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Martes, 18 de mayo de 2021, 21:15

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-Sunwoo hyung.

-¿Uhm?

-Quiero verte.

-Di-Digo, ya han pasado dos semanas desde la cena y no nos hemos vuelto a ver para platicar y eso. Las únicas veces en las que nos vemos es por las mañanas para ir a la escuela... y eso no es suficiente para mí.

Sunwoo se miró al espejo con la sospecha y confirmando que sus mejillas estaban carmines.

-Ya sabrás que no me dejan salir...

-¿Y tu patio? Tal vez en el patio trasero no nos vean.

El mayor se la pensó un poco. Ya había caído la noche, aproximadamente a esa hora sus padres iban a dormir para levantarse mañana temprano. Él debería hacerlo igual, pero sería una mentira si dijera que no estaba realmente deseando ir a pasar el rato con Riki.

-Te veo allí.

Entonces salió de su cuarto, escuchando el extremo silencio que reinaba. Caminó lo más sigiloso que pudo, sin embargo casi le da un paro cardíaco cuando al querer abrir la puerta, ésta rechinó.

Para su suerte no se escuchaban los pasos de nadie yendo a donde él, y pudo salir.

-Hola, hyung.

-¿Cómo es que estás del otro lado de la valla? -preguntó sorprendido Sunwoo al ver a Riki en su patio.

-Oh, no es muy alta así que la salté -de su bolsillo sacó su celular, viendo la hora-. Supongo que no podemos hablar por mucho tiempo ya que tienes que descansar -Sunwoo asintió-. Hay que sentarnos.

El par de jóvenes tomaron asiento en el piso en flor de loto, uno frente al otro. Riki tenía puesto un jean y un suéter negro, mientras que Sunwoo ya estaba con su pijama color vino.

-¿Todo fue bien hoy?

Sunwoo la pensó un poco, cruzándose de brazos.

-Sunghoon me dejó mucha tarea, pero nada tan malo. Pude terminarla antes de la cena -sus ojos viajaron hasta la luna, viéndola detenidamente-. Es una luna llena.

Riki se giró por unos segundos, sin embargo sus ojos estaban pegados en el contrario, tratando de verle lo más que podía antes de tener que volver a su casa.

Sunwoo era totalmente su tipo. Sus mejillas eran adorables, sus ojos grandes y su cabello azabache que comenzaba a cubrir parte de su rostro. Se preguntaba si le impedía ver en ocasiones.

-¿Te gusta ver el cielo?

-Es agradable, aunque sólo me hace recordar todos los días que estoy perdiendo dentro de mi cuarto -hizo una mueca apenada-. Nunca fui tan consciente de eso hasta ahora.

-¿Por qué...?

Sunwoo dejó de mirar el cielo para ver a su menor, quien le veía devuelta con atención.

-Por fin tengo un amigo, así que sólo pienso en poder pasar más tiempo juntos, y es entonces que me doy cuenta de lo mucho que me desespera mi posición. Sin darme cuenta esperaba que habláramos todos los días a todas horas, ya que es lo único que tengo.

Las palabras se deslizaron de su lengua como si fuesen livianas, pero todo lo contrario. Causaron impacto tanto en el que las escuchó tanto como en el que las dijo.

Gracias a la oscuridad, sus rostros ruborizados pudieron esconderse.

-Hyung...

-¿Uhm?

-¿Te ha gustado alguien alguna vez?

Sunwoo miró sus manos, miró el suelo y después a Riki. Trataba de dar con las palabras idóneas para responder a eso.

-No... Ni siquiera sé cómo se siente.

Riki se relamió los labios, un poco nervioso por estar tanteando el terreno de forma tan peligrosa.

-¿Nunca has leído una novela?

Riki se enteró que Sunwoo a veces iba a la biblioteca después de clases con la excusa de estudiar, pero se ponía a leer algo que le llamase la atención.

Sunwoo negó.

-No soy fan del romance. Me gustan las novelas de suspenso, y han llegado a tocar ese tema pero de una manera muy superficial.

Riki se acomodó un poco, no estando seguro de si seguir hablando del tema.

-Yo una vez leí una para la clase de Lengua Materna -susurró-. Hablaban del amor como algo tan... hermoso. Cosquillas por el cuerpo, mejillas cansadas de sonreír, ganas inmensas de compartir todo con esa persona y... simplemente recordarle que la quieres. Sin embargo, también existían los momentos en los que el corazón dolía de tanto querer. Situaciones felices y tristes que llegas a vivir cuando estás enamorado. En ese momento no entendía por qué querrías amar si ibas a sufrir... Creo que ahora lo entiendo.

-¿En serio?

Riki miró a sus piernas, incapaz de mantener la mirada en el mayor.

-Yo podría esperar semanas con tal de compartir con esa persona una noche de luna llena.

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