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Thirty Three

HERMIONE

Abro la casa de los Walsh y me adentro a está mientras dejo en el sillón grande mi bolso blanco de cuero. 

—Está es la otra pieza—Aydan me vuelve a ver cuando me ve entrando a la casa, Madison le pasa una pieza de algún Puzzle que está armando con tucos de madera y a su lado está Lali que parece concentrada en eso. No puedo evitar sonreír de ternura al verlas a ambas con un vestido del mismo color. Son rosados, el de Madison es uno bolado de princesas, el de su nueva amiga es uno igual pero más pegadito, un poco más sencillo con unas perlas preciosas que decora todo el vestido, pero ambas se ven bellas. 

—Pero está no calza aquí—se queja Lali. Aydan anda una camiseta negra con unas letras en cursiva que no logro apreciar lo que dicen, lleva el cabello alborotado y un buzo negro con las mismas letras pero a los lados de sus muslos, además de unas botas del mismo color. 

"Se ve muy bien"

—Hola Hermione—me saluda Maddy rápidamente para luego seguir conversando con Lali. 

—Hola pequeñas—devuelvo mi mirada hacia Aydan que me observa atentamente. Debe de ser raro regresar a trabajar a está casa después de tanto tiempo. Ando un vestido colorido que hace juego con mis sandalias de tacón pequeño y deje mi cabello rubio completamente suelto. Tengo maquillaje natural y unos aros plateados en las orejas, son medianos.

—¿Ya desayunaron?

—Le dije a Aydan que te esperáramos—todos nos volvemos hacia la mujer pelirroja que sale de su nueva habitación. 

—Whoau que bonita—suelta Madison mientras la observa atentamente, ella tiene una sonrisa encantadora, lleva su cabello suelto y liso, se ve con brillo y totalmente limpio, anda maquillaje, además de un short de mezclilla con una blusa muy bonita que le permite mostrar sus perfectas curvas. Se puso unas tenis azules, igual que su pequeño blusón. 

 —Cierto, te ves bien—observo a Aydan, no espere que eso saliera de su boca. 

¿Desde cuando da cumplidos?

—Tienes el cabello muy bonito—la alaga Madison por segunda vez. 

—Gracias—ella se sonroja y empieza a caminar hasta la cocina. Aydan observo por unos segundos el lugar donde la chica desapareció y no puedo evitar fruncir el entrecejo—Tome asiento Hermione—estoy por protestar pero ella desapareció antes de que pudiera hablar. Tomo asiento y guardo silencio cuando ella regresa con una bandeja donde trae el desayuno.

—Eso se ve delicioso—dice Madison mientras ve la fruta que descansa en su plato. También noto los batidos que nos entrega a cada uno, es amarillo y tiene banano en una esquinita del fino baso de vidrio. 

Me sorprende que ya se allá acoplado también y que ande como si nada por toda la casa, es algo impresionante que me deja algo inquieta. Aydan parece tranquilo, a pesar de que obviamente la chica es una desconocida, a él no parece molestarle y me sorprende la confianza que le esta brindando. 

Veo la comida en mi plato e inmediatamente siento mi estomago crujir, es cierto que últimamente no me e estado alimentando bien y que eso es lo que me a tenido más débil e incluso flaca. Tomo un sorbo del batido y tengo que admitir que realmente está delicioso e incluso me concentro en la comida que reposa en mi plato, tenia bastante de no disfrutar una buena comida. 

—Entonces ¿Ellas se quedaran viviendo aquí para siempre?—comenta Madison mientras grita escandalosamente. 

—Estamos por hablar de ese tema pequeña—Maddy parece pensativa mientras mastica lentamente con algo de extrañeza y con una notable falta de entendimiento en sus gestos. 

—¿Pero no vamos a volver al bosque?—habla la niña tímidamente. Noto a Laila incomoda y antes de que pueda hablar, alguien se adelanta. 

—A cualquier lugar que no sea ese, ni en la calle—Aydan no observa a ninguna, solo ve su plato mientras come lo que reposa en este con mucha tranquilidad—¿Dormiste bien?—él ve a Lali con intriga y ella asiente mientras toma de su batido. Laila tiene una sonrisa encantadora, aun así, no logro acoplarme todavía, solíamos estar solo Aydan, Madison y yo, nada más. 

No quiero sonar egoísta, porque yo, ya no soy así, pero realmente es raro que meta a una desconocida en esta casa, que literalmente es una mansión con objetos costosos, que aparte de eso, Aydan tiene plata todo el tiempo reposando en la mesa o su billetera que tiene la mala costumbre de dejarla en la mesa de noche en su recamara, además de una niña pequeñita con problemas de salud, solo digo que es...complicado. 

—Papá, ya no quiero más—susurra Madison mientras hace una pequeña mueca. En su plato dejo un poco de fruta. 

—¿No te gusto, por qué osino puedo prepararte algo?—Laila se levanta como flash de la mesa. 

—Laila no se preocupe, gracias—Aydan tiene una voz muy...a mi no me salen los nombres tan perfectos. 

—No es eso, tengo ganas de vomitar—se levanta de la silla y camina hasta Aydan como si estuviera buscando ayuda. Él la alza y abre la puerta del servicio, la pequeña no se equivoca porque apenas Aydan se agacha y levanta la tapa de la taza, ella empieza a vomitar. 

—Pobrecita—me dice Laila mientras observa como Walsh le ayuda a calmarse. Lali solo come en silencio mientras ve de reojo tratando de disimular. 

—Si—susurro.

—¿Mejor?—le pregunta cuando ella deja de vomitar. 

—Si Papi—ella se limpia rápidamente y se suelta de los brazos de Aydan mientras asoma una sonrisa de oreja a oreja—Vamos a jugar.

—¿Segura que te sientes bien?

—Si—arruga la nariz con fastidio—Vamos—hala a Lali de la mano, ella solo toma una fresa que le falto comerse y la empieza a seguir. 

—Muchas gracias por todo, me imagino como debieron sentirse cuando se perdió su niña, son una familia muy linda.

—No somos familia—suelta Aydan con el ceño fruncido—Ella es la empleada de la casa—trago grueso mientras saco mi sonrisa más falsa acompañada con un leve asentimiento. 

—O lo siento de verdad, no quería incomodarlos, es que...creí haber visto un parecido...lo siento—ella se ruboriza mientras sigue disculpándose. 

—No se preocupe—todos guardamos silencio después de que yo susurro eso, pero solo por unos segundos porque Aydan rompe el silencio.

—¿Solo ustedes dos vivían en ese lugar?—ella se mueve con incomodidad pero él no lo nota porque sigue comiendo como si nada hubiera pasado hace un momento. 

—Si...yo no e tenido una vida fácil y tuve que acudir a ese lugar—me regala una pequeña sonrisa—Siempre tomamos malas decisiones, no somos perfectos, pero hay que tratar de verle el lado positivo a la vida—Aydan deja de comer y solo la ve con curiosidad—Todo paso porque quede embarazada y mis Papás me cerraron las puertas de la casa...ellos no querían que yo tuviera hijos—respira mientras limpia su boca con una servilleta—Y cuando se lo dije al Papá de mi hija, él...—froto su brazo cuando empieza a llorar—Me dijo que solo era una noche y que realmente no le importaba mi existencia—se encoge de hombros—Fui muy tonta lo sé. 

—No eres tonta—Aydan habla lentamente mientras ella se limpia las lagrimas—Sos muy valiente por cuidar sola todo este tiempo a una niña, no es fácil, lo sé.

—Al menos tengo a una persona que me anima a seguir adelante y puedo decir que no me arrepiento de nada, porque osino, no la tuviera conmigo—da un sorbo a su batido y saca una nueva sonrisa—Cuando te enamoras, haces cosas muy estúpidas—trago saliva nuevamente y lo veo con pesar por unos segundos. Aydan solo tiene el ceño fruncido mientras juega con una uva que todavía reposa en su plato—Intente buscar un empleo, pero obviamente no me contratan porque soy...

—Te ofrezco trabajar con ella mientras ahorras tu dinero—me señala—...Y hasta que logres buscar un lugar apropiado para tu hija, no me gustaría verme así y lamentablemente no todos topan con la misma suerte Laila—ella asoma una sonrisa. 

—¿En serio? pero osea...no es que no quiera, pero bueno...

—Puede quedarse el tiempo que le parezca necesario, solo le digo que ahora que Madison va a empezar a ir más seguido al jardín de niños, ya no va a estar casi en la casa y la mayor parte del tiempo pasa con mi Mamá o en el hospital, por lo tanto paso trabajando y la casa quedaría a la disposición de ambas—deja de verla a ella y fija su mirada en mí—¿Puedes ayudarle?

—Si.

—De verdad, puede confiar en mí, soy una chica muy agradecida, realmente se los agradezco—Aydan tiene un semblante serio y apenas nos presta atención a ambas.

—Bien y gracias por la comida—lo analizo en silencio cuando se levanta de la mesa y sale con un enojo repentino. A veces no lo reconozco, yo...no creo que nunca logre acoplarme a la frialdad que a crecido en él. Ya nunca lo veo sonreír, es demasiado cerrado en su mundo y se que a pesar de todo lo que me a ayudado en este tiempo, la manera en la que me ve a veces, es porque aún guarda demasiado odio hacia mí. 

Él no es así.

Aydan no es así.

Desearía que fuera como antes, realmente lo extraño. Me levanto de la mesa y le muestro una sonrisa a Laila. Platico con ella rápidamente sobre como nos vamos a organizar cada una. Yo me encargo de lavar la ropa y aplanchar, además de acomodar todas las habitaciones, también limpio los baños. Ella asea la cocina, sala y jardín, me confeso que le gustan las plantas, no dejo de examinarlas, creo que hubiera sido una gran botánica ecologista, me dijo que abría estudiado eso y también me comento de unos cuantos beneficios que tiene la sábila, le gustan los animales al igual que a Lali. 

Me voy por otro lado, mientras ella se encarga de otros sitios. Acomodo el gimnasio de la casa, ya que Aydan es organizado, pero se nota que la mansión ocupaba una limpieza más profunda. Me agacho para limpiar las pesas y todo lo que veo a mi paso, tomo las toallas y las dejo secando. Laila limpia el piso y yo cambio las cortinas de la sala de estar mientras tomo el liquido para vidrios y ventanas.

—¿Y tú tienes mucho tiempo de trabajar aquí?—acomodo la mesa y guardo los medicamentos de Madison en un botiquín. 

—Un poco—sonrió. Ambas dirigimos nuestras miradas hacia las escaleras donde vienen las niñas riéndose y corriendo por estás—Maddy cuidado se caen—ella parece estar muy concentrada divirtiéndose con su nueva amiga, porque desaparecen nuevamente sin prestarnos atención a ninguna de las dos, pero a los segundos aparece Aydan. Noto como Laila lo ve disimuladamente y si es difícil ignorar el atractivo y belleza de Walsh, ¿Para que negarlo?

Él se asoma en la habitación donde juegan las niñas y luego sin vernos a ninguna de las dos lo oigo irse hacia la cocina. 

—¿Es muy serio verdad?—la voz de Laila es muy suave, tiene una voz algo tímida. Ella acomoda los sillones mientras ve disimuladamente el lugar donde desapareció. 

—Un poco. 

—Se nota que no a tenido una vida fácil—ella tiene una mirada triste y se que quiere preguntar muchas cosas, se le nota demasiado. Una vez que terminamos la limpieza, ella me dice que va a dormirse un rato porque se sentía muy agotada. Entro a la habitación de Madison, ella se quedo dormida en su recamara junto con Lali, apago la televisión donde veían la película de los pitufos.

Salgo en silencio y voy hacia la cocina con intenciones de hacer el almuerzo de hoy. En la refrigeradora está la nueva dieta de Madison y es más estricta que la anterior. Estoy por empezar pero él entra en la cocina, creo que ni sabe que estoy aquí, anda los audífonos puestos y logro escuchar un poco de su música porque escucha a todo volumen. Saca una botella con agua y no puedo ignorar el hecho de que tiene los ojos algo rojos. 

Tira la puerta de la refrigeradora, tiene el ceño fruncido y desaparece de nuevo. Me quedo callada por unos segundos, toda la casa esta apagada, solo la luz de la cocina esta puesta. Suspiro fuertemente, no logro detener mis pies, solo me veo caminando hacia donde él desapareció hace unos segundos y sí, se fue hacia su oficina. Respiro llena de nervios y toco la puerta levemente. 

¨No entres ahí¨

Pero quiero verlo, no se porque, solo es un impulso que me obliga a ir hacia él. Como no recibo respuestas de su parte, abro la puerta sigilosamente, pero como dije antes, anda audífonos y no me escucha, solo está de espaldas con ambas manos apoyadas en su escritorio, tiene la cabeza hacia abajo y lo noto respirando con dificultad. Observo la mesa, tiene millones de pastillas, son antidepresivos, también tiene los inhaladores que usa para el asma. 

¨Había olvidado que él era asmático¨

Solo le daban ataques muy feos cuando realmente se preocupaba demasiado. Dicen que es más que todo cuando se agitan o cosas como humo, polvo, algunos animales, no lo sé, pero a Aydan le da cuando se estresa demasiado.

Guardo silencio por unos segundos, mientras lo observo. Un gruñido sale de su boca y siento mis bellos ponerse de punta, es algo que no puedo controlar. Me acerco lentamente y acerco mi mano cuidadosamente con intenciones de llamarlo, pero estoy nerviosa. Cuesta mucho que yo me ponga nerviosa, demasiado, pero cuando lo tengo cerca no logro controlarme, no puedo manejar eso y me enoja saber que todavía existe ese sentimiento en mí. 

—Aydan—lo llamo suavemente mientras con la punta de mis dedos toco levemente su espalda. Él me observa rápidamente por encima de su hombro y se aleja con brusquedad sin moverse mucho de la posición en la que esta. 

—¿Qué quiere?—trago grueso sin saber realmente que decirle, ni que inventar.

—¿Estás bien?—siento mi corazón latir con mucha intensidad y solo muerdo mi labio mientras trato de controlarme un poco. Él no me contesta, ni siquiera puedo verlo a la cara, ya que no me deja y observa hacia el otro lado con intenciones de evitarme. 

—Váyase Hermione—escupe sin ningún pudor. Lo observo aprovechando que él no lo hace, sigue igual, está alterado, no lo puedo ver, pero se que está teniendo una crisis extraña, no está bien. 

—No—susurro—¿Puedes darte la vuelta, por favor?

—Déjeme solo—lo escucho carraspear pero soy necia y no me retracto ni me muevo de su lado. 

—No voy a dejarte solo Aydan, no estás bien. 

—Estoy bien—escucho como aprieta los dientes. 

—Te conozco y se que no estás bien, por fa...

—¿Qué más da si estoy bien o mal, eh?—brinco en mi lugar cuando se da la vuelta bruscamente y me empuja contra la pared. Lo observo atentamente, tiene los ojos rojos, se ve débil, está tratando de contenerse, se está haciendo el fuerte pero se que por dentro esta mal, muy mal. Abre la puerta con un enojo que nunca había visto en él—Si no sale por su cuenta lo voy a hacer yo—hago contacto visual con él y niego lentamente.

—¿Te estás viendo?—hablo suavemente, como si le estuviera hablando a un niño, Aydan tiene la mirada inyectada en sangre, esta tenso y se que esta fuera de si por la manera en la que pelea él mismo—Me estas gritando en la cara y...esa violencia, ¿Dónde estas Aydan?—me toma del brazo con intenciones de sacarme de la habitación, pero soy más rápida y pongo mi mano en su pecho. El corazón de Aydan late como loco, incluso peor que el mío—Tranquilo Aydan, todo va a estar bien—hablo fuerte y no aparto mi mirada de sus ojos en ningún momento—No estás solo, ¿Ok? Ya nunca más vas a estar solo—me quita la mirada y se da la vuelta mientras vuelve a tomar la misma postura que tenia cuando entre. 

—Vete Hermione—susurra.

—¿Qué pasa Aydan?—Acuesto mi frente en esa espalda que quería sentir desde hace mucho tiempo, el aroma de él, el calor que me proporciona—Estás tomando pastillas para estar tranquilo, te estas asiendo adicto a eso, ¿Qué va a pensar Madison si te ve así?

—Déjeme solo, por favor—escucho como su voz ronca se apaga y falla cuando intenta hablar de nuevo. 

—Shh ya, no pasa nada—lo abrazo mientras enredo mis brazos alrededor de su abdomen, planto un beso en su muy ancha espalda para transmitirle algo de tranquilidad—No me gusta verte así, por favor—le suplico—Nada esta bien, no te contengas.

—No quiero confiar en ti, culebra venenosa.

—No te voy a juzgar—contesto de inmediato, a cambio de eso él se echa una risa sin ganas. 

—Esas son las palabras de una mentirosa que te hunden en un infierno una y otra vez—agarra mis brazos y los suelta, pero esta vez con suavidad y se da la vuelta mientras clava esos ojos verdes en mí.

—Ya no me voy a ir Aydan—me acerco tanto que siento su aliento chocando en mi boca—Soy la empleada de la casa y todo lo que tu quieras, pero yo ya no voy a huir, aunque se que todo esta mal, que me odias y que soy todo lo que tu quieras, no voy a hacer nada, si quieres odiarme hazlo, si quieres matarme con tus propias manos también—derramo una lagrima—No sabes lo que me duele verte así, realmente quiero morirme por tener que presenciar mi propio Karma y no poder hacer nada. 

—Yo no puedo hacer nada para salvar a mi hija, ¿Tan inútil soy?—me acorrala contra la pared por segunda vez, pero ahora me pone una mano en el cuello y aprieta fuertemente, afloja su agarre y sigue repitiendo lo mismo—Mi hija esta desahuciada y yo no puedo hacer nada—tengo mis manos sobre su pecho, tratando de controlar mi respiración—Tengo a una mujer que me hizo mucho daño en mi propia casa y a pesar de todo no puedo ser igual porque no quiero, ¿Pero quien va a darle una salud de calidad a mi hija, quien me asegura que ella va a estar bien? ¿Por qué eres tan mala Hermione?—siento su frente sobre la mía. 

—No lo sé—hablo con dificultad. 

—Ya no tengo ánimos para seguir aquí, solo estoy tratando de creer que estoy bien, pero no es cierto—suelta mi cuello lentamente y con su pulgar sube hasta llegar a mi labio. Todavía tengo la marca del mordisco que me dio y no quiero ocultarlo, porque...no. 

—Vamos a encontrar a alguien que ayude a Maddy, te lo prometo.

—No es tan fácil como lo pintas Hermione. 

—Estoy segura que sí—trago grueso—Por favor ya no tomes pastillas Aydan, tienes que encontrar una manera de sentirte mejor, pero no así. 

—Me levanto con dolores de cabeza, cada día de mi vida, viendo el estúpido techo de mi cuarto y odiando ver el sol de todos los días—él cerro sus ojos y reposa la frente con la mía, yo solo lo escucho en silencio—La misma rutina de siempre, alistar a Madison para clases, preparar todo lo que ocupa, medicamentos, que desayune bien, asegurarme que se siente bien, pero cuando la dejo en el jardín de niños, solo paso preocupado porque no se si va a salir bien o mal, agitada, adolorida—suspira pesadamente—Y por otro lado yo paso trabajando, atendiendo a millones de pacientes todos los días, luego intento distraerme con algo mínimo, pero recuerdo que no tengo nada interesante que hacer y no puedo pretender que todo esta bien o relajarme, porque no lo esta.

—Aydan...

—Millones de mujeres que me llegan a buscar todos los días y nunca me logro satisfacer con ninguna, veo a mi familia feliz y desearía salir de esta maldita angustia que me persigue todo el tiempo y sentirme igual—un gruñido ronco sale de su boca—Quiero pretender que me siento bien, pero no puedo—abro la boca para intentar decir algo, pero se que si digo algo mínimo, me voy a poner a llorar, por lo tanto, solo trago grueso y guardo silencio—Siempre e estado solo, porque todas las personas tienen una vida y con ella, miles de cosas que hacer, viviendo en sus propios problemas, por lo tanto me siento solo todo el tiempo...a veces e pensado en desaparecer, pero no lo hago porque tengo a una niña que cuidar. 

—No estás solo Aydan. 

—Si lo estoy—suelto un sollozo y el abre los ojos al escucharme. 

—No digas que estás solo por favor—mi boca tiembla y no logro contener las lagrimas—Esto es mi culpa, lo siento Aydan—deploro—De verdad estoy tratando de cambiar, llevo mucho tiempo sintiéndome presionada para lograr no decepcionar a nadie y ser perfecta, pero me estoy destruyendo y ya no puedo, ya no.

—Hermione. 

—No entendía al principio todo el daño que hice, pero ya lo e pagado porque me han hecho lo mismo y odio verte mal, odio la salud de mi hija por mis mierdas y estupideces, detesto sentirme presionada, nunca lograr nada, tu estas destruido por mi culpa, nunca voy a ser perfecta—siento miles de punzadas, no puedo controlarme y no paro de llorar, solo me veo cayendo al suelo y escondiendo mi rostro entre mis piernas—Lo siento Aydan, destruí a mi propia familia, se que nunca voy a lograr llenar el vacío que tienes por dentro, se que jamás vas a olvidar todo lo que hice, por eso nunca le hagas daño a nadie, para que no te sientas como yo.

Lloro en frente de él, nunca me e disculpado con él como tiene que ser, siempre le digo un simple lo siento, pero ya no puedo. Me acuerdo todas las veces que lo humille, que lo hice pasar vergüenzas, como le decía miles de groserías, una vez le dije inútil y él me lo acaba de recordar diciendo un "¿Tan inútil soy?" Le dije que lo odiaba con todo mi ser, hice lo mismo con la princesa que crecía en mi, la desprecie tanto, la maldije con mi propia boca y ahora ella vive enfermita y mal por mi culpa.

Siempre pisoteaba a los demás y les decía que no valían nada, me creía una diosa perfecta que tenia control sobre los demás, me llenaba tanto hacer sentir mal a una persona, despreciaba tanto a los niños que deseaba que todos se murieran. Ya no sé que hacer, tengo miedo de un día quedarme completamente sola y no tener a nadie, me duele que Aydan sienta que está solo, no quiero que se sienta así. 

—Hey—sorbo mis mocos y levanto mi mirada, lo veo de pie en frente mío, luego se pone de cuclillas—Yo ya te perdone, pero no logro olvidar nada, no he vuelto a decirte cosas hirientes, ni te he prohibido acercarte a mi hija, pero eso no lo puedo olvidar aunque quiera, tu tienes que vivir tu propia vida, yo la mía y aunque sabemos que es una mierda, ya no podemos salir de esto—él me ve con intensidad y puedo notar que lo dice en serio—Trabajas aquí para ayudar a tu familia, si he notado cambios en ti y prefiero dejar las cosas en paz, ya no quiero que me recuerdes más todo nuestro pasado, porque nosotros—me señala a mí y luego lo hace consigo mismo—Ya no existe y no tienes porque seguir recordándolo, ya no vale la pena, así que no se sienta mal por eso—bajo mi mirada cuando él muerde su labio como si estuviera pensando en algo—He aprendido a vivir sin ti. 

—Lo sé—sonrío—Lo he notado un poco y duele. 

Publicado 3/4/2023


Recuerda...

"Si tratas de olvidar a alguien importante, solo estás queriendo recordarlo para siempre"

CHALETO

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