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Fifty Nine

HERMIONE

—A veces me gusta tomar un té de limón, me ayuda mucho cuando no me siento bien—me dice Laura mientras me entrega un baso. Hoy se quedaron a dormir en casa y a notado que no me siento bien.

He tratado de disimular para que Aydan no se de cuenta, aun así si lo sospecha porque por momentos me ve con extrañeza, pero como actuó tan normal, no me dice nada. Ahorita está en su oficina con Ulises y los niños ya están dormidos, entonces nosotras estamos en la sala conversando desde hace rato de muchas cosas.

—¿Cuáles son los síntomas que tienes?

—Nauseas, dolor de cabeza, vómito, me duele el estomago, mareos—suspiro llena de estrés—Algo me dice que paso algo grave con la operación.

—Yo no siento que sea algo grave Hermione—toma un sorbo de su té—Seguro te enfermaste o...—se queda pensando—Hay otra opción—me le quedo viendo por la cara preocupada que hace.

—¿Qué?

—Tienes síntomas de embarazo—pelo los ojos.

—¿Qué? Nada que ver, estoy bien Laura, no digas estupideces—me levanto del sillón y el escalofrío que me sube con rapidez por todo el cuerpo me deja preocupada en mi lugar. Siento a Laura que se pone detrás mío.

—Hermione, ustedes dos pasan mucho tiempo juntos, ¿Me vas a decir que no se han tocado ni un pelo?

Nos hemos violado hasta el alma.

Me vuelvo hacia ella y trago grueso porque no puedo creer eso. Ella me observa con una sonrisa que me recuerda a mi Mamá y eso me da mucha tristeza.

—Ahora hasta tienen una relación fija y los he visto más cariñosos de lo normal—baja a mi vientre y esa idea solo me causa mucho pavor—Puedo jurar de que estás embarazada.

—Pero...—me cayó cuando las ganas de llorar me atacan por completo. Laura solo me abraza y el nudo que se forma en mi garganta es insoportable. Empiezo a llorar porque creo que si olvidé el anticonceptivo—Aydan me va a odiar, ¿Cómo pude ser tan estúpida?

—Hermione, no tienes porque sentir la culpa por esto, un hijo es lo más lindo que pueden tener, recuerda lo que paso con Madison, no puedes repetir eso.

—No es fácil—paso por unos segundos llorando, pero ella me agarra de las manos.

—Puede que Aydan se enoje contigo y haga lo que sea, pero él te ama y estoy segura que no te va a dejar sola en esto, además fue por los dos que estás en ese estado—me levanta la barbilla y seca mis lágrimas con su pulgar—Primero tienes que hacerte una prueba.

—No Laura de verdad Aydan va a odiarme.

—Si te pones a pensar en lo que él va a decir, solo vas a cometer muchos disparates sin siquiera haberle dicho.

—Pero...¿Y si se va con Madison y me dejan a mi sola?

—Eso no va a pasar y además no creo que esa princesa lo permita, te adora—ella me hala de la mano y me obliga a sentarme—Primero tranquila, luego vamos a comprar la prueba de embarazo, si quieres dos para descartar cualquier cosa—veo la fecha en el teléfono de Aydan que descansa en el sillón.

—Ni siquiera me a bajado el periodo—me agarro el pelo entre las manos y puedo sentir la mano de Laura acariciándome la espalda—Soy una estúpida como se me pudieron olvidar las pastillas.

—No eres ninguna estúpida Hermione, eso no es una mala noticia—la vuelvo a ver enojada.

—Tu no lo ves así porque no fuiste la mujer que abandonó a una niña recién nacida, que le dijo muchas cosas y que la intento asesinar durante todo el embarazo—ella quiere hablar pero no la dejo—Aydan no me va a perdonar esto Laura.

—¿Tu estás dispuesta a volver a hacer lo mismo?—me habla aún más sería que el tono que yo estoy usando—Porque te veo muy irresponsable Hermione y si no actúan con responsabilidad por una bendición que no es un error, porque esa criatura no tiene la culpa de nada, me voy a ir y mejor no te voy a ayudar—solo guardo silenció. Ella después de decir eso solo se queda viéndome y yo no sé que decir.

—No sé cómo ser Mamá—le digo y me siento tan diminuta en estos momentos que solo sigo llorando—Lo siento por no ser como tú—me pongo a llorar de nuevo—Tu si eres una buena mujer.

—Lo vas a lograr, yo también tuve miedo cuando iba a tener a Bryan—agarra mi mano y vuelve a sonreír—Y si ocupas de mi ayuda, entonces te voy a ayudar y vas a lograrlo, si puede Laila que tuvo que sobrevivir todo este tiempo con una niña ella sola, tu puedes, vas a ver—bajo la mirada hasta mis manos.

—¿Y cómo le voy a decir eso?—ella se queda callada. No sé lo que Aydan me vaya a decir, pero no creo que se lo tome nada bien.

—Aydan es un buen hombre—sonríe—¿Cuándo te ha dejado sola Hermione?—meditó eso—Siempre te ha apoyado, incluso en los momentos más difíciles—quiero decir algo pero entonces escucho a ambos hablando mientras bajan las gradas.

—No digas nada por favor—me apresuro a decirle, ella asiente lentamente.

—Ni siquiera lo conozco, ¿Qué querías que le dijera?—Aydan rueda los ojos cuando Ulises dice eso.

—Olvídalo—nos vuelve a ver a ambas—¿Por qué tan calladas?—Ulises hace lo mismo. Siento su mirada pegada en mi cara y por alguna razón no puedo verlo porque se que me voy a quebrar ahí mismo.

—¿Pasó algo?—pregunta Ulises.

—No, hablábamos de todo un poco—se apresura Laura—Estamos medio nostálgicas.

—Si—fuerzo una sonrisa—¿Qué hacían?

—Nada importante—dice Aydan con pereza mientras se sienta a mi lado.

—Le decía a Aydan que tiene que dejar de ser tan pedante, porque es un amargado de mierda.

—Él es igual—se defiende Walsh a mi lado.

—Es el más odioso de la familia.

—Ajá—se burla Laura, Ulises la ve mal.

—Yo no soy odioso.

—Ustedes como familia son todos iguales, son hijos de Collins y Abdón—se encoge de hombros—No sé quiten que si son muy pedantes, hasta son idénticos físicamente y hasta tienen gustos parecidos.

—Perdón—se burla Aydan—Pero yo a ese simio no me parezco—señala a Ulises.

—Claro que no, si se pareciera a mí, fuera el hombre más hermoso del mundo—me río cuando Ulises alza las cejas y le giña un ojo a Aydan, luego le tira un beso.

—Qué asco.

—Admítanlo—continúa Laura molestando.

—Vamos a ver—Ulises se pone frente al espejo y se ve de arriba a abajo. Luego empieza a caminar medio extraño—Bueno si tengo que admitir que somos del mismo tamaño, que nos parecemos un poco, pero mis ojos son más lindos porque son azules y yo soy pelinegro, el es castaño, por lo que me veo más atractivo—Aydan solo lo ve con asco mientras mastica un chicle.

—Son idénticos—insiste Laura.

—Tenemos la verga del mismo tamaño—Aydan lo ve mal cuando dice eso y a mi me causa mucha risa.

—Ay Ulises—Laura empieza a reírse también.

—Ella es feliz por eso, ¿O lo vas a negar nena?—Laura se pone roja.

—Perdón, pero tienes mierda en los ojos cuñada—me río más por la cara que le hace Ulises de indignación.

—Ya quisieras que de verdad fuera feo, pero aunque te duela, somos iguales hermanito, pregúntele a Hermione, ella es la que más debe de vivir encantada con tu verga—escupo el té que tenía en la boca. Ulises se ríe por eso y Laura no aguanta la panza mientras se burla de mi cara.

Mientras ellos se siguen riendo, quito la mirada apenada y me limpio el té que escupí. Cuando vuelvo a ver a Aydan tiene una estúpida sonrisa de creído en la cara.

—Bueno, eso si es cierto—Walsh se encoge de hombros mientras me susurra eso—Ni siquiera te cabe en la boca—me encojo cuando me da un beso en el cuello.

—Aydan—me río un poco porque me hace cosquillas.

—Nos vamos a quedar en las habitaciones de abajo porque nos vamos en la mañana—nos dice Laura todavía recuperándose de la risa.

—Está bien, pónganse cómodos—le digo con una sonrisa. Ella siempre se a comportado muy bien conmigo, por lo que trato de ser igual con ella.

—Buenas noches

—Buenas noches bella, que descanses—le digo, ella me da un beso y después hace lo mismo con Aydan, Ulises solo se despide con la mano y empiezan a caminar hasta la habitación. Siento su mano en mi muslo y lo vuelvo a ver con una sonrisa.

—Estuviste muy callada hoy—le quito la mirada.

—No lo sé, hoy no a sido mi día, creo que no dormí bien—siento su mirada preocupada y su dedo mientras lleva mi cabello por detrás de mi oreja.

—¿Dormiste incomoda? Me dijiste que dormiste bien, éramos tres Hermione—me apresuro a verlo.

—Si mi amor estaba cómoda—él me ve directamente—Claro que estaba muy feliz de que durmieramos los tres juntos, solo que no podía dormir—baja la mirada a mis labios, después me ve a los ojos.

—¿Estás segura?—cuando me acaricia la mejilla no puedo evitar cerrar los ojos—Puedes decirme, no tiene que mentirme.

—No miento—me acerco más y me acuesto en su pecho, pero lo vuelvo a ver porque se ve muy guapo—Es lindo dormir con mi pequeña familia—él sonríe, pero yo no puedo evitar ponerme pensativa, ¿Será que si estoy embarazada? Porque osino ya no seríamos solo nosotros 3 y...Qué difícil saber que ya no tengo a Leonor y que viene otra criatura que nunca conoció.

—¿Por qué te pones sería?—reaccionó cuando me deja un beso en la nariz.

—Por nada, solo pensaba—subo mi mano a su pecho y lo acaricio levemente.

—¿Qué pensabas?—trago grueso cuando me pregunta eso.

—No sé...—le doy un beso en el pecho, anda una camiseta de botones y los primeros tres están desabotonados—Tal vez en lo muy estúpida que fui por haberme perdido de todo esto—él solo guarda silencio mientras parece admirar todo mi rostro—¿Puedo preguntarte algo?

—Lo que quieras nena—me chupo los labios antes de hacerle esa pregunta que me a tenido con mucha duda, porque ya me han dado versiones diferentes y quiero escucharlo a él.

—¿Qué hiciste cuando me fui?—él sonríe de lado.

—Fui el hombre más infeliz que existe.

AYDAN
Hospital de México.

Seis años antes

—No te subas ahí—la detengo del brazo rápidamente, ni siquiera puede volverme a ver.

—Suéltame—la escucho llorando y juro por Dios que no entiendo porque nos quiere hacer esto a los dos.

—Si te subes en ese puto auto, te olvidas de que existo porque nunca más me vas a volver a ver—se tensa en su lugar. Yo la suelto porque a estas alturas no se si tenerle amor o asco. Ella se queda quedita en su lugar y la puerta queda entreabierta cuando la suelta.

—No entiendes Aydan—se vuelve—Yo no los quiero—le tiembla la boca cuando suelta eso—Ni a esa niña...—traga grueso—Ni a ti.

—Eres una mentirosa—escupo cabreado—Lárgate, súbete en ese puto auto y termina de una vez con esto.

—Aydan—escucho las voces de mi familia a mis espaldas y me vale una mierda el escándalo que puedo estar armando a las afueras del hospital.

—Lárgate Hermione, vete, sé que nunca te importo nada y ahora me convenzo de que toda está mierda a sido una perdida de tiempo—sube la mirada a mis ojos, pero estoy lo suficientemente cabreado como para verla con tristeza porque esta llorando y lo último que hago es grabarme ese rostro de mentirosa en mi mente.

—Adiós—se da la vuelta y yo no quiero verla más, no quiero ver al amor de mi vida subiéndose en un maldito taxi. Empiezo a caminar hacia el hospital sin ver hacia atrás. Escucho como abre la puerta del carro y cuando la cierra, el vacío en mi estómago es horrible.

—Aydan—escucho a mi Mamá.

—Déjeme en paz—me suelto con brusquedad cuando me agarra del brazo. Agarro las llaves de mi auto y me adentro a mi oficina para agarrar mis cosas.

—¿Para dónde vas Aydan?—Abdón entra sin permiso y solo me dan ganas de echarlo a patatas.

—Maldita sea, ¿Puedes irte?—se me atraviesa en la puerta y la cólera me consume por completo.

—Acéptalo Aydan, esa mujer se fue y es hora de que sientes cabeza de una buena vez—agarro el baso de vidrio que descansa en la mesa y lo tiro furioso contra el suelo.

—Tu no lo entiendes, nadie de aquí me entiende, ni saben como me siento.

—Hay millones de mujeres en el mundo—repite lo mismo que siempre nos dice a Ulises y a mí—Puedes encontrar a muchas, no es la última que existe—lo quito de la puerta y abro mientras ignoro a medio mundo. Salgo de ahí, aun escuchando los gritos de Collins y Abdón tratando de llamarme. Arranco el auto y manejo a toda velocidad, se que me estoy pasando y que los limites de velocidad los estoy ignorando, pero me vale una mierda.

Juro que la voy a olvidar, va a ser difícil pero lo voy a hacer. Aprieto la mandíbula porque me niego rotundamente a botar ni una sola lágrima por ella. No lo merece, me veo estúpido...pero no es fácil. Aceleró con fuerza, los autos son los que se quitan porque me vale mierda si me voy en banda contra uno.

"Ni a ti"

—Maldita mentirosa—freno en seco cuando llegó donde quería llegar. Cierro la puerta del auto con fuerza y me adentro al maldito bar de mierda. Yo se que nunca más la voy a volver a ver en este lugar, en este horrible y asqueroso lugar.

—¿Se le ofrece algo?—no le contesto a ninguna. Esta es la última vez que voy a estar aquí, va a llegar un día en el que ni siquiera voy a querer pensar en su estúpido nombre.

—¿Dónde está Kayleth?—hablo enojado, aunque la extraña que tengo de frente no tiene la culpa, no puedo hablar con tranquilidad.

—A la derecha—empiezo a caminar hasta llegar ahí y cuando lo veo besuqueándose con dos, lo halo del abrigo.

—Uy, espérate un momentito amigo—se acomoda la estúpida sueta de cuero que anda.

—Una bolsa de cocaína, rápido—se me queda viendo como estúpido mientras empieza a salir hacia el parqueo conmigo atrás.

—¿Ya se fue verdad?

—Muévase—grito. Se burla y después de abrir las puertas traseras, se inclina y me tira la bolsa que le pedí.

—Voy a estar con Hermione aquí, deberías salir del país.

—No necesito que me diga que tengo que hacer, quítese—lo ignoró mientras camino de regreso a mi auto. Le pido paciencia al cielo cuando veo a los estúpidos hediondos del bar.

—¿Te quedaste sin tu almuerzo?—ignoro al idiota que está sentado en la tapa de mi auto. Apenas arranque lo dejó pegado en el poste—Uy, ¿Pero qué llevas ahí?—cuando se me atraviesa en la puerta, puedo sentir como la sangre me hierve de la rabia.

—Se corre o lo hago yo.

—Relájate amigo, ¿Qué mosca te picó?—siento al otro imbécil posicionarse detrás mío—Mira, dime donde esta tu gata y te dejo en paz, si quieres de paso me das a la mocosa que llevaba esa bastarda preñada, así la educó aquí en el prostíb...—ni siquiera lo dejo terminar porque mi puño termina impactando contra su asquerosa cara de estúpido y me vale mierda que ya solo con un puñetazo la sangre le empieza a salir de la nariz y de paso le mancha la camiseta porque no me detengo. 

Lo encuello y solo me veo pegándole una y otra vez la cabeza contra el suelo. El otro se me guinda y alcanzo a torcerle el brazo para luego dejarlo noqueado junto con el otro estúpido. Esos eran los malparidos que más de una vez quisieron abusar de ella.

—Oh Dios mío—grita una mujer mientras va a llamar a los demás. Camino unas cuadras hasta llegar a los edificios solitarios que tiene el bar. Entro y subo hasta la segunda planta, ni siquiera le presto atención al Barman. Cuando llego al último piso, abro una habitación, cierro la puerta y tiro la bolsa de cocaína en la mesa, agarro un cigarro y empiezo a inhalar de ella misma por la nariz. Cierro los ojos, tenía mucho tiempo de no consumirlo, casi nunca lo hago, pero solo así voy a lograr calmarme, no puedo verme tan patético por una mujer.

"Pero para no es una mujer cualquiera y ese es el problema"

El efecto es casi inmediato y me hago hacia atrás sin abrir los ojos en ningún momento. La odio con todo mi ser y así va a ser desde ahora. Detesto lo linda que es, su sonrisa, esa mirada de miedo porque ella siempre tenía miedo. No soy nadie para juzgar a un hombre o a otra persona, porque querer a alguien, es lo más doloroso que puede existir, eso simplemente te hace terminar en un abismo y verte tan patético que solo da cólera.

¿Esto es enamorarse? Porque si me hubieran advertido desde un principio que me iba a enamorar de una culebra, nunca habría entrado en este estúpido lugar. Abro los ojos sintiéndome vacío por dentro, porque ni aunque me emborrache voy a lograr olvidarme por completo de ella.

Me odio por no haber comprado botellas, al menos de aguardiente o whisky, alguna mierda que me ayude a quedarme dormido. Paso todo el puto día buscando paz con la droga que tengo en la mesa y no despierto, no me levanto, no me interesa nada, solo abro los ojos al ver el reloj que me señala las siete de la noche, pero no del mismo día, del siguiente y eso me da más cólera porque ya tengo dos putos días de estar aquí encerrado. Doy vueltas en la cama sintiéndome estúpido. 

"Yo te amaba antes de que viniera esa mocosa a mi vida"

Esas palabras duelen mucho, ¿Cómo puede odiar a una niña recién nacida? No lo sé, no me lo explico, ni siquiera por todo lo que paso logro tener una excusa valida para defenderla. De nuevo me levanto de la cama, sentí que solo dormí dos horas y la puta droga no me hizo nada. Me arreglo el pelo en el espejo del baño y boto la bolsa vacía en el basurero, después salgo de ahi y bajo las gradas encontrando un escandalo que me retumba horriblemente en los oídos.  

—¿Qué se le ofrece guapo?

—Tres botellas de whisky—agradezco que me las pasara rápido. Me ofrece limón y un baso, pero solo agarro la botella y salgo de ese lugar. Camino un poco, ni siquiera me fijo en la acera que me senté, termino de quitarle la tapa a la botella y me mando los primeros tragos. 

"Más"

Verla excitada era mi perdición, me encantaban sus gemidos, lo desesperada que se ponía porque la follara...eso es solo lo que un idiota como yo piensa, pero no puedo olvidarme de cada beso, esas delicadas manos tocándome siempre, senos medianos, una figura perfecta para agarrarla entre mis manos. Conozco cada uno de sus miedos y uno de esos era que la dejara sola por mucho tiempo, cuando llegaba al bar se ponía super feliz e incluso algunas veces lloraba. 

"¿Qué estará haciendo?"

Pero no...se fue, le valió mierda como me podía sentir yo, solo pensó en ella y en huir de una responsabilidad tan grande. Quiero odiarla, juro que quiero hacerlo, pero no puedo y eso me da más cólera. Ahora van a pasar, segundos, minutos, horas, días e incluso años y nunca más la voy a volver a ver, es como si se hubiera muerto. Lo que menos sabe es que se llevo con ella mi felicidad, las ganas de volverme a enamorar porque juro que esto nunca más me va a volver a pasar y menos tener hijos, nunca. 

"Te amo ojos verdes"

El atardecer ya se hizo presente y yo solo me veo tomándome la segunda botella. Cierro los ojos cuando el sueño me llega, pero siento que solo fueron minutos cuando escucho unos pasos acercándose y como me arrebatan la botella de la mano. 

—Ya no más—la voz de Ulises logra fastidiarme. Siento cuando se sienta a la par mía y después su mano tocándome la espalda—Tienes una bebé que te está esperando en casa y ella te necesita—abro los ojos cuando me dice eso. 

"Mi Bebé, lo único que me dejo"

—Al menos ella está feliz.

—Basta Aydan por favor, al menos hazlo por ella, ¿Si? Duele mucho verte así—lo vuelvo a ver cuando se le entrecorta la voz—Mamá fue la que saco a la bebé del hospital y la ha tenido ya tres días en la casa, estas siendo igual que esa mujer—trago grueso porque tienen razón. 

—Es muy difícil.

—Deja esa armadura, llora, yo no voy a juzgarte, lo necesitas, tienes que desahogarte—suspiro ya harto de todo. 

—La iba a dar en adopción. 

—¿Estás loco?—grita cabreado y cuando siento el manazo que me pega en la cara, me agarro la mandíbula porque no me lo esperaba, después una matada en las costillas—No seas tan imbécil Aydan—lo veo reventando las botellas contra el suelo—Ella es una bebé que no merece sufrir, ya esa estúpida le hizo mucho daño como para que tu hagas lo mismo, no a dejado de llorar, Mamá a hecho lo que puede y eso porque no tenemos ni siquiera leche materna y a ti ni siquiera te interesa.

—Si me interesa. 

—¿Ay en serio? Viera que me la creí, apestas a licor—antes de que me pegue de nuevo, le agarro el brazo. 

—Ya basta, ya entendí—me levanto un poco mareado del suelo. 

—Yo voy a manejar, ni lo piense—lo dejo que me arrebate las llaves—Apenas llega, se baña rápido porque la bebé es alérgica y esta muy pequeñita—solo me subo en el auto y deseo morirme porque el dolor de cabeza es una tortura. Cuando llegamos, me bajo de nuevo y subo directamente al baño, no duro mucho porque tengo que admitir de que si quiero verla, solo la he alzado una vez desde que nació. Termino de asearme y me visto rápido mientras empiezo a bajar las gradas, el llanto de una bebé recién nacida llega a mis oídos cuando entro al cuarto de mi Mamá. 

—Ya pequeñita—escucho a mi Mamá decirle mientras bate el chupón. 

—Hola Mamá—la mirada que me da es horrible. 

—Que poco te interesa—suspiro pesadamente. Veo a la bebé que tiene ropita rosada y lo enojada que está, llora mucho.

—Dale el chupón—le digo. 

—Está muy caliente para ella—la veo directamente, no la he visto con detalle.

—¿La puedo alzar?—a mi Mamá se le ponen los ojos llorosos y pienso que me va a gritar, que me va a decir que no, pero...

—¿Cómo me vas a pedir permiso? Es tu bebé—Collins se acerca, la agarro apenas me la pasa y el escalofrió que siento en mi piel me hace estremecer. Cuando la acomodo en mi pecho, ella deja de llorar y el sentimiento que me llega me hace sentir estúpido—Un hijo es lo más hermoso que existe Aydan, ella merece amor—asiento lentamente. No puedo dejar de verla, es blanquita con unas pecas que casi no se notan y su pelito es castaño. Las pecas como Hermione.

—¿De que color tiene los ojos?

—No los a abierto—sale de la habitación dejándome solo con ella. Me siento en el sillón y la detallo lentamente. Ella hace un sonidito de bebé que me saca una sonrisa y tienen razón, no puedo olvidarme de mi hija, yo no soy como ella. 

—Madison—susurro su nombre en voz baja. Es muy pequeñita y eso me hace querer protegerla más. Cuando intenta abrir los ojos, me olvido de todo, no puedo aguantarme más porque si logro sentirme derrotado al ver a esta princesa en mis brazos. La acerco a mi rostro y le doy un beso en la mejilla, huele a bebé—Te amo princesa—ella abre un poquito los ojos, creí que iban a ser cafés, pero son verdes, se parece mucho a mí, pero en la carita, si tiene cosas de Hermione—Yo nunca te voy a dejar. 

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CHALETO

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