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Eighty (FINAL 1)

FINAL parte 1.

HERMIONE

Han pasado 45 días desde que tuve a mis Bebés. Ellos ya tienen un mes y dos semanas, algo que me tiene muy sorprendida porque siento como si hubiera pasado muy poco tiempo desde que nacieron. Para mí a sido lo mejor que me a pasado y fue algo que nunca imagine, pero es asombroso. Aída Collins fue condenada 30 años de cárcel por la muerte de Teresa, es irónico que nunca me di cuenta que ella "La misma que desde un incio me pidio que trabajara en esa casa" me traicionara y que no era una buena persona para mí, pensaba que era mi amiga, por eso no tengo.

Siento que las amistades no existen o al menos es lo que he visto hasta ahora, por eso a veces soy tan egoísta. Astrid contó todo, se lo dijo todo a Abdón y por ser menor de edad, ahora la custodia le pertenece por supuesto a Abdón Walsh. Este sabía que Aída era una mala persona, dice que suele ser muy manipuladora. Aydan le va a llevar a los bebés para que los conozcan, ya que Uma también quiere hacerlo, al igual que Ulises, Laura, Marta y Astrid. Madison y yo hemos pasado últimamente muy juntas, fuimos un día las dos al cementerio para dejarle flores a Leonor y a Gael, fue muy triste porque ella se puso a llorar.

La salud de Megan a mejorado cada vez más, ya tiene un mes desde que está en incubadora, sin embargo Aydan y yo pasamos mucho tiempo cuidándola y sonríe cuando le hablamos, nos pone atención, los exámenes están resultando super bien y aunque a Megan le cuesta respirar por si sola, ya está más gordita y permanece más rato despierta. Es la que menos llora a la hora de comer o cuando ella está incómoda, no lo expresa mucho solo se pone inquieta, para bañarla a sido difícil y si no es porque tengo a Aydan, no se que haría.

Me salve de no ver a mi pequeña internada en un hospital, pero de igual manera tengo que cuidarla mucho. Axtón y Eros están más grandes, lloran mucho, son muy chineados y siento que por ser varones tienen más fuerza, por lo que si me he lastimado a la hora de amamantarlos. Aydan no deja de presumir con que está orgulloso de tener dos varones que van a heredar su grandioso apellido porque él es perfecto y que sus hijos también lo van a ser porque él me los hizo. Madison está encantada de tener una hermanita y ya quiere que se recupere para jugar con ella, aunque Aydan y yo le explicamos que están muy pequeños como para que jueguen con ella, Maddy sigue insistiendo en que si pueden hacerlo.

En estos momentos si estoy a punto de entrar en crisis ya que estoy completamente sola y a los tres bebés les dio por llorar al mismo tiempo. Madison está en clases, Harmony también y Aydan trabajando. Megan es la que más llora suave pero sus otros dos hermanitos están tan furiosos que su llanto me taladra los oídos. Ni siquiera se como hacer o por donde empezar. Estoy terminando de sacarme leche para llenar uno de los chupones y así poder amantar al otro, pero también tengo que reservar leche para mi pequeñita. Eros fue el que despertó a sus hermanitos.

Si Aydan estuviera aquí, fuera más fácil, tampoco se como lo hace, con solo alzarlos, logra calmarlos, él sabe que hacer siempre y yo no puedo. Simplemente no puedo llamarlo porque se que está ocupado y no quiero que piense de que soy una inútil. Alzo a Axtón que es el que más llora completamente desmorecido.

—Ya, ya mi amor, aquí está Mamá—le hablo mientras me lo acuesto en el pecho, su llanto va cesando pero de nada me sirve porque Eros reclama atención y Megan también. Tomo uno de los chupones que aunque no está muy lleno, es suficiente para él y me acerco para ponérselo en la boquita. Ambos dejan de llorar y me falta Megan.

POR DIOS QUE DIFÍCIL

Eros empieza a succionar el chupete demasiado rápido y me da miedo que se le vaya por mal camino. Axtón quiere empezar a llorar y tengo que moverme un poco para que no lo haga. Tomo una almohada y se la pongo por debajo de su chuponcito para poder caminar hacia la incubadora de Megan y dejo mi seno libre para darle de comer al que tengo en brazos. Una vez que lo logró, hago todo lo que me enseñó Aydan para alimentarla.

—¿Qué paso mi amor?—le hablo a Megan, ella guarda silencio al escuchar mi voz y logró tocar su pañal y darme cuenta que está limpia. Solamente tienen hambre y los tres se pusieron de acuerdo. Me devuelvo para ver a Eros que me observa atentamente mientras sigue comiendo muy felizmente en su cunita. Axtón suelta mi pezón y se me queda viendo—Eres muy guapo pequeñito príncipe—él sonríe como si supiera que le estoy dando un cumplido. Los observo a los tres. Megan empieza a cerrar los ojitos y Eros sigue comiendo pero Axtón me ve con atención mientras continua succionando mi pezón con fuerza—No pueden hacerle esto a Mamá es muy difícil para mí—escucho un balbuceo por parte de Eros—Si Bebé, no pueden.

Paso así unos minutos, meciendo a Axtón hasta que se quede dormido y luego de sacarle sus cólicos, lo acuesto de nuevo en su camita. Voy por Eros quién mueve los piecitos muy feliz para que lo haga. Me muero de ternura y le doy un besito suave en su mejilla. Están gorditos y es inevitable no agarrarle los cachetitos y besarlos. Aunque no lo hago mucho porque no me gusta, tienen una piel muy delicada, al menos a Megan todo le causa alergia.

—Tu eres el varón mayor y tienes que cuidar a tus hermanitos, Mami te ama—me ve con sus enormes ojos cafés y sus sonidos de bebé son música para mis oídos. Eros pasa una hora deseando que lo ande paseando por toda la habitación. Por el estado de Megan no los he sacado mucho, ya que no podemos dejarla aquí, es una grosería hacerlo. La enfermera suele ayudarme con ella pero hoy era su día libre. Estoy feliz de saber que Megan en un par de días, va a salir de esa incubadora en la que pasa siempre. He llorado mucho viéndola, a pesar de que está muy bien, es impotente verla ahí, pero sus pulmones poco a poco van madurando.

Mi recuperación está excelente. Ya pase por mi cuarentena, ya puedo hacer ejercicio, caminar todo lo que quiera, mi cuerpo está en orden, aunque amamanto a mis pequeños, mis senos se acomodaron muy bien, quede con más trasero y pechos pero a Aydan parece gustarle mucho eso. Mi abdomen está volviendo a ser como antes y agradezco que no me quedarán estrías ni absolutamente nada. Ventajas de tener a Aydan como ginecólogo es que él es quien me a ayudado con mi recuperación tanto física como psicologícamente porque cuidar a tres bebés no es fácil. Hasta hace tres días volvió a trabajar normal, estaba esperando a que saliera de mi cuarentena pero un día como hoy si se me complicaron las cosas.

Ya estoy empezando a tener más conocimiento, ya los puedo cuidar sola y me siento orgullosa de haber logrado calmarlos. Mi pequeño murmura un "Agu" entre sueños y me parece que es muy imperactivo, es el único que se pone a "Hablar" conmigo, es el más espabilado. Aydan y yo pasamos consintiendo a Maddy porque no queremos que piense que los bebés son el centro de atención y que ella no tanto. Una vez que acuesto a Eros, camino hacia la incubadora, Megan estaba preparada para empezar a llorar y me río por verla con un puchero, pero donde me ve se calma y me ve con curiosidad.

—No vayas a despertar a tus hermanitos, Mamá está cansada—la pongo de lado para sacar sus cólicos—Por favor recuperate mi amor, quiero sacarte de ahí—me sonríe y eso es lo único que me permite no llorar. Ella pasa un largo rato viéndome, yo le susurró cosas bonitas hasta que se queda dormida. Anda ropita rosada porque Maddy me dijo que tenia que ser una hermosa princesa como ella. Aún así no podemos taparla mucho, casi siempre anda con pañal y gorrito rosa, pero no me gusta verla tan pelada.

En una me doy cuenta que estoy cabeceando pero no me gusta irme y dejarlos solos. Apenas Megan pueda respirar solita, los vamos a pasar a la habitación de arriba y va a ser mejor porque me van a quedar más cerca a mi habitación. Ya Aydan está a nada de venirse a vivir conmigo, estaba trabajando en su nuevo proyecto que es su trabajo propio. En poco tiempo ya inaugura el hospital así no tiene que viajar tan lejos para ir a trabajar. Está viviendo allá porque se le facilita más pero solo por eso. También he comenzado a dibujar mucho, solo que decidí no trabajar todavía hasta que ellos cumplan al menos el año.

—Estás agotada—brinco en mi lugar al escuchar su voz a mi lado.

—Me asustaste—me río nerviosa.

—Acabo de llegar—me ve de pies a cabeza—¿Por qué no vas a descansar? Yo me quedo con ellos.

—No, no, no quiero estar sola arriba—él me hala de la cadera cuando me pongo de pie.

—Cómo Mamá eres hermosa nena y también cariñosa, ¿Quién lo diría?—me susurra en los labios antes de besarme. Abro la boca besándolo suavemente, él al principio está tranquilo, pero noto como lo va haciendo más intenso y eso solo me hace unir más las piernas para calmar el hambre que siento ahí abajo. Recordarlo besarme con tanta gana cuando la enfermera a estado presente, me vuelve loca porque él siempre lo hace sin importarle quién esté a nuestro alrededor y eso es bonito, me siento consentida y feliz de que me presuma—Hueles a bebé—susurra por encima de mis labios sin apartarse. Aydan excitado es otra historia, siempre me agarra con más fuerza, me hace olvidarme de todo y tiene el poder de ponerme cachonda en segundos.

Su colonia es exquisita y entiendo que este así, no hemos podido estar juntos desde hace tiempo, hemos pasado muy ocupados con los bebés, el trabajando, jugando con Madison, casi no he pensado en estar tiempo a solas con él y se que le hace falta, no a hecho nada porque estaba esperando a que yo me sintiera bien y ya lo estoy, de hecho las ganas me tienen últimamente con cólera. Me muerde sacándome un gemido y respiro agitada, se aparta unos segundos viendo a los bebés.

—Vamos arriba.

—Pero ellos...

—Tengo la tablet para vigilarlos, vamos—nada convencida veo a los tres, están profundamente dormidos. Asiento dejándolo que me guíe hasta el segundo piso. El recuerdo de mi castigo viene de golpe y trago grueso al verlo cerrando la puerta con seguro. Eso de alguna manera me excita más. Me pongo de puntillas para besarlo, pero él me pega con fuerza en el culo y se aleja sin permitirme hacerlo. Rápidamente me da la vuelta y golpea suavemente mis piernas para que me ponga de rodillas. Ando un vestido y no entiendo porque no me lo soltó, simplemente lo rompe hasta dejarme en ropa interior. No puedo verlo y eso me desespera porque está detrás mío—No puedes tocarme, no puedes moverte y si puedes gritar—aclara.

—Pero...ah—gimo al sentir sus dedos resbalandosen en mi vagina, empieza suave.

—Vas arrepentirte de bailarle de esa manera a otro idiota que no sea yo—jadeo cuando agarra mi clítoris entre sus dedos y lo pellizca haciéndome querer cerrar las piernas, pero vuelve a separarmelas—No has sido buena chica—ni siquiera puedo hablar y menos cuando mueve los dedos más y más rápido hasta llegar a mi punto G.

—Aydan—me quejo cuando me deja a medias. Deja su mano con mis fluidos en una de mis nalgas y me desespero al sentir su glande rozandome todo el culo, lo sube y baja pero no me penetra y eso me da mucha cólera—Ya...

—Chupamela—me da la vuelta de nuevo y me agarra las manos para que no lo toque. Frunzo el ceño enojada y abro la boca gustosa para recibir su verga en mi boca. Me la mete toda y la saca, lo hace de nuevo y jadea cuando succiono el glande. Mientras se la chupo, sus venas se marcan en su cuello, en los brazos y me agarra con fuerza del pelo sin dejarme respirar por unos segundos—Eres mía y también de mi propiedad, me vale si soy un tóxico de mierda pero no le perteneces a nadie más que a mí, ¿Entendió?—cuando asiento me suelta con fuerza permitiéndome respirar de nuevo. Chupo mis labios sintiendo el semen en mi boca.

Soy una verdadera masoquista pero me encanta cuando me agarra enojado, su fuerza es bruta y eso me fascina. No me deja admirarlo mucho porque me agarra del pelo y me pone en cuatro en el suelo. Mi culo es lo único que queda elevado hacia su pelvis gimo al sentirlo resbalarse y empieza con fuerza, una embestida tras otra, mi nalgas tiemblan cada vez que arremete a lo bestia sacándome unos fluidos que empiezan a bajar por mis piernas. Sus testículos chocan en mis nalgas y su pene en esta posición entra toda en mi cavidad haciéndome gritar.

—No—me quejo por no permitirme tener mi orgasmo—Aydan—lloriqueo cuando empieza de nuevo a subir y a bajar su glande desde mi vagina hasta mi ano.

—Estás demasiado mojada—me hala de los brazos agarrándome de las tetas y me penetra mientras se agarra de ellas, entre abro la boca pensando solo en esto, en sexo, en que me de más y más. Grito al sentir la rapidez de su pene entrando y saliendo, se deja venir y sale de nuevo dejándome a medias.

—Por favor, ya basta.

—Suplica, suplica, sigue haciéndolo—la maldad en sus ojos me pone más cachonda.

—Por favor, por favor, quiero má...—meto las uñas en la alfombra que descansa en el suelo cuando vuelve a penetrarme. Acuesto la frente en el suelo teniendo un mejor ángulo para ver todo lo que me está haciendo. Mete un dedo en mi ano masturbandome con ese y ya estaba preparada para este momento, porque me estimule muy bien esa zona preparándome para él. El grosor de su pene no me ayuda a pensar con claridad y solo me comporto como una verdadera puta. Mientras me embiste, continúa masturbandome. Luego me suelta y me agarra del pelo.

—Tu culo es mío, tus tetas son mías, tus hijos son míos y por supuesto que todo lo que te pertenece es mío—habla entre dientes llenándome toda mi cavidad de semen—Restriegame el culo—le hago caso y eso solo empeora mis hormonas porque me nalguea hasta dejarme rojita. Él me agarra de la cadera cuando mis piernas flaquean.

—Aydan—grito al sentir la fuerte presión que me hace morderme. El orgasmo me deja helada en mi lugar, solo pongo los ojos en blanco y él suspira satisfecho. Me observo las piernas llenas de nuestros flujos y sigo respirando agitada sabiendo que soy un desastre en este momento. Aydan me alza muy fácil de la cadera y me tira en la cama. Abro las piernas sabiendo que no a terminado.

—Te tomas la píldora porque osino con está follada te voy a hacer tres más—sale de mi vagina y empieza a entrar lentamente en mi ano.

—Mierda—gimo de dolor. Tengo un año maso menos de no tener sexo por ahí. Me obliga a bajar la mirada a mi sexo y adentra dos dedos en mi vagina mientras me embiste por el ano. Abro mis piernas del todo dándole acceso. Clava su verga una y otra vez.

—Abre así nena—me abraza por la cadera y me da sin control. Mis labios vaginales piden piedad al igual que mis piernas. Soy un desastre todo me tiembla y me duele la garganta de tanto gritar y pedirle más. Me quedo quedita mientras cierro los ojos, aunque tuve de nuevo otro orgasmo, me sigue dando tan duro que solo puedo arrugar la sabana entre mis dedos—A la próxima que no me hagas caso, te voy a dejar desnuda un día entero en la cama y atada sin tocarme para que obedezcas Hermy—pienso eso y no sería mala idea pero 24 horas sin poder tocarlo, sería desesperante.

—Estoy loca—admito al darme cuenta lo sumisa que soy en esto. Él me deja llena de su semen y sale está vez dejándose caer a mi lado. Trato de recuperar la respiración, él se fija en las cámaras y los bebés siguen dormidos. Luego la apaga y me vuelve a ver de mala manera.

—Eres una desobediente muy deliciosa—baja la mirada a mi sexo observando su propio semen ahí—Ven—se burla cuando me acerco tiesa hasta llegar a su pecho.

—No siento las piernas—me quejo.

—¿Cómo te fue hoy con los tres?—subo mi mirada para verlo a los ojos.

—Fue difícil, los tres lloraban al mismo tiempo, pero lo logré—corre mi cabello hacia un lado hasta dejar mi cara sin ningún mechón cerca.

—Dentro de una hora voy a recoger a Madison y cenamos todos juntos en el comedor de abajo que esta más cerca de la habitación de los bebés, ¿Te parece?

—Si—sonrío. Me acerco y le beso los labios, solo nos mantenemos en silencio por un rato, en el que solo lo acaricio con mi mano y él a mí—Me da muchos celos cuando me pongo a pensar mucho y mierda, tu si tenías razón—está vez me alejo sintiéndome un poco incómoda.

—¿Dé qué?—bufo sentándome en la cama.

—Detesto haberme ido y haber permitido que estuvieras con tantas chicas y que tuvieras una relación estable con Iclal.

—Ya te dije que eso no significó nada para mí.

—Si pero...—camino hacia el closet y saco una de mis batas de seda—A ti te molesto que Kay me diera ese "beso" y yo no supero que después de mi hayas tenido a otra chica—no puedo verlo porque no quiero hacerlo—Y se que ya paso pero...uy me da mucha rabia, puede que suene egoísta, tu podías rehacer tu vida después de lo que hice pero...

—Tu también tuviste relaciones con otros hombres.

—Solo era sexo y solo tuve uno "Oficial" que literalmente solo duró meses, en cambio tu duraste como tres o cuatro años con ella y lo que me enoja es que si yo no hubiera llegado, seguirías con ella.

—Si, pero sería miserable y una tortura—me quita la bata de las manos cuando se posiciona a mi lado.

—Lo ves, estás admitiendo que si seguirías con ella.

—Te pones celosa sin motivo.

—Tengo algo de razón.

—Si me hubieras visto me entenderías—eso se roba toda mi atención.

—¿Por qué dices eso?—se encoge de hombros.

—Creo que fui muy cruel con ella, pero no era mi culpa que malinterpretara las cosas, todo se lo aclare y se supone que eso quedó en el pasado.

—Tuviste que haber estado aunque sea feliz por tener a alguien fijo para follar.

—Hablas como si fuera la última mujer en el mundo—rueda los ojos—A Iclal nunca la quise y las demás eran sexo, solamente eso.

—¿Osea que ninguna otra mujer te llegó a gustar realmente?

—Solo para un rato Hermione—bufo.

—Igualmente si la hiciste tu novia era porque tenia algo de especial.

—Fijo el idiota con el que salías tenía algo que tu si considerabas "especial" yo no.

—No, en ese tiempo me importaba más la plata y él estaba podrido en dinero—me quita la mirada para posarla en mis senos y empieza a tocarme con uno de sus dedos.

—Son cosas que no se pueden cambiar porque ya pasaron—mientras el toca mis pechos yo solo lo veo atentamente—Me encantan, son hermosos—acerca la boca y se mete uno a la boca.

—Oye, estamos hablando—me río sintiendo cosquillas.

—Mierda Hermione, ahora con ellos es imposible tenerte desnuda aquí en mi cama día y noche—acaricio su cabello mientras continua jugando con ellos. Se que está agradeciendo que hace un rato le diera de amamantar a mis bebés por lo que no me tengo preocupar por eso. Cierro los ojos sintiendo su lengua acariciándome, los muerde haciéndome gemir y con la otra mano me acaricia el pezón.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Uhum—asiente totalmente concentrado.

—¿A tú Papá le dolió qué tu Mamá se fuera?—despúes de tirar de mi pezón con fuerza me vuelve a ver—Digo porque actuó muy normal cuando le explicaste lo que había sucedido o fue lo que pensé.

—¿Por qué pensaste eso?—me observa con una ceja enarcada.

—No pienses mal—trago con miedo a que piense que me alegro de lo que les está pasando—Se que es tu Mamá y que es duro para ti pero fue lo que creí cuando lo vi y...

—Estás en lo cierto—dice con simpleza. Se endereza hasta quedar sentado en la cama, al igual que yo—Todo lo de Iclal paso porque se estaba repitiendo lo mismo, los Papás de Aída tenían una buena relación con los de Abdón por lo tanto tenían la ley entre ellos de que elegían con quien tenían que casarsen sus hijos y fue exactamente lo que a mi Papá le pasó con mi Mamá.

—¿En serio?—le digo asombrada. Aydan parece ver hacia un punto en especificó mientras continua contándome.

—Abdón es el que más me tiene confianza, esto no lo saben mis hermanas, solo Ulises y yo—se desordena el pelo con una mano mientras parece recordar lo que le dijo su padre—Él nos ama a nosotros, pero nunca lo hizo con ella, una vez me enoje con él porque lo encontré en el hospital con otra mujer, todavía era muy joven, a caso y tenía unos 12 años cuando sucedió eso, Ulises y yo subimos a buscarlo ese día a su oficina y nos topamos con esa escena.

—¿Y qué hiciste?

—Eres muy curiosa nena—se burla mientra se acerca a mis labios—Ulises lo obligó a sacar a esa mujer de ahí, yo espere a que ella saliera y después pedimos explicaciones—le robo un beso por lo cerca que está, aun así él sigue contando—Abdón nos explico todo lo que había pasado, nos dijo que existía otra mujer a la que si amaba realmente, pero estaba obligado a casarse con mi Mamá y yo al principio no le creía pero de lejos siempre he notado la maldad de la familia por parte de Aída.

—No creí que Doña Marta fuera de esas señoras que obliga a sus hijos a estar con una mujer que no ama.

—Yo no creo que allá sido mi Abuela, dicen que era él, Alain Walsh, le tenían pinta de machista y que siempre se tenía que hacer su voluntad pero eso no lo sé porque Marta nunca a dicho nada al respecto—lo observo todavía sin poder creerme lo que me dice.

—¿Entonces Abdón nunca quiso a tu Mamá?

—¿Por qué crees que no se metió nunca en lo de mi relación con Iclal? Él sabía que yo no la quería, nos pidió a ambos y se lo dijo también a mis hermanas, que nunca estuviéramos con una persona que no queríamos, algo que yo tuve que desobeder con esa mujer por un tiempo solo para callar a toda la familia, según para ellos lo que me habías hecho era una humillación y que un hombre no tiene porque hacerse cargo solo de un hijo.

—Bueno en parte si puedo entender que fue duro para ti cuidar solo a Maddy y...

—Pero tampoco es que sea imposible, eso es lo más estúpido que he escuchado Hermione, toda la vida he sido yo el que a cuidado de Madison y lo hago con amor, a ella nunca la considere como una Madre para mi hija, ni a ninguna otra—me ve a los ojos—Si no hubieras estado aquí, si no te hubiera visto de nuevo o posiblemente no habrías pedido una segunda oportunidad, Madison seguiría siendo mía y de nadie más, también soy consciente que está más feliz teniendo una figura materna, pero ella sabía que me tenía a mí y que la prefiero a ella más que a cualquier otra cosa o persona en este mundo, por lo tanto siempre iba a seguir siendo solo mi hija.

—Siempre quisiste tener una niña—sonrío recordando cuando me lo confeso hace años.

—No espere tenerla tan joven, pero claro que si nena—parece serio como si estuviera pensando en algo.

—¿Te afecta mucho que tu Papá no quiera a tu Mamá?

—Aída es una persona muy egoísta, manipuladora y mentirosa, también es mi Mamá pero no puedo tapar el sol con un dedo—está vez parece enojado—Despúes de que la vino a dejar, ¿Te acuerdas que me pidió que quería hablar conmigo?—lo veo con atención. Es cierto después de que se llevaron a Aída, él me pidió que iba a conversar con Madison en una de las habitaciones de abajo porque estaba llorando muy asustada y yo les di su espacio porque Maddy quería hablar con él.

—Si—asiento.

—Madison me dijo que Aída se dio cuenta que estaba en casa de Ulises y les mintió diciéndoles que yo la había mandado para que la recogiera. Eso fue mentira porque se la llevó para la casa.

—¿Los días que estuve en labor de parto?—pregunto completamente perdida.

—Si, ella si supo porque Gaspar sin querer le dijo a Abdón que venía para mi casa de emergencia, ella estaba en ese momento y escucho todo, de la misma cólera se fue a recoger a Madison y se la llevó para la casa.

—¿Por eso ella estaba llorando, la amenazo o le dijo algo?

—Tranquila—susurra.

—Es que...¿Qué te dijo Maddy?

—Dijo que le había pedido que se quería bañar sola y no la dejó—se encoge de hombros—Eso no es lo malo, entiendo que mi Mamá la allá querido ayudar pero le empezó a hacer preguntas que la incomodaron—frunce el ceño—Le preguntó que si alguna vez se sintió incomoda con mi presencia o si yo la tocaba—pelo los ojos—No pensé que mi propia Mamá fuera capaz de llegar a preguntarle eso—mi asombro me deja quedita en mi lugar  y ni siquiera se que pensar, ni que decirle pero lo noto incomodo y molesto.

—Aydan—le acaricio la espalda—No entiendo porque tu Mamá le dijo eso a Madison, es cierto que nunca estuve con ustedes pero se que tu no serias capaz o al menos eso creo...bueno no sé—me ve incrédulo.

—Es obvio, ponte a pensar—habla enojado—Ella no hizo todo esto solo por ti, lo hizo por el simple hecho de que Madison es mujer, por algo nunca a hecho lo mismo con Ulises porque sus hijos son varones...pero si se atreve a pensar mal de mí porque según ella mi hija está en riesgo al lado mío—está vez me ve a los ojos—Si Madison estuviera en peligro, no desearía estar conmigo, no se hubiera puesto a llorar porque habría querido estar con mi Mamá todo el tiempo o en otros lugares que no fuera conmigo, pero no Hermione, ella es feliz a mi lado y es cierto que existen idiotas enfermos pero eso no significa que todos seamos iguales o al menos yo no lo soy y menos con mi propia hija.

—No estoy defendiendo a tu Mamá, relájate.

—Me cae mal que te pongas a dudar.

—No estoy dudando.

—Estás queriéndome decir que como no has estado conmigo toda la vida, no sabes si es cierto o no.

—Aydan no quise decir eso solo que...

—Yo estoy tranquilo sabiendo que eso es mentira.

—Pero...—se levanta y se encierra en el baño después de cerrar con un portazo.

Creo que fui muy estúpida. Se que Aydan no es así y que Madison ama estar con él, que siempre me a tenido confianza para decirme las cosas, osino me lo habría dicho y que yo misma he visto que la incómoda más su propia Abuela que cualquier otra persona pero...lo que pase yo hace años, no me permite confiar en ningún hombre, aun así le creo porque se que le encantan los niños, que jamás le haría eso a sus pequeñas. Me acerco a la puerta después de tragar con fuerza y giro la perilla de la puerta para entrar. Lo veo de espaldas, sus músculos están tensos.

—Lo siento, yo te creo, se que amas a Maddy más que a tu propia vida—dudo en si hacerlo pero lo abrazo por atrás—No dudo de ti solo que no perdonaría que mis hijas pasen por lo mismo que pase.

El desenlace de este libro lo encontrarás en el próximo capítulo. Espero que les guste tanto como a mí, no es un libro completamente vainilla por lo que hasta ahí acaba el libro aparte de los extras que son temas pasados que si no deseas leer, no lo tienes que hacer.

CHALETO

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