Fifty Four
Especial Halloween.
Martes 31 de octubre.
En Colombia, Medellín.
Hermione
—Hermione, despierta—Madison me sacudía levemente para despertarme. Creo que son como las 5 de la mañana, me muevo con pereza en la cama hasta darme la vuelta para ver a la miniatura que me está sonriendo.
—Buenos días princesa—bostezo un poco.
—Papá no despierta y voy a llegar tarde a la escuela—dice preocupada. Pelo los ojos cuando me dice eso y me siento con rapidez.
—¿Qué, cómo así?
—No lo sé, le estoy diciendo que se levante pero no lo hace, está demasiado dormido y abrigado, ya me canse, hasta le pegue con un cojín y...
—Bueno mi amor pero tranquila—me río un poco mientras le acaricio la peluca que anda puesta—Vamos a ver que pasa con Papá—me pongo las pantuflas y la agarro de la manita mientras empezamos a caminar hacia la habitación de Aydan.
Antes de irnos a dormir, me estaba bañando en la noche y él llego a interrumpirme, se metió a la ducha conmigo y estuvimos ahí hasta las 12 de la madrugada haciendo cosas, por lo que no me extraña que esté más cansado que yo.
—Esto nunca había pasado, no se que le pasa a mi Papá—va diciendo muchas cosas en todo el pasillo y yo me obligó a espabilarme para ponerle atención. Abro la puerta, Aydan está acostado de boca abajo, tiene el pelo super desordenado y no le veo la cara porque esta vuelto hacia el otro lado—Papá—se trepa en la cama. Yo doy la vuelta extrañada, porque Aydan nunca cuesta despertarlo.
—Amo...Aydan—cambio rápidamente la palabra porque se me olvido quién esta aquí. Ella me ve por unos segundos pero sigue en lo suyo viendo a su Papá. Me siento a su lado y llevo la mano a su mejilla, pero pelo los ojos asustada.
—Papá—insiste.
—No Madison, Papá tiene calentura—le digo con tranquilidad, aun así lo ve con horror y se que va a llorar—Tranquila Maddy—me apresuro a decirle pero solo guarda silencio. Lo veo arrugando el ceño mientras se que siente mi toque cuando lo acaricio porque se acerca más—Ay Maddy creo que hoy no vas a poder asistir a clases.
—Pero no puedo faltar, hoy es la actividad de Halloween—desordeno mi pelo. Había olvidado que hoy es Halloween—Ya tengo mi disfraz.
—Bueno, entonces buscaremos otra solución, no te preocupes—trago grueso con miedo.
—¿Papá va a morir?
—No mi amor—contengo la risa—Solo que está mal, como cuando tu tienes calentura—Veo la hora de nuevo, son las 6—Mira esto es lo que vamos a hacer, te voy a alistar rápido y luego me vas a decir donde tiene las llaves Papá para irte a dejar en el auto, ¿Si?
—¿Y qué va a pasar con Papá?
—Por eso necesito alistarte rápido para ayudarlo a él, necesito que pongas de tu parte.
—Está bien—estiró mis brazos para alzarla y antes de salir le doy una mirada rápida a Aydan. Camino a la habitación de Madison y voy directamente hacia el servicio—Mira princesa quítate la ropita mientras caliento el agua—ella me hace caso. Abro el tubo y mido la temperatura—¿Te bañas con agua muy caliente?
—Si es que en las mañanas hace mucho frío—preparó el jabón y los Shampoo de bebé.
—Bien, ahora si—ella sube sola a la bañera. La ayudo a bañarse, le paso el Shampoo en la parte de atrás de la cabeza para que no tenga que esforzarse tanto estirando los brazos.
—Hermione.
—Dime.
—Si Papá sigue mal, no van a venir todos a la cena de Halloween, ¿Verdad?
—Voy a tratar de que tu Papá se sienta bien para que puedas ir en la noche con tus primos a recoger muchos dulces.
—Está bien—dice un poco más feliz. Le hago un poquito de cosquillas en el pelo, ella se ríe. Cuando termino de bañarla, enrollo una toalla en su cuerpecito y la saco para llevarla a la cama. Mientras ella se seca, sacó las cremas y la ropa interior—¿Dónde está el traje?
—En mi closet, lo fui a comprar hace unos días con mi tía Astrid.
—Whoau—saco un traje de mariposa pero es negro—Una mariposa negra.
—Me gusto mucho, mira que bonitas las alas—tiene perlitas de color blancas y se que se va a ver hermosa. Consiste en un tutu negro con pantys negras y la parte de arriba es lo de más lindo, le deja la espalda descubierta y una X en la parte de enfrente que le cubre lo importante. La dejo que se vista, yo le ayudo con la crema y al final se pone unas zapatillas pequeñas del mismo color.
—Siempre te peinas sola, ¿Verdad?
—No lo hace mi Papá—quedo sorprendida—Desde que estaba bebé practicaba con mi cabello—forma una sonrisa triste—Lástima que ya no tenga mi cabello largo.
—Pero ya está creciendo un poco Maddy.
—Si pero ya no me puedo peinar—se encoge de hombros—Solamente me voy a poner una peluca negra, están allá—camino hacia su otro closet y abro la puerta donde encuentro un montón de maniquís con pelucas de muchos colores. Agarro la de color negro y vuelvo a cerrar.
—Puedo hacerle algo lindo a está peluca ven—ella parece feliz cuando se sienta en su cómoda. Yo agarro la dichosa peluca y se la acomodó en la cabeza, al igual que el flequillo que tiene lo acomodo un poco y le hago solamente un semi recogido para que pueda andar la peluca suelta, ella amaba andar su cabello suelto.
—Gracias Hermione—se ve el peinado en el espejo.
—Te vez hermosa, acércate un poco—le observo su linda carita y tengo que dejarla de ver para no darle un beso, se ve super bella—Te voy a maquillar un poco.
—Si si—aplaude feliz.
—Espérame un toque—camino a mi cuarto y agarro una cosmetiquera para echar lo necesario. Veo la hora son las 6 y 30, si me apuro, me da tiempo para alistar su merienda y que desayune—Ya regresé—abro de nuevo la puerta de su cuarto—Voy a maquillarte un poquito solamente y después de desayunar te lavas los dientes para pintar tus labios.
—Gracias Hermione.
—De nada mi reina—le hago un maquillaje que consiste en unas telarañas pequeñitas que le dibuje en cada mejilla, le hago unas cejas falsas negras y le pinto un poco los ojos de color negro.
—Se ve demasiado chiva—ahoga un grito de emoción.
—Me alegra que te guste, vamos a que desayunes mientras alistó tu mochila—la agarro de la mano y bajamos despacio las gradas ya que ella anda con zapatillas y se puede resbalar—¿Tienes tu horario listo?
—Siempre dejo todo listo Hermione, no te preocupes—la siento en la silla y voy por pan cuadrado mientras le preparo un sándwich, luego lo parto a la mitad y se lo hecho en el plato con un poco de fruta picada, camino a la mesa de nuevo junto con la comida.
—¿Quieres un jugo? Tienes que tomarte tus medicamentos.
—Si—mientras ella come le paso el jugo con las pastillas y parece feliz porque tararea una canción en silencio. Tomo su lonchera y le guardo tres jugos, dos paquetitos de galletas, un yogurt y una manzana.
—Madison, ¿Sueles llevar almuerzo a la escuela?
—No, siempre voy al comedor con mis compañeros y mi profesora.
—Está bien, ¿Quieres que te haga algo más para que lleves?—revisa la lonchera y piensa por un momento.
—No así esta bien, hoy no quiero llevar tanta comida porque hay actividades y me puedo vomitar.
—Cómo tu digas—cuando termina se toma las pastillas, le hecho las vitaminas para que las tome después, la dejo que se vaya a lavar los dientes y le pinto los labios con un negro decente.
—Tómame una foto—me entrega el teléfono mientras se ve una y otra vez en el espejo grande de su cuarto. Sonrío por verla tan feliz.
—Sonríe Maddy—acomoda una mano en su cadera y se ve super coqueta. Le tomo como cuatro fotos y después de verlas agarra su bolso feliz. Es negro, todo lo hecho en un bolso de ese color—Lista—peino mi cabello un poco, no me va a dar tiempo de alistarme mucho, por lo que agarro unos lentes de sol y una gorra, me hago una coleta y me pongo ropa Sport.
—Creo que no se me queda nada—dice—Le dices a Papá que lo amo demasiado.
—Si mi amor no te preocupes—agarro las llaves cuando ella me las pasa y después de asegurarme que todo este bien salgo de la casa con ella a mi lado. Abro la puerta trasera del Land Rover para ayudarle a subir y le dejo el bolso a la par. Luego me subo en mi lugar y abro la ventana mientras arranco el auto y empiezo a conducir.
—Te vez guapa como conductora—la veo por el retrovisor.
—Gracias peque...hermosa mariposa—me corrijo.
—¿De qué querías hablar conmigo Hermione?—quedó sorprendida cuando dice eso, me agarro desprevenida.
—Oh Maddy, creo que ahorita no me va a dar tiempo de decir todo lo que tengo que decirte.
—Quiero saber—insiste. Yo trago grueso y se que no me puedo quedar por mucho tiempo callada porque me va a preguntar por mi silencio.
—Bien yo...—pienso tratando de buscar las palabras indicadas—Estuve hablando con tu Papá y le dije que...estoy dispuesta a recuperarlos a los dos, porque aunque quiero recuperar a tu Papá, quiero tenerte a ti también Maddy y...—suspiro—Quiero cambiar y ser una mejor persona para ti, no te voy a obligar a que me aceptes, si no lo quieres hacer estas en todo tu derecho, solo que ya he perdido mucho tiempo.
》También quería decirte que si en algún momento necesitas algo, yo voy a estar para ti, por ejemplo con lo de hoy, siempre que quieras puedes decirme porque soy tu Madre y quiero tener esa obligación y privilegio de ayudarte—me parqueo cuando llegamos al kínder y me doy la vuelta mientras me quito los lentes de sol—Mira princesa—le agarro la manita, ella me ve atentamente con esos lindos ojos verdes—Perdóname mi niña por todo lo que hice...perdóname por irme y dejarte así tan pequeñita, perdón por tus problemas de salud porque se que es culpa mía—ahí se me quiebra la voz y me cuesta hablar.
》Perdóname por no estar contigo en tus malos y buenos momentos, también siento mucho haberte mentido y no decirte que yo era tu Mamá—se le ponen los ojos llorosos y me obligó a aclararme la garganta—No llores bebé se te va a arruinar el maquillaje.
—Lo siento es que...—se quita la lágrima antes de que caiga por su mejilla—Te espere por mucho tiempo.
—Y prometo que nunca más me voy a ir, siempre voy a estar aquí.
—¿De verdad nunca te vas a ir?
—No, nunca.
—¿Ni aunque las cosas se pongan muy mal?
—Nunca, pero nunca Maddy, ustedes son mi familia y los amo a los dos—ella sonríe.
—Te vi besando a Papá ayer en la casa de Pierce—me muevo inquieta en mi lugar. Eso fue antes de venirnos—¿Verdad que están juntos de nuevo?
—Si, creo que si pero...—guardo silencio por un momento—Tu Papá no quiere que nadie lo sepa todavía.
—¿Por qué?
—Porque a tu familia no les va a orgullecer eso.
—Pero si ellos ya sospechan, escuche a la tía Astrid y a mi Abuela Aída—tengo que esconder mi sorpresa.
—Aún así trata de no decirlo mucho porque tu Papá me lo pidió y puedo tener problemas con él.
—No me gusta cuando se pelean—dice con tristeza.
—Voy a tratar de no pelear más con él—ella me sonríe—Ya es hora de que entres, se te va a ser tarde, ¿Vamos?—ella asiente. Yo me bajo del auto después de ponerme los lentes de sol y abro la puerta mientras le ayudo a bajar.
Tomo su bolso y empezamos a caminar hacia la entrada de la escuela. Varias personas se me quedan viendo, unos normales, otros con miradas juzgonas y otros simplemente sorprendidos seguro por no ver a Aydan.
—Buenos días—me dice la profesora de Madison y no le hago bonita cara porque ella no me la hace a mí, solo disimula por Madison—Hola princesa, entra tus compañeros están en el aula—ella se vuelve hacia mí, yo me agacho y la abrazo, luego me da un beso.
—Chao, le dices a Papá—me susurra lo último, yo le giño el ojo y beso su mejilla. Cuando me aseguró de que esta adentro, borro mi sonrisa de manera automática.
—¿Usted tiene permiso para dejar a Madison en el centro educativo?
—Soy la Mamá profesora, por supuesto que la tengo, ¿Algún problema?—me ve de pies a cabeza.
—El señor Aydan siempre viene por Madison y ahora en la salida voy a tener que asegurarme de que lo que usted dice es cierto porque nunca a venido nadie más a excepción de sus tías.
—O sí no se preocupe—me le acerco a propósito con descaro. Es una enana—Voy a hablar seriamente con mi esposo...—recalco la última palabra logrando que ella quede más sorprendida—Para que esto no vuelva a pasar—le dedico una mirada de asco—Ahora si no le importa, tengo que irme—me doy la vuelta y me vale mierda la cara de todos los adultos que van a dejar a sus niños a clases.
Me caga la gente así, realmente la detesto. Ahora lo único que me queda es explicarle a Aydan lo que paso, tiro la puerta del auto y aceleró a toda velocidad porque se que lo deje mal en la casa y que tengo que ir lo más antes posible a ayudarlo. Aceleró el auto y conduzco a toda velocidad hacia la mansión.
Realmente me esfuerzo por llegar rápido. Parqueo el auto donde va y me bajo rápido. Abro la puerta rápidamente y dejo las llaves en la mesa mientras subo a toda velocidad las gradas. No tengo mensajes de Harmony ni de Kayleth y es porque fijo siguen durmiendo solo son las 7 y 20 de la mañana. Cuando entro a la habitación, lo encuentro en la misma posición donde estaba cuando me fui.
—Aydan—lo agarró con cuidado por la cabeza, está hirviendo. Aprovecho que abre un poco los ojos—Ayúdame a llevarte al baño—él es más grande y músculo por lo tanto para mí muy pesado. Se queja cuando lo obligó a levantarse.
—¿Qué paso?—balbucea un poco. Agarro su brazo y me lo pongo en mis hombros. Él me ayuda pero no mucho.
—Tienes calentura Aydan, no sé por qué te enfermaste así—estoy enojada porque antes de que se metiera conmigo a la ducha venía empapado, anoche llovió mucho y no se que hacia afuera lo peor es que él es asmático—¿Qué hacías afuera ayer Aydan?—ni siquiera me pone atención. Tengo que agarrarlo rápido cuando se va de lado porque lo senté encima de la tapa del imnodoro—Walsh.
—¿Qué quieres nena?—susurra con debilidad.
—Voy a meterte en la ducha para que se te baje la calentura—él se ríe un poco cuando digo eso. Antes de que pueda caminar hasta ahí, me hala de la cadera con fuerza.
—No quédate aquí—acuesta la cabeza en mi pecho.
—Necesito llenar la tina.
—Mejor ayúdame con esto—pelo los ojos cuando me pone la mano encima de su bóxer donde esconde una enorme erección.
—Para eso si tienes fuerza, ¿Ah?—hablo con incredulidad. Mientras él intenta dormirse en mis tetas, enojada me estiro un poco para agarrar el termómetro. Suelto una pequeña risa cuando no se como saca mi pecho y se mete el pezón en la boca—Aydan—me quejo. Ahora peleo porque me suelte—Oye se supone que estás enfermo y que no tienes fuerzas.
—Que rica mamacita—succiona con fuerza logrando que se me caiga el termómetro al suelo.
—Ya basta—suelta una carcajada ronca. Me cubro antes de que vuelva a hacer lo mismo y junto de nuevo el aparato que necesito para ver cuanta fiebre tiene—Abre la boca, de verdad tengo que ayudarte—le digo. Me hace una mirada pícara y después hace caso, no puedo evitar sonreír. Cuando suena me apresuro a fijarme y si quedo sorprendida al ver el enorme 39—Ven—Lo halo del brazo y le ayudo a llegar a la tina, abro el tubo y agradezco que solo ande un bóxer porque no tengo que quitarle toda la ropa.
—Entra—me aseguró de que el agua esté fría. Él me ve con una ceja arqueada.
—Quítamelos—primero quedo confundida pero después se a lo que se refiere. Bajo la mirada hasta ahí.
—No puedo creer que esto te excite Aydan—cuando me le acerco para quitarle el bóxer, me agarra con fuerza por la cadera y le siento todo cuando me aprisiona contra su verga.
—Follemos.
—No Aydan, estás enfermo.
—Aburrida—susurra en mi oído. Ruedo los ojos y le quito el bóxer tal y como él me dijo. No soy de piedra y menos con este hombre así de cachondo, obviamente que ahorita mismo estoy deseando que me haga de todo, pero en esas condiciones no podemos.
—Ya entra—se deja caer en la tina logrando que me salpique y que quede empapada—Aydan Walsh—grito enojada.
—Cállate—ahogo un grito cuando tira de mi brazo. Caigo en el agua y más me enojo porque andaba hasta zapatos.
—Eres idiota—sigo gritando.
—Yo te quito todo relájate—me da un beso en la espalda y de verdad no se si matarlo o besarlo. Le estoy dando la espalda, solo siento los besos y como sube mi blusa con debilidad para quitármela. Cierro los ojos cuando llega a mi cuello y besa mi piel—Eres tan perfecta—lo ayudo a sacarme la blusa y él no pierde el tiempo porque me quita el brasier con rapidez.
—No vamos a hacer nada ahorita Aydan—lo digo pero mi cuerpo no me ayuda, no me quiero alejar. Me quito las tenis sin alejarme mucho de él y me doy la vuelta—Tienes las mejillas un poco rosadas, pero te ves un poco mejor.
—Tu eres mi medicina muñeca—Abre mis piernas y me hala de los muslos. Quedó subida en sus regazos. Le tocó la frente, está menos caliente y ya se está poniendo un poco más frío.
—Hoy es Halloween, te tienes que sentir mejor para la cena de la noche.
—¿Halloween?—dice con confusión. Me está viendo toda la cara y yo no me quejo de la vista que tengo. Aydan desnudo con solo la espuma que lo cubre un poco, mis manos alrededor de su cuello y las de él en mi trasero, sin contar el flequillo del pelo que le pega en la frente, se ve demasiado sexy.
—Si, ya lleve a Madison al Kínder—frunce más el ceño y puedo leerle en el semblante que de verdad todavía se siente mal. Está tipo...cargando, 1, 2, 3, en proceso, analizando lo que dije—Anoche saliste tardísimo y estaba lloviendo, ¿Qué estabas haciendo?—lo regaño—Hoy iba vestida, se veía hermosa.
—¿Cómo?—dice con confusión.
—La lleve al kínder Aydan, tuve que inventar una pequeña mentira porque la profesora me dijo que no tenía autorización para llevar a Madison a clases.
—¿Tu llevaste a Madison al kínder?—reacciona por fin.
—Si.
—Mierda—se desordena el pelo.
—Tranquilo ella está bien, le prepare el desayuno y la merienda.
—Eso nunca había pasado, me cago en todo—maldice como tres veces.
—No es tu culpa amor, no te sentías bien—cuando digo eso me ve directamente y no se donde meterme—Lo siento...¿Te molesta que te diga así?—solo me observa en silencio, pero después me agarra del cuello para acercarme a su boca.
—Gracias por preocuparte por Madison—sonrío. Me acerco más a él y le doy un beso, Aydan lo profundiza metiendo la lengua en mi boca. Aprieta mi culo con sus manos y baja mi pantalón junto con las bragas—Es la segunda vez que te digo que no te disculpes por eso—me acuesta en la tina y termina de quitarme todo—Eres mi chica, dime como quieras—gimo cuando agarra mi labio entre sus dientes y muerde suavemente.
—¿Te sientes mejor?—el agua esta fría y la necesitaba así para que la fiebre desaparezca.
—Si preciosa, gracias—me da un picó rápido en los labios—Tu traje de Halloween está en mi cuarto, te lo compré junto con el mío hace unos días.
—¿Y qué es el disfraz?
—Nos vamos a vestir de vampiros—anuncia mientras ve mi vagina con fascinación. Se supone que no vamos a follar pero en la posición en la que estamos y la verga de Aydan erecta rozando mi sexo, lo dudo mucho.
—Eres un romántico—sube la mirada hasta mis ojos.
—Recuerda, yo soy el que te ayuda a elegir la ropa y el mismo que te la quita nena—Amo cuando se pone todo mandón.
—Nunca me olvido de eso mi amor—sonríe cuando digo lo último e incluso siento como el agarre en mis muslos se vuelve más intenso.
—Quiero follarte.
—No mejor en la fiesta de Halloween—le guiño el ojo y me enderezó antes de que me meta el pene. Literal está a nada de hacerlo, lo conozco muy bien—¿Te sientes mejor?
—Si—dice de malhumor.
—¿Por qué te enojas?—me le guindo detrás de la espalda.
—Me duele la verga—empiezo a reírme sin poder evitarlo.
—Voy a terminar de bañarme y me visto porque tengo que preparar la cena de ahora y ver a mi hermana y a Kayleth—me doy la vuelta mientras me baño. Siento su espalda junto con la mía, él también se asea.
—¿Qué te dijo la maestra de Madison?
—Se puso a pelear—escucho silencio de su parte—Sabes que no tolero que me juzguen con la mirada ni que me señalen como una cualquiera y me defendí, no considero que de una manera irrespetuosa, solo que dijo cosas que no me gustaron—siento como se da la vuelta. Yo paso la esponja en mis brazos y me vale mierda si me caga por eso.
—¿Te defendiste?—repite.
—Si—me quita la espuma rosa con brusquedad, quiero reclamar pero entonces él me la pasa por la espalda.
—Esa es mi chica—frota mi espalda con cuidado y tengo que admitir que quede un poco confundida.
—¿Por qué te alegras por eso?
—Porque yo me enamore de una mujer que no se deja de nada ni de nadie, que siempre se defiende y que tiene los ovarios para poner en su lugar a cualquiera que se meta contigo o con las personas que más amas—besa mi hombro—Te juro que cuando llegaste, ya no te reconocía porque aunque quieras cambiar, no significa que tengas que dejar que los demás te hagan daño Hermione, me encanto tu carácter y no quiero que lo cambies nunca, ¿Está bien?
—Está bien—le sonrío. Él se termina de duchar y sale primero. Me quedo por unos segundos pensando lo que me dijo. Antes era muy mala, pero es cierto, querer defenderme no significa nada malo y yo no soy perfecta pero si puedo ser bella en otros sentidos, sin lastimar a los que no me lastiman a mí.
Termino de bañarme y salgo. Abro el ropero de Aydan, él no está. Saco mi traje y me quedo sorprendida por lo que veo. Encuentro unos ligeros, unos son rojos y otros negros, pero me gustan más los rojos. Me hecho cremas para hidratar la piel y el desodorante, luego me pongo el liguero que trepa hasta arriba junto con el brasier, es super expuesto y si me los compro es porque quiere que los use toda la noche.
Agarro el vestido que es negro con unos simuladores de sangre que caen por el vestido corto y volado. Tengo que admitir que tiene unos gustos increíbles. Me lo pongo con una cara de felicidad y agarro los tacones que están aun lado de todos sus zapatos y me los pongo. Son rojos y combinan con mi liguero.
Canino hacia el espejo y suelto mi cabello, lo seco y no me tengo que pasar la plancha porque soy muy lacia. Agarro pintura y me pinto los labios rojos mientras dejo que una mancha falsa de sangre caiga por la boca. Me pongo lentes de contacto rojos y pinto mis ojos de color negro junto con un poco alrededor. Termino con unos colmillos falsos que me dejo Aydan en la cómoda.
En el baño hay una cómoda, no me explico porque Aydan tiene esto aquí si claramente él no se pinta, pero bueno. Salgo de la habitación para caminar hacia la de Harmony. Cuando abro la puerta ella brinca en su lugar, yo me quedo sorprendida por no verla en la cama.
—Hola—le digo. Ella camina de regreso hasta su cama pero solo se sienta.
—Qué guapa que te vez, feliz Halloween—sonrío adentrándome a la habitación.
—¿No vas a bajar a la cena verdad?
—Sabes que no—suspiro con tristeza y camino hasta ahí, luego tomo asiento a su lado y la abrazo.
—No quiero que te quedes toda la noche aquí.
—Va a venir él, ¿Verdad?
—¿Quién?—digo confundida.
—Parce—la veo con asombro.
—¿Cómo lo supiste?
—Los escuché hablando ayer después de que vinieron, Aydan decía que Parce quería verme, pero yo no quiero verlo a él.
—Dijo que quería disculparse contigo—ambas guardamos silencio y no es cómodo, por lo que empiezo a hablar—¿Ya tu tomaste una decisión?
—Si—habla suavemente—Él no tuvo la culpa pero no quiero que se me acerque y tampoco verlo—asiento lentamente.
—Entiendo.
—¿Estás bien?
—Si, solo que se que tu no lo estás—ella se pone de pie y como es bajita, no tengo que alzar mucho la cabeza para verla, ya que yo si sigo sentada.
—Hermana, yo se que me voy a recuperar, solo que ahorita no me siento del todo bien para salir de aquí.
—Si, ¿Pero cómo voy a celebrar yo sin ti?
—Diviértete, voy a ver películas de miedo y cuando todos se vayan te prometo que voy a ir a tu cuarto y vamos a dormir juntas.
—¿En serio?
—Lo prometo—me ve con una sonrisa—Te vez muy espantacular—finge voz de fantasma y eso me hace reír.
—Te quiero hermanita.
—Yo también—le beso la frente.
—Ahorita te subo el desayuno.
—Si—después de sonreírle de nuevo, salgo de ahí. Empiezo a caminar pero me asombro cuando lo veo saliendo de su cuarto.
—Kay—lo veo con horror.
—Hola muñeca, ya puedo caminar normal—diría que es sorprendente el outfit de Kayleth, pero siempre anda ropa negra, entonces no me extraña.
—Me alegra que estés bien.
—Te vez...—me ve de arriba a bajó y luego agarra mi brazo y me obliga a subirlo para que de una vuelta. Me río un poco por la cara de exageración que hace—Whoau coqueta, te vez espectacular.
—Gracias.
—¿Ya tu novio te vio?
—No, desapareció cuando salí del cuarto.
—Pues déjame decirte que si es un maldito celoso, hoy va a ser peor—me hala del brazo para que bajemos las gradas.
—Creo que si me veo bien.
—Hermosa—llegamos a la sala. Tampoco está aquí—Déjalo chica, ahorita aparece—abre la refri y saca una manzana—Yo ya me tengo que ir.
—¿Qué? No—digo con horror.
—Voy a regresar a mi vida normal linda y a mi casa, si quieres ir en algún momento o invitarme a venir, no me enojo.
—Pero Kay, no quiero que te vayas—hace un puchero.
—Aydan y tu merecen más privacidad y yo tengo que volver al bar, le apuesto que más de un idiota intento robarme dinero.
—Kayleth—digo sin ganas.
—Voy a venir para la cena de la noche con mi disfraz, ¿Vale? Además lo siento pero estar encerrado no es lo mío—forma una mueca de asco—¿Tienes cigarros?
—No, me estoy cuidando para la operación de Madison.
—Después me hablas de ese tema.
—Bueno—me hala del brazo. Yo lo abrazo fuertemente y de verdad espero que no le pase nada malo porque ya estoy traumada—Cuídate por mí Kay.
—Si coqueta no te preocupes y cuando Harmony este mejor la voy a ir a ver, no creo que ahorita quiera recibir a nadie.
—Si, estás en lo cierto—besa mis labios con rapidez—Si sigues haciendo eso...
—Ni que fuera estúpido para hacerlo en frente de Aydan, además ese es nuestro saludo, chao bella—no me deja decir nada porque abre la puerta con rapidez. Escuchar a Kay diciéndome cumplidos, es lo más normal o que siempre me diga todo menos Hermione, siempre dice Bonita, bella, coqueta, reina, Hermy o alguna cosa que se inventa de la nada.
Toda la tarde me entretengo en la comida, incluso le llevo el desayuno a Harmony y como también, Aydan no se aparece en todo el rato y se que está trabajando. Después como a las 12 de la tarde empiezo a hacer la comida y literalmente termino a las dos.
Subo a retocarme el maquillaje y mientras ellos regresan ordeno un poco y acomodo las calabazas afuera de la casa junto con las linternas que las enciendo apenas anochezca.
—Qué lindura—me susurra en el oído. Cuando me doy la vuelta me analiza de pies a cabeza y es lo mismo que hago con él. Trago grueso porque ahora la que está caliente soy yo. Se ve demasiado perfecto y amo el porte de malo que tiene, los colmillos y los lentes de contacto rojos lo hacen ver...ufff.
Anda una capa negra junto con un conjunto del mismo color y al igual que mi vestido tiene un simulador de sangre. Sus hebras castañas las alboroto más y puedo notar el leve color negro que lo hace ver como un chupasangre malvado.
—Ok...¿Cómo se supone que me voy a aguantar hasta la noche?
—Te pusiste el liguero—se abre un poco la camisa y me enseña los colmillos mientras camina hacia mí provocativamente. Parece un cazador preparado y se ve demasiado perfecto.
—Te vez guapísimo—me da un beso en los labios.
—Ven aquí Golubev—tira de mi brazo y me arrastra hasta el patio trasero. Cuando llegamos me sorprendo por ver un mercedes-Benz de color negro en el patio junto con el Land Rover.
—¿Te compraste auto nuevo?
—Ya me estresaba tener solo uno, aparte que necesitas tener tu propio auto—me entrega las llaves y literalmente me quedo en shock pasando la mirada en el auto y luego en las llaves de nuevo.
—¿Qué?—susurro.
—¿Vas a quedarte ahí? Tengo que ir a recoger a Madison—abre la puerta del auto y se sube dejándome más atontada. Ni siquiera se subió de Piloto.
—¿Estás loco?—le digo cuando subo—¿Cómo me vas a dar este auto a mí?
—Nena yo me puedo comprar otro cuando se me pegue la gana y te voy a dar este porque quiero y ya, ahora apúrese porque a la vuelta manejo yo—sonrío feliz y después de arrancar el auto, aceleró llena de felicidad, incluso ahogo un pequeño gritito.
—Gracias Aydan, estás loco pero gracias—la risa llena de maldad me hace volverlo a ver pero se hace el loco y tengo que fruncir el ceño extrañada. Vamos en silencio hasta que al señorito se le ocurre poner la mano en mi pierna y alzarme el vestido—Walsh estoy manejando—me río un poco.
—¿Cuándo estrenamos el auto con una buena follada?—ruedo los ojos—Todavía me faltan muchas posiciones muñeca y quiero una en específico.
—Andas con las hormonas alborotadas.
—Eres la principal responsable—me deja de manosear cuando llegamos—Ya vengo—me agarra rápido y deja un beso en mi boca antes de bajarse. Chupo mis labios con una sonrisa y lo sigo con la mirada.
Se supone que yo me iba a bajar por Madison pero algo me dice que esa profesora metiche le va a decir lo que paso en la mañana. Observo a los niños yéndose con sus padres y luego sale Madison con el mismo grupito de amigas de siempre. Analizo a la profesora, la malnacida se sonroja cuando Aydan saluda. Alza a Madison que se lanza en sus brazos y le da un beso. Se que como siempre Maddy le esta diciendo muchas cosas y me enojo más cuando esa doña lo agarra del brazo, ¿Qué se cree?
No lo pienso más, me bajo del auto y me pongo lentes de sol, formo una sonrisa falsa porque más de uno se me queda viendo. Camino hacia ellos, la profesora me vuelve a ver y quiero borrarle la maldita sonrisa de pendeja que tiene en la cara.
—Hermione—se baja de los brazos de Aydan y viene corriendo hacia mi.
—Hola Princesa—la alzo y juro que por un momento se me olvido el enojo. Ella siempre que me ve hace esto y no lo había vuelto a hacer, me siento privilegiada—¿Cómo te fue?
—Bien, me premiaron por ser una de las mejores que fue disfrazada—me enseña la medalla, quedo en segundo lugar—La medalla del primer puesto se la gano un amigo y yo la segunda, una de las niñas que me cae mal le toco la número 3.
—¿Por qué te cae mal?
—Siempre me molesta, era una de las niñas que me decía que...yo no tenia Mamá porque nunca me quiso.
—¿Y esa niña sigue aquí?—empiezo a ver a mi alrededor.
—Si es la que me está criticando allá—es una mocosa pelinegra con el pelo abombado y vestida de bruja y esta rodeada de varias niñas.
—Y le va el porte—Madison se ríe cuando digo eso—Mira si esa mocosa te vuelve a molestar, me avisas que voy a ser la primera en venir a hablar con tu profesora.
—Ella le tiene miedo a mi Papá.
—Tal vez porque sabe que esta comportándose mal contigo—Maddy asiente mientras la ve directamente—Nunca dejes que se burlen de ti Madison, tienes que aprender a defenderte, es mejor caer más mal por defenderse que salir peor por no intentarlo, no le de el gusto.
—Si—es lo único que dice. Ella me pide que la baje y sale corriendo donde una de las niñas que siempre pasa con ella. Vuelvo a ver hacia donde Aydan y la profesora. Walsh solo la escucha mientras literalmente la ultima me señala con la mirada. Camino hasta ahí y me pongo a la par.
—¿Todo bien?
—Si, le estaba explicando a Gabriela que tu eres la Mamá de Madison y mi esposa—con lo último me vuelve a ver con una mirada de, "me vas a tener que explicar eso después" Le quito la mirada un poco incomoda.
—Ahora se que Madison tiene Mamá, no estaba informada de eso—la sonrisa hipócrita le brilla en la cara, yo a diferencia de ella estoy muy seria.
—Si y le voy a decir algo, independientemente de queno allá sabido nada y que no pueden dejar que los niños se vayan con extraños, no tienes porque señalar a mi esposa de esa manera.
—Pero...
—Podía ser amable con ella y después llamarme por teléfono consultándome si ella podía traerla o llevársela, no actuar de esa manera, disculpe pero da mucho que desear y otra vez que vuelva a pasar esto, voy a hablar con el director, buenas tardes—me agarra de la mano y ahí si se me sale una sonrisa.
—Mira mi medalla Papá, "Por ser uno de los mejores disfraces de Halloween"
—Felicidades hermosa mariposa—ella se sonroja cuando Aydan le giña el ojo. La alza mientras caminamos de regreso al auto.
—Whoau que bonito Papá.
—Es de Hermione—ella se sorprende más. Yo todavía no me explico porque me regalo un mercedes-Benz. Está vez el me abre la puerta de copiloto, tal y como me dijo, él va a conducir de regreso. Subo primero, luego sube a Madison atrás en su silla nueva y le pone el cinturón. Mientras da la vuelta bajo la ventana y observo a la profesora de Maddy que está echando humo. No puedo evitar sonreír con satisfacción, hasta le guiño el ojo.
"Eso es para que sepa que nadie se mete conmigo"
...
—Hola—le sonrío a Laura y le doy un beso. Tiene un traje de Ángel, atrás viene Ulises con uno de diablo y juro que me derrito cuando veo a Gael y a Bryan que entran corriendo a la casa. Están vestidos con trajes de pitufos.
—Se ven hermosos—le digo fascinada.
—Los eligieron entre los dos, les encanta ver eso—observo a Collins y Abdón que ingresan también a la casa y es tan incomodo porque no se si saludarlos o no. Ellos andan vestidos igual que Gael y Bryan, son Papá pitufo y Collins por alguna razón vino de pitufina.
—Hola niña—me saluda Doña Marta.
—Un gusto verla señorita Marta—me rio un poco al ver su disfraz de monja.
—Supongamos que lo soy—me pega un manotazo. Me recuerda tanto a Leonor.
—Con permiso que viene la más sexy de todas—entra Astrid. Ella es Alicia, la misma del país de las maravillas. Luego entra Uma, esta vestida de Annabelle y me río porque si le va el porte.
—Estás son las mejores galletas—observo a los niños que ya empezaron a comersen las golosinas que les deje en la mesa. El que más disfruta en silencio es el pequeño Gael, son tan tiernos.
—¿Kay va a venir de Chucky?—bromeo. Uma no hace bonita cara, solo se va a sentar al sillón. Busco con la mirada a Aydan pero lo veo afuera hablando con Pierce. Dejo a los demás adentro y camino hasta ahí.
—Hola Pierce—lo saludo. Él me sonríe, no viene disfrazado y la verdad no espere a que viniera con uno si ni siquiera se ve feliz.
—Hola.
—Ya hable con Harmony—les digo a ambos sin rodeos—Y dice que va a decir la verdad, que no fue tu culpa—él baja la cabeza y traga grueso.
—Distraigase un poco, vamos—lo invita Aydan a pasar. Al principio él duda pero después camina hasta la casa.
Parte 2 de Halloween en el próximo capítulo, espero lo disfruten.
🎃
C
HALETO
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