Capítulo XIV
Martes, 25 de mayo de 2021, 23:15
El sentimiento le era difícil de entender. Se expandía por toda su mente, acaparando lo demás.
Se sentía pesado.
Trató de comprender, quería hacerlo, pero la realidad de su situación lo llevó a tratar de huir del tema.
Casi no había estado hablando con Riki, diciéndole que debía de estudiar.
Ya que sólo pienso en ti y me es difícil centrarme, tengo que estudiar el doble.
Obviamente no le había dicho eso.
Pero, ¿qué significaba el no poder sacarse a Riki de sus pensamientos? ¿Qué significaban estos raros deseos de pasar tiempo con él y no sólo para ir a la escuela?
No entendía nada y al mismo tiempo sentía que lo sabía todo.
Sólo un empujón.
-Sunwoo, háblame.
-¿Qué pasa?
-Te extraño.
Sunwoo miró el techo de su habitación.
Otra vez el rubor, las cosquillas en el pecho y la necesidad de decirle mil y un cosas que no sabía qué eran.
Se iba a volver loco.
-Te veré en el mismo lugar que hace una semana.
Entonces volvió a hacer lo mismo: bajó con sigilo, al abrir la puerta hizo un chirriante sonido al que no quiso ponerle atención.
Entonces miró a Riki en su patio.
-¿Para qué q-querías verme?
-N-No tengo una razón exacta.
Delante de él, Riki vestía su pijama que consistía en un short y una camiseta muy grande. Sunwoo llevaba un conjunto de color azul rey.
Ante los ojos de cada uno, el contrario se veía adorable.
Riki observó hacia la luna. Ahora era pequeña, apenas se podía notar una línea curveada de ella.
-Esta luna también es bonita.
El mayor miró el rostro de Riki siendo iluminado por la luz de la luna, y sintió su corazón hacer una rara maroma en su pecho.
Entonces los ojos de Sunwoo fueron a parar a la mano de Riki, luego la suya y exactamente no sabía qué hacer.
Entonces la extendió.
Riki la miró, confundido.
-¿Qué pasa?
Sunwoo no decía nada, sus latidos eran tan fuertes que le aturdían.
Riki se acercó, quedando en silencio también. Miró nuevamente la mano del mayor, como si esperase algo de él.
Y Sunwoo murmuró algo que le fue imposible de escuchar.
-¿Qué dijo, hyung?
-Dame la mano.
¿Oyó mal? ¿Realmente le estaba pidiendo eso?
Se relamió los labios. Sunwoo no le estaba mirando, y no sabía si podía pedir explicaciones.
Entonces tomó su mano, haciendo que Sunwoo diera un salto en su lugar.
-Tú me pediste esto, ¿por qué te asustas? -preguntó con una risita y Sunwoo tembló-. ¿Hyung...?
-Lo siento, Riki -un par de pasos más y el mayor dejó caer su frente en el hombro ajeno. Estaba ido, tanto que no lo pensó mucho hasta decir-: Creo que me gustas.
El silencio fue incómodo, y un cuchillo de dos filos para Sunwoo. Sintió la vergüenza de haber soltado algo así, tener sus manos entrelazadas y estar tan cerca al mismo tiempo.
No sabía si le gustaba el sentimiento de sentirse así de... débil. Riki era el único capaz de tenerle todo ruborizado y avergonzado.
¿Qué clase de poder era ese?
-Hyung... ¿Estás seguro?
El azabache no contestó. Riki chasqueó la lengua y de la nada su mano desocupada reposó en el pecho de Sunwoo, sintiendo sus latidos golpear contra su mano.
Oh, era verdad.
Entonces se sonrojó.
Riki tragó duro y reforzó el agarre. Ahora mismo él también se encontraba nervioso.
Se quedaron así, un par de segundos. Ambos pensando a mil por minuto, sin saber qué decir. Riki suspiró.
Quería sacar de su pecho la frase que terminaría por colocar a los dos en una posición más cercana y sería, sin embargo no sabía si hacerlo.
Tenía un poco de miedo, obviamente. Conocía la situación de Sunwoo, así que estaba un poco dudoso en si era lo mejor confesarle que le gustó desde el momento en que le vio a través de la ventana en su primer día.
No quería que Sunwoo tuviera problemas, y él no necesitaba volver a esconder secretos de los demás. No le gustaba eso, y era una de las razones por la cual estaba viviendo en Corea.
Entonces recordó a su madre, viéndole con ojos rojos de tanto llorar y una mueca de impotencia.
Tú tienes el derecho a hablar, a amar y a expresar libremente tu felicidad.
-Hyung, ¿alguna vez le conté el por qué vine a Seul?
-¿El trabajo de tus padres? -murmuró con seriedad, algo confundido ya que Riki había cambiado de tema.
-No, yo no quise volver a ir a la escuela en Japón.
Sunwoo se separó de Riki y le vio alarmado.
-¿Por qué?
Sus manos seguían unidas.
-Mis compañeros me molestaban porque soy gay -sonrió-. Nadie hacía nada por defenderme, y si yo lo hacía, el que terminaba apuntado era yo. Eso afectó a mi familia también y decidimos dejar atrás las miradas juzgonas y las compañías tóxicas.
No habló más de diez segundos, pero Sunwoo ya estaba inundado de información.
-¿Q-Qué?
-Mis padres me apoyaron, jamás se avergonzaron de mí y me amaron, cambiando cada lágrima por una sonrisa -Riki volteó a ver sus manos, seguían entrelazadas-. Y tú... terminaste de convertir a Seúl en mi nuevo hogar. También me gustas, desde que te conocí siento esto. Realmente quisiera estar en una relación contigo pero... -Sunwoo sintió que su cabeza iba a doler- sé que tus padres no... aceptarían lo nuestro. Aprendí a no sentirme encarcelado en las mentiras de nuevo.
Las palabras que quería soltar para terminar de poner en claro todo fueron interrumpidas por un sentimiento amargo de culpa cuando la expresión de Sunwoo no expresaba nada más que tristeza.
-Entiendo. Incluso si pongo en orden mis pensamientos, no importa ya que mis padres siguen ahí. Estoy acostumbrado -entonces soltó la mano de Riki, y se sintió vacío.
La impotencia que sentía le comenzó a inundar y por primera vez sintió las terribles ganas de tirar todo a la mierda.
Cobarde.
-Sunwoo hyung, calma -dijo el menor al ver que los ojos contrarios se llenaron de lágrimas y su ceño se frunció. Notó el enojo detrás de ello, y estaba preocupado. Lo quería tomar del brazo, pero Sunwoo se apartó antes.
-Y-Yo debo ir a dormir.
Se giró, comenzando a cambiar hacia la puerta. Riki chasqueó la lengua y le persiguió, logrando agarrarle antes de que siguiera avanzando y le jaló.
Sus rostros quedaron a un par de molestos centímetros.
-Mi papá me enseñó que uno no se debe dormir enojado -lentamente colocó sus manos en cada lado del rostro de Sunwoo, acunándolo-. Escúchame, ¿sí? -el mayor le miró unos momentos, y asintió-. Definitivamente me gustas, e incluso si no somos más que amigos ahora mismo, eso no va a cambiar, ¿bien? Sé que te molesta toda la presión que te ponen tus padres.
-Quiero... librarme.
Riki sonrió un poco.
-Entonces te esperaré, y te ayudaré si lo necesitas.
Y como si esas palabras fueran algún tipo de tranquilizante, sintió su pecho llenarse de una extraña paz.
Riki le sonrió, él sonrió y el ambiente cambió de una forma algo alarmante.
Comenzaron a ser muy conscientes de la poca distancia que había entre los dos, sonrojándoles.
-A-Ahm... Debería subir... -el rubio corroboró la idea con un sentimiento, pero no le soltaba-. ¿Ri-?
La palabra se quedó estancada debido a un beso que aterrizó en sus labios. Fue fugaz, rápido, pequeño y suficiente para tenerle balbuceando por algo que decir.
El efecto Riki lo tenía capturado, sin duda.
;;♬;;
⠀⠀⠀
no he podido actualizar ya que he estado
enfocándome en el trabajo y ¡ayer cumplí
años!, así que también estaba algo estresada
con eso.
me regalaron un ukelele uwu
tengan lindo día.
⠀⠀⠀
♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro