Eighty (FINAL 2)
AYDAN
—Yo quiero palomitas Uma, fuí la primera que las pidió.
—Y yo fui la primera que se levantó a hacerlas entonces esperate Astrid, que ahorita sigue tu turno.
—Desde hace rato me vienes diciendo eso y nada que terminas de cocinar las tuyas—las dos siguen peleando en la cocina mientras el resto seguimos en la mesa. El dolor de cabeza es insoportable y no sé en que momento se me ocurrió venir.
—Vamos a hacer nuevos arreglos y remodelaciones para la casa—habla Abdón—Ahora que no está Aída pueden volver a celebrar las fechas importantes como se debe de hacer, les doy permiso para decorar este año la mansión para la navidad.
—¿En serio?—Ulises arquea una ceja viéndolo confundido.
—A tu Mamá era la que no le gustaba la navidad, a mi sí y creo que tenemos muchas cosas que cambiar en está casa.
—Sinceramente me alegra muchísimo que esa mujer ya no esté aquí, es su madre chicos y estamos de acuerdo con que pueda afectarles, pero también es necesario que ella aprenda una lección por toda la maldad que a hecho—Marta nos ve a ambos. Ulises está en frente mío algo pensativo y a mi no me interesa hablar mucho de mí Mamá.
—La suegra era una mujer muy intimidante y algo dominante en su forma de ser, diría que demasiado pero aun así, era una persona importante que de igual manera se le guarda respeto o al menos yo lo hago—Laura sonríe mientras continua mimando a Axtón en sus brazos. Tiene los ojos hinchados. La muerte de Gael conforme pasan los días se que no a sido nada fácil, pero se que ambos están mejorando desde que están recibiendo ayuda.
—Aquí va a ir la fotografía de mis bisnietos—aclara Marta tomando el cuadro que reposa en la pared. Está Bryan con Gael a su lado y ambos abrazan a Madison—Y a la par de este, una foto de los trillizos con Madison y Bryan, se van a ver muy guapos.
—Te atrape.
—Cuidado Madison—la regaño cuando pasa corriendo como loquita por toda la mesa.
—Lo siento, es que me quiere atrapar—desaparece en el pasillo gritando como desquiciada y lo mismo hace Bryan para luego desaparecer.
—Prestamelo—Astrid me quita a Eros. Megan se quedó con Hermione en la casa y ella tampoco pudo venir por el estado de mi hija, tenía que cuidarla. Sin embargo agradezco que Harmony este haciéndoles compañía a ambas porque no me gusta que estén solas.
—¿Por qué tan callado?—me habla Abdón mientras continua comiendo de su carne.
—Nada, ¿Qué se supone qué tengo que hacer?
—Se que estás feliz—me palmea la espalda. Lo veo con irritación.
—¿Dé qué estás hablando?
—Tienes cuatro hijos con la misma chica que tanto amas Aydan, ponte a analizar lo que te dijo Madison, creo que ya es hora que empieces a tomarte más en serio tu vida junto a ellos.
—En tres días me paso a la mansión a vivir oficialmente con Hermione—este niega viéndome como si no entendiera las cosas.
—Solamente analiza muy bien las palabras de tu hija—me deja entre la espada y la pared cuando empieza a hablar con una de las empleadas para pedir más vino. Hace un rato Madison me puso a adivinar una frase rara que me dijo y no entendí nada, Papá alcanzó a escuchar porque es muy chismoso, supongo que él sí sabe. Mientras todos hablan al mismo tiempo, dejo de desear en que acabe la cena para concentrarme en eso.
"Una sonrisa, dos sonrisas y un vestido"
Es un poco infantil. No le tome importancia pero con lo que me acaba de decir Abdón, es porque debe de ser algo importante que posiblemente Madison quiera, ¿Un vestido, quiere otro vestido? Hermione es la que se encarga de ir de "Shopping" con ella, no entiendo, ¿Por qué no le dice a ella que quiere un vestido? Desordeno mi cabello queriendo alborotarlo mientras pienso. Seguro estoy muy serio y quiere que sonría.
"Es patético"
Hago mala cara sin poder concentrarme por la buya. Todo empeora cuando Axton empieza a llorar porque me toca alzarlo, este deja de hacerlo en cuanto lo hago. Tal vez si le digo a Hermione ella sepa que quiere decir eso que Madison quiere. No entiendo ni una maldita costra.
—Papá—lo llamo—¿Qué es lo que me quiere decir Madison?
—Piensa Aydan, es muy lógico—me vuelve a ignorar cuando suena el timbre de la casa. Ruedo los ojos realmente estresado, paciencia no tengo. Vuelvo a ver al niño de ojos cafés que me observa con mucha atención.
—¿Tú también me vas a ignorar?—sonríe cuando le digo eso—Tu hermana a veces es muy rara—Gaspar entra armando un escándalo que hace llorar a Eros.
—Hola queridos amigos, tuvieron que haberme extrañado—empieza a decir estupideces junto con Abdón y Ulises, yo solo ruedo los ojos mientras le paso un chupon a Astrid porque de otra manera no se va a calmar.
—¿Me lo prestas?—me pregunta mi Abuela. Se lo doy a ella, él empieza a hacer pucheros pero...—Conmigo no vas a llorar pequeño mocoso—se aleja con el bebé. Si Hermione estuviera aquí a lo mejor ella sabría que es esa maldita mierda que tengo que adivinar.
—Papá—Madison se sube a mis regazos—Quiero carne.
—Cometela, yo ya no la voy a comer—feliz se acomoda en mis regazos y empieza a devorarse todo lo que hay en el plato.
—¿Ya adivinaste?—hace la cabeza hacia atrás para verme.
—No.
—Amargado—se burla—Tengo que organizar los nuevos juguetes de Megan porque le voy a enseñar como tiene que jugar con las muñecas y tu tienes que hacerlo también.
—Oh no, Megan no va a ser como tú.
—Claro que sí Papá, tu tienes que ser parte de nuestras aventuras.
—Qué son muy aburridas por cierto—se ríe traviesa.
—Estás amargado porque mi mamá no está aquí.
—Eso no es cierto.
—Si lo es—no me deja hablar porque se vuelve llenándome de preguntas—¿Ya pensaste lo que te dije? ¿Ya lo habías pensado anteriormente? ¿Eres romántico? Porque se que a Hermione le va a gustar.
—¿Ah es para Hermione?—asiente—Entonces tengo que comprarle un vestido.
—No—se queja haciendo un berrinche—Papá tu no piensas.
—Madison, yo no sirvo para estás cosas.
—Es algo que tu también quieres y ella también pero tienes que hacerlo tú—con eso quedó más confundido que antes.
—Esa frase solo me esta queriendo decir que si le compró un vestido a tu Mamá ella va a sonreír.
—Creo que si se lo pregunto al tío Ulises lo va a adivinar más rápido.
—Lo dudo—pongo los ojos en blanco cuando se toma la molestia de llamarlo.
—Tío Ulises—este deja de hacer el papel.
—Si mi princesa hermosa que tiene las manos llenas de carne—vuelvo a ver las manos de Madison y efectivamente las tiene llenas de carne, la veo mal y se limita a agarrar rápido una servilleta y a sonreírme con inocencia.
—Si te digo esto, "Una sonrisa, dos sonrisas y un vestido" sin descifrar la palabra que va antes del vestido porque osino lo adivinaría mi Papá, ¿Tú sabes que es?—Ulises vuelve a ver a Laura y ella sonríe igual.
—Le estás insinuando algo grande a tu Papá, aunque creo que ya es hora.
—Me rindo Madison, no se que es.
—Entonces no lo vas a saber nunca—hace carita triste pero eso no logra removerme porque no entiendo nada. Vuelvo a ver a Laura y le pongo atención cuando le sonríe a Madison. Todo empieza a tener sentido cuando "Discimuladamente" baja la mirada al anillo de matrimonio que comparte con Ulises.
"Una sonrisa, dos sonrisas y un vestido"
Vuelvo a ver a Madison que sigue comiendo con los cachetes llenos de comida. Nunca había pensado en casarme, ni siquiera con Hermione, ni antes ni ahora. Pero ahora que lo pienso, "Algo que ella quiere y tu también" es cierto, no puedo negar que la idea sea tan mala después de todo. Hermione siempre a dibujado incluso vestidos de novia y siempre que lo hace, parece muy contenta o como si fuera un sueño oculto que tiene en su interior y que nunca piensa admitirlo. Ya no es la chica rebelde y despreocupada de antes, ahora es otra mujer completamente diferente y aunque me a costado acomplarme a la nueva chica que es, me gusta más. Aunque tampoco se cual es la ilusión de casi todas las mujeres de casarsen. Si vuelvo a ver a Madison y a Megan, no me gustaría que pasara ese momento, pero si me gustaría que sean felices por lo que seria bonito hacer sentir bien a la Mamá de mis hijos.
—Ay Papá—Madison se ríe cuando le doy un beso en la mejilla.
—¿Entonces qué es lo que quieres decirme piojo?—vuelvo a insistir con la esperanza de que me lo confirme.
—No Papá, si yo te lo digo, solo lo vas a hacer porque yo te lo dije.
—No creo—ella me ve con atención—Mira Madison, cuando un hombre o una mujer no quieren a la otra persona y el sentimiento no es mutuo por más que los demás lo deseen, si alguno de los dos está inconforme va a decir que no y si yo no quisiera, no le haría la propuesta.
—Entonces ya sabes, mentiroso—me río cuando arruga la nariz totalmente enojada.
—Creo que Hermione es igual de empalagosa y romántica que tu.
—En cambio tu no, llévale chocolates y me guardas uno a mí—me susurra lo último—Y un peluche grande y también flores, no no, mejor un...
—Definitivamente no voy a hacer eso, lo voy a hacer a mi manera.
—Entonces va a salir muy mal.
—Qué mocosa más grosera—ella se ríe y después me abraza con fuerza.
—Mi Mamá te ama demasiado y yo también—me da un beso y se baja de mis brazos dejando el plato vacío. No sería mala idea darle mi apellido a Hermione como una Walsh, la podría reclamar como mía y sin duda alguna follarmela todos los días.
HERMIONE
—Megan es demasiado linda Hermione—me repite mi hermana como por cuarta vez. Ella es muy risueña al igual que Axtón. Eros solo lo hace con Aydan y muy pocas veces conmigo. Me acerco a la incubadora de mi pequeña que mueve los pies inquieta mientras mantiene una hermosa sonrisa que me derrite por completo.
—Qué hermosa la bebé de Mamá—susurra un "Agu" que hace que mi hermana grite de la emoción.
—Ay Hermione, soy la tía más feliz del mundo—la abrazo causándome mucha gracia lo que me dice—Ya quiero que se recupere para que podamos salir con sus hermanitos y también con Maddy.
—Es lo que más deseo—la vuelvo a ver—¿Cómo están las cosas con Pierce?
—Quiere llevarme a la playa—se pone seria—Te quería pedir ayuda.
—Por supuesto, ¿En qué?
—Es que en unos días es su cumpleaños y todavía no se que regalarle—habla nerviosa—Quiero darle algo que le guste y es que si no le gust...
—Le va a encantar hermana, no te preocupes, solo tienes que decirme algo que tu notes que le gusta mucho o de lo que te hable demasiado.
—Le gustan mucho los carros, pero también le gusta que le cocine, lo he notado.
—Si quieres podemos salir mañana y vemos lo del regalo con calma, ¿Te parece?
—Gracias—me abraza—Siempre estás para mí—sonrío. Vuelvo a ver a Megan que nos observa con atención pero mi sonrisa se va apagando cuando me doy cuenta que Megan se halo con la manita la manguera donde recibe oxígeno por la nariz.
—No, Megan—entro en una clase de pánico. Harmony parece no entender y de la desesperación la saco de la incubadora.
—¿Qué pasa?
—Llama a Aydan, rápido por favor—grito sin poder controlar las lagrimas que salen de mis ojos. Megan me ve asustada, Aydan le quita la bomba porque llora incómoda y le pone está de vez en cuando pero no vi cuando se la quito, no me di cuenta.
—Pero Hermione, tranquila, la estás asustando.
—Es qué ella todavía no puede respirar totalmente sola—le digo presa del pánico. La atraigo hacia mi para abrazarla y todo empeora porque es la primera vez que la alzo, que la tengo en mis brazos y siento mucho miedo de que no este respirando.
—Pero Hermione...
—Llámalo por favor—Megan empieza a llorar y su pechito empieza a subir y a bajar.
—No, cálmate Hermana, la estás asustando—No entiendo porque no agarra el celular, eso me estresa todavía más. Su llanto es fuerte y lloro con ella sin saber que hacer—Hey—Harmony me vuelve a ver—Ella si está respirando Hermione, llora porque la estás asustando—la vuelvo a ver.
—¿Cómo sabes eso?
—Porque antes de que la sacaras de la incubadora, ella estaba tranquila, si se estuviera ahogando nos habríamos dado cuenta—la vuelvo a ver. Ella llora desmorecida y es cierto, muchas veces se pone morada, tose mucho, siempre es porque se le corre la bomba o porque le falta más oxígeno, Aydan se lo toma con calma y la ayuda, pero esta vez, ella solo llora. Respiro para calmarme, Harmony me sonríe como para tranquilizarme y está vez lloro en silencio sin poder creer que mi pequeñita esté respirando ella solita. La acerco a mi pecho.
—Shh—susurro. Su chanto va cesando y sin poder evitarlo le doy un besito—Es la primera vez que puedo alzarla por tanto tiempo.
—Es muy pequeñita—Harmony la agarra de la manita logrando que ella precione uno de sus dedos. Su respiración es normal, su pechito sube y baja con calma, está más gordita, eso me pone feliz. Megan no deja de ver a mi hermana con sus hermosos ojitos verdes. Mi celular vibra en la mesita de noche, Harmony corre hasta allá para que no me levante de la cama grande que tenemos en la habitación de abajo donde están temporalmente mis bebés—Uy, interesante—ella lee el mensaje.
—¿Qué?
—Aydan quiere que se vean en el bar que está a unas cuadras de aquí—frunzo el ceño.
—¿En el bar?—ella me muestra el mensaje.
"Nena te voy a estar esperando a las 7 de la noche en el bar Bellatexas, ponte guapa, no llegues en auto"
Sonrío como idiota sin entender el motivo de su cita.
—¿Con quién habrá dejado a los bebés y a Madison?—digo extrañada—No puedo dejar a Megan aquí.
—Yo la cuido, porfis—pestañea varias veces y une sus manos en señal de suplica.
—Pero tu vas a estar con Pierce.
—No no, voy a decirle que por hoy vamos a cuidar a la bebé—vuelvo a ver a Megan con duda. Desde que nacieron no me he despegado de ellos ni un segundo, apenas Aydan se los llevo, me sentí mal por no poder ir y ahora me voy con él pero no los quiero dejar en ningún lado—Despreocúpate Hermy, solo es un rato.
—Bueno pero...ten mucho cuidado y cualquier cosa me llamas, por favor.
—Si, no te preocupes—alimento a mi bebé y despúes de que se queda dormida, Harmony me ayuda a mudarla con ropita caliente. Paso un rato con ellas, vigilando que Megan este respirando bien, mostrandole a mi hermana como me puede contactar rápidamente por si algo sucede y antes de alistarme le cambio el pañal. Ambas salimos en silencio de la habitación cuando terminó—Tenían mucho tiempo de no tener una cita, ¿No?
—Han pasado tantas cosas que no me he fijado mucho en eso—mi hermana y yo bajamos las gradas. Ambas mantenemos una sonrisa en la cara.
—Hermione, no lo digo solo porque sea Aydan, es que anteriormente has tenido muchos novios y ninguno a sido como él, Kayleth siempre a sido tu mejor amigo a pesar de que por un tiempo pensé que eran pareja.
—Claro que no, solamente que no lo sé—bufo—Desde que ambos volvimos a ver a Aydan y él a Uma, hemos tenido más en claro que nosotros solamente somos mejores amigos y que nos queremos mucho pero que ambos tenemos gustos muy diferentes porque Kay le gusta la vida rebelde, yo ya no soy así y nunca lo he podido ver con otros ojos, entonces Kayleth no cuenta como una pareja que tuve o con alguien con el que me enroye por un tiempo, solamente nos tenemos mucha confianza, respeto y cariño.
—Para mí es como un hermano, más ahora que estuviste viviendo sola en está casa, él era quien venía a hacerte compañía.
—Y a disfrutar de la piscina—aclaro también. Ella se ríe mientras caminamos hacia los sillones.
—Me alegra mucho que por fin las cosas entre ustedes estén mejor, ¿Ya no pelean tanto?
—Algunas veces—ruedo los ojos—Aydan a veces es muy bipolar y eso me estresa mucho, pero aún así siempre tratamos de cambiar el tema o de buscar alguna manera de arreglar las cosas.
—Yo diría que no hablan casi—le pego un manotazo, ella se empieza a reír—Por algo tienen cuatro hijos hermana.
—No espere que fueran trillizos, osino serían dos—me defiendo.
—Más los seis años que no estuvieron juntos—contraataca—¿Quieren más bebés?
—No—pelo los ojos—Creo que ya es sufiente, dos chicos y dos niñas, ya no más.
—Hubieras visto tu cara—Harmony se burla de mí. Yo solamente la observo con una sonrisa hasta que se recomponga.
—Quería operarme pero me da miedo—ella se sigue riendo y después de unos minutos se toca la panza con dolor.
—¿Y qué haces si dentro de unos años Aydan te pide otro bebé?
—No, ambos estamos de acuerdo en que no queremos más hijos—me devuelvo 8 años atrás en los que recuerdo lo que me dijo él una vez—Cuando llevábamos maso menos año y medio de noviazgo, me dijo que él deseaba tener una niña y al tiempo quede embarazada, él la pidió, en cambio los trillizos nos tomaron por sorpresa pero, ¿Sabes qué? No me arrepiento de nada y si fuera un error, lo cometería muchas veces porque me encanta saber que tengo dos principitos y dos princesas.
—Si...—ella parece pensar lo que le digo—Yo sé que Aydan si pidió a Madison, incluso me chineaba mucho a mí y a Uma también—guardo silencio al recordar las palabras de Astrid la última vez—Tengo entendido que ya se llevan mejor desde que no está Aída.
—Si, de hecho los cuatro—paso un rato hablando con mi hermana. Luego subo a mi habitación, me baño, peino mi cabello y me pongo un vestido straplin solo un poco escotado, un poquito más arriba de mis rodillas y de color rojo. Mi cuerpo está muy bien, solamente se me aprecia una muy pequeñita montañita en mi casi vientre plano, ya está desapareciendo, mis curvas se aprecian de nuevo y mis senos al igual que mi trasero si están más grandes. Me hecho mi perfume favorito y elijo unos tacones no tan altos. Luego me maquillo y tomo un bolso para echar lo importante.
—Qué guapa—me alaga mi hermana cuando entra a mi habitación con Megan en brazos.
—Gracias, ¿Te gusta como se ve Mamá, si?—ella me regala una hermosa sonrisa.
—Tienes el cabello muy largo y hermoso—acaricia con la yema de sus dedos mi cabello rubio que no tuve que aplanchar porque se ve muy bien al natural—No me canso de decirte que te ves más bella en todos los sentidos desde que estás con él, incluso el embarazo te sentó muy bien porque te tenías un enorme desorden alimenticio—me hago la loca cuando me regaña por lo último.
—Aydan encontró una foto muy bonita que tenía en mi celular viejo, estamos Leonor, tu y yo juntas, voy a ponerla en mi cuarto.
—Yo quiero una—se le ponen los ojos llorosos. La atraigo hacia mí.
—Leonor sabía que íbamos a estar bien, siempre me lo aseguró—ella asiente con lágrimas en sus ojos.
...
Entro al bar sorprendiéndome al notar que la música está moderada, no está a tope como suele pasar siempre y no hay solamente un barman, son como siete, están vestidos con ropa cara y formal. Tampoco hay un montón de personas, de hecho nadie. Frunzo el ceño viendo un bar que parece más restaurante que otra cosa. En la planta de arriba tampoco se escucha ruido y debo de suponer que las habitaciones están vacías.
—Permítame su abrigo Señorita—se me acerca uno. Me ayuda a quitarme mi gabardina roja de peluche y se la lleva sin decirme nada. Me siento en uno de los bancos mientras apoyo mis codos en la mesita.
—Te vez hermosa—su susurró hace que me estremezca un poco en mi lugar. Me doy la vuelta con una sonrisa y me pongo de pie apreciando al hombre que tengo de frente. Su aroma me causa demasiado interés por acercarme más y me toma de la cintura cuando me acerco a sus labios completamente embobada.
—¿No te cansas de ser tan atractivo?—él me da un beso y desciende por mi cuello con lentitud.
—Menos si tu eres la que me contempla siempre muñeca—sus ojos me examinan de arriba a abajo y no se pierden de absolutamente nada. Con sus enormes dedos acaricia mi cabello, baja por mis curvas hasta acariciar mis piernas—Es nuevo, ¿verdad?
—¿Qué?
—El vestido.
—Si.
—Me encanta—sonrío bajando la mirada para ocultarle mi sonrojo.
—Amo como se te ve—está vez yo susurro cuando bajo la mano hacia su pantalón. Él ahoga una risa ronca en mi cuello—¿Con quién dejaste a los bebés y a Maddy?
—Están con Laura y Ulises—entrelaza nuestras manos y empieza a guiarme hacia una de las mesas que es la única que tiene dos copas, velas y las sillas.
—¿Pediste el bar solo para nosotros?
—Si, solo para nosotros—corre la silla—¿Me permites?—señala mi asiento invitándome a sentarme. Me río sintiéndome extraña por su hermoso detalle.
—Claro que sí hermoso Walsh—una vez que me siento, él se sienta en frente mío y de manera sexy se estira hacia atrás mientras apoya un brazo en la mesa.
—¿Qué desea tomar?—se acerca el barman con una botella de whisky, otra de vino y también tequila.
—El tequila gracias—me deja la botella y luego se retira.
—Estar aquí, ¿No te trae viejos recuerdos?—veo a mi alrededor. No es él bar en el que nos conocimos eso paso en México, pero sin duda ya había venido hace años a este lugar con él.
—Claro que sí, solíamos pasar mucho tiempo aquí—veo a mi alrededor—Ya casi no recuerdo lo mucho que bailaba o tomaba, el único recuerdo lindo que me trae esto eres tú—le hablo con sinceridad.
—Te cite aquí porque no hemos tenido tiempo para nosotros y creo que eso es esencial para los dos, hace años no te llevaba a ningún lugar especial—trago grueso sintiéndome nerviosa cuando se abre tres botones de su camiseta, parece tener calor y no lo hizo a propósito ya que observa el lugar con detenimiento.
—Si...—pestañeo para concentrarme—No me lo esperaba—agarro la botella pero...
—Yo lo hago—me la pide, yo se la paso y después de abrirla con rapidez, llena primero mi copa para luego hacerlo con la suya. El barman vuelve a regresar con dos bandejas de comida y no pude evitar chuparme los labios al ver la deliciosa comida que descansa en ambos recipientes. Siguen trayendo más e incluso postres, esto se ve delicioso.
—Aydan—lo veo a los ojos—No tenias que hacer todo esto en serio, sabes que estar contigo para mí es suficiente—sonríe con arrogancia pero no dice nada y eso me confunde.
—¿Cómo la pasaste hoy sin los niños?
—Horrible—mastica un pedazo de pollo mientras arquea una ceja hacia mi dirección—Me hicieron demasiada falta, estuve con Harmony pero ocurrió un accidente que gracias a Dios no paso a más.
—¿Qué paso?—dudo en si decírselo o no pero lo hago después de tragarme la comida que tengo en la boca.
—No sé en que momento paso y me siento culpable en serio, pero fue muy rápido, Megan se halo la manguera de oxígeno con la manita y me di cuenta porque cuando la volví a ver, no la tenía en la naricita—Aydan me ve sin ninguna expresión en particular y yo solamente continuo hablando—No actúe de la mejor manera porque cuando me di cuenta me alteré mucho y la saque de la incubadora pero Megan se puso a llorar y creí que se estaba ahogando pero Harmony me explico que si estaba respirando, que ella estaba tranquila antes de que nos percatáramos e incluso te iba a llamar pero al final no fue necesario y...
—Solamente tenías que acomodársela de nuevo y ya nena, no pasa nada—toma mi barbilla tomándome desprevenida porque no había notado que no lo estaba viendo—¿Entonces Megan está respirando sola?—acaricia mi mejilla tratando de tranquilizarme.
—Si...solo que no puedo evitar sentirme mal, se supone que la estaba cuidando y por un descuido le pudo haber sucedido algo a mi bebé.
—No habría sido tu culpa, estabas asustada, no sabías que hacer y lo más importante es que ella está bien—asiento con una sonrisa para luego continuar con la cena. La música de fondo es suave y relajante. Aydan me vuelve a llenar la copa cuando la dejo vacía—Voy a mudarme mañana con ustedes—el pedazo de carne que estuve a punto de masticar queda en el aire.
—¿Ah?
—Mañana Madison y yo ya vamos a estar contigo, la casa está vendida y ya está todo listo para la inauguración del hospital—por un momento pienso que me está vacilando pero se que Aydan no es así.
—¿Dé verdad?—él sonríe cuando se me ponen los ojos llorosos y de la alegría empiezo a llorar y a reírme a la vez—¿E-en serio?—él hala mi silla con una agilidad estupenda y me atrae hacia él. Lo abrazo sin poder creer que hiciera eso por mí.
—Hemos pasado por mucha cosa últimamente y no quiero que sigas con mis hijos sola en la casa, Madison quiere estar con ustedes y yo también, ya no quiero esperar más—escondo mi cara en su cuello y lo beso ahí mismo todavía pensando que me está vacilando.
—Pero...
—Harmony va a seguir estudiando allá, Pierce se comprometió a llevarla todos los días a la escuela pero va a vivir con nosotros—asiento todavía perdida.
—Creí que todavía no venías a casa, Harmony no me dijo nada.
—Le pedí que fuera sorpresa.
—Gracias—sonrío tomándolo de la mano—Significa mucho para mí, en serio—como respuesta aleja su mano de la mía y pasa el brazo por detrás de mi silla hasta bajar a mi cadera.
—¿Te ayudo?—me quita el tenedor que reposa en mis dedos. Agarra un pedazo de carne y me lo acerca a la boca. Lo recibo un poco nerviosa y mastico mientras su atenta mirada reposa en mis labios—Eres la mujer más hermosa que he visto—su voz ronca no me permite mantenerme callada.
—Ando ropa de encaje—le susurro casi en su oído. Puedo notar como aprieta la mandíbula y baja la mirada a mis senos y más abajo como si pudiera ver la tela a través de mi ropa.
—Valio la pena dejar a los gemelos y a Madison con mi hermano, se trata de pasar así contigo—pone una mano en mi rodilla y empieza a subir, luego baja para repetir lo mismo por mi muslo.
—De todos los hombres con los que he estado, solo tú me pones así de nerviosa—me alejo un poco porque su mirada de verdad me desubica.
—Si pudiera retroceder el tiempo no habrías follado con esa partida de idiotas—habla enojado. Me río cuando aleja la mano.
—Eso paso hace años, la última vez que folle con otra persona, fue mucho antes de que regresara a tu casa.
—No, estoy hablando en serio—me asusto cuando me hala con brusquedad hacia él. Ahogo un gritito cuando terminó con mis manos apoyadas en su pecho junto con todo mi peso sobre él—Eres mía ya te lo he dicho, todo lo que tienes es mío y no voy a soportar verte nunca con nadie más.
—Sos muy Celoso y eso me encanta y pues fíjate que tu tampoco vas a hacer lo que se te de la gana, eres mío—arruga el ceño mientras sigue comiendo y se queda callado por un largo rato. La música de fondo es relajante y yo sonrío al saber que un simple comentario lo puede poner tan molesto, sin embargo se gira hacia mi dirección y con un tiro super rápido, adentra una de sus manos entre mis piernas tomándome desprevenida—¿No estabas enojado?—me ve serio después de correr hacia un lado mis bragas y adentrar dos dedos que me hacen entreabrir la boca.
—Estoy enojado contigo, no con el amor de mi vida—recalca manoseandome sin ninguna clase de pudor. Quiero reírme por la manera en la que me lo dijo, pero sus dedos me tienen cerrando los ojos con fuerza y tratando de ahogar los gemidos—Ella me encanta, ¿Lo sabías?—empieza a hablar super tranquilo mientras su mano suena por la manera en la que choca contra mí vagina—Siempre está mojada, se abre para mí hasta que le entre toda mi verga, es mi comida y tras de todo es una puta delicia, que este enojado contigo no significa que ella deje de ser mía.
—E-es mía por si no lo notas—un jadeo se me escapa sin poder evitarlo.
—Tu la llevas pero yo soy su dueño y cállate Golubev que te vienes más rápido cuando yo lo hago, cuando lo haces sola no es lo mismo—eso me deja callada porque aunque sea tan egocéntrico, tiene razón—Te conozco más yo, que tu misma, se como tocarte y que hacer—me corro en su mano cuando toca ese punto y después saca los dedos llevándose los a la boca.
—¿Nos estaban escuchando?—pelo los ojos observando a los barman caminando por todo el restaurante.
—Qué se aguanten, no me importa.
—A mi si me da pena.
—En cambio a mi no me da pena que me vean follando con mi mujer o que me hagas una deliciosa mamada aquí mismo delante de ese saco de envidiosos.
—Aydan—está vez si me pongo roja de la pena. Sigue comiendo tranquilo como si no hubiera hecho nada y yo trato de comer pero no puedo evitar sonreír como estúpida al sentir su atención en mí.
—Nunca te he preguntado, ¿Qué estuviste haciendo todo ese tiempo en el que no estabas conmigo?—terminó de comer lo último que me queda en el plato y después contesto mientras lo observo terminandose su postre.
—Despúes de que paso lo de Madison pase todo un año sin salir de la casa—me ve con atención—No comía, no me preocupaba por mi y solamente escuchaba a Leonor hablarme detrás de la puerta con la esperanza de que saliera—bajo la cabeza hacia mis manos mientras recuerdo eso—Me sentía muy mal conmigo misma y sabía porque era pero no quería admitirlo, haberme alejado de ti fue lo peor que me estaba pasando y yo...yo no quería irme, realmente, pero tampoco se porqué fui tan estúpida—suspiro—Mi Abuela entraba de vez en cuando en las madrugadas y me decía cosas lindas creyendo que no la escuchaba pero después de un tiempo no lo hizo y decidí empezar a salir de mi cuarto porque ya me sentía ahogada de estar encerrada, había meditado bastante y tenia que aceptar que ya no eras parte de mi vida—llevo un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja—Cuando salí mi Abuela y Harmony estaban comiendo juntas y disfrutando del almuerzo, yo les pregunte que si me podía sentar, ellas me recibieron encantadas y las tres la pasamos bien ese día.
》Kayleth fue el que se encargo de nosotras, de pagar la casa, de traer la comida, Harmony acompañaba a mi Abuela al hospital y yo...—me quedo pensando aquello—Yo no sabía que era lo que estaba haciendo con mi vida, no puedo estar más que agradecida con él, Kay siempre a sido un hermano para mí—no me hace muy bonita cara cuando lo menciono y eso me causa gracia—Yo salí de mi casa un día en el que no estaba nadie conmigo y estaba empezando año nuevo pero yo la estaba pasando muy mal y no tenia ganas de nada. Un día decidí regresar al bar, muchas de las mujeres se alegraron al verme, me dieron su pésame por lo que había pasado con mis Papás y me dispuse a trabajar porque no quería aprovecharme de Kay.
》Nada tenia sentido para mi, atendía a la clientela pero no deseaba seguir en el prostíbulo, no me acostaba con nadie solo atendía en la barra—Aydan me observa con atención—Pero un día regreso Felix—arruga el ceño y antes de que diga algo, sigo hablando—Siempre me obligaba a hacer cosas que no quería, hasta que conocí a un chico que se llama Gabriel que empezó a defenderme pero a pesar de que le tenia cariño...no era amor, ni ningún sentimiento por querer estar siempre con él o de desearlo como lo hago contigo.
—¿Qué paso con ese idiota?—exige saber.
—Lo mataron.
—Ya era hora que escuchará algo bueno—se le marcan las venas de los brazos cuando toma la copa con fuerza en sus manos—Hijo de puta.
—No tienes de que preocuparte—le regalo una sonrisa. Él me observa todavía con el ceño fruncido.
—Abuso de ti, ¿Verdad?—le quito la mirada.
—Ahorita estoy viviendo el mejor momento de mi vida y quiero pensar solo en esto, ya lo que pasó...no tiene arreglo—vuelvo a ver hacia la planta de arriba y después me acerco más hacia él—Quiero que me hagas el amor—se toma su última sorbo de vino sin dejar de verme y después lo aparta.
—Frank—uno de los Barman se acerca hasta la mesa.
—¿Si señor?—me ve fijamente mientras le da las órdenes bien claras y directas al hombre que espera su orden de manera expectante.
—Se pueden retirar todos y cierren las puertas antes de salir—asiente y de manera inmediata este aplaude llamando la atención de los demás y como si estuvieran sincronizados, empiezan a salir todos, uno por uno. El tal Frank cierra las puertas tal y como lo ordeno Aydan. El silencio entre nosotros reina por completo—Ponte de pie—me ordena sin rodeos. Trago grueso sin poder controlar mis nervios, aun así le hago caso—Quítate la ropa—suelta con rapidez. Empiezo a subir mi vestido lentamente hasta sacarlo por completo. Él se mantiene sentado y observándome con su botella de whisky en la mano. Muevo mis caderas al ritmo de la melodía, quedo con mis finas bragas y con mis senos descubiertos porque el vestido no necesitaba brasier. Acaricio mis pezones y corro lentamente mi cabello hacia un solo lado para mostrarle parte de mi cuello.
—¿Me las quito?—susurro tocando el borde de mis bragas.
—Rápido—su orden es clara y directa. Siento como si fuera él quien me esta desnudando solamente con la mirada y me es imposible no morderme un labio por la tensión que estamos teniendo ahora mismo. Mi sexo palpita con fuerza y una vez que quedo desnuda, hace una seña con la mano indicándome que me acerque.
—Ya quiero que me folles—quedo sentada y abierta sobre sus regazos. Restriego mi culo por encima de su paquete. Él toma una gota de whisky con su dedo que lentamente cae por mi pecho. Lleva las dos manos a mis nalgas atrayendome hacia él y fue un jadeo fuerte que no pude aguantar cuando pasa la lengua ahí mismo como un animal.
—Qué obediente—me pega con fuerza en el culo. El olor del whisky y el poco efecto que tengo en mi sistema, me permite deleitarme más con el momento. Su lengua chupa mis senos, mi abdomen, mi cuello y me agarro fuerte de su brazo al sentir su verga resbalandose con fuerza asiendome gritar. La calentura ya me tiene sudando y mi cuerpo hierve peor que una cafetera cuando empiezo a brincar sobre él logrando que su pene entre con más intensidad. Él mantiene la mirada en nuestros sexos. Observa con atención como la verga entra toda haciéndome gemir de dolor y placer, su tamaño me deja muy adolorida pero cada maldito segundo vale la pena. Me agarro de sus hombros subiendo y bajando con más rapidez.
Jadeo cuando muerde mi pezón y arrugo el abrigo negro de cuero al sentir mis paredes vaginales recibiendo su tamaño de manera complaciente. La fricción que me da simplemente me hace apretar los dientes para no gritar tanto. Me muevo en círculos logrando un gruñido suave por parte de él y explota en mi interior logrando que a los segundos tenga el mío. Sube la boca hasta llegar a mi cuello y me besa, muerde, chupa. Lleva la mano por debajo de mi ano para empujarme hacia delante quedando mis tetas pegadas en su pecho. Arremete con fuerza embistiendome sin control, algo que no logro aguantar porque a los minutos me vengo de nuevo.
—¿Te gusta follar en la mesa?—me agarra del cuello hablándome con la mandíbula apretada a centímetros de mi boca. Yo asiento completamente embelesada—Si, porque te voy a follar hasta que te quejes—me alza saliendo de mí y solamente arqueo la espalda al sentir el frío de la mesa. Vuelve a halarme de los talones y entra rápido—¿Sabías que los malditos vestidos te quedan deliciosos?—las botellas de vidrio que estaban reposando en la mesa caen producto de las embestidas que estoy recibiendo.
—Las bote...
—No es un problema para mí pagarlas—caya con su boca todos los gritos que salen de mí sin control. Siento un líquido espeso bajando por mis piernas y pongo los ojos en blanco abriéndome más. Meto las manos por debajo de su camisa y lo arañó por la embestida que hace que mis nalgas reboten haciéndome gemir en un jadeo que sale más como suplica que otra cosa, pasan largos minutos en los que mi cavidad pide piedad.
—Aydan—mi corazón late muy rápido y empiezo a moverme debajo de él sin poder soportar el placer tan delicioso que me va a hacer explotar por dentro. Trago grueso cuando me encuentro con su mirada que me observa de manera intimidante. Tira de mi cuerpo hacia él como si supiera que estoy intentando escapar.
—Pídelo y me detengo—el orgasmo me hace fruncir el ceño y Aydan gime viendo mi cara de satisfacción pero no se detiene y yo no quiero que lo haga. Con la palma de la mano frota mi clítoris ensartandome demasiado duro y con eso logrando que está vez mi grito sea exagerado.
—Jefe—ambos lo escuchamos pero él está muy fascinado con los ojos cerrados y dándome como cajón—¿Señorita Hermione?—vuelve a llamar.
—¿S-si?—intento hablar bien pero a propósito sale y vuelve a penetrarme pero está vez me tengo que tragar el grito.
—¿Está todo bien ahí adentro?
—Bájale un poco a los gritos nena—me habla demasiado ronco.
—N-no se preocupe—escucho como se aleja—Lo siento.
—¿Por qué?—alza mi pierna dejándola en su hombro y continúa follandome duro.
—Grito m-mucho—vuelvo a jadear, solo lo veo sonreír mientra se chupa los labios.
—Seguro piensan que te estoy matando, pero para mi no son molestia entonces continua y si viene la policia que tumben la puerta y nos encuentren en está escena tan deliciosa, ¿Qué mas puede pasar?—en vez de reírme, me muerdo el labio sonandome más excitante que nos descubran follando. Suspiro al sentir como se corre dentro de mí. Sus venas están marcadas y mientras yo acaricio su piel, él admira su semen en mi vagina.
—Ya no voy a poder moverme...otra vez—me quejo. Él se aleja maliciosamente y después de guiñarme el ojo, desaparece dejándome desparramada en la mesa completamente abierta y desnuda.
...
La brisa pega en mi cara. Ambos vamos agarrados de la mano, Aydan escuchando los sonidos nocturnos de animales o simplemente el viento y yo sonriendo como idiota por lo que hicimos hace un rato. Mi mano se ve super pequeñita al lado de la suya y me encanta el detalle de que está vez saliéramos sin los autos porque pasamos más tiempos juntos hasta llegar a la casa, ya que él hasta mañana se queda conmigo porque hoy tiene que ir a empacar con Maddy.
—¿En qué piensas tanto?—sonrío por su pregunta.
—En lo lindo que la pase hoy—lo vuelvo a ver. Él me observa en silencio—Gracias, te amo—me paro de puntillas y planto mis labios en los suyos. Él abraza mi cadera y después me ve directamente.
—¿Cuándo vas a empezar con tu negocio de diseño de modas?
—Estába pensando que hasta que los trillizos tuvieran el añito porque aún están muy pequeños y quiero aprovechar que están recién nacidos, pero ahora que te vienes a vivir conmigo...
—Puedes empezar cuando quieras—corre mi cabello hasta dejarlo todo hacía un solo lado.
—¿Estás feliz de tener tu propio hospital?
—No tienes ni una idea, ya me apestaba trabajar con Abdón y no porque no me gusta pasar tiempo con mi Papá, si no porque no quiero depender de él a la hora laboral.
—Vas a ser un jefe muy sexy y guapo, ¿Debería de preocuparme por qué una mujer ponga sus garras encima de mi hombre?
—No me aprovecho de mi belleza para acostarme con nadie nena, tengo atención solo para una.
—¿Ajá?—le susurró en los labios—¿Quién es ella?
—Una chica poco perfecta pero hermosa que suele tener muchos problemas y que me encanta demasiado porque representa todo lo que puede significar una simple palabra como Wabi Sabi.
—Conocí esa palabra por ti—se arrecuesta en el árbol. Vuelvo a ver hacia mi casa y empiezo a sentirme preocupada.
—Tenemos que ir por los trillizos.
—Ya están aquí, dormidos y abrigados—lo veo sorprendida—Todo lo tengo controlado nena, Madison ya está en mi casa.
—¿Sola?
—Con Uma, Harmony y el idiota de Kayleth—por primera vez no hace mala cara cuando lo menciona, algo que me extraña.
—¿En qué momento?
—Ya te lo dije, todo está perfectamente controlado—vuelvo a ver hacia la casa y si noto desde lejos la habitación de los trillizos encendida.
—¿Con quiénes están mis bebés?—pregunto asustada.
—Con la enfermera que por cierto ya se va a retirar porque para eso estamos aquí—empiezo a caminar hasta la casa con rapidez pero siento un tirón en mi brazo. Estoy a nada de caerme pero él me agarra con fuerza—¿Quieres escucharme?
—Pero ellos...
—Relájate y confía en mí—lo veo a los ojos. Sus hermosos ojos verdes, su altura que me hace subir la cabeza para poderlo ver, su lindo cabello castaño que ya está un poquito largo, no anda barba, aunque con está también se suele ver muy guapo y finalmente su hermoso y atractivo cuerpo de Dios. Su semblante duro y de chico malo me observan con seriedad y su mandíbula se marca incluso cuando está relajado.
—Bueno—sonrío viendo por última vez la casa.
—Hermione, a parte de estudiar diseño y tener una vida tranquila y fuera de los bares, ¿Alguna vez tuviste otro sueño a parte de eso?
—Amor ya me has cumplido muchísimos caprichos, estoy feliz con tenerte a mi lado, ya no más.
—No hablo de cosas materiales, hablo de cosas que anhelas o deseas, algún secreto que no allás querido contarle a nadie—hago mente pensando. Desearía muchas cosas como tener a mis Papás y a mi Abuelita con vida pero eso son cosas imposibles. Anhelaba tener una familia y estar con él, siempre he querido ser parte de su vida.
—Nunca he tenido un sueño tan grande como el que estoy teniendo ahorita y es hacer mi vida contigo, eres mi pareja y tenemos cuatro hijos, me siento completa, de verdad.
—Elige un número del 1 al 30—confundida me pongo a pensar. ¿Un número del 1 al 30? Mientras pienso observo como se estaciona el Land Rover de Aydan afuera de la casa y el mismo conductor se baja y le da las llaves para luego retirarse, este las guarda relajadamente en su abrigo de cuero sin dejar de verme en ningún momento.
—¿20?—digo dudosa.
—Bien—saca una caja. La abre demasiado rápido y después solo me quedo en shock cuando me pone el costoso y valioso anillo en mi dedo. Observo la hermosa perla en mi mano y aún estupefacta lo vuelvo a ver—Esa es la fecha de nuestra boda.
¿Boda?
¿BODA?
¿Aydan Walsh Collins me está diciendo que nos vamos a casar? Agarra la caja de el anillo y lo guarda en mi abrigo lo de más normal.
—Tu te encargas de preparar todo porque yo no sé nada de eso—continua diciendo otras cosas pero yo me quedé en shock. Nunca imagine que me iba a casar o que un hombre como él se comprometiera a algo tan lindo pero delicado como el matrimonio. Mis ojos se ponen llorosos sin poder evitarlo.
—Qué hermosa manera tan romántica de pedirme matrimonio—ironizó con lágrimas y una sonrisa en mi cara. Él ve la hora en el teléfono.
—Mañana temprano vengo con Madison—me agarra por detrás de la cabeza y me besa, estoy tan estupefacta que se que me quede tiesa. Él me muerde el labio después de gruñir en mi boca y le corresponde el beso totalmente descolocada—Te amo—se aparta hasta subirse al Land rover. Empiezo a reírme.
—No he dicho si acepto o no.
—Ya se la respuesta—sonríe lleno de egocentrismo. Empieza a conducir y yo me doy la vuelta para caminar hasta mi casa. Abro la puerta estupefacta, camino por la sala confundida, llegó a la habitación de los bebés más que confundida y finalmente ahogo un gritito de emoción.
Empiezo a llorar ahí mismo. Recuerdo las palabras de Leonor, ella siempre supo que todo iba a estar bien. Pienso en todo lo que hemos pasado y a pesar de todo, estoy aquí. Resolvimos nuestros problemas, tengo una nueva oportunidad, nueva vida con el hombre que amo. Me costó pero lo logré. No soy perfecta, Aydan no es perfecto, la misma Aída Collins no lo es, la persona más mala no es perfecta porque la imperfección es parte del ser humano. Astrid no es perfecta, ni mi hermana, ni Laura, tampoco Ulises y puede que menos Abdón o Kayleth, tu tampoco eres perfecto pero eres una bella persona y eso solo tiene un nombre, Wabi Sabi, porque eres belleza en algo imperfecto.
Este libro va dedicado a esa persona que siempre a sentido que su vida no tiene sentido. Tarde o temprano sale el sol, solo vive la vida. Se la dedico a los niños o personas con cáncer y a todo aquel que se considera el ser más imperfecto del mundo. Hemos llegado al final de este libro, con amor, Daniela.
CHALETO
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