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1. If We




Walk on Memories

IF WE





Kyungsoo se siente nervioso, está mordiendo sus uñas mientras espera pacientemente en la clínica privada para que el médico especialista, Lee Dong Hae, quien ha seguido el historial de su familia, incluyendo el de sus hermanos mayores, lo atienda.

Estar en una zona hospitalaria le genera ansiedad, desde que su padre debió ser internado en un hospital por al menos tres meses, tiempo en que lo vio debilitarse y perder su jovialidad, junto a toda esperanza de recuperarse. Definitivamente odia los hospitales porque le recuerda toda la batalla de su papá, especialmente cuando el viejo Dodo —como cariñosamente le decían a su padre—- respiró por última vez; Kyungsoo estuvo allí, sosteniendo su mano hasta su último aliento.

Catorce meses después está sentado en una de esas incómodas sillas en la sala de espera, mira su reloj con cierta urgencia; el joven que se encuentra en la recepción, en una de las esquinas, le indica con su mano que se acerque; algo apenado le informa que el oncólogo Lee no podrá verlo, puesto que debió retirarse para hacer una cirugía de último momento, así que le sugiere que modifique la cita para el siguiente día. Kyungsoo hace una mueca con sus labios, mañana no pude, quedó de reunirse con el arquitecto, no tiene otro espacio en su agenda, ya que ha estado ocupado con todo lo relacionado a la apertura de una nueva sede de la Ferretería de la que es dueño, así que no tiene más tiempo, y necesita que el doctor realice el examen y le indique como cada seis meses que todo está bien con su próstata, que no hay ninguna evidencia de cáncer.

El chico hace un par de llamadas y le informe esperanzado que hay un nuevo médico, el doctor Kim, que justamente está disponible y lo atenderá en su consultorio ubicado en la sala C, Kyungsoo está en la A, asiente y le agradece. Quisiera que fuera su médico de siempre, pero qué más da.

La sala C está completamente vacía cuando llega, es el único esperando allí. Da unos pasos acercándose a la recepcionista, que está alistando su bolso, de seguro para salir, Kyungsoo algo alarmado, le dice que el especialista del consultorio 13C quedó de atenderlo; la mujer de cabello negro, y expresión cansada, revisa la pantalla de su computador, y en seguida le informa que el doctor ya sabe que lo atenderá, que no debe preocuparse. Kyungsoo asiente y observa a la mujer irse.

No pasa ni cinco minutos cuando un hombre de unos setenta años sale del consultorio, lo mira y le pregunta si es Do Kyungsoo, por supuesto que le responde afirmativamente, y el anciano educadamente le indica que ya puede ingresar al consultorio; le agradece y se pone de pie.

Kyungsoo gira el pomo de la puerta, y está a punto de saludar al médico, pero se detiene en sus pasos, abre los ojos sorprendido sin poder musitar palabra; ¡no lo puede creer!, realmente es JongIn, el chico que conoció hace una década, detrás del escritorio con una bata blanca y un fonendoscopio sobre su cuello.


—¿Es el señor Do Kyungsoo?

Kim JongIn lo mira al preguntar por su nombre, y no hay ni una gota de reconocimiento en su rostro neutro. Kyungsoo quiere reírse allí mismo de lo extraño e inverosímil de esta situación; pero entiende que Kim está en su papel de médico, o tal vez, simplemente no lo ha reconocido, aunque esa idea le resulte prácticamente imposible. En cualquier caso, él deberá acoplarse a su papel de paciente.

—Eh sí, soy yo. —Suena irreparablemente nervioso, mientras se sienta en la silla que le señala hasta quedar frente a él.

Y es increíble lo bien que se ve, sus rasgos han madurado, queda poco de esa cara infantil con la que lo conoció, excepto sus ojos, siguen siendo pequeños, achocolatados y cálidos.

—Discúlpeme señor Do, pero en este momento no he podido acceder a su historial médico —informa con su vista en el computador. Su voz es increíblemente grave—. Lo único que tengo entendido, de acuerdo a lo que me comentó brevemente el doctor Lee, es que usted viene por su examen de próstata.

Es como si en ese momento recibiera un baldado de agua fría sobre su cabeza, ya que por un momento ha olvidado la razón por la que está allí. Sus mejillas se han sonrojado con el solo hecho de pensar que justo su exnovio deberá hacerle el maldito examen. De todas las personas en el mundo, se reprocha mentalmente.


—Señor Do —JongIn lo mira detenidamente—. ¿Ha tenido relaciones anales siendo pasivo?

Kyungsoo sutilmente asiente con la cabeza tragando saliva, quiere hacerse pequeño para no sentir la mirada de JongIn taladrándolo antes de ponerse a escribir su respuesta en el computador.

—Le recuerdo que para hacer el examen no debió tener relaciones anales en los últimos 3 días.

—L-lo sé. No hay inconveniente con eso.

—¿Hace cuánto fue su última relación sexual anal?

Kyungsoo se lo queda mirando atónito, desde cuándo esa era una de las preguntas, nunca se lo han preguntado para este examen. JongIn parece algo apurado.

—No lo escucho, señor Do.

—Lo siento eh... ¿esa pregunta está en el cuestionario de anamnesis? —inquiere frunciendo el ceño. JongIn arquea una de sus cejas como si no se hubiese esperado esa pregunta tan directa.

—Por supuesto —responde aclarando su garganta—. ¿Acaso cree que tengo otro motivo?


"Sí, su relación de 3 años con su actual paciente".

Kyungsoo responde firmemente en su mente; y como un trueno resplandeciendo en su mente, las memorias de años atrás van construyendo un camino de recuerdos que no le apetece recorrer.

Ante la profunda mirada de JongIn, se ve negando en silencio a su pregunta, encorvándose en su puesto.

—¿Cuándo fue? —insiste.

—Hace quince meses —responde bajito. JongIn estrecha la mirada y se lo queda viendo hasta que se pone a escribir nuevamente.

—¿Algún antecedente familiar de cáncer de próstata?

—Sí, mi padre —responde sin dudarlo bajando la mirada, sus labios están apretados hasta convertirse en una fina línea.

JongIn deja de escribir al escucharlo, Kyungsoo alza la mirada, lo observa pestañear repetidamente, sus labios entreabiertos y por primera vez desde que entró en ese consultorio, parece salirse de su papel.


—¿Cómo está él? —pregunta con cierta duda; puede ver su preocupación escrita en todo su rostro; han pasado siete años sin verse, y aún puede descifrar sus expresiones. Kyungsoo niega con la cabeza antes de verbalizar su respuesta.

—Falleció, JongIn. —dice casi sin aliento. Él también se sale de su papel y lo llama por su nombre.

—El viejo Dodo, ¡no puede ser! —JongIn luce conmocionado antes de disculparse—. Yo lo siento —susurra. Lo que le incomoda.

La muerte de su padre lo golpeó terriblemente, más que a sus tres hermanos, tal vez porque era el menor y fue quien convivió con él hasta lo último. Era el encargado de llevarlo a sus quimios, y estaba pendiente que tomara su medicación a la hora correcta. No culpa a sus hermanos, ellos tenían sus propias dificultades, Shindong, se convertía en papá, y en cuanto a Leetuk y Yesung, trabajaban doble turno en la fábrica, luego que la Ferretería se fuera a la quiebra cuando su padre no pudo seguir al mando; así que prácticamente, él estaba al cuidado de su padre y de sus necesidades básicas.


—¿Ya terminaste con las preguntas? —Su voz es trémula. Pestañea repetidamente intentando no recordarlo, no en ese momento.

JongIn está a punto de decirle algo.

—Yo, ehm sí —señala distraídamente—. Puedes seguir al área de examinación, ponte la bata y cuando estés listo, me avisas.

Kyungsoo asiente y sin decir palabra, ingresa al pequeño cubículo, pasa la cortina, al menos un poco de privacidad para reordenar sus pensamientos; toma la bata entre sus manos; pero algo le sigue inquietando, así que mira por el borde de la cortina y se encuentra con la silueta de JongIn, de esta manera se cerciora que se trata del mismo chico que hace diez años apareció en la Ferretería de su padre para comprar un repuesto, JongIn de quince años en ese entonces, no tenía idea de lo que tenía que comprar, había olvidado el pedido de su madre.









—Por favor, me pueden vender ese cosito que se parece a eso que está allí —JongIn señala vagamente hacia un punto entre los estantes que llegan hasta el techo.

Sus hermanos mayores que lo están atendiendo, empiezan a reírse de él, su padre los escucha y disculpándose primero con el cliente, jala las orejas de sus hijos, ShinDong y Yesung, quienes se quejan de inmediato. Kyungsoo que está revisando los números del libro de contabilidad de la tienda, sonríe de medio lado, lo ha escuchado todo. Así que sale de su pequeño escondite detrás de la caja de registradora, sacude el polvillo rojizo que se ha incrustado en su uniforme y en seguida se acerca al chico, quien luce bastante apenado; le sonríe tranquilamente, y le pide que le explique para qué necesita lo qué está buscando, el joven luciendo menos tímido, le indica que su madre dijo que era para el tubo del gas en la cocina porque había una fuga; Kyungsoo abre grande los ojos cuando cree haberle entendido, con suerte, es justo lo que necesita cuando le muestra la abrazadera metálica. El chico le sonríe ampliamente luego de hacer la compra y le agradece por ayudarlo. Kyungsoo se encoge de hombros al verlo marchar, ni siquiera sabe su nombre, pero le ha dejado una buena impresión.











Kyungsoo se sienta sobre el borde de la camilla, sus piernas quedan colgando, toma aire y lentamente lo bota por la boca, intenta tranquilizarse y no sólo por la próxima intromisión, sino porque debe ser su primer amor, el que lo haga.


—Doctor Kim. Eh ya estoy listo —anuncia tímidamente.

Kim JongIn entra al instante con su rostro estoico se acerca a la mesa auxiliar y se coloca un par de guantes azules, lo mira como si quisiera decirle algo, pero solo niega con la cabeza adelgazando sus labios; conoce ese gesto, lo ha visto hace menos de diez años, la primera vez que lo invitó a salir. JongIn entró a la ferretería con sus manos en los bolsillos de su pantalón, para ese momento solo se habían hablado un par de veces cuando él se acercaba para comprar algo, Kyungsoo siempre terminaba atendiéndolo, su corazón saltaba al ver al escuálido niño con ese cabello castaño oscuro que tapaba la mitad de su frente, era el corte de moda entre los idols del 2010; era solo un año mayor que él, pero se sentía mucho más maduro que el hijo cheabol, como se referían sus hermanos; a Kyungsoo le irritaba, pero no les decía nada, se lo dejaba a su papá, que siempre los reprendía por esa clase de comentarios clasistas.











JongIn llega con una sonrisa nerviosa y sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, Kyungsoo lo observa, y de inmediato cree que algo anda mal con el semblante del menor.

—Hola JongIn, ¿qué se te ofrece está vez? —Le dice amablemente. pero el chico mira a otro lado esquivando su mirada.

—Hola Kyungsoo Hyung —saluda tímidamente.

Kyungsoo frunce el ceño, para luego sonreírle cuando entiende a qué se debe su preocupación.

—¿Se te olvidó otra vez el nombre de lo que vas a comprar?, si me dices cómo es, tal vez lo encuentre por ti.

—Uhm no es eso —JongIn frunce sus labios antes de abrirlos, pero no dice nada y solo niega sutilmente con la cabeza. La sonrisa de los labios de Kyungsoo desaparece, sin entender lo que le ocurre.

—¿Qué pasa JongInnie? —a estas alturas ya está preocupado—. ¡Oh, ya veo! Vienes a pedir un reembolso ¿te salió defectuoso? No debes apenarte si es eso.

—¡Hyung, podías dejar de hablar sobre la ferretería! Estoy intentando decir algo importante aquí.

Kyungsoo enmudece, viéndose sorprendido, no entiende que puede ser tan importante para que JongIn esté así. Detrás de él escucha la risa burlona de Leetuk; Kyungsoo le dispara una mirada a su hermano para que se detenga, cosa que no consigue.

—¿Podemos hablar en otra parte? —agrega indeciso.

Kyungsoo primero mira a su padre que está en la caja registradora, él asiente y sale de la barra hacia la salida, rodean la Ferretería hasta quedar en la parte de atrás, nadie los verá o escuchará.

—Dime JongInnie qué sucede —señala preocupado, acercándose lentamente hacia el menor.

—Yo... —JongIn mira hacia el cielo nublado, antes de seguir—. Quería invitarte a tomar un café. Escuché que te gusta el café, la última vez que estuve aquí te quejaste porque uno de tus hermanos le puso sal y no azúcar, te enojaste y le estabas haciendo una llave de lucha...

Kyungsoo ríe desprevenidamente antes de contestar.

—Sí. Sí quiero.

Pero parece que no lo ha escuchado, y sigue hablando.

—...Luego tu papá llegó y les dijo que tenían clientes que atender. Pero si quieres podemos tomar otra cosa.

—¡Ya dije que sí, JongInnie! —Le interrumpe sonriéndole.

—¿En serio? Gracias Hyung. —Suelta visiblemente emocionado; como si no hubiese esperado esa respuesta. Kyungsoo ríe ante la reacción tan tierna del menor.

—A ti por alejarme de mis hermanos. Y el café está bien. Tienes razón me encanta el café preferiblemente sin sal.

—¿Puedo tener tu número de celular para... uhm avisarte cuándo?

—Por supuesto.











—Acuéstate sobre la camilla en posición fetal. —La orden llega fríamente haciéndole espabilar, se ha sumergido en sus recuerdos—. Intenta relajarte ahora.

Kyungsoo asiente y respira nuevamente para tranquilizarse.


—El examen no durará demasiado, solo un par de segundos. Tocaré su próstata y no debería ser incómodo. Y sí lo es, me informa de inmediato ¿está bien?

—Lo sé. No es mi primera vez.


¡Qué irónico! no es su primera vez que debe realizarse el examen digital del recto, pero sí la primera vez que una parte del cuerpo de JongIn ingresa a su ano. Y tenía que ser de esa manera, Kyungsoo cierra los ojos fuertemente cuando...











Será la primera vez que tendrán relaciones sexuales, llevan dos años de novios y los dos sienten que deben dar ese paso; las últimas semanas han tenido algunas clases de juegos, cuando los besos los consumían y parecían no ser suficiente para ninguno de los dos.

Kyungsoo pasa sus manos por la camisa del menor y JongIn ni corto ni perezoso lo empieza a tocar con urgencia, sus manos en un segundo han desabotonado su pantalón y ahora descansa sobre sus talones, su camisa fue a parar al lado de la cama, al igual que la camisa de JongIn, el menor lo besa a nivel de su cuello. JongIn se detiene y lo mira con tanto amor, que por un instante su vista se nubla.


—Eres tan hermoso, Hyung.

Kyungsoo muerde su labio inferior cuando los labios del menor terminan sobre uno de sus pezones haciéndolo delirar.

—Realmente vamos a hacer esto ¿Verdad?

—Sí, JongInnie. Vamos a hacer el amor —dice antes de besarlo brevemente.

—Sí correcto, vamos hacer el amor —agrega, casi para sí mismo—. Solo eh ¿cómo vamos hacerlo?, no hemos hablado de eso, ya sabes, si quieres que yo o tal vez tú quieras...

—Si quieres puedes tú y en la próxima, sea yo quien... —apenas puede decir sin sentirse avergonzado, realmente están hablando de eso.

—Está bien. Te amo, Hyung.

—Yo también te amo.

—Voy a ser muy cuidadoso, no quiero lastimarte.

Kyungsoo asiente, sabe que el menor lo cuidará. Después de eso se besan intensamente, JongIn está sobre él y sus piernas lo atrapan a nivel de su cadera.

—Oye Kyungsoo ¿has visto mi... —Yesung abre la puerta de su habitación e irreparablemente los ve, para luego cerrar la puerta con fuerza—. ¡Están teniendo sexo! Por todo lo sagrado.

Kyungsoo se sonroja al instante, tras escuchar a su hermano gritando lo que vio escaleras abajo. JongIn claramente también está avergonzado; no creen poder continuar, así que silenciosamente se visten nuevamente.













Kyungsoo jadea cuando siente un dedo entrar en su ano directo a su próstata.


—Relájate. Seré breve.


Y en efecto lo fue, la intromisión fue corta, alrededor de treinta segundos en los que su dedo estuvo palpando su próstata; por supuesto el toque no lo excitaría, pero si sintió una especie de nostalgia, nunca habían llegado tan lejos. Tuvieron otras tres oportunidades y siempre fueron interrumpidos, parecía que algo o alguien estaba en su contra.


—Okay. Buenas noticias. —informa mientras lo ve que arroja los guantes al contenedor— Su próstata está bien, no se siente inflamada, tampoco se palpan bultos, o cualquier malformación.

—Es bueno saberlo —Kyungsoo termina de voltearse en la camilla hasta quedar boca arriba, pero descubre que es una mala idea.

—¿Qué pasa, te molesta?

Los ojos de Kyungsoo se ponen llorosos, pasa su antebrazo intentando que la luz blanca de la lámpara no llegue directo a sus ojos, su cabeza empieza a palpitar.

—Es...

—La luz —interrumpe— ¿Sigues siendo fotosensible, Hyung? Es decir, Kyungsoo; es decir, señor Do.

Kyungsoo ríe no sabe qué más hacer, JongIn o el doctor Kim se ve nervioso mientras apaga el reflector sobre sus cabezas.

—Me alegra saber que no soy el único incómodo. —Sería un efecto de su sensibilidad a la luz, que lo ha dejado sin filtros en su cerebro.

—No es eso, Kyungsoo, no tiene caso —señala con un rastro de frialdad—. ¿Ya te encuentras mejor, puedes ponerte de pie?

Aunque asiente afirmativamente, JongIn lo termina por ayudar a ponerse de pie.

—Yo lamento lo de tu padre, fue un gran hombre, me gustaría pensar que en algún momento fui como un hijo para él —reflexiona el menor.

Sus manos siguen sosteniéndolo, no tiene mucha escapatoria y el tema de su padre todavía le pone muy sensible y encontrarse con JongIn en esas circunstancias no lo hace más fácil.

—Mi padre en verdad te apreciaba —confiesa.













—Papá, yo quería decirte algo. estoy enamorado de JongIn. Sé que es un hombre Y está mal, pero...

—Kyungsoo —interviene su padre con una mirada compasiva—. Ya lo sabía, es decir, no es normal que alguien venga a comprar el mismo repuesto todos los días. Es un gran muchacho, por eso no consiento que digas que está mal. El amor no es incorrecto nuestros prejuicios lo son.

—¿Papá? Gracias —Kyungsoo suelta algunas lágrimas cuando abraza a su papá—. Significa mucho para mí, tu aprobación.













—¿Cómo están tus hermanos, ellos también están siendo rigurosos con sus exámenes?

Kyungsoo niega, encogiéndose de hombros.

—A regañadientes lo hacen, son un poco...

—¿Homofóbicos?

—Iba a decir quisquillosos, pero eso también; ellos lo siguen siendo, excepto Leetuk. Por lo que no es sorpresa que sigan pensando que si se hacen el examen, su hombría será cuestionada y eso...

—Es un pensamiento difícil de cambiar.

Después de eso, la conversación personal se detiene allí, JongIn de un momento a otro parece recordar su papel allí; y como un interruptor que se enciende y se apaga, se convierte en su médico tratante y le ordena que se cambie, así que corre la cortina detrás de él, dándole privacidad.



—¿Trajiste tu examen de sangre?

Kyungsoo está nuevamente sentado frente a JongIn, quien pregunta de regreso con ese tono profesional.

—Aquí está —Kyungsoo le entrega los resultados del examen que se realizó en un laboratorio la semana pasada, en el que aparece los valores del Antígeno Prostático Específico en su sangre.

—Todo parece estar en orden, tu nivel de APE se encuentra dentro del rango normal y el examen rectal no arroja ninguna anormalidad. Estás a salvo. —agrega con media sonrisa.


Kyungsoo suspira, cada seis meses solo desea escuchar esas palabras. Y aunque normalmente este tipo de chequeos se deben realizar después de los cincuenta años, al tener un antecedente tan cercano de cáncer prostático, el oncólogo Lee, le sugirió, junto a sus hermanos, que cada semestre deben realizarse el examen.


—Solo recuerda que durante tus relaciones sexuales tu pareja use condón cuando seas pasivo. Hay estudios científicos que han podido comprobar la relación entre algunas clases de VPH y algunos tipos de cáncer tanto en mujeres como hombres. Tu control es en seis meses. Cuídate Kyungsoo.

JongIn lo mira, parece que quiere decirle algo más detrás de esa sonrisa que no llega a sus ojos.

—Gracias, lo haré. ¿Eso es todo verdad?


Está a punto de asentir, pero se detiene y su gesto se convierte en uno pensativo; de inmediato despierta una ansiedad en su cuerpo, desea no remover nada del pasado; pero conoce esa expresión en el menor, y se prepara mentalmente.


—No hemos terminado —señala con voz tensa.


Kyungsoo hasta el último segundo, se aferra a la posibilidad que JongIn no lo mencione, y está a punto de replicar, pero JongIn interviene nuevamente.


—Nuestra relación, Kyungsoo. Nunca terminamos nuestra relación.








...

🖤🖤 Espero les haya gustado esta primera parte 😊; si es así no olviden dejar sus estrellitas ☆☆.

Tengan un feliz día :)

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