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Twenty Eigth

Ocho años antes, 1994 en Colombia.

AYDAN

—Bermúdez Kerex, Gabriel Ariel—hablo por el parlante mientras espero en el consultorio. A los segundos ingresa una adolescente con un bebé en brazos, es un recién nacido con una semana de nacido y ella parece de unos diecinueve o dieciocho años de edad—Buenas tardes.

—Buenas tardes—toma asiento enfrente mío.

—Siéntese libre de preguntar lo que quiera, ¿Ok?—la animo, ya que es la primera cita del Bebé y la veo algo incomoda, ella sonríe en respuesta—¿Tiene el libro de vacunas de Gabriel?

—Si, aunque no se mucho...¿Cómo funciona esto?—lo saca del bolso donde parece traer todo lo del niño.

—Es un cuaderno donde llevas el control de las inyecciones de tu pequeño, también de los datos personales y algunos avances que va teniendo en sus primeros meses de crecimiento.

—¿Eso dice todo lo de Gabriel?—ve la pequeña libreta con extrañeza.

—Si, mira—le muestro lo que estoy leyendo—Nació el 22 de enero a las 9:20 de la mañana, con un peso de 2555 kilogramos y midió 40 cm, lo tuviste parto normal, ¿Cierto?—ella asiente prestando atención a lo que le digo—¿Cómo te ha ido en estás primeras semanas con tu bebé, todo normal?

—Creo que sí, aunque todavía no se le cae esa cosa que tiene en el ombligo

—En cualquier momento no te preocupes por eso—la observo cuando duda en hablar.

—...Y lo veo muy incómodo, tiene mucho hipo, casi no quiere comer y llora demasiado.

—Siempre que terminas de amamantar a tu pequeño, ¿Lo pones en tu pecho y le das leves golpecitos en la espalda?

—Eh...—hace una mueca.

—Bueno eso que tiene son cólicos y tienes que ayudarlo a votarlos, de otra manera no puedes darle más leche hasta que él vote eso—ella me ve como si fuera la novedad menos conocida que existe—Son eructos que vota por la boca o a veces se vomitan, es algo normal, solo intente estar cómoda para que él también lo este, ¿Ok?

—Si.

—¿Puedes acompañarme?—ella me sigue—Necesito que lo acuestes aquí—lo deja reposando en la camilla y Gabriel no tarda en llorar. No puedo evitar sonreír, típicos llantos tiernos de recién nacidos, hace unos pucheros mientras abre con dificultad los ojos. Es una miniatura, pelirrojo igual que la Mamá y ojos cafés. Tomo el estetoscopio para escuchar los latidos del bebé, después lo pongo de lado para oír los pulmones—Es un bebé muy sano—después reviso los oídos y aprovechando que abre para bostezar, le doy una chequeada en la diminuta boquita.

—¿Puedo escuchar yo también?

—Claro—le entrego el estetoscopio y ella se lo pone en el pecho—Interesante.

—Va a hacer un bebé imperactivo—le digo por la manera en la que me sigue con la mirada.

—Yo creo que es por los ojos—arrugo el ceño—Tus ojos—se explica—Le llama la atención el verde, le he estado poniendo atención—sonrió algo impresionado.

—Cuídalo mucho, los bebés requieren de mucha atención.

—¿Puedo preguntarte algo?—asiento mientras mido a Gabriel—¿Cuántos años tienes?

—Veintiuno, ¿Por qué?

—Es que te vez muy joven—me ve con curiosidad y después pasa la mirada en el pequeño.

—Ahorita está en 42 cm, ósea creció dos centímetros—continuo con el peso, él no se queja cuando lo alzo y lo llevo hacia el otro lado de la habitación—Bajo un poco de peso, pero es normal, él bebé solo tiene una semana de nacido.

—Si, creo que es por mi culpa, no sabía lo de los cólicos, seguro por eso no ha querido comer, lo siento es que...

—No es tu culpa tranquila, nada más, empiece a hacerlo desde hoy—ella asiente algo seria—Pesa 2490 kg y estaba en...—le doy una chequeada al libro y confirmo que si bajo de peso—2555 kg, pero no te preocupes, dentro de quince días esperamos que ya vuelva al peso que tuvo o si sube un poquito, mucho mejor—él bebé me ve con atención y me extraña que este tan tranquilo, casi siempre lloran.

—Doctor, la verdad, no sé muchas cosas y...—hace una pausa—¿Cómo puedo evitar de que él tenga tantos cólicos?

—Yo puedo ayudarte con una pequeña dieta para ti—ella suspira aliviada—Hay cierta comida que tu consumes, que pueden estar afectando a Gabriel a la hora de tomar leche materna, recuerda que la madre y él bebé, son como uno solo en esta etap...

—Yo no tengo problema, solo me interesa que suba de peso—me interrumpe jugando con nerviosismo con los dedos de la mano.

—No significa que tenga que dejar de comer, tú puedes comer lo que quieras, pero no en exceso, si consumes alcohol o vinos muy fuertes, no puedes darle de comer al bebé hasta maso menos después de dos horas.

—No tomo alcohol.

—Entonces puede estar más tranquila, si quiere estar más segura, puedes hablar con mi compañera, es nutricionista y se va a encargar de que la dieta sea la correcta.

—Perfecto—habla entusiasmada.

—Ahorita te regalo los datos—termino de revisar los genitales del bebé y le mido la cabecita, sigue en 10 pulgadas. Después lo tomo de las manitas y él se sienta, lo vuelvo acostar, estiro un poco las piernas y brazos, lo pongo de boca abajo, eso si lo hace enojar un poco, pero después le doy la vuelta—No veo nada extraño, solo que suba un poquito de peso es muy importante—tomo una fotografía en negro y gris, empiezo a moverlo despacio y él bebé sigue con la mirada el objeto.

—¿Por qué hace eso?—observa la fotografía que tengo en la mano.

—Es para estimular la visión del bebé, cada vez que corro la fotografía, tu hijo la sigue con la mirada—ella forma una O con la boca.

—Ósea, haber si entendí—cierra los ojos con confusión mientras sacude la cabeza levemente—¿Él todo lo ve negro y gris?

—No, él puede ver todos los colores como son, solo era un pequeño chequeo—ella ríe nerviosa—Ya puede alzarlo.

—Si—la dejo que alce a su bebé—Al menos se portó bien, suele llorar mucho.

—Asegúrese siempre de revisarle el pañal, alimentarlo, sacarle cólicos y tenerlo lo más relajado posible, te aseguro que no va a llorar tanto y existe una forma de alzarlos, siempre que lloran, lo pones de frente y su espalda en tu pecho, lo tomas con cuidado y lo meses suavemente—le muestro como tiene que hacerlo, aunque ahorita no es necesario porque no está llorando. La adolescente espera mientras termino de apuntar los últimos datos de hoy—Te voy a mandar con la nutricionista, solo tienes que esperar 10 minutos para que te llame.

—Muy bien—le entrego la libreta de vacunas—¿Puedo hacer otra pegunta?—se vuelve a sentar.

—Si, para estoy aquí—noto que se sonroja un poco, así que le quito la mirada para que no se sienta incomoda.

—Es que cuando le doy leche, me lastimo un poco y a veces me llega a doler más de la cuenta.

—Use crema lanolina de Lansinoh, se echa un poco en el pezón y no va a tener ningún problema con eso, él bebé puede chupar la crema, porque es completamente natural y cómodo para ambos—le apunto el nombre en un papel para que no se le olvide.

—Muchas gracias—se levanta con el pequeño acurrucado entre las cobijas, abro la puerta y ella sale nuevamente. Son las 6:30 de la tarde, el día se me hizo larguísimo, solo hoy atendí como a veintisiete bebés y otros tres entre los 4 a 7 meses. Ser pediatra es lindo, pero con un horario muy cansado.

Apago la laptop, organizo los expedientes de los niños que atendí hoy y me quito la bata del hospital. Tomo el bolso y salgo de la oficina, el área de cirugía está repleto de personas, se nota que tienen mucho trabajo que hacer.

—Aydan—suspiro fuertemente para después darme la vuelta.

Ya va a empezar

—¿Qué?—Abdón me entrega una carpeta llena de documentos.

—Lo necesito a las 4 de la mañana—arqueo una ceja—Varios me pidieron permiso para no venir mañana y lo necesito aquí.

—Mañana es domingo Papá—esclarezco—La semana pasada me hizo lo mismo.

—Son personas que tienen cosas importantes que hacer.

—¿Darle el día libre al poco de mujeres con las que se acuesta, son cosas importantes que hacer?—quiere hablar pero no lo dejo—No soy ningún estúpido, siempre me doy cuenta.

—Se les da un maldito permiso, porque son personas que cuidan a familiares discapacitados, a uno de sus compañeros se le murió la esposa y yo les doy el día libre, más incapacidad porque tienen derechos—desordeno mi pelo lleno de frustración—Y deje de hablar cosas que no son, porque igual que usted me la paso todo el día trabajando, perder a una persona en media operación no es nada fácil.

"Mentiroso"

—No, mañana no voy a venir porque el domingo pasado fue lo mismo y menos me voy a prestar para callarme lo que usted anda asiendo.

—Ni se le ocurra decirle nada a Collins—me amenaza apuntándome con el dedo, no sé porque tienen la manía de andar divulgando lo que se habla, solo él está gritando en estos momentos con todo el hospital poniendo atención.

—Póngase con Dios Papá—me doy la vuelta para irme. Ese hombre me arta, cuando quiere ser insoportable lo es, mejor me hubiera quedado en México.

—Hermanito—lo veo mal, está apoyado en mi moto con todo su clan de acompañante, por el único que me alegro de ver es a Thomas que se fuma un cigarro en silencio.

—Quítese—hablo entre dientes.

—Debería agradecer que vine a recogerte, vamos a ir a tomarnos algo.

—No gracias, córrase.

—Te vez guapísimo—un idiota cuyo nombre no conozco, me tira un beso.

—No en serio Aydan—me dice Thomas quitándome las llaves que recién vengo sacando—La última vez la pasaste bien y no puede negarme eso.

—¿Por qué no le gusta salir?—me dice el extraño que siempre anda con Ulises.

—No es que no me guste salir—le quito las llaves a Thomas—Es que parece de quince años.

—No soy idiota hermanito, la última vez lo vi con la rubía—susurra lo último—Está bien que trabajé, pero usted solo piensa en eso.

"Últimamente no he estado pensando en el trabajo"

—De hecho...—no conozco a ninguno de los idiotas que están aquí, solo conozco a uno y ni siquiera le hablo, que por cierto me está hablando ahorita—Hermione, me pregunto el finde semana pasado por ti, pero le dije que usted es un ser humano muy extraño.

—¿En serio?

—Si, no sé qué hicieron la última vez, pero esa mujer se le pego su rareza.

—Vamos, olvídese del cochino hospital por un rato y pélesela de una buena vez—Ulises suelta una carcajada por lo que dijo el medio Gay que me tiro un beso.

—Abdón quiere que trabaje mañana—aprovecho que los demás se adelantaron.

—¿Vas a ir?—arquea una ceja—Mañana es domingo, no tiene porque trabajar si no quiere.

—No quiero ir.

—No vaya Aydan, deje de complacerlo, osino lo va a seguir haciendo.

—Es mi día libre y lo más probable es que de igual manera ni me arrime.

—No vas a ir, se va a quedar con la rubia que se follo la última vez.

—¿Por qué están tan seguros de que follamos?

—No lo sé, instinto de hermano mayor.

—Como hermano mayor, da asco—me pega un manotazo.

—Algún día vas a ser como yo, Aydan.

—Ni muerto—susurro viendo el enorme bar que tenemos de frente. Cuando entro, el escándalo de la música retumba en mis oídos y se ve lo mismo de siempre, mujeres semidesnudas bailando en las mesas, apesta a alcohol y cigarro.

Lo que me llama la atención, es un grupo de hombres que se devoran a una mujer en media tarima. Quito la mirada de esa escena tan traumante.

—Yo también pienso que deberían conseguirse una habitación—susurra Thomas en mi oído. Busco con la mirada a la rubía, pero no la veo atendiendo a clientes, veo a otra chica que estaba junto a ella la última vez, me pareció escuchar que se llama Delfín, Ulises me dijo que estaba intentando algo con esa mujer, pero no era nada serio, ese solo anda viendo cual chica se le asoma primero para cosas que no quiero mencionar.

"Imaginarme a Ulises en algo así, solo me dan ganas de vomitar"

Continúo buscándola con la mirada, pero no la encuentro. Me acerco a la chica que saca botellas de licor.

—Disculpe—ella me vuelve a ver.

—Guapo, ¿Necesita algo?—la pelinegra juega con su pelo de manera coqueta.

—¿Dónde está la chica rubía que siempre está atendiendo a todo el mundo?—hace mala cara.

—No lo sé, por algún lugar debe de andar—mastica su chicle y se hace hacia adelante—La vi llorando hace unos segundos, después entro Félix con un grupo de hombres, ella estaba reteniéndose porque está muy rara maso menos desde hace una semana y la estaban obligando a tener sexo, yo solo la vi tratando de escapar de esos idiotas—tengo un mal presentimiento y ni siquiera la veo por ningún lado.

Me alejo buscando en los rincones del lugar, este sitio es muy grande. Pongo los ojos en blanco al ver a una niña observando todo con miedo y tratando de llamar la atención de una mujer que se está devorando hasta los ojos con un estúpido.

"¿Quién putas permitió que una menor de edad entrara aquí?"

—¿Busca a alguien ojos lindos?—me doy la vuelta tomándome con una chica pelinegra que anda solo en bragas y un sostén, sin contar los enormes zapatos de punta que anda.

—¿Ha visto a una chica rubia, se llama Hermione?

—Oh si, está aquí a la vuelta.

—Gracias—en esta parte se ven más personas de lo normal e incluso más de uno ya está montando una escena ahí mismo.

—Y lo disfrutaste maldita puta...—un imbécil la tiene arrinconada, debe de ser él tal Félix, ella tiene la cara llena de sangre y le bajan las lágrimas como cascadas, ni siquiera hace nada, solo se queda quedita, después la veo cerrando los ojos con fuerza.

—M-mañana, h-hoy no quiero—le tiembla la boca cuando intenta hablar. Anda con un vestido corto, no como el de la última vez, pero si es corto.

—Lo mismo me dijo ayer y toda la maldita semana—presiona el puño para pegarle, ella se tapa la cara con las dos manos, pero soy más rápido y lo halo de la camiseta. Sin dejarlo reaccionar lo tiro al suelo.

—En su maldita y asquerosa vida, se le ocurra volver a ponerle una mano encima—susurro con los dientes apretados, ni siquiera siento cuando le pego con el puño cerrado en la cara, tras de todo mis anillos cooperaron, él idiota intenta defenderse, pero le doblo todo el brazo y hasta me tomo la molestia de ignorar el grito que le sale del hocico.

—A la próxima no le voy a quebrar el brazo...—amenazo—Le amputo todo y también el otro—lo dejo rabiando del dolor mientras apoyo mi peso en todo el brazo derecho con el que tenía intenciones de pegarle. Olvido todo el escándalo de fondo que había antes y cuando escucho donde se quiebra el hueso, tomo una botella, la quiebro contra una maldita pared y agarro un pedazo mientras le entierro el filo del vidrio en la piel.

—Me cago en su madre—grita como desquiciado. Lo dejo en el suelo, mientras se revuelca del dolor.

"Va a estar bien, solo le ponen un yeso, curan la herida y listo"

—¿Estás bien?—como no contesta, no pierdo el tiempo, la alzo. Ignoro la mirada de medio mundo y subo hacia al segundo piso. Busco una habitación desocupada y entro mientras la dejo en la cama, solo me devuelvo para asegurar la puerta. Ella intenta hablar, pero le falla la voz. 

—G-gracias—susurra mientras solloza en silencio. Camino hasta la cama, ella intenta limpiarse las lágrimas y también la sangre con las dos manos. Yo la atraigo hasta mi pecho, ella se acurruca y deja que la abrase.

"Huele tan bien"

—Tranquila Hermione—se aferra a mi camiseta y no deja de temblar en mis brazos. La dejo que se desahogue y entre más la abrazo, más fuerte llora. No logro explicarme por qué se sigue haciendo esto, solo le prestó atención por un segundo a la música escandalosa que se escucha desde aquí, mientras yo no me alejo de ella hasta que se calma. Sube una mano a mi cuello y se esconde tratando de calmarse. 

—Gracias—vuelve a repetir.

—No va a volver a tocarte—ella no me ve a los ojos porque se esconde entre mi cuello, la alejo levemente para obligarla a que me vea, está incómoda o nerviosa.

—Ojalá fuera él único que me hace esto.

—Va a ser el último que le pone una mano encima Hermione, son unos idiotas que no tienen nada más interesante que hacer—levanto su mentón, pero ella me quita la mano.

—No me toques, estoy horrible.

—No estás horrible—sorbe los mocos que tiene de tanto llorar.

—¿Por qué no viniste el sábado pasado?

—Tengo mucho trabajo—ella por fin alza la mirada sin que yo tenga que hacerlo. 

—¿Qué haces en tu trabajo?—sonrió cuando ella hace un intento de hacerlo. 

—Soy pediatra, cuido a bebés recién nacidos o niños de 2 meses hasta que cumplen el añito, maso menos—hace una mueca.

—¿Te gustan los niños?

—Me encantan—ella me ve detenidamente, siempre lo hace.

—Te vez muy guapo para ser niñero.

—No soy niñero—llevo su cabello por detrás de la oreja—Soy doctor, me aseguro que los niños estén bien.

—No te envidio—sube la mano hasta mi mejilla y me acaricia—¿Eres uno más de los locos que estudian para ser cirujanos?—suelto una pequeña carcajada.

—No hermosa, eso es otra cosa—ella me ve con extrañeza—Yo estoy estudiando para ginecobstetricia, me encargo de cuidar a mujeres embarazadas, preparación de partos y como ginecólogo, pues, ¿Si sabes que es un ginecólogo?—rueda los ojos haciendo de paso una mala mirada.

—Si—contesta de mala gana, después se suelta de mi agarre, parece molesta, tiene el ceño fruncido y un hermoso puchero que me causa curiosidad. 

—¿Qué te pasa?

—Nada—juega con los dedos de mi mano—¿Siempre te a gustado hacer eso?—pienso por unos segundos. Noto que estoy acostado a su lado y ella descansa la mejilla en mi pecho, no me di cuenta de eso—Quiero decir...¿Nunca pensó en hacer otra cosa aparte de revisar a viejas desnudas y mocosos?—río un poco. 

—No se trata de revisar a mujeres desnudas Hermione.

—Mmm...

—Siempre solía cuidar mucho a mis hermanas junto con Ulises, porque mi Mamá y mi Papá nunca estaban en casa—muerdo el interior de mi mejilla—Ellos creían que estábamos muy grandes para cuidarnos solos y la verdad es que ni Ulises entrando a la adolescencia podía cuidarse él mismo, nunca maduro hasta la fecha—ella se ríe un poco y yo hago una pausa solo para escucharla—...Entonces yo cuidaba a mi hermana menor que era la más pequeña y a la otra que no era tampoco muy grande, cualquiera hubiera pensado que era mi hija...me gustaba mucho cuidarla lo admito, aunque se que no era mi obligación y antes de eso, siempre me daban mucha ternura los bebés, pero cuando me gradué de la secundaria quería estudiar Administración, después no me gusto y empecé con la medicina, solo sabia que no quería estudiar para cirujano porque simplemente...mi Papá lo era, además no es mi fuerte. 

—Y decidió revisar chamacos y en la actualidad ginecología.

—Me causa muy interesante estudiar el sistema reproductivo de la mujer y la idea de ser obstetra es la parte que más me gusta. 

—Bueno...te felicito por esforzarse tanto en lo que quiso estudiar—ambos guardamos silencio por unos segundos, es cómodo. 

—¿Y tú?—corro su cabello rubio hacia atrás—¿Qué te hubiera gustado estudiar?—alza un poco la cabeza para verme a los ojos. 

—Es algo muy estúpido que perdiera mi tiempo soñando cosas que nunca iba a lograr.

—¿Estupideces?

—Si...yo lo pensé, pero después ya no me quedaron ganas de vivir y sigo perdiendo mi tiempo hasta que llegue un día en el que ya no tenga que seguir en esto. 

—¿Qué querías estudiar?—repito. Ella baja la mirada a mis labios, yo hago lo mismo por inercia. 

—Diseño de moda—una pequeña sonrisa se le escapa y creo que es inconscientemente—Me encanta dibujar, me gusta diseñar, solo la idea de ver a chicas modelando mis vestidos...era lindo para mí—se queda callada, como si estuviera pensando miles de cosas—...pero era una tontería.

—No son tontearías—conecta el lindo café de sus ojos con los míos, de nuevo. 

—No me veas tanto, estoy llena de sangre y me siento fea. 

—Ven—se supone que es alta, pero yo la veo pequeñita cuando está conmigo. La guio hasta el baño, ella entra primero y luego lo hago yo. Tomo una toalla y solo encuentro en un pequeño botiquín una crema.

—¿Qué haces?—arruga las cejas mientras ve como mojo una punta de la toalla. La halo de la cadera.

—Cierre los ojos—paso este por su rostro, en ocasiones se queja, sé que debe de doler un poco. Sigo las facciones de su cara, presto mucha atención viendo como arruga la frente y la nariz o la pequeña trompa que hace cuando le limpio la barbilla. Me concentro en las heridas, solo gime en silencio, tiene la mejilla morada y me arrepiento por no haber tirado en media calle a ese hijo de puta.

Ella abre los ojos cuando termino, al fin ya quedo limpia, tuve que quitarle el maquillaje que andaba, pero se sigue viendo hermosa.

—Esto hidrata—le dejo la crema en la mano, ella se echa en todo el rostro.

—Gracias—observo como muerde su labio mientras se pasa lo que le di. Ella está concentrada en eso, yo no puedo evitar bajar la mirada hasta ese vestido que me tiene fantaseando, quiero quitárselo desde toda la maldita semana que paso y no vine. Deseo chupar otra vez esos senos, sentirla de nuevo, es tan estrecha y deliciosa o cuando gime en mi oído, eso es lo mejor.

También quiero verla desesperada porque la toque, probar ese sabor tan delicioso que tiene. Ella se hace el pelo hacia un lado para pasarse la crema en el hombro, me deja una buena vista de ese cuello que mordí la última vez. Cuando le di el primer orgasmo, hizo una cara llena de excitación o esa boca chupando mi...

"Soy un enfermo lo sé, pero es que..."

—Aydan—pasa su mano en mi rostro, yo pestañeo varias veces—¿Estás bien?

—Si—trago grueso.

"Tengo que calmarme"

Salgo del baño, siento que me sigue, espero que no note la erección que tengo en estos momentos.

—Ya tengo que irme—finjo ver la hora del reloj. No escucho ninguna respuesta por parte de ella y sé que, si me quedo, me voy a olvidar de que está lastimada, porque de verdad quiero darle en todas las poses posibles.

—Pero...—me encanta la voz suave que tiene, es relajante—No quiero que te vayas—me hala del brazo y no me queda más remedio, me doy la vuelta topándome con una mirada llena de tristeza—Al menos no todavía.

—¿Por qué no?—la voz me salió demasiado ronca.

—Quiero ayudarte con esto—pasa los dedos por encima de mi pantalón y ahora si no logro contenerme más. Ella se pone de puntillas y desesperada busca que la bese igual.

—No quiero lastimarte.

—Yo sí quiero que me lastimes—habla encima de mis labios.

—No tengo condones—mete las manos debajo de la camiseta.

—Yo me cuido, tranquilo, nunca me he acostado con nadie sin los preservativos.

"Solo por esta vez"

Paso mis labios por todo su cuello, ella gime cuando la agarro de las nalgas y la froto contra mí. Libero sus senos, ni siquiera lo pienso y le bajo todo el vestido.

—Me encantan esas bragas—agarro el elástico con mis dientes, ella se acuesta recta y le permito que observe lo que le estoy haciendo. Halo la prenda hasta que se desliza por sus piernas, su sexo queda expuesto ante mí y lo primero que hago es halar con los dientes levemente de su labio vaginal, ella gime fuerte.

—Espera un momento—habla agitada. Se pone de rodillas en la cama y abre la cremallera de mi pantalón, observo como hace lo mismo con mi bóxer—Tienes mucha ropa puesta—me muerdo el labio cuando siento que agarra mi enorme erección con la mano.

—¿Te gusta?—la molesto por la manera en la que ve mi polla.

—Me encanta—me hala de la camiseta—Eres perfecto—acomoda el glande en la entrada de su sexo, no puedo evitar empujarla contra la cama para meterla toda. Me olvido de todo y solo la ensarto hasta el fondo mientras la agarro de la cadera. Siento los músculos de mis brazos tensarse con cada embestida y ella no se queja por la fuerza que uso.

Sale un gemido femenino de su boca que me vuelve loco y tener sus fluidos en mi falo es lo mejor. Ella se aferra a mi cuello y espalda, sé que ahorita esta igual o peor que yo. Me siento como un horno por dentro, cada vez que la saco se siente increíble, pero cada vez que la meto, la siento más unida a mí.

—Aydan—susurra besándome el cuello. Cierro los ojos y me dejo llevar por el placer que siento ahorita.

"Sinceramente no sé qué me pasa, pero ella me gusta demasiado"

"Y solo la he visto dos veces"

Se queda por un momento quedita y yo hago el trabajo, la observo detenidamente, ella entre abre un poco la boca y tiene los ojos cerrados mientras se acaricia los senos. Bajo la mirada hasta nuestros sexos unidos y es la mejor vista que puedo tener ahorita, estoy tan excitado que mi semen baja llenándole toda la entrepierna, tiene unas piernas gruesas que estripo mientras la penetro con fuerza.

Puedo sentir que está apunto de venirse, así que, incremento mis movimientos y me aferro más a sus caderas, ella me ve a los ojos y frunce el ceño.

—Ah—jadea suavemente, puedo decir que es la mirada más bella que he visto. Ninguna con las que me acuesto de vez en cuando, logra ponerme tan duro como lo hace ella ahorita. Baja la mirada y sé que esta por tener su orgasmo, pero la obligo a que me vea, quiero ver el gesto que hace cada vez que le doy uno—Lo haces tan duro que...—ahoga un grito y hace la cabeza hacia atrás, a los segundos la siento relajarse en mis brazos.

—Eres hermosa—ya no mido mi fuerza, realmente no se si la estoy lastimando o no, pero sigo buscando mi propia satisfacción y sé que estoy a nada de lograrlo, ella enreda las piernas alrededor de mi cadera permitiéndome más ingreso a su cavidad. Sus pliegues suaves me acarician la punta y simplemente no puedo describir lo que siento en este momento. Agarro los pezones y los chupo dándole succiones con mi boca.

—Ojos hermosos—me susurra acariciando y arañando a la vez la espalda.

"Esto se siente delicioso"

Ella se impulsa hacia delante sin separar la vagina de mí y no sé cómo lo hace, pero quedo sentado. Hermione brinca sobre mi polla, la observo haciendo eso.

"Ella es bellísima"

Está vez no retiene los gemidos, entre más se la mete, los pechos le brincan al hacer eso, suelto un gruñido por lo que estoy viendo ahorita. La imagen de ella en pose de vaquera sobre mí, me nubla los sentidos, la agarro de los muslos y está vez le doy desde abajo, ella no se detiene tampoco, con la mano se hace todo el cabello rubio hacia atrás, dándome una mirada sexy con la que logra que me venga en segundos, ella lo hace conmigo.

Se frota sobre mí y las piernas le tiemblan cuando se viene de nuevo. Beso su cuello mientras intentamos calmar nuestra respiración. Acuesta la cabeza en mi pecho y me veo acariciándole la espalda. 

Ambos nos mantenemos en silencio, dejo un beso en su frente, ella cierra los ojos por unos segundos y los vuelve a abrir. Suspira con tranquilidad y lleva la mano hasta mi pecho mientras empieza a hacer círculos invisibles, yo la observo con cuidado, se que le pasa algo, esta muy seria y misteriosa desde que vine.

—¿Te sientes bien?—juego con su cabello, y enredo mis dedos entre los pelos amarillos que tiene perfectamente ordenados, a pesar de que follamos como locos, casi no se desordeno—¿Tiene que ver con lo que paso ahora?

—No—se incorpora quedando en frente mío y baja la mirada hasta nuestros sexos unidos—No sé qué me pasa—dejo un beso rápido en sus labios.

—¿Segura que no sabes que te pasa?—le doy otro piquito, y después otro y otro beso, ella ríe.

—Ya—quita la cara, pero ahora tengo la mejilla—Aydan.

—¿Qué tienes?—no me canso de verla, realmente es muy hermosa. Soy adicto a esa boca con la que está ahorita mordiéndose el labio, ya sé que esta nerviosa.

—Es que...—balbucea por un momento y no le entiendo nada—No me veas así—empuja mi mejilla.

—No estoy haciendo nada.

—Tienes una mirada muy pesada y no puedo hablar tranquila—vuelvo a ver hacia otro lado.

—Ahora si señorita, hable—de reojo puedo ver que se rasca el pelo con duda.

—Vas a molestarte conmigo, lo sé.

"¿Qué estará pasando por esa cabeza?"

—No me conoces Hermione, tal vez no me enoje.

—Tu eres muy tranquilo, estoy de acuerdo—hace una mueca entre graciosa y exagerada—Cuando me defendió abajo...hablo super normal como si no hubiera pasado nada...pero no te conozco del todo.

—Dime tranquila, no voy a molestarme—se encoje de hombros.

—Bueno—carraspea—Es que...estuve esperándote toda la semana pasada, ni siquiera sé porque—habla muy suave y vuelve a jugar con los dedos de su mano por cuarta vez—Yo...¿Ya no vas a regresar más?—no se si ella lo nota, pero mi polla se pone durísima, parece pensativa, pero después me vuelve a ver. No la he sacado, sigo dentro de ella.

Esa cara de miedo porque le diga que no voy a volver, me prende de nuevo

"Tengo que dejar de pensar con lo de abajo"

—¿Por qué piensas que no voy a regresar?—muerdo el lóbulo de su oreja.

—Los demás después de conseguir lo que quieren, se van y ya.

—Yo no soy los demás y ni siquiera e conseguido lo que quiero—ella me ve con sorpresa.

—¿Qué quieres conseguir?—habla rápidamente y la mirada curiosa que pone solo logra excitarme más.

—No necesito seguir acostándome contigo para darme cuenta, me conozco demasiado—suelto sin rodeos—Estar pensando en la misma chica toda la maldita semana es una tortura y con hoy, solo la he visto dos veces en toda mi jodida vida—abre la boca para decir algo.

—¿No te importa que me llamen prostituta, puta, que este toda usada y qué los demás se alejen de ti porque me ven a tu lado?

—No.

—Pero...

—Quiero conocerte bien primero—sonríe un poco, la segunda que veo en toda la noche—Nunca borres tu sonrisa, es muy linda.

—No te vayas todavía.

"Eso era lo que ocupaba para quedarme mañana con ella, una motivación"

—Voy a quedarme toda la noche contigo tranquila—beso su mejilla, Hermione se acurruca en mi pecho y yo cierro los ojos.

"No creía en el amor a primera vista"

Ahora sin verla, no me la saco de la cabeza y es tan cierto eso de que enamorados se hacen miles de estupidez, porque aquí estoy yo de idiota cayendo en la trampa de la misma mujer, una y otra vez...

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CHALETO

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