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Six

HERMIONE

Sola...

Así es como me siento, vacía, con ninguna intención de querer vivir o encontrarle sentido a la vida. Toco la punta del cuchillo con mis manos, lo he pensado, pero eso no me va a solucionar nada y sé que tengo que reconocer mis errores y enfrentarlos. Termino de cortar la ensalada de frutas para luego escuchar la puerta abrirse, ya sé que es Aydan, se escucha donde deja varias cosas en la mesa y suspira frustrado. Tomo la valentía para salir de la cocina y enfrentarlo, camino hasta el sillón donde él está viendo alrededor de la casa con atención y silencio...limpie y organice varias cosas que de seguro y noto su diferencia. Su mirada cae en mi...suspiro para hablar.

—Deberías conversar...—la manera en la que me ve, no me deja continuar y es donde me doy cuenta por un segundo, de que debo de tener los ojos hinchados de tanto llorar—Tu hija esta triste, no lo sé, Uma la trajo y creo que deber...

—¿Uma te dejo sola con mi hija?—tensa la mandíbula.

—Tenía que trabajar—contesto rápidamente, se queda viéndome de una manera muy incómoda—No ha salido del cuarto—aprieto las piernas y muerdo mi labio cuando se acerca hasta donde estoy.

—¿Le dio lo que le dije?—está tratando de calmarse para no alzarme la voz, lo puedo notar.

—Se lo dije a Uma...pero me dijo que ya se la había dado en el camino—quito la mirada de sus ojos verdosos, no puedo verlo a la cara, me pone más nerviosa. Por obra de quién sabe qué cosa, se devuelve hacia el sillón y los dos nos concentramos en la pequeña niña que sale con una bata rosada y un peluche. No quiere saludar solo pasa directo hacia el baño...pero no dura nada porque sale otra vez. Aydan carraspea llamando la atención de la menor, ella lo vuelve a ver.

—¿Quién es usted y que demonios hizo con mi hija?—Aydan achica los ojos esperando una respuesta, estoy por irme para dejarlos hablar pero él me señala la bolsa blanca que tiene en la mesa, se la paso y la deja cerca del sillón. Maddy se acerca a pasos lentos y él la abraza, pero no me atrevo a moverme porque empieza a llorar de una manera tan desgarradora, que me saca a mí también las lágrimas. Me doy la vuelta para irme a la cocina, los sollozos de Madison se escuchan desde aquí y no puedo concentrarme en nada. Algo malo le paso en el kínder como para que ella actué así—Me bañaste la camiseta de lágrimas—ella se ríe sacándome una sonrisa—¿Tienes hambre?—le susurra, pero como están cerca de la mesa, se escucha todo.

—No lo sé.

—¿Qué tal sí...—se queda callado.

—¿Qué?

—¿Quieres McDonald's?

—Si—grita de la alegría.

—Hermione—el nombre en su voz suena tan...profundo que me puso la piel de gallina. Camino hasta donde están, ella me ve por unos segundos.

—Dime.

—Páseme el celular—me señala el teléfono de la casa, le hago caso y se lo paso—Bien—marca un número en el teléfono. Ella se queda tranquila en los regazos del Papá.

—Hoy no andas vestido—me habla la miniatura por primera vez.

—Quería cambiar un poco la vestimenta—le sonrió.

—Te ves linda, como siempre—ella tiene el pelito en una cola alta, pero noto que se le ha caído un poco.

—Gracias, tú también.

—Buenas noches—contesta Aydan escuchando con atención—Una cajita feliz y...—Maddy le susurra algo en el oído—con doble hamburguesa y dos whopper en combo—él se queda escuchando mientras Madison le hace una mueca, sacándole una sonrisa—No solamente.

—Papá mi postre de vainilla—niega Maddy rápidamente con la cabeza

—Disculpe y un postre de vainilla—ella sonríe victoriosa y mientras Aydan le da la dirección, ella se queda en silencio con la cabecita en su pecho y con el mismo semblante de temprano—Gracias—y con eso cuelga.

—¿Cambiaste la posición de los muebles?—me vuelve a preguntar Maddy.

—Si, quería ver la casa diferente—me encojo de hombros, ella me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa, Aydan me ve sin ninguna expresión en particular, no es ninguna de molestia, en realidad se sabe que Maddy no está en el mejor estado como para empezar una pelea.

—Arregla la mesa para cenar, por favor—asiento con la cabeza y me voy a la cocina por un trapo, para luego regresar y ordenar, ya estaba recogida pero aun así la limpie. Le pongo servilletas y dejó la mano en el aire cuando Aydan aparece en la cocina, se acerca tanto que me tenso en mi lugar—Y tal vez algún jugo para Madison...no puede tomar gaseosa—su voz áspera me hace cosquillas.

—Está bien—se devuelve a la sala y sacó la piña para preparar un fresco natural. Es mejor tomar jugo para que ella no se sienta triste. Termino de cortar en cuadritos la piña para echarla en la batidora, con agua por la mitad. Esperó a que se despedace lo agregado, para proseguir con un poco de azúcar y empezar a colarlo. Cuando ya terminó lo llevó a la mesa y dejó el pichel allí, el timbre suena y Madison empieza a brincar feliz mientras Aydan se va hacia la entrada.

—Ese es mi fresco favorito y el de naranja—me dice la pequeña señalando el refresco.

—A mí me gusta el de guanábana.

—Si...pero prefiero este—Aydan se acerca con una bolsa grande debido a la compra que realizo.

—Ahora sí, acomódense porque tengo hambre—ordena sacando todo de la bolsa, le ayudó a Maddy a sentarse bien y después me pasa una hamburguesa, lo mismo con las papas.

—Gracias—trago grueso, no sé por qué me toma en cuenta, pero si me lleno de vergüenza por esto. Vuelvo a ver las gaseosas y disimuladamente sin que Madison las vea, las escondo en una de las bolsas del McDonald's y comparto una mirada cuidadosa con Aydan. Me voy rápido a la cocina y voto la coca cola en la pila...eso simplemente me dolió, pero bueno. Me siento otra vez en la silla después de haber votado los vasos plásticos.

—Papá yo te doy las Papas—se las quita, toma una con sus diminutos deditos y se la acerca a la boca. Regreso mi mirada a la hamburguesa y sin poder evitarlo, un recuerdo se viene a mi cabeza.

FLASHBACK

—El que se come las Patatas de último, tiene que recompensar al otro con algo—Aydan me reta con la gran caja de Papas en la mano.

—Muy bien—le devuelvo la sonrisa de una manera maliciosa.

—Uno...dos y...tres—empezamos a comer y a reírnos por lo infantiles que nos vemos en este momento, de hecho varias personas se nos quedan viendo, pero eso no me importa, me río tanto que tengo que tomar del refresco de Walsh, para que me baje la comida. Me intento apurar más, cuando la caja de Aydan se está terminando, lo veo mal.

—No puedo comer tan rápido.

—Le estoy ganando—me cruzo de brazos.

—Hiciste trampa.

—¿Lo dices por qué no te deje ganar?—tira en el basurero la caja y se inclina hasta quedar cara a cara conmigo—Me falta probar mi postre favorito—en medio McDonald's tira de mi cadera y empieza a besarme, dejándome saborear las Papas, el beso está tan apetitoso y sus labios se mueven tan bien, que me inclino para profundizar más el beso—Estás más rica que las Papas—juega con mi lengua mientras hago lo mismo con la de él.

—Tu estás más rico que yo, castaño de ojos verdes—me muerde el labio fuertemente.

—¿En serio?

—No—me rio en medio beso cuando arruga el ceño.

—¿Me regalas tus Papas?—me dice quitándome la caja pero rápidamente se lo arrebató.

—Yo te doy—tomó una y se la acercó a la boca, pero cuando la voy a retirar hace algo que me gusta demasiado, chupa mi dedo moviendo las cejas pícaramente.

—Deliciosa.

—¿Yo o la Papa?—me acaricia el cabello, llevando un mechón de estos, por detrás de mi oreja.

—A la rubia de Aydan—sus besos en mi cuello me hacen cerrar los ojos y...

...

—¿Hermione?—Maddy me pasa la manita frente a la cara para llamar mi atención.

—Ups lo siento...¿Me dijiste algo?

—No es que le estabas sonriendo a la hamburguesa—con pena llevo una Papa a mi boca.

—Lo siento—Aydan está concentrado en la hamburguesa, mientras Maddy tararea una canción que no logro entenderle, paso la mirada en cada uno, tienen los mismos gestos he incluso puedo jurar que Maddy es la versión de Aydan en mujer.

—Madison ¿Cómo te fue en el kínder?—ella deja la hamburguesa aun lado y se queda seria.

—Bien—habla cabizbaja.

—¿Te portaste mal?

—No—niega rápidamente.

—¿Entonces?

—Nada—Aydan la ve enojado mientras ella trata de ignorarlo.

—Me vas a tener que decir señorita—ella me vuelve a ver de reojo—¿Te sientes mal?

—No—aleja la hamburguesa.

—¿Hizo algo que no tenía que hacer?—ella niega nuevamente—Muy bien, voy a conversar con tu profesora—Madison lo vuelve a ver.

—Papá...

—Me preocupa que no me quieras decir—le contesta con mucha seriedad.

—Es que...hoy es una fecha, que no me gusta—se le escapa una lágrima, Aydan toma el celular y se queda viendo seguramente la fecha de hoy...no entiendo. Me vuelve a ver ¿Enojado?—Lo siento, a ti no te gusta pero, es muy triste para mi—Aydan se desordena el pelo frustrado—¿Tú también tienes Hermione?—mi cara es de "¿De qué hablas?" Me quedo callada, él me vuelve a ver y rueda los ojos "Estoy en la luna"

—Madison termine de comer—ella vuelve a ver la hamburguesa pero no con la misma hambre que tenía.

—No quiero ir mañana a clases—ella vuelve a ver a Aydan y su reacción me deja tan "Afligida" Ella llora desmorecida en el mesa.

—No llores así Madison—carraspea aclarándose la garganta—No es necesario que llores de esa manera...yo te entiendo y...—suspira—No vas a ir a clases si no quieres.

—Tampoco quiero que mañana nadie venga a visitarme—Aydan asiente con la cabeza—Porque no me gusta las caras de lástima—él solo la ve y después levanta la mirada para verme a mí de una manera horrible ¿Ahora que hice? Lo miro confundida—Me duele el estómago Papi—él se levanta de la silla y la sienta en la mesa, por encima de la bata le toca el estómago, dándole suaves masajes con el pulgar, mientras arruga el cejó con preocupación.

—¿Sientes alivio verdad?—ella mueve la cabecita dándole la razón—Dentro de unos meses...—traga grueso—Vas a tener muchos cambios y tú sabes cuáles son.

—¿Entonces si se me va a caer el pelo?—empieza a sollozar, Aydan se queda callado.

—Te prometo que...lo vamos a evitar y además ya tienes mucho tiempo con esto y tienes tu cabello intacto mira—le acaricia el cabello largo—Y si se te cae, yo me corto pelón—ella se ríe a carcajadas mientras Aydan la ve embobado. Esto es...difícil, ¿Cuánto ha tenido que luchar él solo?—No quiero que llores más Madison—ella lo abraza.

—Ya no voy a llorar más, además no importa, la tía Astrid me dijo que nos íbamos a comprar pelucas—habla más animada y sigue continuando con la hamburguesa. Aydan la ve por unos segundos mientras traga grueso. Se levanta y desaparece dejándome con Madison, ella me vuelve a ver, Walsh suele irse cuando...se siente mal o angustiado—¿Tú también lloras por mañana?—me quito las lágrimas y trato de forzar una sonrisa.

—¿Qué hay mañana?—ella pela los ojos.

—Es un día que todo el mundo va a celebrar...no entiendo ¿Por qué no sabes?

—Supongo que estoy muy ocupada, que ni atención le he puesto a la fecha—le digo formando mi mejor sonrisa

—Tu eres chica y sé que vas a guardar el secreto...ya vengo—sale corriendo hacia el cuarto y regresa con una caja—Si viene Papá me ayudas a recoger ¿Sí?—dudo unos segundos...¿Debería decirle qué no? Sin poder mencionar nada ella empieza a abrir una caja morada—Le pregunté a mi Papá que cuál era su color favorito.

—¿De quién?—arrugó el cejo.

—De mi Mamá—eso fue como si me hubieran pegado una cachetada en la cara—Una vez le dije que me dijera solamente algo de ella...y me dijo que le gustaba el morado...no sabes cómo me costó, pero me dijo algo, es lo que cuenta y decore la caja de ese color—una presión en el pecho me hace apretar los labios para no llorar, ella empieza a poner tres tarjetas en la mesa—Está la hice el año pasado en la actividad del Kínder...mañana es el día de las madres—está tan feliz enseñándome que gracias a Dios no se ha dado cuenta de mi estado, esa es la fecha que le afecta, el día de las madres—Y estás dos, las hice hoy, junto con un chocolate que tengo en mi bolso—veo las tarjetas, una es un enorme corazón rojo y la otra, una nota en un dibujo muy bonito—se lo iba a dar a mi Abuela pero...ella no es mi Mamá...mis primos tienen una y mi tío Ulises, al igual que mis tías también, junto con todos mis compañeros, solo yo no, pero voy a guardar todas aquí, para tal vez algún día poder dárselas.

No sé qué hacer...no sé qué decir...tampoco como corresponder su confesión.

—Me gustaría que viera mi cabello antes de que se caiga...pero eso no va a pasar—levanta la carita y después arruga el ceño—No tenías que llorar, eso me da cólera.

—No es que, me cayó una basurita del techo y por eso paso esto—miento secando mis lágrimas.

—¿Tú crees que a ella le hubiera gustado mi cabello Hermione?—tomó una gran bocanada de aire para responder.

—Tu cabello es muy hermoso princesa, es cafecito como el de la princesita Sofia de Disney y no importa que se caiga porque...¿Te digo algo?

—Si.

—Lo más hermoso que tienes y que enamora a las personas...es ese brillo tan lindo que tienes en tus ojitos verdes—ella se sonroja causando ternura.

—No digas eso que me da pena.

—Y como dijo tu Papá, no sé ha caído en todo este tiempo.

—Si...tienen razón...yo la quiero mucho, ella no a mi per...

—Si te quiere, te ama demasiado y no importa, porque lo más importante es que ella lo sabe y sé que más de una vez te ha querido ver, a pesar de todo lo que pasó...tienes a alguien que si vale la pena y siempre va a ser lo posible por verte feliz ¿Sabes quién es?—ella me ve atenta—Tu Papá.

—A él no le gusta que yo hable de ella ¿Por qué?

—Porque es un recuerdo feo o difícil, solamente—pasa su mirada a la cajita—¿Te cuento algo?—ella solo ve el pequeño cofre—Yo tampoco tengo a mi Mamá—gira la cabeza sorprendida—No eres la única—me ve atentamente—¿Por qué no vas mañana al Kínder?

—Porque van a ser una actividad todos mis compañeros con ellas y yo...—se queda callada—No voy a dejar solo a mi Papá, no celebramos ese día.

—Está bien, puedes pasar mañana el día con él, después de todo lo merece ¿Verdad?

—Si—toma la cajita y se va corriendo hacia el cuarto, llevo mis manos a mi cabello y lo peino hacia atrás con los dedos mientras trato de no llorar más. Esto me va a traer consecuencias porque están las malditas cámaras, las veo de reojo...no importa no dije nada malo ¿O sí?

Ella viene corriendo nuevamente y se sienta, Aydan aparece y hace lo mismo sin vernos a ninguna de las dos.

—Papi estoy cansada, te quiero mucho—bosteza mientras se acerca para darle un beso, Walsh la abraza.

—¿Necesitas ayuda con tu cama?

—Ya está lista Papá no te preocupes—se acerca a mí, mierda ¿Qué se supone que tengo que hacer? Me abraza tomándome desprevenida—Buenas noches rubia—trago grueso, así me decía él. Aydan no hace nada ni tampoco me ve, solo se concentra en un punto fijo de la mesa.

—Buenas noches Maddy—se aleja y sale corriendo hasta desaparecer, dejándome sola con él. Tomó la bolsa para votar las cosas, pero siento que debería decir algo...o a lo mejor no me vio hablando con ella. Él dirige su mirada a mi e inmediatamente, veo la bolsa, porque me da vergüenza no saber qué decirle, ya me duelen los ojos de llorar y como dijo Uma, no tengo derecho de preguntar nada.

—La hamburguesa de Madison quedo por la mitad ¿Se la guardo?—me ve enojado y con desprecio, por mi culpa ella esta así y verme en estos momentos en su mesa le debe repudiar demasiado, no me contesta y eso me hace sentir tan estúpida. La dejo a un lado y prosigo con la demás basura, pero cuando llegó a su sitio...él tiene la hamburguesa también...no es que yo allá comido mucho, pero yo misma decido que hacer con mi hamburguesa ¿O no? Alzo la mirada porque ya me siento incómoda—¿Y tú hamburguesa...la vas a guardar?—lo veo directamente a los ojos y solamente me muevo incómoda y me alejo un poco, porque me acerque más de lo normal.

—Trato pero no puedo lo siento—le suelto, sigue viéndome sereno y sin ninguna intención de contestar—No puedo dejar de hablarle porque ella...tu hija no quiere—niego yo misma con la cabeza—No sé cómo lograr caerle mal o...—me muerdo la lengua—No tenía idea de la fecha, lo siento—el silencio gobierna entre los dos y sin decir nada más, tomó los vasos de vidrio con una mano mientras él repara con la mirada cada movimiento que hago. Mi celular empieza a sonar, pero antes de irlo a buscar...

—No tiene permiso de contestar—demanda tranquilo y seguro de su propia orden, arrugó el cejó, ¿Qué tiene de malo responder una llamada? Yo no le encuentro sentido a su egoísmo, pero no digo nada porque no olvido el punto por el que está molesto.

—Aydan ya te dije que no es mi culpa que ella me hablé y...

—¿Sabe qué es lo peor?—él niega con la cabeza—Qué es tan injusto que tenga su cariño en tan poco tiempo...no lo mereces y ni siquiera tuviste que hacer un esfuerzo para tenerla a tus pies, porque ella ya te quiere—sus palabras salen llenas de dolor—Desearía que fuera de Iclal y no de una persona que solo finge caridad—se levanta de la silla y me ve con odio, un rencor hacia mí que no conocía, no quiero que me trate así pero...—No importa, que lo más importante es que por más veneno que intentes inyectarle, yo nunca lo voy a permitir y si ella sufre en estás fechas, no es para que te sientas importante—no me grita, habla tranquilo pero no dejan de ser palabras dolorosas y ciertas—Y si ella es feliz hablando contigo, yo ya no se lo voy a prohibir porque su poca alegría, es lo que más me satisface y espero que usted nunca se aproveche de eso porque juro que se va arrepentir—ordena la silla de golpe—Mañana no la quiero en mi casa, buenas noches—y con eso desaparece dejándome...mal y ni siquiera sé que hacer ya, solo los dolores de cabeza me nublan la vista, lo que más me duele es, que esas palabras vengan de una persona que solía ser tan especial en mi vida, puedo decir, yo ERA afortunada. 


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CHALETO

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