Ten
HERMIONE
Entro a la casa con la mirada en mis tacones, es hasta decepcionante para mí misma. Madison sale corriendo hacia los brazos de Aydan mientras le habla con mucha alegría.
—Hola Abuela—se cruza de brazos, luego arquea una ceja mientras espera mi explicación—Yo...
—¿Estabas borracha verdad? No quiero mentiras.
—No, yo no tome nada—me observa con molestia—Solo unas cuantas pastillas—niega con la cabeza.
—¿Aydan es cierto eso?—él deja de reírse con Madison para mirar a Leonor con extrañeza.
—¿Qué?
—¿Hermione no estaba borracha?
—No—responde con la mirada puesta en Maddy que no deja de acariciar el bolsito de lana que tiene en la mano. Leonor me hace un ademan para que entre a la casa, obedezco y camino directamente a mi habitación, pero...
—Hermione.
—Suélteme, no quiero hablar con usted—Kay hace fuerza en mi muñeca para que no me pueda soltar.
—Lo siento, no quería dejarte sola—asiento regalándole mi peor mirada.
—No me interesan tus explicaciones, ya déjeme y lárguese de mi casa—logro soltarme, pero me hala de la cadera.
—Está bien, soy la persona más asquerosa del mundo, pero no quiero ver a la única que me entiende rechazándome así.
—Qué me sueltes—intento empujarlo llamando la atención de Aydan que ya había entrado a la casa, este conversa con mi Abuela y mi hermana. Kayleth sigue sin quitarse. Entro a mi cuarto para evitar que me escuchen.
—Tenía mucho tiempo de no verlo, realmente me entusiasmé, sabes que era mi mejor amigo.
—Si y tienes todo el derecho de conversar, no significa que como yo no me llevo bien con ellos, usted no pueda hablarles—le suelto con el enojo consumiéndome—Pero podías pedirle el número de teléfono para hablar después y no dejarme sola con ellas.
—¿Qué tengo que hacer para que me perdones?
—Nada—de mi boca sale un sollozo. Él me ruega con la mirada—Porque era algo importante, íbamos a celebrarle a mi Abuela, no soy de hierro, me dicen cosas dolorosas, muy dolorosas y no estabas para que nos fuéramos juntos.
—Herm...
—Ya, no importa—lo alejó—Siempre soy yo la que tiene la culpa de todo, la que arruina todo.
—No me voy a ir, no quiero dejarte así.
—A veces siento que te importa más la gente de afuera que los que te apoyamos realmente Kay—me regala una mirada llena de desconcierto—Con razón tú Mamá dice que siempre has sido un malagradecido—estoy hablando de más, pero quiero herirlo de manera que se vaya, no quiero hablar con nadie—Realmente no sé qué está haciendo aquí, si siempre soy mantequilla para ti—se muerde el labio para no salir con una grosería, pero su orgullo es más grande y no se va a ir hasta herirme también.
—Y yo ya sé porque Aydan la odia tanto—grita tan fuerte que me da miedo, odio que me griten, pero fui yo la que empecé y no me esperaba que saliera con eso—Usted es la malagradecida no yo, todo lo que han hecho por usted, solo lo tira a la borda como si no valiera un cinco.
—Eso no es así.
—Hermione usted solo ve lo malo en las personas y lo bueno que hacen lo pisotea, odio que siempre se haga la victima de todo, detestó que sea así.
—Yo no soy malagradecida—me muerdo el labio.
—No, ni yo sé que es ya—se enfurece caminado hasta las fotografías pegadas en la pared.
—No lo hagas—le grito.
—A usted no le interesa en lo mínimo nuestra amistad—se rompe a llorar—Dígame Hermione, no te interesa nadie, hasta me oculta cosas y no tiene la confianza de decirme nada—arranca las imágenes de los dos juntos—No quiere hablarme, pues no lo haga y sepa que es la última vez que le hablo en mi vida.
—No kay—lo tomo del brazo—Yo no quiero perderte—se suelta bruscamente.
—Eso pudo haberlo pensado antes de comparar mi vida con la suya, yo no tengo familia y lo de la mujer que dice llamarse Mamá, usted sabe todo lo que ella permitió que me hicieran desde pequeño, realmente desearía tener su vida—la fachada de malo que lo caracteriza, se desvaneció con sola una mirada perdida.
—Perdóname Kay yo no quería decir eso—le grito para que me escuche—Esta bien, yo tengo la culpa, pero no me dejes.
—Pobre tu Abuela realmente—lo intento abrazar, me rechaza.
—Por favor Kayleth, yo sé que solo me tienes a mí y...
—Tenía, porque ya no.
—Y si te vas, ¿Qué va a pasar conmigo? No soy más que una maldita que no vale nada.
—Ya no me interesa—entra Matt con Harmony.
—Oigan Madison está escuchando todo.
—No, ¿Ya qué? A ella no le importa realmente lo que escuche esa princesa—me sigue tirando con una mirada llena de odio.
—No sabía lo que estaba diciendo.
—Yo hablando de que no tengo Mamá y hablo con otra irresponsable—ya no digo nada, solo guardo silencio—Algún día ella lo va a reprochar también y me imagino que va a pensar igual que yo, se va a preguntar día y noche, ¿Por qué no fui realmente mala hija, si la odio, si no siento nada más que repudió, me hubiera querido de verdad?—lo peor es que tiene tanta razón. Sale de la habitación dejando en el suelo las fotografías rotas. Matt lo sigue y mi hermana me hala de la mano para abrazarme, no forcejeo, no haga nada, solo lloro en silencio.
HARMONY
—Vamos hermana no pasa nada—le acaricio el cabello—Yo sé que te va a buscar, toda la vida han sido amigos—deja escapar un largo suspiro.
—¿Aydan sigue aquí?
—Madison necesitaba ir al baño—baja la mirada hasta las fotos.
—Siempre arruino todo Harmony.
—No arruinas nada, no todo es culpa tuya, intente hacer un cambio en su vida, puedes hacerlo—me regala una sonrisa y se levanta abrazándome, ella es muy alta a la par mía, saque la estatura de mi Mamá, bueno no soy tan baja tampoco, Lisa era alta, pero Hermione con todo y tacones, se ve enorme—Ya vi todo lo que le compro a Lita, sigue en mi habitación, aún no se lo he entregado, tienes tiempo para dejar esa actitud tan negativa.
—Creo que tienes razón—se seca las lágrimas, se ve muy linda como siempre, el fleco lo tiene ordenado y el cabello rubio también—Vamos a preparar algo rico para comer, Aydan no ha comido y es muy feo que se vaya después de lo que hizo.
—De hecho, ya se iba, seguro Madison ya está saliendo del baño—ella se adelanta caminando hasta la puerta, mi hermana es muy sexy, esos tacones se le ven divinos. Las dos lo buscamos con la mirada, pero Lita se nos adelantó.
—Siéntate Aydan, quiero agradecerte por todo—él duda en hacerlo, Madison se sienta alegre posicionando una pierna encima de la otra.
—Oye ojiverde, es una orden—lo regaño.
—Es que...
—Shh—suelta mi Abuela fulminándolo con la mirada.
—Mis Abuelas también son así de mandonas.
—Madison—la regaña Aydan, en la sala soltamos una risa cuando Lita lo hace, Matt me abraza por la espalda riéndose con lo que dijo la pequeñita que nos ve con extrañeza. Hermione solo sonríe.
—Lo siento, se me salió—Aydan la mira con molestia.
—¿Alguien quiere marmelos?—ofrezco trayendo las bolsas. Los acomodo en el plato para luego dejarlos en el centro de la mesa.
—Lita—Hermione se acerca hasta dónde está mi Abuela, ella deja de ver a la criatura que come animadamente para posicionar su atención en mi hermana. La rubia tiene el hermoso regalo en sus manos—Feliz día—Leonor la mira sin ninguna expresión, para después abrazarla por las caderas.
—Mi Coqueta, es un detalle muy lindo, pero no es necesario.
—Si que lo es, Harmony, Kay y yo lo preparamos para ti y discúlpame esto tenía que llegar ayer—Hermione baja la mirada hasta sus zapatos.
—Lo más importante es que estás bien—Madison observa el regalo con la boca en una enorme O.
—Feliz cumpleaños, lo siento, no lo sabía, te hubiera regalo algo muy bonito—Aydan suelta una pequeña carcajada.
—Oh no te preocupes Pitufina, no es mi cumpleaños—Lita me hala del brazo para abrazarme también.
—¿Cuántos años tiene?—pregunta Matt observando a la niña que esta apunto de pegarle un mordisco al marmelo.
—Seis años y tres meses.
—Acabas de cumplir los seis—contesto asombrada.
—Es que en diciembre los cumplí.
—Si no se me olvida, 25 de diciembre—todos volvemos a ver a mi Abuela, Madison arruga el ceño.
—¿Cómo lo sabías?
—Porque yo le conté—contesta Aydan rápidamente. Lita sonríe nerviosa, es una salida. Busco con la mirada a Hermione, caminó hasta la cocina, está preparando el pavo. Huele delicioso.
—Yo hago la ensalada hermana—ella asiente, la noto extraña—¿Qué tienes?—se tensa viéndome de reojo.
—Nada—apoyó un codo en el fregadero para verla a la cara.
—¿Es por Madison?—no me contesta—¿Kay?—tampoco lo hace—¿Aydan?
—Por algo—se muerde el labio, siempre que está mal, lo hace.
—Cuando quieras contarme, puedes hacerlo—la animo, me regala una media sonrisa.
—¿Compraste las copas nuevas?
—Si, aquí están—las desenvuelvo del periódico.
—Saca cuatro y un vaso bonito para Maddy—pienso en las personas presentes.
—¿Por qué solo cuatro, si somos cinco Adultos?—me observa dudando en decirme lo que sea que piensa.
—No puedo, voy a preparar un té y comer una galleta, tal vez en la tarde coma ensalada.
—¿Fue por la pastilla que me dijiste?
—Me tome un tarro—suelta retirando la mirada, me quedo asombrada con eso.
—¿Estás loca?—no me contesta.
—Creí que era mejor opción, que emborracharme hasta perder la razón—algo pasa y no es nada lindo, ¿Qué será lo que no quiere decirme?
—Desde que estás trabajando en esa casa, eres otra persona—no me contesta, ella sigue concentrada en la comida.
—Voy a conversar hoy con Aydan y luego lo haré con ustedes—aclara asistiendo con la cabeza.
—¿Es malo?
—No, si sé que mi Abuela se va a molestar, pero es lo mejor—lavo las cosas de la ensalada, Hermione está molesta y lo sé por la manera en la que prepara las cosas. En una aprieta los párpados y se agarra del banco para no caerse.
—Creo que aún no estás bien, tomaste muchas pastillas, mejor siéntate—le ofrezco la silla.
—Estoy bien.
—Mentirosa—empiezo a picar el tomate, lechuga y pepino, mi hermana va terminado de alistar el pavo para luego sacar el vino. Le hecho limón a la ensalada y la termino con el sabor delicioso que buscaba. Matt se acerca oliendo la comida.
—¿Ayudó en algo?—me susurra dejando un beso en mi cuello.
—Ya terminamos—lo miro mal.
—Bueno al menos pregunté—sonrió.
—Prepara la mesa, ya Hermione y yo vamos—me da un beso en los labios y desaparece obedeciendo. Tomo el plato grande de la ensalada, mi hermana el pavo con la botella de vino. En realidad, la cocinera de la casa es Hermione, yo no sirvo para intentos de Chef y es que la coqueta realmente cocina delicioso.
Caminamos hasta la mesa donde Aydan habla animadamente con Matt, mi novio se ríe con lo que le dice. Leonor juega con Madison, pelean por no votar la torre de tucos que arman en la mesita de la sala.
—Lamento interrumpir sus charlas—acomodó la comida en la mesa.
—Qué rico—grita Madison alegre. Ella tiene algo muy hermoso que no logró encontrar, su sonrisa, es alegre, saco la actitud de Aydan con eso, porque Hermione es algo repugnante. Me extraña la manera en la que a veces se queja, no logra amarrar los cordones, me dijo que le dolían los dedos, fue algo que me extraño mucho o ayer antes de cenar se acariciaba la pancita, le pregunte que le pasaba, me dijo que sentía algo feo y luego ya no tuvo más molestias, esto está muy raro. Terminamos de acomodar todo para luego sentarnos a comer, mi Abuela no le quita la mirada a Madison en ningún momento.
—¿Cuál es tu comida favorita?
—Me encanta la lasaña—veo de reojo a Hermione, esa también es la comida preferida de mi hermana. Ella no ha empezado la galleta, tiene la mirada perdida en otro lado, si sigue así, se le va a enfriar el té.
—Madison la ensalada no se come con la mano—espeta Aydan negando con la cabeza. Ella suelta el tomate que tenía en la mano.
—Es que la cuchara pesa mucho—no puedo evitar ver la reacción de Walsh, mi Abuela arruga el ceño.
—Bueno entonces, yo te ayudo—la alza dejándola en los regazos, ella sonríe feliz y abre la boquita cuando Aydan le da cucharadas pequeñas de comida.
—¿Cómo están Uma y Astrid?—él le pasa el fresco a Madison para después poner su atención en mi Abuela.
—Uma está estudiando para azafata y Astrid sigue en el colegio—Leonor asiente con la cabeza.
—¿Y Ulises?
—Administración de Empresas, ya tiene como cinco años en eso.
—Qué increíble, me alegra mucho por tus hermanos.
—Gracias Abuela.
—¿Y tú?—Aydan sonríe, mi abuela hace muchas preguntas.
—Soy Gineco Obstetricia, pero mi Papá es el director de la clínica y por Madison me permite trabajar tres veces a la semana.
—¿Qué es eso?—Matt se ríe con la pregunta de mi abuela.
—Abuela ya déjalo comer—le llamo la atención.
—Solo es curiosidad.
—Mi Papá cuida a mujeres con un bebé en la barriga ¿Verdad Papá?—Aydan arruga la nariz.
—Algo así.
—La comida está deliciosa cuñada—Hermione está en otro mundo, ni siquiera ha abierto el paquete de la galleta.
—Hermione—le habla mi Abuela, ella la vuelve a ver.
—¿Me dijo algo?
—¿Dónde está tu comida?
—Eh...tal vez en la tarde—Madison la ve por unos segundos.
—¿Hoy tienes que trabajar en mi casa?—mi hermana se mueve incomoda en la silla—Porque osino, yo me encargo de que coma en la tarde—río con eso, es tan linda.
—Si pienso comer—sonríe.
HERMIONE
Aydan me regala una mirada de vez en cuando. Abro el paquete de la galleta para que Maddy no vaya a salir con algo más por mi falta de apetito. Todos en la mesa se ven alegres e incluso me alegra ver a Aydan entretenido hablando con mi cuñado. Le sigue ayudando a comer a Madison, la pequeñita no deja de sonreírme y me preocupa mucho lo de la cuchara. Desearía poder abrazarla y decirle que todo va a estar bien, me duele mucho verla así. El teléfono de Aydan empieza a sonar, el observa la pantalla.
—¿Me permiten un segundo?
—Claro—Sale al patio a contestar la llamada—¿Hermione se siente mejor?—me pregunta Lita tocándome la frente.
—Si no te preocupes—Matt le hace una seña a mi hermana, ella se levanta y desaparecen.
—Voy a regalarle una sorpresa a Madison y después hablamos ¿Si?—susurra Leonor, mientras Madison termina de comerse el pedacito de pavo que le faltaba, asiento levemente—Oye pequeña, tengo una sorpresa para ti, ¿Quieres acompañarme?—ella sonríe ampliamente
—Si—se levanta feliz de la silla, Leonor la medita y desaparecen dejándome sola en la mesa. Veo la oportunidad para poder conversar con Aydan, el cuelga la llamada, está de espaldas y lo puedo ver desde la ventana, tomo mi billetera, salgo de la casa y camino hasta llegar a su lado, el me ve de reojo mientras se guarda el teléfono.
—Quería agradecerte por lo que hiciste—el atardecer es una buena vista desde donde estamos. No me dice nada solo se va hacia la puerta para entrar nuevamente a la casa, pero...—Tengo algo importante que decir—se queda allí viéndome por encima de su hombro—Ya no voy a trabajar más en tu casa—suelto sin rodeos.
—¿Y?
—Pues es obvio que tengo que decírtelo.
—Ya Teresa me informo y le voy a decir algo—se da la vuelta, sus ojos verdes hacen contacto visual con los míos, se acerca dejando espacio entre los dos—Cuando empiece una estupidez, sepa como terminarla.
—¿Qué me quiere decir con eso?
—Ahora a mí me toca hacer hasta lo imposible para que ella no se altere por tu culpa—bajo la mirada.
—No había pensado en eso.
—Si normal—contesta sarcástico, lo tomo del brazo cuando se va a ir.
—Es que siento que es lo mejor, nos vamos a ir de Colombia cuando lo hable con mi Abuela, voy alejarme para no causarte más estrés, soy consciente de todo lo que estás pasando, yo no quiero que tengas problemas más adelante con Iclal ni con tu familia por mi culpa y sé que estar presente todos los días en tu casa, es una pesadilla para ustedes.
—Realmente a mí no me importa lo que haga—se suelta de mi agarre, endurece la mandíbula por unos segundos para después verme directamente—Hasta nunca—afirma con la mirada, trago grueso, ya no voy a ver a Madison nuevamente y mi Abuela me va a odiar por esto, pero yo no puedo. Aydan no disimula con ver la lágrima que se resbala por mi rostro, porque esta vez sí me duele, no quería que esto pasara. Saco el dinero y estiro mi mano para entregárselo.
—Eso es por el vestido—me lo compro el junto con los tacones, el traje de ballet y las demás cosas que me gustaron para Madison, pero esto es costoso, no tenía la plata para pagarlo, porque deje la billetera en el auto de Kay. No me recibe el dinero, solo se va por Madison.
Me limpio las lágrimas, no quiero dejarla, no quiero perderla otra vez, no quiero olvidarla, no quiero que llore cuando se dé cuenta que ya no me va a ver más, ella piensa que soy una amiga.
Madison sale feliz con unos globos de unicornio, todos se ven tan felices, incluso Aydan sonríe porque ella esta alegre. Mi Abuela la alza cuando ella la abraza, mis oídos quedaron tapados, todo el ruido se desvaneció, solo veo la escena que comparte mi familia con mi h...con Maddy.
Mi hermana le devuelve el bolsito de lana, Matt se despide con la mano y ella se baja de los brazos de mi Abuela. Me vuelve a ver y me abraza fuertemente, Lita y Harmony me ven alarmadas, ya se deben imaginar porque lloraba.
—Te quiero mucho Hermione, mañana nos vemos—le regalo una sonrisa—¿Me alzas? Quiero darte un beso—siento que me están estripando una teta, esto es lo más duro que he tenido que soportar. Siento la mirada de todos en mí, no la he alzado en todo este tiempo y ahora me está pidiendo que lo haga.
Veo a Aydan, él tiene la mirada en el auto y está decepcionado. La tomo en mis brazos con el corazón palpitándome de los nervios, ella me abraza y me da un beso en la mejilla, le doy uno en el pelito antes de bajarla.
—Qué te vaya bien Maddy, yo también te quiero—me ve a la cara.
—¿Por qué lloras?
—Nada, solo me acorde de una película muy triste que estaba viendo en el cine—ella me regala otro beso y se baja terminando de despedirse de todos, el Papá la ayuda a subir al Land Rover y no puedo evitar no dejar de verla.
—Aydan ¿puedes venir un segundo?—miro a Leonor alarmada, se acerca dejando la mirada en mi Abuela—Muchas gracias por todo y por dejarme conocer a la princesa, es muy hermosa.
—De nada Abuela—le sonríe mientras ella lo hala para darle un beso en la mejilla.
—Adiós Ojiverde—mi hermana lo abraza levantando la cabeza para verlo—Cuando necesites algo, no dudes en escribirme.
—Está bien mona, gracias—me vuelve a ver y la incomodidad se hace presente entre los dos—Chao—dice dándose la vuelta para irse. Se sube al carro, le regalo una última mirada a ambos antes de que Aydan arrancara para irse.
—Conozco esa mirada, ¿Realmente la vamos a volver a perder?—no le contesto—Ya vi que no le interesa la niña—pasa directo, Harmony me ve por unos segundos para después regalarme una mirada llena de decepción y retirarse detrás de la señora molesta. Me encierro en mi habitación y lloro como nunca, me dejo desmoronar en la cama, la volví a perder, pero está vez nunca más la voy a volver a olvidar.
Ella es mi pequeña bebé...
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CHALETO
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