Fifty Five
Parte 2.
Especial Halloween.
HARMONY
Veo con cuidado por la ventana de la casa. Afuera hay muchas personas, está toda la familia de Aydan y aunque quisiera bajar, se que no voy a poder.
Desde hace rato estoy aquí ya son las 11 de la noche, los niños ya andan con sus calabazas recogiendo dulces y los Papás de Aydan están bailando en el patío mientras disfrutan de la música.
Vuelvo a la cama y me dejo caer en está mientras apago el tele. Extraño mi vida de antes, quisiera que todo siguiera igual...como por ejemplo cuando todos estábamos juntos, es cierto que yo estaba muy pequeña pero aún recuerdo a mi Mamá o a Papá cuando llegaba después del trabajo a contarme cuentos para que me durmiera. La Abuela cocinando siempre para todos y Hermione trabajando para después llegar a casa junto con Aydan a almorzar. Recuerdo que todo era tan hermoso...pero eso se acabó.
Todo mi mundo se vino al suelo cuando tuve que alejar a una persona que le tenía mucho aprecio solo por amenazas de una mafia que ni siquiera conocía y es tan injusto porque no eran ni siquiera problemas míos. Aleje a Matt de mi vida, tal vez ya no lo quería como pareja pero si deseaba que fuera un gran amigo como lo es Kayleth con nosotras. Leonor no merecía morir así, no tenían porque molestarme, nunca les hice nada malo.
Todos los días me baño sin verme al espejo, paso horas tratando de no sentirme asqueada, pero no logro sentirme bien y es tan desesperante. Recuerdo la mirada de todos esos hombres, por más que grite y quise defenderme, no pude hacer nada, soy una inútil. Odio ser mujer por eso, tal vez si fuera hombre no hubiera tenido que pasar por está pesadilla. Cuando me llegaban amenazas, creí que solo se iban a quedar en eso, amenazas, pero no les fue suficiente con eso. Me hago bolita en la cama, es que, no soy capaz de salir de aquí y Aydan ya me ofreció pagarme una psicóloga para que me ayude, pero no quiero hablar de esto con nadie.
No es un tema que simplemente puedo borrar de la noche a la mañana y aunque ya a pasado un tiempo desde que paso esto, simplemente no es fácil. Me dolió mucho, fue horrible y lo peor es que no sé porque tenia que ser precisamente con el entrenador Pierce, yo le tenía cariño pero simplemente no puedo eliminar las imágenes que se vienen a mi cabeza de la nada.
Ya he llorado tanto que solo siento miedo, pero no lloro y creo que es peor sentirse mal pero no poder llorar. Se que tengo que trabajar en esto, necesito una vida normal como la de antes, lo peor es que nada está bien y de verdad me gustaría que pasara algo lindo para olvidarme un rato de todo, como un día que Madison me vino a visitar, fue tan bella.
Se que mi hermana está más feliz, la escucho conversando muchas veces con Madison en el pasillo o esas risas nerviosas que aparecen cuando está con Aydan. Me alegra mucho por ella y realmente no quiero arruinarle el momento, siento que estoy siendo un estorbo. Ya no la he vuelto a escuchar quejarse de la familia Walsh. Camino hasta mi cómoda, tomo el cepillo y trago grueso cuando veo mi perfil en el espejo.
—Estoy horrible—susurro. Todavía tengo cicatrices en el cuerpo, puede sonar estúpido pero me duele orinar, me doy asco, me siento fatal. Cada vez que me veo en un espejo me siento peor y puedo comprender más a mí hermana cuando pasó por esto. La única diferencia es que ella no dejaba que nadie entrará a la habitación, ni siquiera Mamá y más de una vez intento suicidarse.
Camino hasta mi mueble y agarro una manta para tapar el vidrio. Realmente no me quiero ver. Las cortinas están cerradas, se que todo se ve oscuro, tampoco puedo dejar que las ventanas estén abiertas, porque pueden regresar por mí y no quiero eso. Observo a mi alrededor y tomo asiento en la cama.
"Necesito paz"
Agarro la almohada y la aprisiono con fuerza. Se que todo va a estar bien, lo sé. Tengo a mi hermana, a mi sobrina, a Aydan, a Kayleth...voy a estar bien. Cierro los ojos tratando de pensar en otra cosa...como, ¿Cuándo voy a volver a clases, será que me extrañan? Ya me han ofrecido usar la computadora y el teléfono pero me da miedo usarlo, solo los tengo en el escritorio pero es una tortura verlos todo el día ahí.
Mis amigas se que han intentado contactarse conmigo pero obviamente que no saben donde buscarme, ya no vivo en el mismo lugar. A veces quiero regresar a clases de nuevo, pero se que me voy a arriesgar a mucha cosas y...hasta que no los atrapen no voy a salir de aquí. Brinco en mi lugar cuando escucho golpes leves en la puerta.
Frunzo el ceño y tengo miedo porque mi hermana siempre entra y ya. Aydan siempre pide permiso para poder pasar y Madison hace ruido desde que está subiendo las gradas. Trago grueso y extrañada camino hasta la puerta.
—No abras—pelo los ojos y doy un paso hacia atrás. Es él—Se que la puerta no tiene pestillo, pero no voy a entrar...tranquila—mi corazón empieza a latir muy rápido. Las ganas de llorar me traicionan, es automático no puedo evitarlo y el miedo me deja quieta en mi lugar. Escucho silencio, pero se que sigue ahí y me tengo que tapar la boca con las manos—Necesito decirte algo—su voz se escucha diferente cuando dice la última palabra y a pesar de todo no puedo evitar no sentir miedo y curiosidad al mismo tiempo.
》Si te molesto, puedes decirme, ¿Ok?—me pongo a un lado de la puerta. La última vez abrieron y no quiero que vuelva a pasar lo mismo...no puede volver a pasar eso de nuevo—Tranquila ¿Si?—mis manos tiemblan tanto y las piernas también, no puedo calmarme—Se que no a pasado mucho tiempo, que todo es muy reciente, que la estás pasando mal y...lo siento mucho—cuando se le entrecorta la voz, observo la puerta con curiosidad—Me siento muy mal por lo que hice, se que fui muy estúpido y lo lamento mucho, porque se que no tenías la culpa de nada.
》Quiero pedirte que por favor no dejes que esto te arruine la vida Harmony, eres muy joven y se que eres fuerte y que vas a salir de esto pronto—pego la oreja en la puerta porque está hablando más bajo—Tal vez no me estés escuchando pero...quiero que sigas siendo alegre y esa adolescente feliz que siempre le ayuda a los demás porque tienes muchos talentos, una vida por delante, una familia que te quiere, por ejemplo tu hermana y tu otro hermano o el chico que te iba a recoger a veces...tienes que salir y volver al instituto.
¿Está hablando de Matt? Si supiera que ya no estoy con él...que por culpa de todo esto perdí todo vínculo con él. Me pongo de lado para escuchar que más quiere decir, pero escucho tanto silencio que por un momento pienso que ya se fue.
—No creo que pueda—pienso. Y es la verdad, ya nada va a ser igual.
—Por mí no te tienes que preocupar—abro los ojos como platos cuando dice eso...pensé en voz alta—Me voy a ir para que puedas seguir estudiando y...después del juicio depende a lo que pase, también me voy a mudar de casa y se que así vas a estar tranquila—empiezo a llorar de nuevo y está vez me cuesta retener los sollozos. Me doy la vuelta tratando de no hacer bulla...pero me cuesta mucho porque duele demasiado saber que está detrás de esa puerta.
Yo le tengo admiración a Parce, es un buen profesor, el mejor que he tenido de natación y aunque es joven, tiene mucha experiencia. Muchas veces me a ayudado a nadar, me perdona mis llegadas tardías y a estado siempre ahí, nunca se a portado mal conmigo, lo que paso no fue su culpa.
—Harmony—lo escucho hablando y me pongo peor—Trata de no pensar en eso por favor y se que no tengo derecho de decirte eso...pero es que realmente me duele mucho escucharte—él también está llorando—Qué lo digan es doloroso pero escucharte es peor—encogo mis piernas y me abrazo yo misma. Trato de calmarme y lo logro un poco.
—Vete por favor—digo con dificultad. Solo escucho silencio pero se que sigue ahí.
—Está bien...adiós Harmony.
—Adiós—cuando lo escucho bajar empiezo a llorar de nuevo y está vez no me retengo, ¿Por qué la gente es tan mala?
HERMIONE
—Tengo cuatro de estos—Uma me enseña los vestidos negros que se compro. Me da mucha risa saber que se quiere ver guapa solo para el idiota de Kayleth y a la vez me da un poco de tristeza porque Kay solo es de sexo y ya.
—Te recomiendo que te pongas este—le digo. Estamos todos celebrando afuera pero Uma me llamo para enseñarme sus vestidos y me extraña mucho que se quiera probar algo nuevo, aunque como siempre sea ropa negra y muy...ella, lo que importa es que es nueva—Se te va a ver muy bien—la sigo ayudando ya que ella sabe que él va a venir y que todos se van hasta tarde porque están aquí.
—Voy a confiar en ti—me arrebata el vestido y se mete al baño. Salgo de la casa de nuevo con una sonrisa porque realmente me causa mucha gracia.
—La última vez le había comprado unos de Mickey mouse y se veía todo tierno—escucho a Laura reírse junto con Collins mientras observan a Gael desde lejos recogiendo dulces con su hermano y Madison.
Observo a todos en silencio. Cada uno está disfrutando a su manera, solo que no veo a Aydan por ninguna parte. Veo a mi alrededor tratando de buscarlo. Le sonrío a Laura cuando pasó por su lado, Collins solo me ve con rapidez y sigue conversando con ella. Camino hacia el patío más grande que es el trasero y cuando lo veo de espaldas hablando con Abdón, tengo intenciones de devolverme pero...
—¿Todavía la quieres?—arrugo el ceño cuando Abdón le hace esa pregunta. Se que está mal espiar pero eso me dejó llena de curiosidad. Me escondo entre un árbol mientras los observo caminando.
Escucho silencio y por un momento tengo miedo porque se que se refiere a mí. Aydan parece pensativo mientras golpea con sus zapatos las piedras.
—Tu Madre y yo sabemos que andas en algo raro y que tiene que ver con ella Aydan.
—Astrid les dijo algo—afirma.
—No fue solo Astrid—lo ve con curiosidad—Hijo Madison lo a visto todo.
—¿Madison?—está vez lo ve con extrañeza.
—Es una niña muy inteligente y lo sabes—Aydan solo asiente en silencio—¿Entonces si es cierto?—no le contesta y eso por alguna razón me pone muy nerviosa—Aydan—lo detiene para que no siga caminando—Se que en el pasado no estuvimos de acuerdo con que metieras a esa mujer a la casa, pero...
—¿Esa mujer?
—Hermione, ¿Si?—corrige. Aydan quita la mala cara y sigue con su mirada dura e indescifrable—Pero Aydan, eres mi hijo y ya estás muy viejo para saber tu mismo lo que es bueno para tu vida.
—Qué dicha que lo entendieron.
—No quiero que pelemos, solo estamos conversando porque quiero apoyarte—Aydan se echa una risa llena de incredulidad.
—¿Y yo por qué debería de creerte?
—Es en serio—rueda los ojos—¿Todavía la quieres?—guarda silencio y creí que se iba a quedar de nuevo callado pero contesta.
—Si Abdón.
—Ya por favor deja de decirme así.
—¿Cómo quieres que te diga?—lo encara con seriedad y después lo enjacha.
—Siempre he sabido que la sigues queriendo, incluso antes de que volviera te vi más de una vez pensativo y estabas fumando—pestañeo varias veces sorprendida—Cada vez que tenías problemas o pensabas en ella, tu comportamiento es el mismo, aceptas que Madison se quede a dormir en mi casa por días, te alejas de todo, pasas en silencio, incluso fumas como des...
—Que fume no significa nada Papá.
—¿Por qué es tan difícil hablar contigo?—se pasa las manos en la cara con estrés, pero Aydan es tan carevergista que no le hace caso.
—¿Y qué se supone que tengo que decirte?—se encoge de hombros—¿Preguntarte que piensas al respecto? Ya se que piensas y aun así no me importa.
—¿Y según tu que pienso?
—Qué es una puta que sólo vino a joderme la vida de nuevo y que Madison no es mi hija porque probablemente es de otro hombre.
—Olvídate de eso de verdad, me pase de idiota—lo observo en silencio. Abdón nunca a sido tan expresivo, pero si se ve arrepentido en estos momentos.
—Es como que yo te diga que Uma o Astrid no son tus hijas.
—Si ya...lo siento—guardan silencio, pero después vuelve a hablar.
—Y de verdad a veces desearía ser en parte tu hijo perfecto como Ulises, que sale con una mujer que tu si apruebas o que tiene hijos varones porque se que deseabas que Madison fuera uno.
—Igualmente adoro a mi nieta Aydan y sabes que contigo siempre he sido más dejado porque eres más maduro en otros sentidos—ambos cuando están serios se parecen más. Abdón lo vuelve a ver de reojo y sonríe de la nada—Ya tenemos la habitación donde va a estar Madison después de la cirugía, estuve hablando con...—no logro escuchar más porque se van hacia otro lado. Salgo de mi escondite y camino de regreso hacia donde están los demás.
Ulises está hablando por teléfono mientras sigue a los niños que siguen recogiendo dulces en todos lados. Collins siempre les esconde en todo el jardín dulces para que los encuentren y también los vecinos que les dan dulces al pasar por las puertas. Maddy no a dejado de sonreír y se que se está divirtiendo con sus primos y ahorita mismo veo a la pequeña Lali con un traje de conejito mientras parece muy concentrada enseñándole algo que tiene la calabaza a Gael.
Observo a mi alrededor, me topo con la mirada de Astrid que solo me ve atentamente. No es como que le tenga mucha confianza por lo que no la saludo, solo tomo asiento junto con los demás.
—Algunas veces me he preguntando si esas calabazas son reales.
—Solo unas suegra—Collins se ríe un poco porque ella las ve con el ceño fruncido.
—Me parece que es un gran desperdicio que se usen para esas cosas, los niños pueden usar bolsas.
—No sería lo mismo—mientras ella sigue peleando por eso. Laila aparece.
—Creo que ya es la hora de la cena, son las 8 de la noche—ella pone dos bandejas en la mesa.
—Voy a ayudarte—le digo mientras camino con ella a la cocina por las copas y toda la comida.
—Gracias linda, ¿Cómo has estado? No te había vuelto a ver.
—Bien, de hecho digo lo mismo, me extraña mucho ya no verte casi en la casa de Aydan—guarda silencio por un momento y después habla.
—Me aleje por muchas razones y una de esas es porque el Papá de mi hija me contacto—hace mala cara—Después de años, me lo tope en la calle y ahora pretende que le de el derecho de hacerse cargo de Lali.
—Oh—es lo único que digo.
—Tiene dinero y puede quitarme a mi hija, ¿Sabías eso?—niego lentamente—No tengo otra opción y bueno Lali sabe que él es el Papá.
—Pero Laila tu no tienes porque compartir custodia si no lo quieres y menos si Lali tampoco lo quiere, él no puede amenazarte solo por el dinero—se encoge de hombros.
—Tengo miedo de perderla.
—¿Quién sabe esto?
—Solo Aydan, se ofreció a ayudarme, pero le dije que no.
—¿Por qué?—guarda silencio y decido no presionarla, pero a pesar de todo ella me lo dice.
—Porque también quiero alejarme de Aydan—solo camino a su lado con confusión, mientras llevo vino y copas en la mano.
—¿Te hizo algo malo?
—No Hermione, no me refiero a eso—suspira con dificultad—Ya habíamos hablado de esto, solo que yo no sabía que tu eras la mamá de Madison—me tenso en mi lugar cuando recuerdo la última conversación que tuvimos. Ella me confesó genuinamente de que se estaba enamorando de Aydan—Pero oye—se apresura a decir—Tranquila, yo soy una mujer muy respetosa, jamás me metería con él.
—¿Por qué?—hago la pregunta. Todas las amigas que tuve decían algo parecido, exactamente era lo que hacían por lo que no me voy a creer si sale con esa habla de "porque somos amigas"
—Porque ese chico todavía te ama Hermione, está enamorado y meterse con un hombre así, es muy complicado—la vuelvo a ver.
—¿Cómo puedes asegurar eso?
—Porque lo observo desde lejos—se encoge de hombros—Eres muy afortunada y tienes que valorar al hombre que tienes porque cada vez que está contigo, él cambia, conmigo no es igual y además, tienen una hija en común muy linda y que creo que le gustaría verlos unidos.
—Supongo que...gracias—es lo único que digo mientras llegamos a la mesa.
—Las papas son mis favoritas chicos—escucho a Bryan hablando con los demás y me da mucha risa porque se creen muy grandes. Cuando vuelvo a ver hacia la mesa, todos están hablando y vacilando. Lo vuelvo a ver, él me está viendo directamente, se me queda viendo fijamente por un momento y después me giña el ojo viéndose como el verdadero vampiro atractivo que es. Yo le sonrío y se que me debo de ver idiota.
—¿Me puedes abrir esto?—Gael me interrumpe porque me hala del brazo.
—Claro—le sonrío, el pequeñito solo me ve con esos ojotes lindos—Ten—le devuelvo el tarrito.
—Gracias—tomo asiento al lado de Uma.
—Me hubiera gustado conseguir uno más negro, pero creo que eso no es posible—le explica Uma a Astrid.
—¿Cómo es que va a existir un negro más oscuro hermana? No creo que sea posible.
—Hermione es experta en moda por eso le pregunte y este es un negro más claro—Astrid hace cara de extrañeza pero sigue comiendo.
—¿Desde hace cuánto tiempo vives aquí Hermione?—pregunta de la nada la abuela de Aydan. Me empiezo a poner nerviosa porque toda la familia me está poniendo atención.
—No lo sé, creo que pronto cumplo el mes—ella asiente lentamente con los ojos entrecerrados.
—¿Y qué piensas de Madison, ya la niña te habla?
—Mamá—susurra Abdón entre dientes. Vuelvo a ver a Aydan porque siento esa mirada pegada en mi cara, pero la quito de inmediato porque me pongo más nerviosa.
—Si...—me muevo un poco incómoda—Gracias a Dios, creo que si quiere darme una oportunidad y yo lo agradezco.
—Pero, ¿Qué piensas tú señorita, cómo vas a enmendar lo que hiciste?
—Doña Marta—interfiere Laura pero se pone un dedo encima de los labios para que guarde silencio.
—Eh...—trago grueso—Lo hable primero con Aydan por supuesto y con Madison, creo que no sirve mucho que solo lo diga, lo tengo que hacer y bueno...no quiero volver a cometer el mismo error.
—No es como que te perdonaramos un segundo error, creo que con lo que ha pasado ya es suficiente—la señora me fulmina con la mirada y ahora se que va a interrogar a Aydan—¿Y tú?
—¿Qué?—le dice, todavía me sigue viendo y pelo los ojos porque fue muy grosero.
—¿Qué piensas al respecto semejante malcriado? Parecen ridículos no dicen nada—Aydan rueda los ojos y la vuelve a ver con cansancio. Los niños siguen jugando, no tan lejos están cerca, pero están lo suficientemente entretenidos como para escuchar.
—No puedo prohibirle a Madison nada, ella de verdad quiere conocer a Hermione y bueno ella también quiere una oportunidad—se encoge de hombros. Marta me vuelve a ver y luego a Aydan y hace lo mismo como tres veces.
—Ustedes dos están tramando algo—lo medio susurra pero literalmente todos la escucharon con claridad.
—¿Están juntos verdad?—me pregunta Collins directamente. Vuelvo a ver a Aydan, él está concentrado comiendo y maldigo internamente por no ayudarme porque se que está escuchando.
"Me las va a pagar"
Guardo tanto silencio sin decir nada porque...no puedo decir que tenemos algo serio o oficial porque creo que eso no es cierto, pero tampoco puedo decir que no porque todo está raro entre nosotros.
—¿Hermione?—susurra Uma.
—Ahorita nos estamos concentrando en Madison—Aydan por fin me vuelve a ver con una ceja arqueada y lo veo mal, ¿Qué se supone que tenía que decir?
—¿Tu piensas lo mismo?—le habla Abdón mientras le da un manotazo para que le ponga atención.
—¿A ustedes qué, si estamos juntos o no? Hay preguntas que son muy obvias—toda la familia lo observa todavía con curiosidad, él rueda los ojos cuando Ulises le hace una seña para que continue hablando—Bien...—empieza. Él está sentado enfrente mío y me dedica una mirada tranquilizadora, hasta siendo su zapato golpeando levemente el mío por debajo de la mesa—Quiero darle una oportunidad a Hermione y es un tema del que hemos estado hablando y lamento mucho si no les gusta mi decisión pero tampoco puedo ser injusto si se nota que se está esforzando por cambiar.
》Es lo mismo, como si yo me hubiera desentendido de ambas y que fuera yo el que quiere una oportunidad—se encoge de hombros—No es como que todos aquí seamos perfectos, ustedes en su momento también tuvieron la culpa porque ella no se sentía cómoda por ciertas actitudes—le tira una buena indirecta a Astrid y a Collins con la mirada.
—Respeto tu decisión—habla Ulises por primera vez—Y me pongo en los zapatos de ambos—me observa a mí y luego a Aydan—Pero, ¿Qué garantiza que lo que está diciendo es cierto? Porque usted está advertida de que no vamos a permitir que se repita una segunda vez.
—Si les hubiera querido hacer daño, lo habría hecho desde un principio, tuve muchas oportunidades para hacerlo pero aún así no quise y tampoco quiero, ni puedo hacerlo—contestó de inmediato—Ulises...las personas cambian, no todas pero yo si y veo la vida de otra manera—desordeno mi pelo producto de la ansiedad—Perdí a mi familia una vez e incluso a personas que ya no puedo recuperar como toda la familia de mi Abuela y la más importante Leonor...tengo a otra que quiero recuperar como ustedes, lo más importante mi hija y Aydan—cuando digo lo último lo vuelvo a ver.
Todos guardan silencio, Abdón asiente lentamente, Collins me ve con máxima seriedad, todos están pensativos y espero que si me den una oportunidad porque la cara analizadora de Marta me pone nerviosa.
—Yo solo tengo que decir una cosa...—la Abuela de Aydan sonríe por primera vez en toda la noche—Me alegra que no sea Iclal—varios se ríen y yo lo hago también. Él solo guarda silencio.
—Entonces—Astrid se levanta del asiento y toma la copa—Brindemos por las nuevas oportunidades, por la familia y claro...feliz Halloween.
—Feliz Halloween—todos repiten al unísono y chocan las copas. Después de eso, todos empieza a hablar al mismo tiempo, Laura con Laila y Astrid, Uma se levantó de la mesa porque Kayleth acaba de llegar, Collins conversa con Marta y Ulises. Abdón empieza a alejarse para contestar una llamada telefónica. Le doy una mirada a los niños, ellos siguen jugando.
Hace mucho tiempo no me sentía así, es muy importante compartir con las personas que quieres, se que mi hermana no va a querer salir hoy, también se que ella no está bien pero...eso es un proceso, no la puedo presionar, lo importante es que está conmigo, Pierce se fue hace un rato y lo vi incluso un poco mejor, no se por qué.
Dejo de pensar tanto cuando la música que empieza a sonar de fondo me trae miles de recuerdos. Lo vuelvo a ver de manera automática, él baja la mirada a mis labios, también siento como recorre cada parte de mi rostro lentamente, incluso entreabro un poquito los labios cuando baja a mis senos. Gianluca Grignani con historia entre tus dedos suena en el parlante...fue lo último que Aydan me canto en el oído cuando se iba a despedir de mí.
"...Te marchas, ¿y qué?
Yo no intento discutírtelo, lo sabes y lo sé
Al menos quédate solo esta noche
Prometo no tocarte, estás segura
Hay veces que me voy sintiendo solo
Porque conozco esa sonrisa tan definitiva
Tu sonrisa que a mí mismo, me abrió tu paraíso"
Bajo la mirada un momento, esa canción describe tanto nuestra situación. Cierro los ojos sin perderme ni una parte de la letra.
"Hay una cosa que yo no te he dicho aún
Que mis problemas, ¿sabes qué?, se llaman "tú"
Solo por eso, tú me ves hacerme el duro
Para sentirme un poquito más seguro"
Y si no quieres ni decir en qué he fallado
Recuerda que también a ti te he perdonado
Y en cambio tú dices "lo siento, no te quiero"
Y te me vas con esta historia entre tus dedos"
Vuelvo a abrir los ojos y lo que más me duele fue esa tarde lluviosa, él estaba afuera del hospital, a mi me dieron la salida un día antes que Madison, se que quería que me arrepintiera. Subo la mirada de nuevo y leo sus labios está cantando la parte que más me pega de esa canción.
"¿Qué vas a hacer?
Busca una excusa y luego márchate
Porque de mí
No debieras preocuparte, no debes provocarme"
Sin poder soportarlo más me apresuro a alejarme de ahí, me pongo de pie y empiezo a caminar por las aceras de la propiedad hasta salir a la calle. Vuelvo a ver hacia el cielo, hay muchas estrellas, es una linda noche y se que no me debería de sentir mal conmigo misma porque estoy tratando de arreglar las cosas.
—No es necesario que salgas corriendo—camina a mi lado y no me extraño porque si sabía que me iba a seguir.
—No estoy huyendo...solo son recuerdos feos—me agarra de la cadera para atraerme más hacia él.
—Falta poco para la cirugía de mi hija.
—Nuestra Aydan...ella es nuestra hija—lo corrijo. Siento su mirada pegada en mi rostro pero yo me hago la tonta viendo hacia otro lado.
—Vamos—me hala de la mano.
—¿A dónde?
—Al fondo del parque donde se perdió Madison.
—¿Para qué?—no me deja preguntar porque me arrincona contra un árbol. Asustada veo hacia todos lados, no se dónde estamos. Me agarra de la barbilla y pega sus labios con los míos, yo solo me quedo por un momento quedita, pero él gruñe en mi boca demandando atención de mi parte. Empieza un beso apasionado que ninguno de los dos logra controlar, su delicioso aroma me provoca una deliciosa sensación de no querer separarme, él es rápido porque deja besos húmedos por todo mi cuello.
—Eres mía Hermione, siempre...—me muerde suavemente—Mía—me alza tan rápido que apenas me da tiempo para enredar mis piernas alrededor de su cadera, él acaricia la piel de mi abdomen cuando mete las manos debajo de mi vestido.
—Nos pueden ver.
—No nos van a ver—gimo suavemente al sentir sus leves mordiscos en mis senos, estoy muy sensible. Hago la cabeza hacia atrás al sentir su lengua bajando por mi vientre y me impulsa más hacia arriba dejándome en una posición que me saca una risa.
—Me vas a votar—me pone las manos arriba de una rama gruesa que está en el árbol donde estamos.
—Primero muerto nena, confía en mi—me nalguea—Agárrese duro—mis muslos quedan encima de sus hombros pero su cara entre mis piernas. Le hago caso y observó por unos segundos mis manos, no es como que se vaya a quebrar el palo todo mi peso lo tiene Aydan, él solo quiere que me agarre de ahí para que no me de miedo estar tan arriba. Cuando empieza el escalofrió me hace temblar horriblemente. Agarra mi sexo como si fuera una manzana, literalmente no se en que momento me corrió las bragas. Empieza con los dientes, ya dije que estoy sensible por lo que siento la presión más rica y fuerte en mi clítoris hinchado.
—Dios mío, Aydan—jadeo fuertemente.
—Póngase de acuerdo nena, Dios o Aydan, soy uno y me llamo así, pero no es necesario que diga todo—quisiera decir que rodé los ojos por su egocentrismo pero es por otra cosa, si sigue torturandome así no creo durar mucho. Me aferro a la rama cuando me empieza a chupar e incluso siento como hunde dos de sus dedos—Va a ser una tortura no poder follarte durante tanto tiempo.
—¿Cómo?—quedó un poco confundida con eso, pero no me importa mucho porque en estos momentos no deja de masturbarme y no puedo concentrarme—Ay Aydan—bajo una mano hasta sus hebras. Siento como hala uno de mis labios con los dientes y mete la lengua devorandome con fervor.
Mis paredes empiezan a cerrarse, quiero gritar pero no lo hago porque no se cuánto nos alejamos de la casa. Me siento avergonzada cuando se traga mis flujos y se chupa los labios, pero se me olvida cuando sus ojos rojos conectan con los míos. Me baja lentamente porque mis piernas no cooperan y él sabe que si me suelta me voy a caer.
—¿De qué...hablas?—digo agitada. Él me observa fijamente y me ayuda acomodarme el cabello que se desordeno un poquito.
—No voy a poder follarte dentro de maso menos 4 o 6 semanas porque tiene que sanar la cirugía.
—¿Es en serio?—me quejo.
—Después de eso te voy a follar una semana completa muñeca—pega su frente con la mía. Lo abrazo por los hombros, él baja las manos a mi cadera.
—Te amo Aydan—sonrío porque me siento completa al tenerlo conmigo. Él besa mi frente.
—Yo también te amo Hermione—me tenso en mi lugar cuando dice eso. Se forma un silencio que solo dura unos segundos, creo que él noto que eso de alguna manera me toco, porque empieza a hablar—Hermione—se aleja un poco de mí—No creas que solo me importas por sexo, tu sabes que no...—trago grueso, siento mi vista nublosa y es porque las ganas de llorar me quieren matar. Alza mi barbilla—Solo que es imposible no pensar con lo de abajo cuando te veo con esa ropa—traga grueso cuando baja la mirada a mi cuerpo.
¿Desde hace cuánto tiempo Aydan no me decía eso? Habían pasado muchos años y aunque yo se lo dijera no esperaba a que me dijera lo mismo porque...se que no lo merecía, pero que salga con eso en este momento, me hace sentir vulnerable.
—No seas tonta, no llores.
—Lo siento es que...—él sonríe de lado—No pensé que me dijeras eso.
—¿Por qué? No es como que tu no sepas que eres la culpable de todos mis problemas pero también la mujer que me vuelve loco, que no se lo diga siempre, no significa nada—lo vuelvo a abrazar de nuevo. En todo el tiempo que me quedo con él, solo me concentro en nosotros, me olvido de todos los demás que siguen celebrando.
Me penetra logrando que me aferre a la espalda. Empieza a embestir con fuerza y tengo que arrugar su camisa al sentir como se resbala y vuelve a salir. Jadeo sintiendo sus besos en mi cuello y sus manos en mis nalgas mientras me atrae hacia él una y otra vez con movimientos desesperados que nos hace gemir a ambos. El rato se me pasa con caricias, besos, intimidad y cariño. No cambio esto por nada del mundo.
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CHALETO
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