Las piernas de Josephine se estaban cansando mucho, no podía seguir corriendo, pero tenía que hacerlo, de lo contrario, no saldría viva de esta. La masa de gente la perseguía, asustados de su poder, no lo entendían, y sinceramente, Josephine tampoco entendía por qué le había tocado a ella.

Sus poderes llegaron hacía tres meses, cuando jugando con su amiga, tocó la pelota y esta se convirtió en una pelota de cristal. Con el tiempo, Joey empezó a entender sus poderes, podía manipular los átomos de los objetos para reorganizarlos y transformarlos en otras cosas.

Que ella entendiera y usara responsablemente sus poderes, no significaba que la gente tuviera que aceptarla, y eso lo aprendió por las malas, como hace media hora, cuando a un niño se le reventó un globo y creó otro de la nada, lo que asustó a la gente y empezó a acosarla y gritarle.

En otra parte de E.E.U.U, un niño rubio también escapaba, su mutación se había manifestado y sin querer había destrozado por completo los baños de su instituto, por lo que llegó la policía y Alex, el niño se dio cuenta de que él no era normal y que pagaría por ello.

Le dolía tener que abandonar a su hermano, Scott, que solo tenía ocho años, pero Alex sabía que él era un peligro para su familia, por lo que empezó a vivir en la calle, intentando controlar su temperamento y que sus anillas de energía rojas no hirieran a nadie.

Bendito sea el destino que quería que estas dos almas se encontrasen y se cuidaran la una a la otra, aunque a veces el destino es muy travieso y en vez de que estas almas se llevaran bien desde el principio, decidió que se odiasen.

Esta es la historia de cómo dos personas rotas y marginadas pueden convertirse en algo mejor, con la ayuda del otro y una única misión, evitar una guerra. Pero, ¿qué pasa cuando el caos conoce la tranquilidad? ¿Cuando la destrucción conoce a la creación? ¿Cuando el amor conoce al odio?

Si de verdad estás interesado en saber cómo Alex y Jey se conocen sugiero que te pongas cómodo o cómoda, te prepares una buena playlist y dejes que las palabras fluyan por tus ojos, quedando enamorado de la pareja como ambos lo están del otro.