Eres precioso cuando sonríes...

Igual que esos hermosos verdes esmeralda, así como los mechones dorados, así como tu casta presencia.

Y me duele, ¿sabes por qué?, me duele que tenga que yo quien tenga que borrarla cuando siempre me dices que yo soy la razón de ella.

Maldición, Meliodas... No puede hacerte esto, pero si no lo hago, tu sufrirás.

Desde la muerte de mi abuela yo sabía lo que pasaría conmigo, había aceptado la realidad, pero tu llegaste a moldearla, como escultor con arcilla moldeaste mi vida en una hermosa figura. Me siento mal porque te pagaré con soledad y agonía.

No quería que me conocieras, no quería que me quisieras, no quería que me amaras... Por favor, si no lo haces tú, lo haré yo en silencio. Llevaré este sentimiento conmigo y será mi preciado amigo.

No pedí enamórame, no pedí que fueras amable y me retrataras más de diez veces, que me escribieras mil palabras, que me dedicaras cien poemas y, aunque es lo más hermoso que nunca había escuchado, tienes que irte de mi lado.

Desearía que lo entendieras, pero no quiero que lo sepas, será menos doloroso para ambos.

Por favor vete e ignórame, busca a alguien más a quien amar y olvídame, te juro no olvidar lo precioso que eres cuando sonríes...