Seventy-Four
HERMIONE
Salí de la casa de Aydan hace unas horas, ya es de noche. Sus palabras me siguen dando miles de vueltas en mi cabeza, llegamos a un acuerdo, en donde vamos a jugar a que somos enemigos, que no nos hablamos, que no nos importa absolutamente nada del otro y solo porque este embarazada no significa que no sea capaz de patearle el trasero a todos los estúpidos que quieren joderme. Un vestido corto, muy atrevido, tal como me gustan, solo porque si, porque me gusta vestir así, está soy yo y como no puedo usar tacones, me puse botas altas. Mi maquillaje negro, deje mi cabello bien peinado y realmente me veo linda con mi pancita, de hecho creo que me veo tierna.
Tomo mi bolso y salgo de mi casa, llevo las llaves del auto en mi mano y me apresuro a abrir para guardar el bolso. Después de subirme empiezo a manejar por toda la carretera, no conduzco rápido por precaución, solía hacerlo pero no lo voy a hacer porque no es nada cool. De fondo suena Pov de Ariana Grande y en todo el camino voy tarareando hasta llegar al lugar donde pienso verme con Aydan.
Hoy vamos a ver los resultados de los últimos exámenes que le realizaron a Madison, lo único que sabemos es que nos tienen buenas noticias y realmente no veo la hora de volver a escuchar a mi pequeña. Deseo hablar con ella, abrazarla y decirle que todo va a estar bien, que las cosas entre Aydan y yo están mejor y que le prometo que vamos a estar juntos, que no van a haber más problemas o es lo que realmente quiero creer porque después de que Aydan me dijo eso, me he sentido muy inquieta y se que esa señora es capaz de todo.
Voy sumergida en mis pensamientos. Hay una habitación que Aydan no me enseño, no se si se le olvido pero le voy a preguntar para quién es, aunque ya se la respuesta, ya que esta su nueva oficina y en el mismo lugar, hay otra puerta escondida, creo que es mi taller o el negocio que me dijo que me iba a abrir y lo se porque vi muchos lienzos, paredes completamente blancas, seguro esperando a que yo las decore, tengo una mesa hermosa con muchas hojas, pinceles y lapiceros de todos colores, al igual que marcadores. Quede encantada cuando entre ahí e incluso vi una maquina de coser, yo no me especializó en eso porque no me gusta, pero si estoy pensando en hablar con Laura, así ganamos ambas y espero que lo acepte.
Desde que paso el accidente de Gael y Madison, no la he visto y por más que he tratado de mandarle mensajes, parece que no le llegan, creo que ni siquiera tiene interés en tomar el celular y pobrecita, si yo tuve mucho miedo de perder a mi princesa, no puedo imaginar lo que debe de sentir ella. También pensé en mandarle un mensaje a Ulises, pero no es buena idea y menos después de lo que Aydan escucho. Lo único que se, es que están buscando ayuda con un psicólogo y que Bryan es su única razón para seguir viviendo. A Ulises lo vi un día en el hospital, estaba triste, se le notaba y tenía incluso ojeras, pero no me dio tiempo ni siquiera de saludarlo porque se fue rápido.
Freno en seco cuando un auto negro se atraviesa en frente mío. Además del enojo que siento, brinque en mi lugar del susto y apenas me dio tiempo para frenar por el impacto. Menos mal que andaba cinturón. Me veo a mi misma con miedo e incluso me toco la pancita del susto.
—Animal—grito cabreada. Espero a que se quite de mi camino pero no se mueve y eso me hace golpear los puños en el volante, ¿Qué se cree? Me enoja más no recibir respuestas por lo que me bajo enojada para enfrentarlo. Cierro la puerta con un portazo, el conductor se digna en bajarse y quedó incrédula al ver a la persona que tengo en frente.
—Hola Hermione—la maldad en su voz es evidente y de verdad no puedo creer que sea tan irresponsable y no solo eso, mentirosa.
—Una persona como usted no debería de tener licencia de conducir, Iclal—la veo atentamente, anda con una capucha negra, lentes de sol y pantalón del mismo color, esconde algo y no sé que es.
—Solo lo hago con gente repugnante y estúpida como usted—veo con atención su actitud y cuando saca la pistola, me obligó a estar tranquila.
—¿Qué te pasa?—le digo completamente incrédula—Existe gente loca pero usted alcanzo los límites—sonríe de lado sin dejar de apuntarme con eso.
—Yo se lo que hago y es el momento perfecto.
—Claro—me burlo—Me vas a asesinar en media carretera, donde pasan millones de autos, lo peor es que queda en evidencia que fue usted.
—Se lo que hago—me burlo al ver como le tiembla el pulsó.
—¿Por qué haces esto?—me ve con rencor—No tiene sentido.
—Si lo tiene—grita—Tu eres la culpable de todos mis problemas.
—Ay ya déjese de tanta pendejada Iclal, yo no tengo ni una idea...¿Dé qué me estás hablando?
—Qué no te mueres, qué no desapareces, maldita sea tenia que hechar un veneno para que quedara tiesa de una buena vez—arrugo el ceño y conforme suelta la verdad, trago grueso por ser tan lenta—¿Pensaste que yo podría ser amiga de una estúpida que llego a arruinar toda mi vida? Perdí un bebé y para mi si era de Aydan, tu solo te burlas de mi y mírate, me imagino que contigo ni siquiera se cuido.
—Iclal tú...—la señalo y me siento idiota por no haberlo pensado antes—Fuiste tu la que me echaste eso aquel día en tu casa—quiero gritar y llorar, porque yo sabía que no fui yo la que me tome nada, quería que me creyeran desde un principio.
—Desde luego, si yo no pude tener a nuestro hijo, tu tampoco vas a poder tener nada con él, así que, despídete de tus bastardos y también de la vida—me apunta el vientre y en ese momento si siento miedo.
—Iclal piensa lo que estás haciendo—su mirada llena de maldad se suaviza un poco y solo la escucho cuando empieza a llorar.
—No sabes cuántas veces le pedí un hijo a Aydan, pero él siempre me lo nego porque dijo que no le interesaba tener más—empieza a gritar—Me esforze mucho para estar con él, para tener una relación e incluso para que me aceptara y tu no has tenido que esforzarte para lograr nada.
—Pero no es mi culpa.
—Si lo es desgraciada, si lo es—se acerca más—Si él no me acepta, entonces tampoco va a tenerte—escupe. Bajo la mirada a su mano donde tiene el arma y se que está tan nerviosa que con una patada puedo lograr quitársela, el problema es que en este estado no puedo arriesgarme—No sé que tienes maldita sea—sigue gritando—¿Qué tienes tu que no tenga yo? Somos iguales.
—No somos iguales Iclal y yo no tengo la culpa de que me prefiera a mí, si no quizo tener hijos contigo, no es mi culpa, tu misma te buscaste de que se alejara de ti, mira lo que le hiciste a Madison.
—Si porque sabía que esa estúpida mocosa te pertenecía y aunque no te conocía, Aydan nunca me dejaba preguntar nada que tuviera que ver contigo y sabia que te seguía queriendo, porque no creas que no vi las fotos que escondía en ese estúpido album—contento la respiración cuando se acerca más y estoy deseando que siga haciéndolo para quitársela, solo que no es tan fácil—Contigo se veía tan feliz y cuando te vio de nuevo, fuiste la única que lograba robarse su atención por completo, aunque estuviera odiandote yo si notaba como te seguía queriendo.
—Iclal—hablo más seria—Lo del accidente de tu bebé, fue eso, un accidente y tu misma lo sabes, tu te caíste sola.
—Tu me empujaste.
—Nunca lo hice, ¿Y sabes qué? Sigue mintiendo porque solo eso sabes hacer bien y en parte me alegra demasiado de que no te salieras con la tuya y que Aydan siempre supo que ese niño no era de él.
—Cállate, no quiero escucharte.
—Es la verdad—sonrío—¿Por qué no dejas a Aydan en paz?
—Porque él es mío, antes de que llegaras a arruinar mi vida, ya lo estaba logrando—de tanto llorar, ya se le está congestionado la nariz y no puedo creer que todo esto sea solo por una obsesión que tiene con él—Solo me buscaba para pasar un rato y aunque para Aydan solo fuera sexo, para mí era un momento muy especial—traga grueso—Aunque tuviéramos una relación abierta, yo si le era fiel y muchas veces lograba convencerlo para que saliéramos a cenar y pasáramos un tiempo en pareja, pero yo lo hacía con amor, él no, aún así yo aguantaba eso.
—Iclal tienes que aprender algo—suspiro cansada de escucharla—No puedes forzar a nadie para que se quede contigo.
—Claro que puedo y no te muevas—me grita—Si lo haces te disparo ya mismo.
—Pues hazlo cobarde, apurese—niega.
—No puedo creer como no te importe nada.
—Es que no me interesa tu disque sufrimiento, no me importa, solo es una estúpida obsesión y lo siento mucho, yo no tengo la culpa de nada, eso no es querer a una persona y si hubieras querido lo suficientemente a Aydan, habrías aceptado a Madison, no te hubieras metido con otro hombre para hacerle creer que estabas embarazada de él y tampoco estarías actuando como una ridícula en frente mío.
—Cállate estúpida, Cállate—esta vez soy yo la que me acercó completamente, lo hago decidida y con el mentón en alto.
—Aydan es mío, siempre lo a sido, es el Papá de mis hijos y el amor de mi vida, porque yo si lo amo y lo siento mucho querida, pero llegaste muy tarde—no la dejo hablar—Él si me hace el amor todos los días, si confía en mi, si pasa tiempo conmigo, incluso vivimos juntos, lo siento mucho por ti—me burlo. Agarro la punta del arma y se la arrebato—No me busques porque soy capaz de todo—ahora soy yo la que le apunta la cabeza—Soy capaz de matar a toda tu familia a cada integrante uno por uno, antes de matarte agarro a tu estúpida Mamá y la mando al infierno primero porque lo que hiciste no tiene perdón y lamento mucho que todo lo que hace le salga mal—me veo lanzando lejos el arma—Ahora tu misma le vas a explicar a Aydan todo lo que me dijo.
—No es necesario—me vuelvo cuando lo escucho a mis espaldas. No me ve a mí, la ve a ella con una mirada lo suficientemente intimidante y vi miedo en la mirada de lclal conforme él se acercaba—Sube al auto Hermione—me ordena con una voz tranquila. Sonrío victoriosa y a propósito me acerco a él, la veo de arriba a abajo con asco y después le planto un beso a Aydan. Él me corresponde y puedo notar que me ve de arriba a abajo cuando me subo al Mercedes. Al subir dejo escapar un fuerte suspiró.
No puedo evitar sentirme sorprendida porque ni siquiera me di cuenta que estaba detrás mío, ella tampoco porque osino se hubiera quedado callada y lo mejor, viene con dos policías. No logro escuchar mucho pero se que está pegando gritos mientras la llevan hacia el auto. Aydan le dice algo al oficial y no se que le dijo pero Iclal se puso a llorar después de que me subí. Espero unos minutos y tengo que aceptar que si tuve un poquito de miedo cuando me apunto el vientre, esa mujer está loca.
Sonrío agradecida cuando siento las pataditas de mis bebés, conforme pasan los días y meses, tienen más fuerza y a veces si me lastiman, más que todo cuando se meten entre las costillas. Es incómodo hacer muchas cosas, ni siquiera puedo agacharme bien y es muy cansado. Lo veo acercándose al auto y después de despedirse de uno de los oficiales, se sube.
—¿Estás bien?—es lo primero que me dice.
—Si—Yo lo abrazo él me revisa y pasa las manos en mi pancita.
—Maldita sea Hermione, no me gusta que andes sola en la calle—le doy un beso, no lo dejo hablar solamente lo beso una y otra vez.
—¿Cómo me encontraste?
—Venía en la misma dirección que la tuya y por suerte te vi estacionada con esa loca—me besa los labios y hace mi asiento hacia atrás dejándome acostada—Qué nena más hermosa, desde que regresaste no usabas esos vestidos, eres mala—me río por verlo completamente excitado.
—¿Qué va a pasar con ella?—deja de besarme y me ve a los ojos.
—Van a realizarle exámenes y según lo que salga, la van a internar en un psiquiatra, tiene problemas de locura—lo veo sorprendida—Encontraron a Teresa muerta y sospechan de que fue ella.
—¿Qué?—le digo todavía más indignada.
—Lo importante es que tú estas aquí con ese maldito vestido que te queda de puta madre—me río cuando me dice eso.
—Tengo que confesarte algo—me pongo seria. Él baja la mirada a mis labios y regresa a mis ojos.
—¿Ah si?
—Y no se cómo vas a reaccionar—trago grueso, él frunce el ceño—En mi defensa, tu tampoco me dijiste en el momento lo de tu Mamá.
—Hermione...—niega con pereza—Ya vamos a empezar otra discusión—dice cansado.
—No vamos a pelear, a solo que tu lo quieras hacer.
—Dígalo de una vez.
—Mmm...—le corro las puntas rizadas de su cabello—Fue Iclal.
—¿Dé qué?
—Ella fue la que intento matar a los bebés—al principio parece confundido.
—¿Cómo qué Iclal? Tu ni siquiera la vez.
—Esa fue la parte que no te conté—se pone serio de la nada—El mismo día que me llevaste a conocer nuestra casa, en la mañana me vi con Iclal en su casa.
—¿Estás loca?
—Fue porque me llamó y me insistió.
—Osea que si ella te insiste para que se tire de un puente, ¿Tú lo vas a hacer?
—Obviamente que n...
—Porque eres muy confiada Hermione, odio esa mierda.
—Yo nunca he sido confiada.
—Ahora si sos demasiado confiada, ¿Qué te pasa?—se aleja y arranca el auto, está enojado—Le crees a mi Mamá, donde antes era tu peor enemiga y ni siquiera la toleraba y lo peor, le cree a una persona que tiene problemas y que a parte tiene una obsesión super enferma conmigo.
—Amor...
—Nada tenia que hacer en esa casa y tampoco tenia que escucharla.
—Quería saber porque me llamó.
—Ajá, arriésgaste la vida de mis hijos—guardo silencio. En todo el camino va tan serio que se le notan las venas en los brazos y yo solo me siento como esa niña regañada que si dice algo puede arruinar todo. Veo hacia la carretera y luego lo veo de nuevo pero no tiene interés en hablarme, de hecho hasta se le bajo la calentura.
—¿Puedo preguntar algo?
—No.
—¿Por qué fuiste tan grosero con Iclal?
—Porque me dio la gana.
—Aydan...
—¿Vas a darle afecto y amor a una persona que no quieres?—sigue hablando—No verdad y menos si yo ya había dejado en claro que no me interesaba, ella lo sabía y aún así quiso estar ahí de metida, no es culpa mía.
—¿Tu le ofreciste una relación abierta?
—Si, pero fue solo para evitar los escándalos y reclamos de mis Papás, pensaban que iba en serio con ella.
—¿Y por qué se puso a llorar, qué le dijiste?—se queda callado y por un momento pensé que no me iba a decir. Lo veo esperando una respuesta y después endurece más la mirada.
—Qué se preparará porque esto no había terminado y no es ninguna amenaza, ya es un hecho Hermione, ella no tenía porque hacernos esto, por culpa de ella estábamos como estábamos.
—¿Le vas a hacer algo?—le digo asustada.
—Fui yo el que hable con los Papás de Iclal para internarla ahí, ella tiene problemas de locura y hasta sus papás lo saben.
—¿En serio?
—Si.
—¿Y qué hacía como para que te dieras cuenta que tenía problemas?
—Creo que es mejor no decirte eso.
—Aydan—insisto moviéndole el brazo hasta que me diga—Porfis—hace mala cara.
—Estoy enojado—se parquea en la habitación donde estuvimos durmiendo después de salir del hospital.
—Vamos a hacer lo que quieras si me dices, ¿Si?—mi lado modo seductor se activa y me río nerviosa cuando me hace una mirada llena de picardía.
—Todo por el chisme.
—Si—le hago ojitos tiernos, él rueda los ojos y después de inclinarse para dejar su boca muy cerca de la mía, empieza.
—Una vez me encerró en el baño, no me había dado cuenta pero cuando quise salir no podía y la única que estaba conmigo era ella porque Madison se quedo en casa de Ulises.
—¿Dé verdad?—veo sus labios que por cierto son muy tentadores.
—Si, le dije que me abriera y me dijo que yo solo era de ella y que no podía salir—no puedo evitar reírme un poco.
—Te imagino esperando a que te abriera la puerta—él rueda los ojos mientras yo me río—Amargado—le doy un beso en la mejilla y bajo la mano hasta su pantalón—¿Y qué más hacia?—él agarra mi mano para detenerme y sonríe con picardía.
—Se pegaba ella misma y después decía que el Papá le pegaba o algunas veces se ponía a alucinar, cuando se ponia asi yo prefería alejarme—le pongo atención—A veces si me daba lástima porque después de todo, era también como su propio tormento y se ponía a llorar, ¿Feliz?
—Me cuentas solo por follar.
—Y tu por chismosa nena—despúes de reírme soy yo la que lo beso apasionadamente, él me atrae más hacia él y el momento es tan rico que no quiero alejarme. Su lengua juega con la mía y yo pruebo el rico sabor de su boca, comió chocolate. Me pongo de rodillas en mi asiento de copiloto, él abraza mi cadera. Siento como mete la mano por debajo de mi vestido y corre mis bragas hacia un lado, adentra muy fácil dos dedos y yo muevo las caderas mientras me sostengo en sus hombros y brazos muy bien trabajados. Con mi mano acaricio su bulto por encima del pantalón pero antes de bajar el síper, me detiene.
—Vamos adentro—habla por encima de mis labios, yo completamente perdida, asiento. Él saca los dedos de mi interior y se los lleva a la boca mientras se baja del Mercedes. Apenas me bajo el vestido y camino hacia ahí, Aydan me besa mientras abre la puerta y yo la cierro con el pie cuando entramos. Después de eso solo ahogo un grito cuando me da la vuelta y deja las dos palmas de mis manos pegadas en la pared.
—¿Qué haces?—quiero ver pero en esa posición no puedo, solo la pared. Lo único que hago es quedarme quedita, él se pone de pie detrás mío y mientras besa mi cuello, va subiendo lentamente mi vestido hasta mi cadera.
—Cuando salgas del embarazo voy a follarte aquí—agarra mis nalgas con las manos y después me pega una nalgada que me hace gemir.
—¿Quieres follarme ya Walsh?
—Qué te quede claro que yo mando aquí —gimo cuando me agarra del pelo y me susurra en el oído—No te has portado bien últimamente.
—¿No?
—No—succiona la piel de mi cuello con fuerza y mi jadeo es fuerte, no puedo evitarlo. Baja hasta el siper de mi vestido y lo deja caer por mis piernas dejándome solamente en ropa interior. Yo termino de quitármelo con los pies pero no puedo hacer lo mismo con la ropa interior porque me agarra las manos y las pone de regreso en la pared—Quedita—lo escuchó pero no puedo volverme para verlo. Oigo que abre una gabeta, luego siento su imponente silueta de regreso y sus manos recorriendo mi cuerpo hasta llegar a mis bragas, él las baja lentamente y está siendo mucha tortura que no me toque todavía.
—Aydan—le pido. Termina de quitarme las bragas y hace lo mismo con mi sostén. Me agarra del pelo con un tirón prudente y empieza a susurrarme en el oído.
—¿Tienes una idea de lo increíble que te vez desnuda y en esa pose?—hala mis caderas y literalmente grito cuando siento como se hunde en mi sin siquiera haberme avisado—Quedita—repite. Su voz es totalmente ronca y yo obedezco completamente sumisa—No puedes doblar las piernas—él me tiene un poco agarrada de las caderas, pero si pierdo el equilibrio, me puedo caer y si me está diciendo eso, es porque tengo que aguantarme. Bajo la mirada a mis piernas, él empieza a embestirme una y otra vez.
La fuerza que hace impacta contra mis nalgas como si me estuviera nalgueando. Todo es peor cuando agarra mi clítoris y mientras me embiste, me frota esa zona tan delicada. Cierro los ojos y me muerdo el labio con fuerza, la adrenalina es mucha, yo froto mi trasero contra su verga, Aydan no para y con solo su grosor acariciando mis paredes, ya siento que voy a venirme.
—Aydan...—Está vez busco su brazo mientras preciono mi mano ahí. Él corre mi cabello hacia un lado, yo lo vuelvo a ver de reojo y él hala mi cabeza hacia atrás para besarme. Yo muerdo su labio para contener los gritos—T-tenemos que ir con Maddy—hablo con mucha dificultad y se qué él lo nota por la sonrisa que deja escapar en nuestro beso.
—Cuando terminemos nos vamos—me agarra una nalga mientras ejerce más fuerza y con la otra abandona ni clitoris y lleva la mano a mi boca mientras mete dos dedos. Yo los chupo mientras ahogo mis jadeos en sus dedos.
—Más—le pido demasiado agitada. Aydan sabe como hacerme perder la cordura, como lograr que me excite, como complacerme y lograr que me venga sin poder controlarlo. Él gruñe en mi oído cuando ambos tenemos nuestro orgasmo al mismo tiempo y todo es tan sucio que me bajan nuestros fluidos por las piernas. Yo trato de recuperar la respiración, él la saca un momento y se vuelve a hubdir con mucha facilidad ya que estoy mojada. Busco su mano y la llevo a mis senos inchados, él me da la vuelta y se mete uno a la boca mientras me muerde con un poquito de fuerza.
—Aunque a nadie le parezca, tu eres mía y siempre lo vas a ser, que le quede claro—sonrío en su boca—Afuera todo el mundo piensa lo peor, pero aquí dentro todo está en llamas nena.
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CHALETO
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