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Forty Eigth

HERMIONE

FLASHBACK

—¿Qué tanto piensas coqueta?—Leonor me acaricia el vientre.

—En lo gorda que me veo con esto—señalo mi panza. 

—Te sigues viendo hermosa, no tienes que preocuparte por eso—observo a las personas que están a mi alrededor. 

—Esto es patético, aquí me siento sola.

—No estás sola, tienes a una linda criaturita que esta creciendo en ti y a un hombre que te ama demasiado, y por supuesto que a mi también, siempre me vas a tener a mí. 

—Cuando nazca ese mocoso, todos se van a olvidar de mí. 

—Aunque estés loca, jamás seria capaz de dejarte.

—No estoy loca y se que si vas a dejarme. 

—Ni aunque me muera lograrías librarte de esta vieja—observa mi mini vientre con tanto amor que me dan nauseas. 

—Deja de ver eso—me estiro la estúpida bata. 

—¿Ya sabes que sexo es el bebé?

—No y tampoco me importa. 

—¿Y qué quieres tu?

—Que me saquen esta cosa lo más antes posible.

—Si no me contestas la pregunta, le voy a decir a Aydan que no venga hoy—la veo de golpe. 

—Leonor...

—¿Niña o niño?—veo el reloj de nuevo, ya quiero que venga, ya quiero verlo. 

—Yo no lo quiero—cuando me dio una mirada mortífera, tuve que pensar—Mi único chico es Aydan y lo voy a querer menos si es un mocoso. 

—¿Y si es una bebé?—incomoda me arrincono contra la pared. 

—No la quiero, yo no quiero hijos.

—Yo si quiero bisnietos, así que te aguantas—las enfermeras le dan pastillas a las personas, les inyectan cosas y yo ya estoy cansada de estar aquí—Ay Hermione—acaricia mi cabello—Si tuvieras una idea de lo lindo que es ser Madre—ruedo los ojos. 

—Si tuviera un cuchillo cerca...

—Solo piensas babosadas—veo la puerta impaciente—Relájate Hermione. 

—Él no viene.

—Aydan siempre viene—empieza a tararear una canción—¿Ya el bebé se mueve?

—Cuando está Aydan. 

—¿De verdad?—pela los ojos sorprendida. 

—Es un asco. 

—Si te portas bien y no intentas hacer estupideces, le voy a decir a Aydan que te lleve a casa un día de estos para que veas a tu hermana. 

—No quiero esta cosa. 

—No te aruñes loca—me pega un manotazo en la mano—Tal vez no lo entiendas todavía, pero tienes que saber que no estas sola Hermione, siempre me vas a tener a mi, aunque los demás se vayan—se esta moviendo de nuevo, pero tengo que repetírmelo, no lo quiero, no lo quiero.

...

El olor de las flores, el montón de personas con ropa negra, están todos aquí, menos mi Abuelita. ¿Por qué la vida es tan injusta? Me quede completamente sola, todos me odian y la única persona que me entendía, ya no esta. Nadie es perfecto, pero yo me pase, siempre fui mala con ella, la deje sola y ya no puedo devolver el tiempo. Siento un vacío horrible, ya no tengo a mi Mamá, ya no tengo a Papá, ya no tengo a mi Abuela. 

Me enseñó a estar feliz a su lado, ¿Qué hago ahora que ya no está conmigo? Es una tortura ver la lápida de mis Papás y ahora revivir lo que tuve que pasar hace seis años, con ahora mi Abuela, Leonor Reyes, la voy a extrañar mucho y está siendo muy duro ver como cae la tierra sobre la cajita donde están las cenizas. Es horrible saber que ni siquiera me pude despedir de ella, también cruel la manera en la que murió, porque ella no merecía eso. Cuando terminan, solo veo la tierra. El horrible día nublado sigue ante mis ojos y desearía estar muerta, no haber pasado nunca por este momento. Dios, ¿Por qué la vida es tan horrible?

—Hermione—lo escucho a mis espaldas. Eso es lo que menos entiendo, ¿Por que sigue aquí, apoyándome?—Levántese del suelo, vamos—me veo a mi misma, ni siquiera sabia que estaba sentada en la tierra. Siento como por momentos tengo desmayos, pero soy consciente de que los estoy teniendo, eso es lo peor, realmente me siento horrible. 

—Quiero irme con ella. 

—No puedes irte con ella—no tengo fuerza para empujarlo, trato de ignorar la mirada de las personas, de los vecinos, de las amigas de mi Abuela, de los familiares lejanos que nunca en la vida veo. Cuando me topo con la mirada de Madison, empiezo a llorar de nuevo y no logro mantenerle mucho la mirada, ¿Qué hago ahora? No está Harmony, no está Kayleth, ¿Dónde están? Tengo un presentimiento tan feo que no me deja hablar y solo quiero morirme, mi hermanita, va a ser muy duro decirle esto, Kay, quiero abrazarlo y nunca soltarlo. 

—Hermione—abro los ojos. ¿En qué momento me dormí? Lo veo a los ojos, él me ve fijamente, siento una caricia en mi mejilla y se que es él—¿Vas a quedarte en la casa de mis Papás?—niego. 

—Voy a buscar otro lugar para quedarme. 

—¿Dónde?—ni siquiera tengo cabeza para eso. Observo el volante, está lloviendo horrible. Veo por el retrovisor, Maddy está dormida, estamos en el auto de Aydan. Él tiene los ojos rojos, se que desde ayer que paso todo, no a dormido nada y me siento tan mal de verlo así—¿Conmigo?—trago grueso cuando me ofrece eso y solo me odio a mi misma. 

—Ay Aydan...—vuelvo a llorar de nuevo—¿Por qué eres tan bueno conmigo?—ya no tengo el vestido, ni siquiera se quién me lo quito—Le prometí a Madison que me iba a ir, no puedo ir contigo.

—Ella fue la que me dijo que te fueras a mi casa—la veo de nuevo. Está pálida, tiene la manguera esa en la nariz por donde come y una muñeca que abraza mientras duerme. 

—No quiero incomodarte. 

—Se que no es fácil, pero aún tienes personas que te quieren y tienes que seguir luchando por ellos.

—¿Cómo le voy a decir a Harmony?—lloro sin poder evitarlo—No puedo decirle que mi Abuela murió así, yo no puedo decirle eso.

—Voy a encargarme yo de eso tranquila—desordeno mi pelo con frustración. ¿Por qué ella? Ella no merecía esto, todavía no lo creo.

—Estaba hablando con ella por teléfono, ¿Cómo pudo dormirse así Aydan? Cuando toma esas pastillas duerme toda la noche, odio esas malditas cosas.

—Hermione.

—Ya nunca más la voy a ver—él agarra mi rostro entre sus manos y me acaricia la mejilla con el pulgar.

—Desearía que eso nunca hubiera pasado, lo siento mucho—lo abrazo y las ganas de llorar son peores. Ese vacío es horrible, cuando me siento mejor, me regresa ese sentimiento horrible de nuevo.

Leonor era una Abuela presente, que siempre se preocupo por mi hermana y por mí, la Abuela que todo nieto desea, yo la tenía porque ella me amaba, me esperaba todas las noches, se enojaba con nosotras para corregirnos y a pesar de los momentos difíciles, siempre tuvo una sonrisa. No quiero olvidarla, quiero seguir recordándola como siempre fue.

—Se que para ti es horrible—Observo a mi niña durmiendo—Pero Leonor estaba muy feliz, se que cuando termine la llamada estaba satisfecha porque ella una vez me dijo...un día que llegué en la madrugada de tu casa, me dijo que Madison merecía saberlo—él me quita la mirada y traga grueso.

—Vamos adentro, aquí hace mucho frío para Madison—ignora lo que dije y se baja del Land Rover. Tomo la tasa y las flores entre mis manos, es irónico...lo único que quedo fue la tasa que me regalo y no puedo evitar pensar en que si tal vez ella se hubiera dormido en ese sillón, se abría salvado y estuviera aquí conmigo.

Nadie entiende esto, hasta que pasa por las cosas, yo no puedo explicar como me siento, es un sentimiento horrible que no tiene explicación. Sin ánimos de nada me bajo del auto. Aydan alza a Madison y no puedo dejar de pensar en que ambos van a estar incómodos de tenerme aquí.

No debe de ser nada lindo para ella verme todos los días en su casa, ni siquiera me habla, solo veo miedo en su mirada y resentimiento, es horrible ver eso, ¿Por qué no se pueden cambiar las cosas, por qué no podemos ser todos simplemente perfectos?

—¿Te vas a quedar ahí?—me observa desde la puerta. Bajo la mirada hasta mis tenis.

—Realmente no quiero incomodar Aydan, no es justo para ti—escucho la voz de Uma desde lejos, me doy la vuelta y la veo llegando con Astrid, no se si realmente están tristes, no confío en esa gente, toda la vida me han humillado, me han señalado porque no soy como ellos, porque no soy una chica con mucho dinero y según Collins, no soy una mujer de bien.

—Hola—Aydan le da un beso a Uma—¿Me la prestas?—Aydan le da a Madison y le dice algo en el oído, él solo frunce el ceño y empieza a seguirla hasta que desaparece. 

—Hermione—empieza Astrid—Necesito hablar contigo.

—Ahorita no quiero hablar con nadie—digo sin ánimos.

—Lo sé pero...—ella me agarra de la gabardina negra que ando puesta. También se puso ropa del mismo color, al igual que todos—Esto es muy importante—dudo un segundo. La observo atentamente queriendo saber si intenta molestarme, pero no.

—Bien, pero por favor rápido—se me corta la voz—Quiero estar sola—ella me señala el sillón y luego se sienta en frente mío.

—Bueno, yo...—cierra los ojos y después de una pausa empieza a hablar rápidamente—Se que lo que hice estuvo muy mal, pero realmente estaba harta de que Madison siempre preguntará por ti y que todos le mintieran, también se que he sido muy mala contigo pero entiéndeme, si le hicieran daño a tu hermana, ¿Qué harías tú, dime?—guardó silencio.

》Creía que habías regresado para engañar a Aydan, para humillar a la familia como antes lo hacías y sacar dinero para irte de nuevo muy lejos o aun peor, hacerle algo a mi sobrina y es que me permitía pensar eso porque antes eras así Hermione, lo siento—asiento lentamente.

—Bien está bien lo que dices, pero te voy a decir una cosa...—la encaró directamente—Yo era mala con las personas que me hacían daño y desde que los conocí, no dejaban de pisotearme y compararme con otras mujeres, incluso me critican por prostituirme, pero nunca preguntaron, por qué lo hacía y era porque lamentablemente yo no soy una persona adinerada como ustedes, mis Papás trabajaban y todo, pero yo ya no tenía ganas de vivir.

》No sabes lo horrible que es recibir bullying en el colegio, que te drogarán para que perdieras el conocimiento y después despertarás abusada y sin saber donde estabas—niego una y otra vez—Empezaron a verme con asco cuando me encontraron...después de un tiempo de desaparecida y solo mi familia estaba feliz por mi aparición, pero no dejaban de decirme que daba asco, que nadie nunca me iba a querer y que era una puta.

Tomo una respiración profunda y con dolor en el pecho, con ganas de seguir llorando, continuo hablando.

—Creí que de verdad nunca nadie me iba a querer y siempre venían de labiosos solo para tener sexo conmigo, nunca le creí a Aydan cuando decía que me quería porque pensaba que pronto se iba a ir como los demás—chupo mis labios y presiono mis párpados con fuerza—Yo ya no quería vivir y cuando me encerraron en una prisión, cuando tu fuiste cómplice de eso, solo reviví todo lo que pase desde niña, no le encuentro sentido a mi vida, ahora ya no tengo a Leonor.

Astrid tienes los ojos llorosos y ve hacia el suelo, desearía sentir lástima, pero ella nunca la tuvo conmigo y unas lágrimas no me convencen para nada.

—Si no me importaba mi vida, ¿Qué me iba a importar la vida de un bebé? No tuve la madurez para pensar y hacer caso, ahora me arrepiento, pero en el momento no lo hice y lo que ustedes no entienden, es que yo ya no creía en nada, no quería vivir, empecé a querer a tu hermano y me dolió irme, pero me fui porque sabía que él merecía a alguien mejor.

—Yo era una niña igual que Harmony y lo siento porque nunca pregunte porque lo hiciste, Uma si lo hizo—se encoge de hombros—Mira aquel día todo salió mal, Madison olvido las medicinas y regresamos rápido por eso, pero...yo sabía que eso podía pasar porque se que Aydan sufrió mucho cuando te fuiste y bueno...ustedes se ven casi todos los días, pasan aquí juntos, sabía muy en el fondo que eso podía pa...

—De igual manera, no se puede cambiar nada ella lo sabe—acaricio con mis dedos la foto que reposa en la tasa y no la deje terminar de hablar porque ya se por donde va la conversación. 

—Hermione, nosotras vinimos por Madison—la veo de nuevo con atención—No la vamos a llevar, hoy, mañana y si es necesario otro día también porque sabemos que estas de luto, también sabemos que Madison tiene que pensar bien las cosas y que necesitan ese espacio para sentirse mejor con ustedes mismas.

—Pero...

—Vas a tener que hablar con Madison, pero como te digo, ella está triste porque el mismo Aydan le mintió y se que es muy duro para ella verte aquí, sin embargo antes del entierro de las cenizas de Leonor, tú estabas dormida y ella le dijo a Aydan que te quedaras un tiempo con ambos, todos la escuchamos.

—¿Tu crees que me odie?—Astrid entrecierra los ojos como pensando.

—Siempre insistió en querer conocerte, por lo que no creo que te odie, seguro solo es miedo, resentimiento, decepción pero no creo que odio—lo que más anhelo es que eso sea cierto—Hermione—susurra—Se que estás muy mal, es un momento muy difícil y tienes que luchar porque se que va a ser muy duro, pero...

—Creo que se lo que vas a decirme y ni siquiera tengo una idea de que voy a hacer ahora con mi vida Astrid, solo se que estoy dispuesta a hacer lo que sea por Madison y después de eso...estoy acabada porque no lo sé.

—Hola Hermione—ambas vemos a Laila que viene bajando las gradas con Lali a su lado. La veo con asombro, ya que no la había vuelto a ver.

—Hola—le sonrío.

—Lo siento mucho Hermione—me da un beso en la mejilla y yo solamente sonrío.

—Esto es para tí—me dice Lali. Es una flor morada hecha a mano.

—Gracias princesa, está muy linda.

—Me alegra verlas—abraza a Astrid.

—¿Por qué no habías estado en la casa?

—Es una larga historia—dice mientras acomoda las cortinas de la sala—Pero ya regresé—yo sonrío.

—Voy a subir a alguna habitación, quiero tratar de dormir un poco—pestañeo varias veces para no llorar. A cada nada me siento así, solo quiero dormirme y no despertar, realmente esto es muy difícil de creer.

—Hermione, tu habitación es la que está después de la de Aydan, te la estaba acomodando para que estés cómoda.

—Gracias.

—¿No quieres comer algo?

—No tengo apetito, gracias—las dejo a ambas ahí. Mientras voy subiendo las gradas Uma viene con Madison en brazos y con un bolso que supongo que es donde lleva las cosas de Maddy.

—Vamos a ir al parque con Bryan y Gael mañana en la mañana, tienen un nuevo perrito que se llama Mikazu.

—¿Mikazu?—Uma me vuelve a ver y Madison tiene la cabeza acostada en el pecho de Uma por lo que no se da cuenta de que estoy a su lado. Sigo subiendo las escaleras con un nudo en la garganta y me apresuro a abrir la puerta de la habitación.

Acomodo la tasa en la cómoda y camino hacia el baño. Abro el tuvo y empiezo a lavarme la cara, las lágrimas se revuelven con el agua y me llegó a estresar más por eso, ¿Cómo paso, quién lo hizo, por qué hicieron eso? Qué yo sepa no tengo problemas con nadie, ni tampoco estoy metida en algo como para que me hicieran esto.

Hubiera deseado haber estado yo en casa y que Leonor se hubiera quedado con Loren o con otra de sus amigas, ayer en la madrugada y hoy había mucha gente, pero no estaba bien como para ver quiénes estaban, ¿Por qué Harmony no me contesta o por qué Kayleth no a aparecido? Ni siquiera me a escrito.

Solo ve los mensajes y me sigue ignorando, ¿Tan enojada sigue conmigo? Ni siquiera porque le dije que le paso algo a Leonor me contesta. Abro el botiquín y maldigo mil veces al ver los tarros de pastillas, las odio con todo mi ser. Si no fuera porque ella tomó eso, se habría salvado, tal vez hubiera logrado salir a tiempo de la casa. 

—Maldita sea—riego todas las pastillas en la basura, agarro los tarros y los reviento contra la pared—¿Por qué ella, por qué no fui yo, por qué?—gritó queriendo recibir una respuesta.

Estoy realmente harta de lo mismo, estoy cansada de vivir así y ya no quiero, no quiero sentir esto más. Me dejo caer de rodillas y lo único que hago es llorar, lo peor de todo es que por más que patalee, ella ya no va a regresar.

—Dijiste que no me ibas a dejar sola Leonor—susurró.

...

—Hermione—escucho un susurró. Diría que el sol me esta pegando en la cara pero no, tampoco es de noche. Estoy acostada de boca abajo, por lo que me doy la vuelta para verlo.

—¿Qué hora es?

—Las 5 de la tarde, desde ayer en la noche estás dormida—froto mis ojos. Me siento muy adolorida, estoy fatal y las ganas de llorar quieren volver de nuevo.

—Me cuesta creer que ya no está conmigo—él agarra la bandeja de comida que no había visto.

—Tienes que comer—veo los panqueques con miel y el batido sin ni una pizca de apetito. Él me agarra de la barbilla para que lo vea a los ojos—Por favor—observo esos ojos verdes tan hermosos y se ve tan lindo...yo nunca voy a poder agradecerle como se lo merece, Aydan merece mucho.

—¿Y Laila?

—Se fue ayer con Uma y Astrid, Lali quería jugar con mis sobrinos—asiento lentamente. ¿Por qué todo es tan injusto? Creo que yo tenía que morirme, no mi Abuela—Deja de jugar con la comida—suelto el tenedor y sin nada de ánimos acuesto la cabeza en el respaldar de la cama.

—Lo siento es que...—me tapo la cara con las manos—Esto es tan horrible y desesperante.

—Conozco mucho a Leonor y se que no le habría gustado para nada verte así—quita mis manos de mi cara y me encara con una mirada llena de seriedad—Come un poco Hermione, te vas a enfermar de nuevo—bajo la mirada al plato, tomó el cuchillo y el tenedor para cortar un pedazo y luego me lo llevo a la boca. 

—Los hiciste tú, ¿Verdad?

—Si.

—Están deliciosos, gracias Aydan—no sé que está más bueno, si el batido o él—Harmony me esta ignorando y Kayleth no aparece. 

—Ya le escribí, no a visto el mensaje, pero si no me contesta, puedo rastrear el teléfono para que la vayamos a buscar, deja de preocuparte tanto—después de tragarme lo que tenía en la boca, vuelvo a hablar. 

—¿Por qué haces esto Aydan? Realmente no entiendo, yo...si Harmony se sigue comportando así y Kay no aparece, me voy a quedar totalmente sola, no tengo a nadie, la familia lejana de mi Mamá es una mierda, ellas no me entenderían, ni siquiera se que voy a hacer o a donde irme. 

—Hermione—él observa mis labios por unos segundos y después sube a mis ojos—Tu no estas sola, me tienes a mi y aunque yo no le creo a mi familia, ellos dicen que te apoyan, hasta Astrid fue capaz de disculparse contigo, no tienes que buscar una casa tan pronto, relájate un poco. 

—Tu haces que mis errores tan malos, se vean tan bien.

—Lo que más me causa risa aquí, es que no eres la única que a cometido errores Hermione, todas las personas lo hacen, nunca le he mentido a Madison, siempre he sido muy abierto y sincero con ella, no sabia que le estaba quitando un derecho, fui egoísta. 

—Pero tenias razones para hacerlo—él niega. Yo no dejo de comer porque realmente esto esta muy bueno, ya casi, solo me falta uno para terminar. 

—No creo que no, una cosa soy yo y otra es ella—se revuelve el pelo mientras parece pensar. Siempre a tenido la manía de alborotarse más el pelo, menos mal que lo tiene bellísimo. 

—Igualmente no quiero incomodarte. 

—No me incomoda Laila, ni Lali que es más imperactiva que Madison, ¿Y me vas a incomodar tú?

—Es que bueno...

—Madison tiene razón de enojarse, siempre te a esperado, toda la vida la he visto buscando una figura materna—su manzana se contrae cuando traga—Y bueno, yo le mentí, ni siquiera quiere hablarme, tampoco se que decirle—lo agarro de la mano.

—Siempre te voy a dar méritos, eres un excelente Papá, después de todo, ella esta asustada, se que en cualquier momento va a querer hablar contigo, no te sientas del todo culpable por eso, tal vez ella te entienda cuando crezca más—dejó la bandeja en la mesita de noche. Él me ve con atención y me siento fea porque se me queda viendo fijamente, tomó el cepillo para ordenar un poco mi cabello. Ando una bata de seda morada, es cortita, un short y una mini bata. 

—¿Dormiste bien?

—Me costo un poco, pero luego me sentí muy agotada por tanto llorar. 

—Tienes los ojos hinchados—suspiro para obligarme a no llorar de nuevo, realmente me pesa la vista. 

—¿Extrañaste a Laila?—lo veo por el espejo de la cómoda, él frunce el ceño. 

—¿Por qué debería extrañarla?

—No lo sé—me encojo de hombros—Es que he visto que como amigos tienen una relación muy bonita y habían estado pasando tiempo juntos. 

—Lo normal—es lo único que dice con todavía confusión en la cara—De hecho creo que en cualquier momento se va. 

—¿En serio?—digo sorprendida. 

—Si, no a estado en la casa, además que ella estaba buscando algo más y se a alejado por eso. 

—¿Tu la rechazaste?

—No se trata de rechazar Hermione—se acuesta en la cama—Ella físicamente es bonita y bueno muy linda persona, pero no gracias—vuelvo a acomodar la silla y camino de nuevo hacia la cama. 

—No todas las mujeres son como yo Aydan. 

—Es que no me interesa, yo creo que siempre les he dejado claro que solo es sexo y ya, lo mismo con Iclal y con las demás—eso dolió. 

—Si...—fuerzo una sonrisa—Creo que no pueden resistirse a tus encantos—hago una voz graciosa, él sonríe. Lo que él no sabe, es que todavía lo quiero, pero se que solo pienso mal porque como dice él, solo es sexo. Estoy tan sensible que solo le quito la cara antes de que se me escape una lagrima. 

—Hey...—siento como reposa la mano en mi cabello y me obliga a verlo—Deja de llorar—observo esos carnosos labios, que no me ayudan porque todo empeora, tampoco me ayuda y odio con todo mi ser, que sea tan bello. La poca distancia que tenemos me desespera, siento como pone la mano en mi pierna y aunque se que a hecho lo mismo varias veces, para mi sigue siendo el mismo sentimiento, los mismos escalofríos. Tomo el atrevimiento y lo beso en los labios, cuando abro los ojos me doy cuenta de la estupidez que hice. 

—Lo siento yo...—no me deja hablar porque me hala de la cadera, logrando que quede encima de él. Ambos empezamos con un beso desesperado, la colonia de él simplemente me embriaga lo suficiente para no querer alejarme, me da la vuelta rápidamente, quedando está vez debajo de él. 

—No se le ocurra disculparse—gimo cuando muerde mi cuello. Aprovecho a quitarle la camisa, él la tira por alguna parte de la habitación, yo le beso el pecho, el cuello, la mandíbula—Qué lindura—me susurra en el oído. Siempre he dicho que no le creo a ningún hombre, pero los cumplidos que él me da, son muy diferentes, no lo siento falsos y si lo fuera, me vale una mierda porque entonces toda la vida he caído en su trampa. 

—Tengo que decirte algo—hablo entre jadeos. Le abro el zíper del pantalón y no me deja hablar, no me deja decirle que quiero que me de una oportunidad. 

—Quiero odiarte Hermione—baja las tiras de mi brasier y de la blusa con los dientes—Pero no puedo. 

—Ódiame—acaricia mis piernas con una mano y empieza a subir hasta mi pequeño short. 

—Esa pijama maldita sea—trago grueso cuando la baja junto con mis bragas, yo quedo expuesta nuevamente y puedo notar como se le dilata la pupila. Me la termino de quitar con los pies y él me sienta para quitarme la blusa, yo solo alzo las manos, suelta el brasier con una agilidad demasiado sorprendente y quedo completamente desnuda para él—Eres demasiado linda. 

—Y tu eres mucho para mí—saca un condón de la bolsa del pantalón y se lo termina de bajar, dejando a la vista una imponente erección.

—No has vuelto a tener sexo, ¿Verdad?

—No, pero no tengas miedo de lastimarme Aydan—abro más las piernas y las enredó en sus caderas. Me muerdo cuando se pone rápido el condón y acomoda el glande en mi entrada. 

—Hermione—lo veo a los ojos y sin poder evitarlo lo rasguño conforme va entrando. Suspiro cuando la mete un poco y la vuelve a sacar—No soy ningún enfermo, pero no tienes ni idea, de todas las veces que me he masturbado pensando en esto—hago la cabeza hacia atrás y me deleito con el tamaño de esa verga que entra cada vez más. 

—¿E-en serio?—aprieto las sábanas cuando me embiste con fuerza. Repite una y otra vez lo mismo, ahogó un grito cuando me abre más las piernas—Aydan—gimo cuando me agarra como cajón contra la cama, lo hace tan duro que las piernas me empiezan a temblar horriblemente. 

—¿Por qué te fuiste?—habla con voz ronca en mi oído. Bajo la mirada hasta nuestros sexos unidos, él me da con tanta fuerza que lo único que hago es agarrarme de esa enorme espalda—No tienes ni una maldita idea de lo mucho que te extrañaba. 

—Lo siento mucho Aydan—mi voz suena horrible, me agarra del cuello y se que me debo de ver toda estúpida y embelesada, pero es que verle esas venas en el cuello es otra historia o cómo aprieta la mandíbula, ese pene grueso y grande entrando sin piedad, me lleva a la locura. Amo la cara de malo de Aydan cuando estamos en momentos como estos.

—Me despertaba todos los putos días y odiaba no tenerla así.

—Puedes tenerme así cuando quier...ah—la última palabra no la logro decir. Agarra uno de mis pezones con los dientes y suelto un gemido más alto por el dolor revuelto con la satisfacción que siento. Él busca mi boca, lo vuelvo a besar de nuevo y calla mis jadeos con su lengua. Aydan tiene el ceño fruncido, los ojos cerrados y la boca entreabierta, no se detiene en ningún momento, cada vez se siente más rico, más placentero.

—¿Te estoy lastimando?—las embestidas me hacen poner los ojos en blanco. 

—No—él besa mi mejilla. Me aferro a él porque siento que estoy cerca, Aydan gruñe fuertemente por un segundo y lo veo tragando. Tiene mucha fuerza y me encanta saber que me agarra como se le pega la gana. 

—Maldita sea Hermione—el orgasmo me hace gritar. Él tiene entre sus dedos mi clítoris y lo acaricia sin dejar de penetrarme una y otra vez, mete y saca con rapidez. Yo le acaricio la espalda y bajó las manos hasta sus nalgas, no dejo de besarle el cuello, se que esta cerca. Abro más las piernas hasta dejarle más acceso, mis senos tiemblan al igual que mis piernas, no puedo evitar arquear la espalda cuando él orgasmo lo hace apretar más la mandíbula. 

—Aydan—él me abraza por la cadera y yo trato de recuperar la respiración. Mi rostro está escondido entre su cuello y la falta de sexo, me tenía muy estresada, no sabía que lo necesitaba, la saca de nuevo y me deja respirar solo unos segundos. Mi corazon late rapidísimo, él me besa la frente y me pone de lado sin pensarlo demasiado. Cierro los ojos y jadeo porque se resbala de golpe, antes de seguir busca mi mano y enreda sus dedos con los míos.

—Estás tan mojada y deliciosa—subo la mirada hasta su rostro. 

—Creció más que la última vez que me follaste ¿verdad?—la última vez fue hace seis años, hace mucho tiempo y es increíble cuando lo recuerdo, pero creo que no estoy desvariando, le mide unos centímetros más. Entra lentamente, la saca despacio, repite lo mismo, él suspira en mi oído, yo suelto pequeños gemidos cada vez que la vuelve a meter. El glande de Aydan vuelve a entrar, lo vuelve a sacar y me vuelvo loca porque hace unos segundos me estaba dando durísimo, ahora suave pero intenso a la vez.

—Ahorita eres mía Golubev—me estremezco por los escalofríos que suben a toda prisa por mi espalda, Aydan es el que causa eso en mi. 

—Yo soy tuya, cuando tu quieres que sea tuya Walsh—alza mi pierna con cuidado y después de que le doy un beso en los labios, me embiste con fuerza. Baja la mirada a mi sexo y después de agarrarme durísimo de la cadera, me restriego sobre él porque me lo ordena con la mirada. 

Él es el que hace ahora la cabeza hacia atrás mientras muevo mis caderas, siento mis nalgas chocando contra sus testículos y eso me excita más, llega a ser una locura completa cuando con una de sus manos aprieta unos de mis senos y lo empieza a acariciar con la yema de los dedos. Aydan me besa el cuello, succiona y suelta de nuevo, la verga no deja de meterla y sacarla. 

—Mirame a los ojos Hermione—le hago caso. Él me observa tan fijamente que me cuesta mantenerle la mirada y entre abro la boca cuando la mete toda y la deja así por unos segundos—Ya tuviste como cuatro orgasmos de un solo—sale de golpe haciéndome jadear y me vuelve a abrir las piernas con brusquedad. No entiendo lo que está haciendo, solo me reta con la mirada mientras se quita el condon y se pone otro. Agarra mis pies y se los sube en el hombro, suelto una risita cuando me hala con brusquedad la cadera. 

—Hoy estás bien cachondo Aydan. 

—Todos los días nena—me guiña el ojo. Agarra mi mano y la pone encima de su polla—Metetela tu, yo hago el resto—susurra con voz ronca, yo trago grueso porque me ve de arriba a abajo sin una pizca de vergüenza. Veo el glande en mi mano, lo masturbo un poco sacándole de paso un jadeo y con el pulso tembloroso, lo ubico en mi entrada. Mi gemido es lo suficientemente claro de que estoy a gusto con esto, me ensarta hasta el fondo y es inevitable no poder disimular que estoy más necesitada por la manera en la que me pegó más a él. Aydan pone las manos a los lados de mi cabeza y el ruido de nuestros sexos chocando duro contra el otro, nos hace suspirar a los dos. 

—Más Aydan—digo completamente perdida. Tengo que tragar a cada rato para no ahogarme con mi propia saliva, mi corazón late al mil y ya las piernas ni siquiera las siento. Pongo los ojos en blanco sin poder evitarlo cuando ambos nos venimos al mismo tiempo. Él cae en mi pecho mientras al igual que yo intenta recuperar la respiración. Cierro los ojos satisfecha y si tengo que admitir que me siento adolorida por la falta de sexo. 

Ambos guardamos silencio, no dura mucho porque después se incorpora, saca el pene y se acuesta a mi lado. Observo el techo tratando de analizar lo que acaba de pasar, mi corazón sigue latiendo como loco y mi respiración es un desastre. Hace muchos años no follaba con nadie como tenía que ser, solo polvos rápidos o noches estando lo suficientemente borracha como para no ser consciente de nada. Con el chico que intente mantener una relación, era más sexo rápido que otra cosa, porque nunca tuve el suficiente amor para mantenerlo conmigo, él si quería, pero yo no. Lo vuelvo a ver, él me observa cuidadosamente, como si me estuviera analizando. 

—Ven—ofrece. Yo le sonrío y lo abrazo, acuesto mi cabeza en su pecho y el besa mi frente. Hala la cobija y nos cubre a ambos. El silencio es cómodo y soy tentada a cerrar los ojos cuando siento leves caricias en mi brazo, yo levanto la mirada hasta su rostro y le doy un beso en los labios, él me lo devuelve, después de eso, solo me quedo dormida. 

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CHALETO

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