poco.
-No te acerques más.- Joey movió las manos, formando una espada en sus manos.
-Asombroso.- la tocó, pero apartó la mano, en su cara, había miedo. Joey miró al hombre con curiosidad- Conmigo, os tratarán como reyes.- miró a Darwin.- Y reinas.- Ángel sonrió y le dio la mano a Shaw.
-¿Qué haces?- murmuró.- Ángel...
-Buena decisión, encanto.- dijo el hombre.
Darwin le dijo algo a Alex pero Joey no prestó atención, seguía mirando a Shaw, que la miraba con terror. Observaba a Ángel, que la miraba apenada. De repente, Darwin y Alex empezaron a empujarse y Darwin se giró hacia Shaw y el resto.
-Esperen.- no, no, tú no, pensó la chica.- Me voy con ustedes.
-Gran decisión. ¿Puedo preguntar lo que haces?
-Me adapto.
-Maravilloso.- Darwin les miró.
-¡Alex, ahora!- Raven la apartó del lado del rubio y lanzó sus anillos contra Shaw, que los redujo a una simple bola de energía.
Le agarró la boca a Darwin y se burló de él, acto seguido, le metió la bola de energía pura en la boca. El demonio les agarró y todos se marcharon. Alex y Josephine se quedaron observando a Darwin, que extendió sus manos hacia ellos en busca de ayuda.
-Tenemos que ayudarle.
-No podemos, Jo, no podemos, está muerto.- Alex se puso delante de la chica.- -Tenemos que irnos, lo siento.
-No podemos dejarle aquí...- intentó que Alex se apartara.
De repente, la onda expansiva de Darwin, tiró a Alex y Joey contra una pared, cuando la chica abrió los ojos, veía borroso, pero podía distinguir el cuerpo de Alex acercándose a ella y ayudándola a levantarse.
-¿Darwin está bien?
-No queda nada de él. Se ha desintegrado.
-Dios mío.- se tapó la boca con las manos.
[...]
Josephine le agarró la mano a Raven y jugaba con ella, cualquier cosa le servía para distraerse de lo que acababa de pasar. Darwin estaba muerto y no podían haberlo evitado. Erik, Charles y Moira aparecieron delante de los jóvenes.
-Os vais a casa, os volvéis, esto no es seguro.- dijo Charles.
-No, Alex no va a volver a la cárcel.- Josephine se levantó.- Y yo no quiero volver a mi piso.
-No, esto es peligroso.
-Charles, Darwin está muerto y no hemos podido ni enterrarlo.
-Podéis vengarle.- miró a Erik.
-Ahora sí que nos entendemos.- la morena sonrió muy levemente.
-Está bien, pero tenemos que entrenar. Todos, ¿está claro?- todos asintieron.
-No podemos quedarnos aquí, aunque reabran, saben dónde estamos.- dijo Hank.
-Conocemos un lugar.- Raven miró a Charles.
[...]
Todos se subieron al furgón y Josephine estuvo la hora completa durmiendo sobre el hombro de Alex, que no se apartó por miedo a despertar a la chica, que seguía traumada con lo que hbía pasado con Darwin.
Cuando llegaron, el rubio le dio un toque a la morena para despertarla, puesto que habían llegado a su destino. La chica agradeció el gesto, pero acto seguido volvió a mirarle mal al chico.
-Sigo odiándote, que conste. ¿Es vuestro?- preguntó Joey caminando hacia la casa delante suya.
-De todos.- corrigió Charles.
-Vaya, Charlie, cuántas privaciones tuviste de pequeño, ¿eh?- dijo sarcástica.
-Sí, la verdad no sé cómo sobreviviste.
-Gracias a mí.- río Raven.- Vamos, os enseñamos la casa.- todos empezaron a caminar pero Alex se quedó parado.
-¿Todo bien, Cara Bonita?- preguntó Josephine con curiosidad..
-Creo que sí. Es que he pasado de vivir en la cárcel a tener amigos.
-No eres el único. Yo vivía sola en un piso de mala muerte antes de que me encontrasen. Nos acostumbraremos juntos.
-¿No me odiabas?
-Sigo siendo una persona con sentimientos.
-Gracias, Jo, de verdad.
-De nada, Cara Bonita.
[...]
Joey se quitó los zapatos y empezó a bailar por toda la sala, recordaba cada paso del baile como si hubiese tenido el recital de baile hacía dos días. Cuando dio el último salto y cayó, empezó a oír unas palmadas lentamente.
-¿Desde cuándo bailas?
-Desde que tenía siete años. Lo dejé a los trece.- le contestó a Erik.
-¿Por qué lo dejaste?
-Descubrí mis poderes.- ella se tocó las manos.- Por poco mato a mi amiga.
-¿Qué pasó?
-Golpée una pelota y en medio del aire se convirtió en cristal, y casi le cae en la cabeza. Y entonces mis padres decidieron echarme de casa.
-Lo siento.
-¿Por?
-Por qué tuviste que huir.
-Lo hice para protegerlos y para proteger a mi hermana pequeña.- rio al recordarla.
-Deberías irte a dormir, Joey. Mañana empezamos temprano.- ambos se despidieron y ella volvió a su cuarto, por el caminó se encontró a cierto rubio.
-Hola Cara Bonita.
-Hola Josephine.- ella rodó los ojos.
-Deja de llamarme así, antes me llamaste Jo, eso me gusta más que Josephine.- el rubio sonrió y se encogió de hombros.
-Está bien, Jo.- ella sonrió un poco.
-¿Nos vemos mañana?- ella se apoyó sobre el marco de su puerta.
-Nos vemos mañana.- ambos se metieron en sus respectivos cuartos y cuando él se metió en su cama, no podía dormir.
Por su mente solo se repetían las imágenes de Josephine y todas las veces que le había sonreído ese día. Era extraño, solo se conocían desde hacía un día, pero Alex tenía la sensación de que se conocían de toda la vida.
-Josephine Darwin, no sabes el efecto que tienes sobre mí.
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