Jueves, 27 de mayo de 2021, 15:31

Cuando pasé a segundo de secundaria, un chico llegó al salón.

Al principio no le tomé mucha importancia, ya que eran años donde muchas personas entraban a mi escuela porque era una de las mejores en el país.

El caso es que al principio no le hablaba, de hecho nadie lo hacía. Él es australiano y hablaba muy bien el coreano. Sin embargo, nadie estaba realmente interesado en formar algo con él.

Me vi obligado a acercarme para incluirlo al salón, y además porque hicimos un proyecto juntos.

Él es un Sol que aún me ilumina con su recuerdo.

Lo siento si sueno cursi, pero si hablara de forma más simple de él, siento que no le estaría haciendo justicia a lo que significó para mí... y aún significa.

Él me gustó, yo le gusté después.

Ninguno dijo nada por el resto del segundo año, todo era risas y buenos ratos.

Pasamos a tercero, y el peso del estudio se triplicó.

Teníamos el examen cada vez más cerca, y teníamos menos tiempo para vernos.

En una de las pocas veces que salíamos a la semana para ir a la biblioteca, él me besó.

Creo que nunca fui tan feliz.

Pero no me duró mucho. No nos... duró.

Ambos estábamos cansados de ocultarnos y de tanta presión, pero ninguno hizo nada.

Por el CSAT nos veíamos menos, y cuando hablábamos de nuestra relación, sólo guardábamos silencio.

Poco a poco llegó la graduación, nos vimos por última vez allí. Hablamos, reímos un poco, y no le he vuelto a ver.

Me arrepiento de no haber hecho nada para mantenerme a su lado.

Si tan siquiera hubiese sido un poco más valiente, tal vez él estaría conmigo ahora.

Por eso, Sunwoo, si realmente quieres estar con él... debes hacer algo.

Da miedo, sí. Te tiemblan las manos de sólo imaginar qué dirán tus padres.

Entonces ahí estarás entre la espada y la pared, calculando el valor de lo que te rodea y qué tan duro tendrás que pelear por ello.

Sunwoo.

¿Riki vale la pena?

;;♬;;

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