9. ¿Vamos a luchar contra nuestros hijos?
—Estoy nervioso. —dijo Denki, mientras bajaban las escaleras. Momo le sonrió, respondiendo que ella también lo estaba un poco.
Hitoshi estaba ocupado practicando con el arma de captura, ya podía decir que tenía algo de experiencia en la acción después del entrenamiento con la clase B, pero si miraba sus habilidades comparadas a las de su hijo. Se sentía como un jodido aprendiz intentando competir al nivel de un experto.
Neito y Yosetsu caminaban a la par, ya que eran los únicos de la otra clase que competirían en esta ronda, ciertamente, ni siquiera sabían cómo sentirse, al rubio aún le rondaba por la cabeza la forma tan lejana de actuar de su hijo, el azabache en cambio no sabía muy bien cómo sentirse, con una mezcla de nervios y emoción.
Katsuki ya daba por hecho que ganaría, y Shoto no sabía que esperar.
—Un gusto verlos de nuevo. —Fue lo primero que dijo Teru, se estaba colocando la chaqueta del uniforme, de cerca todos pudieron ver lo blanca que era su piel, parecía perfecta sin marcas, excepto por una en su hombro izquierdo, una curva de pequeñas cicatrices como marcas de dientes. El chico terminó de colocarla en su lugar, y luego las cintas alrededor de su cuello. —¿Algún problema?
Hitoshi y Shoto negaron con la cabeza al ser descubiertos mirando la extraña marca que tenía su hijo. La gemela se rió por eso, mientras el gemelo tenía una sonrisa divertida.
—Vamos a competir hijos contra padres. ¿Les parece? —preguntó Daiki sonriendo.
—Claro. —respondió Momo, al ver que los chicos no parecían dar indicios de responder. —Pero entonces...
—Yo estaría contra tí, y papá. Hibana competirá contra Bakugo-San, y Kaminari-San.
—Yo iré contra papá. —dijo Hanabi, acomodando su cabello corto. —Teru irá contra Dad.
—Y a mí no me queda más opción que ir contra el lunático, así que... —La bocina sonó con fuerza. Kane sonrió con burla, antes de lanzar una corriente eléctrica en dirección a Neito que apenas tuvo tiempo para saltar fuera del camino. —Acabemos con esto.
—¿Te asusta lo que pueda hacer contra tí? ¿O por qué razón quieres acabar tan pronto conmigo? —Neito se burló, levantándose del suelo.
—No te creas tan importante, Neito. Simplemente no voy a perder la oportunidad de golpearte.
Monoma chasqueó la lengua, hizo que el suelo se convirtiera en arenas movedizas, gracias al quirk de Honenuki. Kane no tuvo problemas en flotar con el don de Uraraka para evitarlo, luego usó una explosión para impulsarse y llegar cerca de su padre, creando una explosión en su rostro.
El humo se disipó, Neito tenía la cara de metal, sujetó el brazo de su hijo y lo arrojó contra el suelo. Entre ellos empezaron una pelea con los puños metalizados del rubio del pasado, y los brazos endurecidos con el quirk de Kirishima, por parte del rubio del futuro.
—Rindete, Neito. No eres la gran cosa comparado conmigo, sé luchar sin un quirk a mi alcance, puedo estudiar los movimientos de mis adversarios con precisión, pienso en soluciones con tiempo de sobra.
—Lindo lo que dices pero no por eso te daré el gusto, Kane. —gruñó en respuesta. Golpeando la mandíbula del menor que se encontraba sobre él, este le regresó el golpe, y justo cuando su puño hizo contacto con la piel metálica, una explosión le retumbó los oídos al del pasado. Era un quirk nuevo.
—No lo entiendes ¿Verdad? —Se burló. Desde este ángulo, los ojos del chico del futuro eran más celestes que grises, la cicatriz bajo su ojo lo hacía lucir algo más amenazante con la mirada molesta en su dirección, junto a su sonrisa burlona. —Soy mejor que tú, soy la versión mejorada de tí, sin importar lo imbécil que has sido siempre, te esforzaste para que yo fuera mejor de lo que tú fuiste. Mejor de lo que eres actualmente.
Otro puño explosivo en la mandíbula, uno más en la mejilla. Neito evitaba los enfrentamientos de contacto directo porque no era su fuerte, pero claro que su hijo lo sabría y buscaría enfrentarlo de esa forma, en el campo donde estaba en desventaja.
—Mejor agilidad, velocidad, fuerza, técnicas de combate. —Se rió. Neito tenía los dientes apretados con molestia, el no podía hacer lo mismo que su hijo, si dejaba de mantener su cuerpo metalizado terminaría con la mandíbula rota, o peor. Tenía que medir muy bien su tiempo, pero no creía poder alejar al menor de su cuerpo sin terminar malherido. —Le agradeceré de por vida a mi mamá por evitar que tuviera la misma personalidad lunática que tú. Aún no sé qué carajos vió ella en tí.
¿Su hijo le estaba diciendo que no merecía a su esposa? Eso sí le dolió.
Kane aprovechó ese momento de debilidad y le dió una descarga eléctrica que dejó a Neito temblando.
—Quise ser héroe por tí, Neito. —Kane tenía los ojos rojos, literalmente, al parecer había usado el quirk de Aizawa para luego usar la descarga eléctrica. —Pero tu hijo ya creció y te dejó atrás, ahora solo hace las cosas por aquellos que valen la pena.
Un golpe más, Neito solo vió oscuridad.
[✨]
—Hey, Dad! What's up? —Teru atrapó a su padre con el arma de captura, alejándolo de sus compañeros. Cuando lo tuvo cerca, le dió un puñetazo en la mandíbula.
Se alejó un par de pasos, enderezó su espalda, se cruzó de brazos y simplemente, lo observó.
—Dime, Dad. ¿Qué pretendes hacer? Ya lo notaste, soy más rápido, más fuertes y más ágil que tú. Y no estoy presumiendo, literalmente te digo que aunque no tengo un quirk como el de papá o Nabi, heredé la habilidades físicas mejoradas que tienen ellos. —El de ojos turquesa inclinó la cabeza, arrojó el bate, que cayó y rodó a los pies de su padre. —También tengo mucha más experiencia que tú con el arma de captura. Eres mi maestro después de todo.
Hitoshi se mantuvo en silencio.
—Relájate un poco, viejo. No puedo controlarte aunque quisiera. —comentó con una sonrisa burlona. —¿O tal vez sí? No lo sé, ¿Te arriesgas? Deberías confiar en mí, soy tu hijo. ¡Ah! Pero también soy tu rival, y nunca debes darle el beneficio de la duda a tu rival cuando te encuentras en desventaja, eso me lo enseñaste tú. Pero ahí tienes el bate de metal, podrías tomarlo y usarlo en mi contra, si así lo quisieras ¿Lo harías, Dad? ¿Usarías el bate contra mí? No te preocupes, no me molestaré, de esa forma estaremos en igualdad de condiciones ¿Sabes? Por algo te lo dí, esta pelea sería súper genial e interesante si estuviéramos en el futuro, contigo con la experiencia del héroe número tres, pero estamos en el pasado, y aún eres un chico que hasta hace poco luchaba por ser notado, y considerado para entrar a la clase A. De cualquier forma, eres asombroso, es admirable todo lo que has logrado, siempre me he sentido orgulloso de tí. Me encantaría ser como tú. Sin miedo a lo que opinen los demás, luchando por lo que crees, y por lo que quieres, tu sueño de ser héroe, tu esposo, tus hijos. Eres asombroso, Dad.
Hitoshi se estaba mareando, su hijo hablaba rápido y pasaba de menospreciar a engrandecer su ego en cuestión de segundos. Parecía reprimirse y no insultarlo, aunque no lo había escuchado decir maldiciones fuertes antes, sí notó que le gustaba burlarse de sus oponentes. Shinso sabía que ese chico estaba intentando meterse en su cabeza, porque es exactamente lo que él estaría haciendo si no fuera porque el otro habló primero.
Suspiró, antes de mirarlo fijo, el chico se encontraba considerablemente cerca, más cerca de lo que han estado todo el día. De esa forma podía notar que ambos tenían la misma altura, los hombros anchos, ojeras, y tics, como el de pasar la mano tras su cuello. ¡Incluso el tono de cabello era igual! Excepto por los mechones blancos. La diferencia más obvia, era el color de ojos turquesa del chico frente a él, y su peinado que era como el de Shoto, totalmente caído alrededor de su cara aunque también fuera algo rizado como el suyo.
—¿Sabes qué? Tengo una idea. —dijo de pronto, Hitoshi dió un respingo. ¡Demonios! Se había desconcentrado, y no podía permitir eso. —No me enfrentaré de forma directa contigo, no tienes oportunidad, sé que te estás haciendo el fuerte aunque te duele mucho la cara después del golpe.
Eso era cierto, pero no le iba a dar la razón, aunque estuviera resistiendo las ganas de escupir el regusto metálico de la sangre que se acumulaba en su boca por el labio partido.
—Atrápame, como cuando era niño.
—¿Qué?
—¡Hablaste! Que sorpresa, pero ¿Ya ves? No puedo controlarte.
—¿Cómo sé que es porque no lo intentas?
—Me gusta acabar rápido los combates, así puedo ir a dormir. —respondió, acompañado de un bostezo. —Y de cualquier forma, estás confiando en mí, porque volviste a hablar a pesar del riesgo. De la misma forma que tú no me estás controlando a mí, es raro, ya te lo explique, sabes que puedes hacerlo.
—No... No lo haré.
—¿Por qué? Tendrías una victoria asegurada, Nabi no está cerca, los chicos tampoco, podrías noquearme y ser el vencedor. El único además de Ibara que pudo contra uno de los viajeros, quedaría reafirmado que eres ideal para ser un héroe.
—Puedo hacer esto sin mi quirk. —respondió Hitoshi decidido. Teru se acercó, lo sujetó de la mandíbula, el de ojos púrpuras le sostuvo la muñeca, ambos se miraban a los ojos.
—Un héroe es un héroe, más allá de su quirk, pero no por eso debe avergonzarse de su don o pensar inocentemente que habrá rivales que pueda vencer sin él. No subestimes a nadie, y no serás "mejor" que los estudiantes del departamento de héroes por no usarlo. —dijo firme el de mechones blancos, antes de soltarlo. —Lo que decía, si logras tocarme, ganas, me voy a rendir. Si no puedes tocarme antes de que el resto de tu equipo sea eliminado, tú debes rendirte ¿Tenemos un trato?
Hitoshi no pudo responder porque su hijo le mostró la lengua antes de empezar a correr. Escupió la sangre en su boca, se limpió la comisura de sus labios con la manga de su uniforme y siseó por el dolor. Miró molesto la dirección dónde corrió, y pudo ver al otro pelimorado sobre una de las rocas con una sonrisa, saludando.
—¡Te atraparé!
—¡Pues ven y demuéstralo!
Hitoshi ni siquiera sabe de dónde vino la extraña calidez, y la sonrisa que le brotó en los labios.
[✨]
Shoto estaba molesto, un bloque de hielo había caído sobre su cabeza y luego escuchó la risa dulce de su hija. Volteó para buscarla, pero ella no estaba.
—Daiki me está enseñando a ser sigilosa, esconderme a simple vista.
Creó un muro de hielo a su espalda, para nada porque unos picos de hielo le llegaron por un costado, saltó para evitarlo, y aterrizó en el suelo congelado que lo hizo resbalar y caer.
—Soy una ninja. —dijo ella, y se rió. —Que bueno que Ter no me escuchó, se reiría de mí.
Shoto se levantó de un salto, lanzando una llamarada de fuego, que fue recibida por una pared de hielo, que se derritió y salió una nube de vapor.
—¿Tienes calor, Shoto? —preguntó Hanabi.
Ella estaba frente a él, lo miraba con calma, el bicolor la veía fijo, ella era de la misma altura que él, de contextura delgada y ojos cansados con ojeras oscuras.
—¿Qué es lo que me haces? —Shoto empezó a respirar pesado.
—Uso mi quirk. Eso es lo que haces tú ¿No? Esto es lgo que tú no puedes hacer, supongo que es algo que heredé de Dad, una parte mínima del espectro de control mental, puedo convencer al cerebro de las personas para que crean que su cuerpo está siendo llevado a los límites insoportables de la temperatura. —respondió la tricolor, ella apartó los mechones blancos y rojos de su rostro. —Estoy adelantando el proceso de desgaste de tu cuerpo, cuando estás muy frío empiezas a ser más lento. ¿Qué pasará cuando estés muy caliente?
Shoto creó unos picos de hielo, Hanabi apenas lo pudo evitar, aunque el pie se le congeló. El bicolor intentó congelarla en su lugar, ella se burló, derritiendo el hielo y conectando una patada con ese pie en la costilla del chico.
—No hagamos esto más largo. Tu congelas, yo descongelo, tu quemas y yo apago el fuego. Es un círculo vicioso. —dijo ella, un poco de vapor salió de su boca. —¿Tienes más calor, Shoto?
El heterocrómatico jadeó, su cuerpo se sentía muy cálido, como si tuviera una fiebre de alta temperatura, se sentía cansado, su vista se estaba nublando, estaba sudado y sentía que se podía desmayar. Fue un golpe de calor terrible, porque no era como cuando empezaba a usar su quirk, y su cuerpo iba cambiando de temperatura acorde al uso, justo ahora, es como si hubiera pasado del mínimo al máximo de temperatura en solo un segundo.
La tricolor se acercó, y le dió un puñetazo en la cara, que él no dudó en regresar, le daba igual que fuera una chica. Hanabi siseó de dolor, también lucía cansada, jadeando cada pocos momentos igual que él. La temperatura le estaba pasando factura.
—Mientras caliento tu cuerpo, el mío también lo hace, pero yo estoy acostumbrada a esta sensación, papá. —Una patada al estómago del chico, él apenas creó una aguja de hielo que le clavó en el tobillo a la chica. Ella gritó de dolor, y congeló su pie que aún tocaba directamente la piel del bicolor, que gimió dolorido por la espantosa sensación del hielo contra su piel ardiente.
—¿Tienes calor, Shoto? ¿Sientes como tú piel arde, la sangre hirviendo, el aire pesado? —Hanabi descongeló la aguja y lo sujetó del cuello con su mano congelada. Carajo, a Shoto le dolía el frío contra su cuello e intentaba quemarla, sosteniendo la muñeca de ella con su mano izquierda soltando algunas llamas. Hanabi era como Shoto, el fuego de él no la quemaba de forma espantosa como a cualquier otra persona, pero tampoco es que estuviera ilesa, él podía ver pequeñas lágrimas en sus ojos por el ardor. Shoto se creía capaz de crear nada frío, y Hanabi lo sabía, ella también gruñía de dolor. —Ríndete, papá.
Shoto la miró totalmente molesto. Podía ser su hija pero esa niña no lo iba a engañar como a TetsuTetsu haciéndolo hablar, él le dió un rodillazo en el vientre, Hanabi le soltó el cuello, y él aprovechó para para intentar darle un golpe final.
—¡¿TIENES FRÍO?! —Le gritó ella con la voz ronca, Shoto sintió como su cuerpo pasó de estar caliente, a temblar de frío, como si le hubieran arrojado un maldito balde de agua congelada cuando hace un par de segundos apenas podía respirar por el sofoco. Un mareo se apoderó de él, junto a unas terribles ganas de vomitar. No lo vio venir, simplemente cayó inconsciente.
[✨]
—¿Estás bien?
Shinso se frenó asustado, tal vez no estaba ni cerca de atrapar a su hijo pero estaba aprendiendo mucho al verlo usar las cintas, incluso estaba considerando seriamente tomar clases de escalada al ver la habilidad que tenía el de mechones blancos para treparse a las rocas y sujetarse si la cinta no le permitía aterrizar bien.
Pero de pronto antes de saltar, su hijo pareció verse algo cansado, no sería algo raro, hasta que lo vió frenar y jadear.
—Nabi, Nabi is... She not ok.. —dijo, antes de lanzar la cinta y arrojarse en una dirección distinta. Hitoshi no entendió al principio, y luego se sintió como un idiota. "Nabi" ¡Estaba hablando de su gemela!
El de ojos púrpuras lo siguió, balanceándose entre las rocas, hasta que lo vió frenar repentino, él hizo lo mismo y miró en la misma dirección. Los robots médicos se estaban llevando a Shoto y a la chica del futuro en unas camillas.
—Todoroki Shoto, y Hanabi Shinso-Todoroki han sido eliminados. El equipo con más integrantes en pie será el vencedor. —Se escuchó la voz de Aizawa por los altavoces.
A Hitoshi le sorprendió bastante, ellos estaban al otro lado del gimnasio, y aún así, su hijo supo que a su gemela le había pasado algo.
Teru se giró a mirarlo, se veía algo preocupado, suspiró, acomodando su cabello.
—Supongo que tendré que vencerte. —comentó el de ojos turquesa, acomodando las cintas. —Sigamos, Hitoshi. Atrápame si puedes.
Dijo antes de saltar de espaldas, y el de ojos púrpuras sufrió un susto antes de verlo elevarse una vez más.
—Te atraparé. —susurró, antes de saltar tras él.
[✨]
Yosetsu se quejó, recibió un golpe de uno de los bastones de su hijo en la pantorrilla. Reconocía lo genial que era su hijo al mantenerlos a raya a ambos, pero estaba a punto de quejarse. Daiki lo golpeaba fuerte para dejarlo inmovilizado, mientras con Momo, solo evitaba los golpes.
—¿Esto es alguna clase de favoritismo o qué? —Se quejó el azabache, al ver a su hijo agacharse y evitar el golpe del bastón de la chica.
—Podría decirse. Nunca he tenido corazón para golpear a mamá. —respondió Daiki. —Contigo nunca tuve problemas.
—Eres un hijo de mami. —Se burló Yosetsu. Su hijo le miró con burla.
—¿Qué puedo decir? Soy bastante consentido, pero al menos yo no soy dominado por mi esposa. —Daiki torció la sonrisa, sus padres se sonrojaron y el de ojos azules aprovechó la oportunidad. Lanzando una granada de luz que los cegó por varios segundos.
Momo sintió una patada en la espalda, cayó con los ojos cerrados, escuchó un quejido de un chico a su lado, pero las voces de ambos pelinegros eran parecidas así que no podía diferenciar de quién era.
—Ugh, carajo.
—Ya que tú no tienes piedad con nosotros, yo no la tendré contigo. —Ese era Yosetsu. La morena abrió los ojos, el de la bandana estaba apretándole el cuello al pelinegro del futuro con el bastón que había estado usando para golpearlos. Cada vez que Yosetsu intentaba unir las manos de Daiki al bastón, este las movía de lugar para evitarlo.
Momo se levantó para ayudarlo, ella sostuvo el bastón en su lugar, y el de ojos grises estuvo a punto de soldar las manos de su hijo, este les sonrió de nuevo.
—¿Enserio creían que sería tan fácil? —Escucharon algunas explosiones, el humo les hizo toser y llorar los ojos. Daiki empujó el bastón con sus manos, y a ellos con sus piernas, cuando el humo se disipó, el viajero ya no estaba en su lugar.
—¿Dónde demonios está ahora? —gruñó Awase, levantándose del suelo. Y es que ¿Cómo carajo lo perdieron? Él era sigiloso, pero esto ya era ridículo.
—¿Se rinden? —La voz de Daiki sonó tras su espalda, y Yosetsu estuvo a punto de dar la vuelta para atacarlo, cuando escuchó el sonido de un arma ser cargada. —A está distancia apuntando en la dirección correcta, incluso las balas de salva pueden ser mortales.
—¿Matarnos? Esa sería una forma retorcida de suicidio. Sin nosotros, tú no existes. —respondió el de ojos grises mordaz.
—Hey, ya veo porqué actúo como un maldito cuando estoy enojado, tú eres igual a mí. —contestó entre risas, el de ojos azules del futuro. —Me siento ofendido, siempre eres el primero en regañarme cuando pago mi enojo con los demás.
—No debes hacer eso.
—Sigue tu consejo. Justo ahora estás pagando tu rabia conmigo.
—Acabas de golpearme, no creas que estoy muy feliz contigo.
—Pues... —Daiki no pudo completar lo que diría, porque fue empujado con fuerza hacia atrás por ¿Una balsa?
—¡Corre! —Momo tomó la mano de Yosetsu, y empezó a correr para esconderse detrás de las rocas.
—¡Mierda!
—Yaoyorozu aquí somos un blanco fácil, debemos movernos. —El azabache se asomó un poco y vió a su hijo maldiciendo. En eso se parecían, él también maldecía mucho. Sujetó a Momo de la muñeca. —Vámonos.
Se escabulleron a través de las rocas, manteniendo el mayor silencio posible. Ok, Yosetsu era bueno en esto, no podía arruinarlo, el sabía muy bien lo que debía hacer para mantenerse bajo perfil y que nadie lo note, pero también debía tomar en cuenta que estaba compitiendo contra su hijo, y algo le decía que le había enseñado muy bien. El de ojos grises de asomó ligeramente por la roca, no vió a nadie, se podían escuchar las maldiciones y explosiones de la pelea de los Bakugo, eso les daba la oportunidad de que sus pasos fueran silenciados.
—¿Adónde creen que van? —Un cuchillo se clavó en la roca justo delante de los ojos de Awase, que saltó hacía atrás por la sorpresa.
—¿También arrojas cuchillos? —Yosetsu ya pensaba que esto era ridículo.
—Soy toda una caja de sorpresas. —respondió irónico el viajero.
—Y yo también. —dijo Momo, antes de disparar una red que cayó sobre si hijo dejándolo atrapado. —Es una red de fibra de titanio, no podrás salir de ahí.
—¿Qué te hace creer eso? —comentó su hijo, la morena lo vió sorprendida porque después de un brillo del cuerpo de su hijo, este cortó la red.
—No es posible...
—Cuchillo con filo de diamante. Puede cortar lo que sea. —comentó el viajero, sacando el cuerpo de la red y sonriendo como si hubiera hecho una travesura. —Deberías saberlo, fue algo que tú me enseñaste, mamá.
Después de decir eso, Daiki usó las pistolas de aire comprimido, disparando sin dudarlo en dirección a sus padres. Quienes hicieron todo lo posible por evitarlo, aunque al azabache le golpearon los brazos y a Momo el abdomen.
—Esta es una batalla mental entre ustedes y yo. Veremos quién puede pensar más rápido en una solución pero ya tengo hambre, y se los reconozco me han hecho gastar más energía de la que tenía prevista. —dijo Daiki, suspirando. Lanzó otra granada de humo, unos cuantos disparos más a sus piernas, y ya tenían al de ojos azules junto a ellos. —Buenas noches.
Daiki les golpeó la cara con un trapo húmedo, Yosetsu quiso quitárselo pero empezó a sentirse mareado, Momo a su lado parecía estar creando algo, y él pensó que tampoco podía rendirse tan fácilmente. Así que sostuvo la mano de su hijo con fuerza antes de caer inconsciente.
—Deben estar jodiéndome. —gruñó Daiki, cayendo de rodillas al piso. —Soy un imbécil.
Daiki miró de nuevo sus manos, y sonrió, pelear hasta el final, eso es lo que le enseñaron sus padres, y justo ahora se lo enseñaron de nuevo. Yosetsu había atrapado la muñeca de su hijo con su mano antes soldarlas entre sí, además de que su padre tenía la otra mano soldada a la pared de roca, Daiki no podría escapar a menos que decidiera cortarse la mano, y era más probable que se muriera desangrado antes de lograr escapar. Del otro lado Momo lo había encadenado a ella con unas esposas, mientras tenía un yunque pesado atado a su rodilla. Simplemente ambos lo habían inmovilizado sin escapatoria.
—Yaoyorozu Momo, Awase Yosetsu, y Awase Daiki han sido eliminados.
—Esto me pasa por subestimarlos. —Se quejó con los ojos cerrados, golpeando su cabeza ligeramente contra la roca a su espalda. De cualquier forma debía quedarse ahí y esperar hasta que sus padres despertarán, lo único bueno es que había usado una dosis baja del somnífero, tal vez tendría que esperar de quince a veinte minutos.
—¿No querías herirlos?
—No. —Ni siquiera se molestó en abrir lo ojos, reconocería esa voz dónde fuera. —Y tú tampoco, por eso no le has hecho mayor daño a tu papá.
—¿Cómo sabes que no le he hecho daño? Yo sí lo golpee.
—Yo también los golpee, pero no con la fuerza suficiente para ganar. Además, Shinso no ha sido eliminado, pudiste deshacerte de él hace tiempo. —Daiki tenía la cabeza recostada en la roca, mirando al techo. Suspiró. —Tuve miedo de hacerles daño, no me lo perdonaría y me contuve.
—Entendemos el sentimiento. —No era raro que los Shinso-Todoroki hablaran en plural algunas veces. Era cuando uno de los dos no estaba presente pero aún así, el otro sabía que su igual pensaba lo mismo. —Nabi estaba preocupada, dos personas con dones de hielo y fuego, en un lugar cerrado, con personas tan cerca... Da igual, ¿Necesitas algo?
—Necesito comida, una aspirina y que estos dos despierten porque no me encanta estar aquí tirado. Nada que puedas hacer justo ahora pero gracias, Teru. —Le sonrió, antes de cambiar su rostro en una expresión de sorpresa. —¡Cuidado atrás!
Teru se agachó, e hizo una barrida con su pie, logrando que su padre perdiera el equilibrio y cayera de espaldas.
—¿Atacar por la espalda? Uh, que bajo. Honestamente yo prefiero burlarme en la cara de mis rivales, pero cada quién con sus preferencias. —comentó cuando se levantó, y se sacudió ligeramente el uniforme. —Fue una linda conversación, por un momento olvidé que estaba huyendo. Bye, pretty boy.
—Hasta luego. —Fue lo único que alcanzó a decir antes de que el de ojos turquesa lanzará sus cintas para saltar lejos de ahí, Hitoshi se levantó y no perdió tiempo en salir detrás de él.
Daiki suspiró una vez más, sería una larga espera.
[✨]
—Acabemos con esto rápido. —dijo Hibana, acomodando su flequillo.
—Voy a limpiar el suelo contigo, perra. —respondió Bakugo, lanzándose al ataque sin dudar, la de ojos dorados no tenía miedo, y se mantuvo quieta, esperando hasta que lo tuvo lo suficientemente cerca para golpearlo con una gran descarga eléctrica que lo mandó a volar.
—¡No me llames perra! —gritó de regreso. Viendo cómo el rubio cenizo se estrelló contra una de las rocas, temblando ligeramente a causa de la descarga. Ella volteó a ver a Denki, que saltó en su lugar algo asustado. —Y tú, ven aquí y pelea.
—Pero...
—¡Solo hazlo! —Y Kaminari lo hizo, liberando una gran descarga en dirección a la rubia ceniza, que lo recibió sin intentar evitarlo, ahí, Denki notó su error porque ahora su hija estaba sonriendo, la misma sonrisa maniática que ponía Bakugo antes de atacar con todo. —Gracias por la recarga, papá.
—¿Pero qué...? —No pudo continuar porque una corriente de le electricidad lo mandó a volar, hasta que se golpeó contra una pared. Su hija tenía el cabello levantado en mechones rebeldes, mientras rayos amarillos recorrían su cuerpo, y orbez de electricidad en sus manos.
—¡Imbécil! ¡Acabas de darle una recarga de electricidad! ¡Ella absorbió el ataque! —gritó Bakugo, lenvantadose, y sacudiendo la cabeza. Carajo, no recordaba haber recibido una descarga directa tan fuerte, ahora se ponía a pensar lo mucho que Denki se contenía con ellos.
—¿Aún sigues despierto? Creo que es hora de acabar contigo. —contestó la de ojos dorados, empezando a lanzar los orbez de electricidad en dirección a Katsuki que lanzaba explosiones para evitarlo. —Quiero ver qué es lo que harás, no puedes tocarme sin perder.
—¿Tocarte? No necesito hacer eso, perra. —Bakugo se lanzó contra ella, lanzando explosiones que la chica evitaba con maestría.
—¿Te crees genial? Idiota, creo que incluso la vieja bruja podría lanzar mejores ataque que estos.
Por favor, su padre, el verdadero hombre asombroso del futuro, podía lanzar explosiones en milésimas de segundo, el actual Katsuki era un fiasco demasiado lento.
Bakugo gritó maldiciones, empezando a girar su cuerpo en el aire gracias a las explosiones, creando un pequeño huracán de humo negro, Hibana lanzó una descarga que empujó el cuerpo de Katsuki fuera de ahí. Él volvió a lenvantarse para ir contra ella.
—Deberías darme las gracias, basura. Yo podría matarte si quisiera, dejarte inconsciente como un inútil, tu cuerpo no soportaría la electricidad, pero aquí estoy, dándote la oportunidad de seguir luchando.
—¡Yo no tengo nada que agradecerte, maldita bastarda! —gritó él, antes de lanzar un AP-Shot, en dirección a la ceniza, que pareció ligeramente paralizada luego de escuchar la palabra "Bastarda". Ella no lo pudo evitar y terminó siendo empujada hasta estrellarse contra la pared.
—¡Lo que pides obtienes, hijo de puta! —respondió Hibana, luego de gritar de dolor. Tenía una quemadura en el abdomen, no mortal pero sí dolorosa, hace mucho tiempo que habían descubierto que su piel tenía cierta resistencia a este tipo de ataques. Variantes genéticas de tener padres que podían resistir explosiones y electricidad.
Hibana estiró su brazo, y sonrió mordaz, viendo cómo su padre se acercaba, la mayoría de las bombillas estallaron y ella pareció absorber esa electricidad, cuando Katsuki estuvo lo suficientemente cerca, Hibana liberó un rayo de electricidad que mandó a volar a Bakugo hasta la pared al otro lado del gimnasio, inconsciente.
—¡¿Estás bien?! —chilló Denki, la rubia ceniza dió un respingo.
—Creí que estabas inconsciente. —respondió ella, con los ojos entrecerrados.
—¡Ah, sí! Me descalificaron, supongo que no lo escuchaste por las explosiones, pero desperté antes de que los robots me llevarán. Ví lo que pasó. ¡Necesitas ayuda ya!
—Relájate, no me voy a morir. Puedo ir a la enfermería por mí misma. —Se levantó, o eso intentó, cayendo de rodillas, no le iba a dar el gusto a Katsuki pero ¡Demonios! Sí que dolía esa quemadura.
—Creo que no.
—Solo trae a los robots médicos. ¡Y también para papá que debe estar teniendo una fiebre muy alta por la descarga! Él lo necesita más que yo.
—Aww, te preocupas por él. —dijo Kaminari, la chica frunció mucho el entrecejo aunque tenía un pequeño sonrojo.
—¡Cállate de una maldita vez y trae a la robots ya!
—¡Ya voy! —respondió el rubio del rayo, empezando a caminar, antes de susurrar: —Veo que eres igual de mandona como Kacchan.
—¡¿Qué dijiste?!
—¡Nada!
—Bakugo Katsuki ha sido eliminado.
[✨]
—Único en participante del equipo en pie: Shinso Hitoshi. Si la batalla no termina en cinco minutos, el equipo futuro será nombrado ganador.
—¡Wow! Eres el último en pie, más tiempo que algunos de los mejores del departamento de héroes. ¡Felicidades! —Teru aplaudió con una sonrisa irónica, antes de inclinar la cabeza a un lado. —¡Oh! Sabes lo que eso significa ¿Cierto?
Hitoshi se mordió el labio, y apretó los puños con rabia.
—No es justo.
—Un héroe no rompe sus promesas.
—¡Un héroe no subestima a su oponente! —gritó Hitoshi, que tenía los ojos cerrados, por eso no vió cuando su hijo dió un paso atrás, algo asustado. Dad nunca le había gritado. —¡Tú me lo dijiste y no has parado de hacer eso conmigo! ¡No me has enfrentado! ¡Lo único que has hecho es jugar conmigo, diciendo que yo perderé, que no tengo oportunidad! ¡¿Cómo la voy a tener si no me has dejado intentarlo?! Creí que por tener el mismo quirk, me entenderías. Veo que no te asusto, pero sigue siendo una basura porque ni siquiera... Ni siquiera me ves como un rival digno.
—No es eso. Solo tengo miedo. —respondió. Hitoshi abrió los ojos, y lo miró. Teru parecía ser muy parecido a Todoroki, en el hecho de que su rostro ocultaba con destreza sus emociones, pero sus ojos, dejaban ver la verdad. El chico tenía miedo, y por alguna razón, fue como un golpe en el corazón del chico del pasado. —No quiero hacerte daño. Dime, Hitoshi. ¿Golpearías al abuelo, quiero decir, a tu papá?
—Supongo que le daría la oportunidad.
—Mientes. Nunca harías eso, el abuelo es muy sentimental, le dolería muchísimo más el hecho de que intentes golpearlo que los golpes en sí, y él jamás te los regresaría. —respondió con una sonrisa pequeña el chico del futuro. Debía visitar a sus abuelos al volver al futuro, hace meses que no los veía en persona.
—Ese no es el punto. Yo puedo defenderme, debes darme la oportun... —Hitoshi no pudo terminar porque el de mechones blancos le había dado un puñetazo en la mandíbula, en el lado contrario a dónde le había golpeado al inicio, seguido de una patada en el abdomen y luego otra que logró derribar al de ojos púrpuras.
Teru se arrojó contra él, lo retuvo con las piernas, y golpeándolo un par de veces más en el rostro. Hitoshi ya tenía el labio partido, y un ojo hinchado.
—El tiempo acabó. Equipo cinco: Eliminado. Vencedores: Equipo futuro con cinco victorias.
Teru saltó hacía atrás enseguida, regresando para ayudar a su padre a levantarse, intentando no mirarlo.
—Sorry. —susurró, colocando el brazo del pelimorado sobre sus hombros para ayudarlo a caminar.
—No importa. Hiciste justo lo que te pedí. —contestó luego de escupir un poco de sangre. Lindo, también sería su primera visita con Recovery Girl, después de un entrenamiento. Era un día de muchas nuevas experiencias. —Gracias.
—¿Me agradeces por romperte la cara? Que raro eres. —Se burló el de ojos turquesa, Hitoshi bufó.
—Cállate. —respondió, rodando sus ojos púrpuras. Antes de reírse también por lo ilógico que resultaba todo el asunto. —¿Me enseñarías un poco de combate cuerpo a cuerpo?
—¿Yo enseñándole al héroe número tres cómo defenderse? Sería todo un honor. —Su hijo sonrió, ayudándole a sentarse en la camilla de los robots médicos. —Pero será mañana, tengo mucho sueño.
Bostezó, y se restregó un ojo. Shinso bufó de nuevo.
—Como sea.
[✨]
—¡Tomen eso, idiotas! ¿Quiénes son los mejores? ¡Exacto! ¡Nosotros! —gritó Kane, antes de reírse fuerte de las clases del pasado.
—¡Igual! ¡Logramos descalificar a tres de ustedes! —respondió Setsuna molesta por las burlas.
—¿Pretendes que los aplauda por eso? Bien. —Kane aplaudió de forma lenta y sarcástica. —Bravo, lograron descalificar a tres de nosotros que estábamos cansados, y habíamos luchado antes, mientras que ustedes venían descansados, y tuvieron oportunidad de estudiar nuestros movimientos. ¡Ah, cierto! Pero los que descalificaron se llevaron consigo a un total de cuatro descalificados de sus equipos antes de caer. ¡Bravo!
—Kane, déjalos en paz. —Le dijo Daiki, llegando seguido de sus padres. El de ojos azules del futuro, venía atando unas vendas en sus muñecas. —Vamos a los dormitorios a descansar.
—I need sleep! —Se quejó Teru, recostandose contra Daiki quien estaba más cerca.
—Y yo necesito un abrazo. —Hanabi apareció de pronto, mientras la pelea terminaba, Chiyo había logrado controlar su temperatura, junto a un beso para los golpes que recibió y ya se sentía como nueva. —Extraño al abuelo, pero este sentimiento no era mío. ¿Estás bien?
—Yes. Fue por una conversación con Dad, todo bien ahora. —Teru recibió a su hermana que lo abrazó. Daiki apenas pudo recomponerse para no caer por el peso de los gemelos a su espalda, tomando en cuenta que ambos eran más altos que él.
—¿Podrían quitarse, por favor? Pesan un poco y estoy cansado. —pidió amablemente el pelinegro. Los gemelos hicieron un puchero.
—Ya quitense. —Kane claramente no era tan amable, los gemelos se quitaron y ahora el rubio se subió sobre la espalda de su primo. —El me cargará a mí hasta el dormitorio.
—¿Dónde está Hibana cuando se la necesita? —Se lamentó el Awase mayor.
—En la enfermería, y allá es a dónde iremos. ¡Andando!
—Te llevaré hasta la puerta, y más vale que te bajes por las buenas, o yo mismo te voy a arrojar desde las escaleras de la entrada.
—¡Que cruel eres! —Se quejó, aunque no se bajó de su espalda cuando Daiki empezó a caminar. Los gemelos los vieron unos momentos, luego se miraron, y Hanabi cargó a Teru en su espalda, caminando detrás de ellos.
—¿No debería ser al revés? —preguntó Kinoko.
—Los mayores están cargando a los menores de la familia. Estamos de la forma correcta, además técnicamente tenemos una fuerza casi igual. —respondió encogiéndose de hombros la de mechones rojos y blancos. Su hermano cabecea, sabe que no tardará en dormirse. —Nos vemos luego.
—Ahora todos ustedes tendrán un entrenamiento especial ahora mismo. —dijo con voz autoritaria VladKing. —¡No es posible que fueran derrotados tan fácil!
—¡Pero...!
—¡Sin peros, a correr todos! ¡Ahora!
—¡Sí, sensei!
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