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6. ¿Los retamos?

La primera petición de Daiki, todos debían competir con los uniformes deportivos, dado que como todos sabían, los trajes de héroes les ofrecían ventajas a sus usuarios, los del futuro no tenían sus propios trajes y crear algunos nuevos sería simplemente imposible, ya que algunos trajes —como el de Kane— tenían materiales que Daiki no podía crear.

Los profesores aceptaron sin dudar.

La segunda petición, más bien fue una aclaración, Daiki pidió que para que la práctica no fuera innecesariamente larga o complicada, lo hicieran como los enfrentamientos del festival deportivo, solo que esta vez siendo en equipos en lugar de individual. Algo tan simple como que los equipos se enfrentarían, y para declarar a un ganador todos los integrantes del equipo contrario debían quedar fuera de combate, ya sea inmovilizados o inconscientes. De cualquier manera, los Vlad King insistió en que no era algo justo, así que al final, pelearán con veinte de los estudiantes en grupos de cinco.

La última petición, era un capricho más que nada, pidieron que específicamente sus padres fueran las últimas personas con las cuales competirían, ellos eran un grupo a parte sin contar a los otros equipos con los que debían competir.

Los mencionados parecieron sorprendidos por ese hecho, sobretodo Hitoshi, al cuál Aizawa le había otorgado el permiso de participar.

Todos aceptaron que Hitoshi use los elementos que necesitaba —El arma de captura junto a las cuerdas vocales artificiales de Shinso— a la vez que Teru usaría también un arma de captura prestado por parte de Aizawa.

Los del futuro hacían sus estiramientos mientras esperaban que las clases del pasado decidieran los estudiantes que participarían en el entrenamiento y el orden de los grupos.

—¿Cómo haremos planes? Jirou y Shoji pueden escucharnos aún si ninguno participa. Podrían usar eso a su favor. —comentó Teru, moviendo la cinta entre sus dedos para acostumbrarse a la manera de usarla, en su traje de héroe las cintas eran algo diferente pero sabía lo suficiente de cómo usar las de este estilo. —English?

No, Jirou entiende lo suficiente. No funcionará. Español es nuestra mejor opción. —dijo Hibana, haciendo un split para estirar sus piernas.

Bien, si necesitas que repitamos algo, dilo. —respondió Daiki, estirando sus brazos tras su espalda.

Gracias por tu preocupación, Gameboy. —La rubia ceniza tenía una sonrisa torcida, mientras se estiraba hacia atrás.

—¿Y por qué...?

—¿... no te preocupas por nosotros, pretty boy?

Los gemelos se le acercaron por los costados, y Daiki titubeó, desviando la vista a cualquier lugar que no fueran los ojos de los hermanos.

—Pues... ¡Ah! Ya llegaron. —El de ojos azules se alejó en dirección a los del pasado, los Shinso se rieron por eso.

—Esto es simple, y ya lo aclaramos en la residencia. Los del futuro se quedan aquí, y los equipos de ambas clases irán bajando, si son eliminados, pasa el siguiente equipo. El objetivo, vencer a los del futuro. —VladKing lo explicó sencillo, estaban en el gimnasio Gamma a petición de la mayoría al ser un lugar cerrado donde podían regular la temperatura y evitar el frío del invierno. —Cuando demos la señal, empieza la pelea.

Todos los estudiantes asintieron, y la mayoría subió a una especie de balcones para ver desde arriba lo que sucedía en el campo de batalla. Abajo solo quedaron Tsuburaba, Kaibara, Rin, Pony y Honenuki.

Los del futuro parpadearon sorprendidos por semejante equipo.

No es un mal equipo. —comentó sarcástico Kane.

De cualquier forma no les daremos oportunidad de mostrar lo que valen. —comentó la de ojos dorados con una sonrisa torcida.

El resto de sus amigos sonrieron también, ya habían discutido anteriormente distintas formas de enfrentar a sus oponentes, dependiendo de algunos alumnos que representaban un peligro por sí solos, y también para los equipos que podían llegar a cubrir todos los puntos necesarios. A su parecer, este era un equipo ligeramente deficiente.

Los del futuro dieron un par de pasos hasta quedar enfrentados al equipo contrario. Daiki estaba en el centro, con la camisa del uniforme abierta mostrando su abdomen y las mangas de su camisa arremangadas hasta los codos, a su derecha los gemelos lucían aburridos con sus uniformes perfectamente arreglados, y a su izquierda los rubios tenían sonrisas socarronas, Hibana tenía la chaqueta del uniforme atada a la cadera, y una camiseta sin mangas negra puesta, Kane llevaba el uniforme igual que ella, aunque podía notarse una disminución considerable de los tatuajes, dado que ya no quedaba ninguno de los hechos con marcador, y solo quedaban los que se veían más reales, además de que no tenía ningún piercing puesto.

—Es un honor pelear con ustedes, ¡Tengamos una buena pelea! —dijo Daiki con una sonrisa brillante, a los chicos de la clase B no les pareció tan arrogante como el resto, y juraban ver la dulzura de Yaoyorozu en los gestos del chico.

—¡Sí! —respondieron los chicos correspondiendo la sonrisa, luego se escuchó una bocina y la alegría del pelinegro cambió a una mueca de determinación, él solo miró de reojo a su derecha, ahí los cinco notaron su error.

—¿Se congeló el equipo contrario? —dijo Hanabi, a los chicos de la clase B no les dió tiempo de reaccionar, porque ya se encontraban todos en un bloque de hielo, lo suficientemente denso como para ni siquiera poder notar movimientos de su parte. La chica de cabello tricolor suspiró una pequeña nube de aire frío, mirando con indiferencia a los oponentes que acababa de vencer.

Se escucharon algunas exclamaciones de sorpresa de la parte superior dónde el resto de los alumnos veían impactados como los del futuro los habían vencido en un par de segundos.

—Le recomiendo que los descalifique ahora, Aizawa. —dijo en voz alta Teru, mirando con aburrimiento en dirección al profesor que hacía lo posible para no mostrar emociones. —Mi gemela los congeló completamente, no pueden respirar ahí dentro.

Aizawa los miró fijamente, aunque Kaibara podía destruir el hielo con su quirk o Pony romperlo con sus cuernos, ninguno hacía ni un mínimo movimiento dentro de los bloques de hielo. Sekijirō no estaba dispuesto a arriesgarse a la posibilidad de perderlos para descubrirlo.

—Equipo uno, eliminado. —La bocina volvió a sonar y rápidamente Hanabi dió la orden, los bloques de hielo se descongelaron, y lo primero que hicieron los que estuvieron encerrados fue dar largas respiraciones en busca de aire.

[✨]

Iida, Tokoyami, y Asui son un problema. Hagakure da igual, y Mineta... Debemos alejar a Daiki de Mineta.

No le haré nada. No se preocupen. —dijo con voz calma, aunque en sus ojos se podía ver desprecio hacía el más pequeño de la clase A.

Lo miras como si estuvieras planeando su funeral en tu cabeza. —contestó el de los tatuajes, apoyándose con los brazos cruzados en uno de los pilares de piedra. —Ignorando eso, ¿Cuál es el plan?

—Cacería.

—¿Seguro? ¿No es algo pronto? —Hanabi lo miró con una ceja alzada, pensando que usarían una muy buena estrategia en un grupo que no era tan peligroso. Daiki se encogió de hombros.

Ahora van a suponer que solo tú eres una amenaza, les dejaremos en claro que con nosotros deben tener cuidado. Además hay algunos quirks que faltan que...

—También son más difíciles de manejar. Entiendo. —respondió la de irises púrpuras. —Pido a Froopy.

—¡Pido a Tokoyami! —Hibana festejó ganarle a Kane, que pateó una roca molesto.

Pido a Iida.

—¿Seguro? ¿No es una clase de escarmiento o algo así?  —preguntó Kane con una ceja alzada.

No lo es. Aunque ahora que lo pienso podría... —Sus amigos lo miraron mal, Teru se rió ronco y bajo antes de negar con la cabeza. —No le haré nada, mis problemas son con su hija, no con él.

—Bien, yo...

Tú no vas a elegir a Mineta, yo lo haré. —Kane lo interrumpió. —Te quiero, así que evitaré que hagas una tontería.

No haré na... —La alarma sonó interrumpiendo a Daiki, enseguida la lengua de Tsuyu, y Dark Shadow se acercaron a velocidad, mientras Iida empezaba a correr. —¡Carajo! ¡Bien, hazlo Kane!

Daiki no tardó, y de su abdomen salieron un par de bombas de humo blanco que se esparció con rapidez, se escuchó un grito por parte de una de las chicas, el pelinegro apenas pudo ver a Hanabi ser arrastrada por la lengua de Tsuyu. Hibana saltó evitando a Dark Shadow, su cuerpo empezaba a emitir rayos amarillos, y correr en contra de la bestia aprovechando el brillo que desprendía.

El Awase dió un salto al sentir a alguien tomándolo del hombro, Teru le cubrió la boca alejándose de la nube blanca que empezaba a dispersarse.

—Iida llegará en cualquier momento aunque lograste desorientarlo. —El pelimorado lo arrinconó contra una piedra para mantenerlos ocultos, se podían escuchar los gritos de rabia de Hibana, junto a algunos quejidos de dolor de otra chica que no era del futuro. Además de los gritos despavoridos de Mineta junto a la risa de Kane. —You know what i need, right?

—Por supuesto. —Le respondió el pelinegro con las mejillas algo rojas. La forma en que los gemelos se le acercaban, independiente de cuál de los dos fuera siempre le causaba un bochorno innecesario que le molestaba. Igual, no tardó mucho en darle al de ojos turquesa lo que quería, así que colocó su mano en el abdomen descubierto, sin saber en qué momento el chico frente a él desabotonó su camisa. Despegó su espalda de la pared, enderezando su cuerpo mirándolo retador. —Ya está. Si me disculpas tengo que atrapar a alguien invisible.

—Thank you so much, pretty boy. —respondió Teru con una sonrisa, atajando la máscara que caía de su propio abdomen. Se la colocó, guiñándole un ojo al pelinegro antes de lanzarse con ayuda de sus cintas sobre una de las altas rocas.

De reojo el pelinegro pudo ver cómo el Shinso se volvía a abotonar con rapidez la camisa. Daiki estudió su alrededor intentando localizar a su presa, suspiró con fastidio, ojalá "localizar a su presa" fuera tan sencillo para él, pero para cualquiera sería difícil localizar un cuerpo invisible en movimiento.

Se acercó al borde de la roca, y como suponía, no había rastro de ningún uniforme volador, así que debía pensar rápido para atraparla en el menor tiempo posible. Pensó en crear unas gafas con visión de calor, pero al ver a Teru en las alturas le dió una idea mucho más vistosa y llamativa de atraparla.

Aprovechó el hecho de que casi todos estaban distraídos viendo la pelea que se desempeñaba entre Tokoyami y Hibana. Sus padres parecían ser los únicos que no estaba de lleno viendo esa pelea, desviaban la vista buscando algo más, guardó la esperanza de que estuvieran buscándolo a él.

El de ojos azules agitó los brazos, llamando la atención de Teru que parecía estar a punto de saltar, cuando este lo miró con curiosidad, le hizo un par de señales con las manos. El pelimorado se acostó en la roca con intención de ver mejor, y cuando entendió el mensaje, levantó el pulgar, acomodándose para poder hacer lo que el líder del equipo le estaba pidiendo.

Daiki creó un montón de latas, y con cinta adhesiva las unió todas. Se preguntó que rayos debían estar haciendo los de la clase A para no preocuparse por los dos estudiantes del futuro que se mantenían fuera de su vista, considerando que era un error de novatos no preocuparse por ellos, y a la vez también reconocía que sus amigas, la chicas juntas eran una increíble distracción, podía oír a Hibana gritando insultos a Iida que corría a su alrededor intentando marearla con el polvo, y también oía el sonido del fuego quemando algunas cosas, lo que significaba que claramente Hanabi había logrado zafarse de la larga lengua de Asui.

Cuando terminó de unir todo, Daiki creó la única cosa que le faltaba para completar su plan. Se asomó ligeramente de su escondite para arrojar las latas a Teru que las atajó con sus cintas, para luego arrojarlas lo más alto que le fuera posible.

El chico de ojos azules salió de su escondite, y al verlo Momo soltó un grito de sorpresa por lo que tenía en las manos, pero antes de que los demás pudieran reaccionar en consecuencia, su hijo ya había hecho lo que debía.

Daiki usó su rifle de asalto, disparando con velocidad y destreza a las latas de pintura que explotaron al ser atravesadas por los balines. El sonido de los disparos y la explosión hizo a la mayoría desviar la vista en distintas direcciones, hacía él y hacía el lugar de la mini explosión que creó una nube de gotas de pinturas multicolores que no tardó en caer sobre todos los que se encontraban en el campo de batalla.

—¡Iida-chan, necesito tu ayuda, por favor!

—¡Asui-san ¿qué...?!

—Ven para acá, Iida. —Llamó Teru luego de ajustar de nuevo la voz de su máscara.

—¡Jodido, Gameboy! Arruinaste el maldito concepto de cacería. ¡Y más te vale que esta pintura de mierda sea fácil de limpiar! —Se quejó Hibana sentada sobre Tokoyami manteniéndolo inmovilizado con sus piernas y amenazándolo con una orbe de electricidad que mantenía en su mano izquierda mientras que con la otra le sostenía el pico contra el suelo. La chica emitía una especie de luz amarilla por todo su cuerpo, y cada pocos segundos Fumikage sentía pequeñas descargas que lo hacían tener espasmos. —Así que, ¿Prefieres rendirte o que yo te electrocute?

Tokoyami miró de reojo el orbe de electricidad que creció un poco más, envolviendo todo el brazo de la chica con pequeños rayos amarillos. No había que ser un genio para saber que esa sería una descarga tremenda que le causaría mucho daño incluso antes de dejarlo inconsciente.

—Me rindo. —Fumikage no pudo evitar sentir una clase de deja vú, como cuando Bakugo lo venció en el festival deportivo de una forma parecida.

—Buena decisión. —La ceniza dejó de brillar, el orbe en su mano desapareció, así que simplemente se levantó, sacudiéndose el polvo. —Aunque no lo crea, lo respeto mucho como héroe. Su técnica y agilidad en el futuro es sorprendente, fue un gusto pelear con usted aún cuando es la versión joven e inútil de sí mismo.

Ella se alejó en dirección a sus amigos. Tokoyami sintió un hormigueo en su interior al pensar que era respetado por alguien tan poderosa y orgullosa como lo era la hija de Bakugo.

—Uno menos. —dijo la de irises dorados al llegar junto a su amiga.

—Dos menos. —respondió Hanabi, dejando en brazos de Tokoyami a una dormida Tsuyu.

—¿Qué le hiciste?

—La deje creer que me había atrapado, bajé la temperatura de mi cuerpo, su velocidad fue en descenso, sus movimientos eran torpes. —La del cabello colorido se encogió de hombros como si no fuera la gran cosa. —No quise hacerle daño con el fuego, a fin de cuentas el frío la venció sin mucho esfuerzo.

—Allá se aleja tu futuro sueg... —Hibana no terminó lo que iba a decir porque su amiga le golpeó el brazo. La rubia se rió con fuerza. —Cierro la boca. Mensaje recibido.

—Deja de molestar a mi hermana, Hibana.

—Tu eres el que debería dejar de molestar. —dijo viendo de reojo como Iida estaba bailando como un robot. —¿Es enserio?

—¿Qué? —preguntó, sin poder aguantar la sonrisa maliciosa. —Es divertido. Mejor que solo dejarlo fuera de combate.

—¡Cuidado! —gritó Daiki, ambas chicas miraron en su dirección, el pelinegro se lanzó detrás de Teru. Las chicas vieron confundidas la escena, hasta que notaron una silueta colorida caer al suelo después de un puñetazo.

—¿La mataste? —preguntó la rubia.

—No, aún está consciente. —El pelinegro le apuntó con el rifle y la chica invisible chilló. Tooru no había sido de mucha ayuda en el entrenamiento aunque intentó salvar a Mineta del rubio loco que por alguna razón siempre sabía dónde ella estaba, ahora aunque era parcialmente visible quiso hacer algo útil como intentar despertar a Iida del trance. —Aunque no por mucho.

—¡Me rindo! ¡Me rindo!

—Bien. —contestó con una sonrisa bonita, ofreciéndole la mano para ayudarla a levantarse. Hagakure y todos los alumnos del pasado estaban empezando a cuestionarse seriamente si Daiki era tan puro y dulce como Momo era. —Tercera fuera.

Teru enredó sus cintas alrededor del cuello de Tenya, solo hizo falta una mirada hacía su gemela y ella congeló los tubos de escape en las piernas del presidente de la clase A.

Lo primero que Iida notó al ser liberado del control mental, fue a tres de los estudiantes del futuro viéndolo con indiferencia, mientras sentía una terrible presión en el cuello que no le dejaba respirar.

—Tell me, president of class A. Do you give up? —Escuchó la voz del hijo de Todoroki muy cerca de su oído, Iida tenía más músculos que ese chico, así que no se esperaba la impresionante fuerza con la que presionaba su garganta, además de que el pelimorado ni se inmutaba ante los golpes que recibía por parte del de cabello azul para liberarse. —Soy algo caprichoso. Hibana, y Daiki consiguieron que sus presas se rindieran, espero no quedarme atrás. ¿Podrías rendirte? Alguien tan listo como tú debería saber lo malo que es para la salud la falta de aire.

El de ojos turquesa apretó con más fuerza las cintas, Iida miraba a todos lados intentado conseguir una salida, se escuchaban los chillidos de Hagakure pidiendo que lo soltaran, y los murmullos asustados de sus compañeros en los balcones, por los costados de sus ojos ya empezaban a ver manchones negros indicándole que no tardaría mucho en caer inconsciente.

—Ríndete, Iida. La única otra solución es que te desmayes por la falta de oxígeno. No puedes liberarte, y aún si lo hicieras. ¿Crees que podrás llegar muy lejos con cuatro de nosostros al acecho?

Iida claramente no lo sabía, pero Teru estaba siendo apuntado en la cabeza por el arma de Daiki, era una clara amenaza sin palabras, con su ceño fruncido y su mirada molesta, el de ojos azules le dejaba en claro que debía liberarlo enseguida, quisiera o no. Daiki se sintió algo mal por eso, Teru era su amigo pero no podía permitir que causarán semejante desastre en el tiempo si es que el pelimorado le causaba un daño a largo plazo a Tenya.

—M-me rin-do. —Y Teru lo soltó con rapidez, Iida cayó de rodillas antes de acostarse en el suelo intentando recuperar el aire que había perdido, Hagakure se acercó a su lado para ayudarle, Daiki alejó el arma mirando mal a su amigo, antes de agacharse para asegurarse que el delegado del pasado se encontraba bien.

Awase le creó una máscara de oxígeno, que le colocó mientras le revisaba por encima las marcas en su cuello.

—Tendrás esas quemaduras de fricción por un par de días, pero tu respiración no suena mal, falta oír tu voz para asegurar que no te haya causado ningún daño en las cuerdas vocales. —respondió el pelinegro, ayudando a Iida a sentarse sobre una de las camillas de los robots médicos que se alejaron junto a Hagakure que iría a revisarse el golpe que recibió.

—Nunca les había molestado que hiciera eso. —dijo Teru, mirando la camilla alejarse, no se arrepentía. Su gemela le dió un apretón en el hombro.

—Me parece que es uno de tus movimientos más geniales. —contestó la rubia encogiéndose se hombros.

—No me molesta, pero recuerda que estamos en el pasado. Ellos no están acostumbrados a esta clase de ataques por eso no saben actuar en consecuencia, además no podemos dejarlos con daños permanentes. —suspiró Daiki, golpeándole la frente con sus dedos. La piel del gemelo era tan blanca que no tardó en enrojecerse, el afectado y su gemela se quejaron en voz baja. —¡No seas tan sádico!

—Aww, cute boy, do you really think Teru is being sadistic? —Hanabi pellizcó la mejilla del pelinegro entre risas, Daiki se sonrojó porque ella estaba muy cerca de su rostro. Aunque no le pudo responder porque el otro gemelo lo tomó de la barbilla e hizo que lo mirara.

—Pretty boy, you haven't seen anything yet. —Completó, y ahora ambos tenían sonrisas maliciosas. El de ojos azules no supo si le estaban jugando una broma interna o si le estaban hablando en serio. Su cara terminó de enrojecerse por completo, y se alejó rápido alegando que buscaría a Kane.

—Lo que sea que acabamos de hacer fue cualquier cosa menos una cacería. —Se quejó la rubia estirando sus brazos y desviando la atención del pobre pelinegro. —¡Maldito, Gameboy!

—Te escuché.

—¡¿Por qué carajos hiciste esa mierda de la bomba de pintura?!

—Me pareció una mejor forma de cazar a Hagakure.

—¡Causaste una distracción para todos los demás! Eso va en contra de la cacería y lo sabes.

—¿No deberías decir gracias? —Daiki se giró, viendo con una sonrisa divertida a la ceniza, antes de esquivar el puñetazo que iba directo a su rostro. —¡Bien! Lo admito, fuí presumido y no debí haberlo hecho. Lo siento, Hibana. De verdad.

—Más te vale. No seas un imbécil de nuevo, esa mierda no te queda. —Ella lo miró con los ojos entrecerrados, el pelinegro le extendió el puño y aunque algo reticente, la rubia se lo golpeó con extrema fuerza y se rió de él cuando agitó su mano del dolor porque ella le había dado una descarga. —Ahora estamos en paz.

—Se nota. —siseó a causa del dolor. —Ahora, ¿Dónde carajos se metió, Kane?

—¡Aquí estoy! —respondió, cargando sin dificultad a Mineta por el cuello de la camisa. Kane tenía el cabello levantado y sus ojos brillaban de color rojo, cada tanto miraba al enano que traía, aunque este tenía los ojos cerrados y no dejaba de temblar.

—¿Aún no has acabado con él? Que decepción. —dijo la rubia, tocando con su dedo índice a Minoru que chilló más de miedo que de dolor, ya que la descarga que recibió fue muy baja.

—Habría terminado hace tiempo, pero es muy divertido verlo correr y chillar de miedo. —Se rió.

—Termina esto ya. Aún faltan 10 estudiantes que vencer, sin contar a nuestros padres. —Se quejó el de ojos turquesa. Limpiándose la pintura verde que le cayó en el rostro.

Kane puso los ojos en blanco, dándole la espalda al Shinso, luego miró fijamente al chico que sostenía.

—¿Te rindes? —Le preguntó, y Mineta chilló "sí" tan alto que a nadie le quedaron dudas de que había renunciado, en cuanto el rubio lo soltó, el enano corrió con velocidad lejos de él.

—¿Qué le hiciste?

—Es un llorón, nada más creé unas cuantas paredes y bolas de fuego con el quirk de Hanabi, mientras que de vez en vez usaba el quirk de Aizawa para que el enano no tuviera escapatoria. —respondió, restándole importancia al asunto.

—Y yo que creí que el fuego venía de la verdadera Hanabi. —comentó Daiki.

—Equipo dos: Eliminado.

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