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ᴜɴ ᴊᴜᴇɢᴏ ᴅɪғɪ́ᴄɪʟ

|𝟷𝟷| ᴛᴀʀᴀ

No debí ilusionar a mi corazón con Jungkook. Para él yo simplemente era un juego, un absurdo y divertido juego, él parecía encantado con la idea de volverme loca, de hacerme creer que estábamos avanzando hasta un punto, pero en realidad era mi culpa por dejar que él se tome esas atribuciones, por dejar que con un gesto amable me enrede,  pues bien, eso tenía una fácil solución, no había nada más vengativo que herir el ego de un hombre, nada más satisfactorio que eso, Jungkook vería lo equivocado que estaba al hacerme pasar de caliente a frío en un santiamén, así que como mi cabeza ya había albergado algunas ideas durante la noche mientras maldecía su vida, decidí que lo mejor era aplicarle la ley del hielo.

Una voz en mi interior me decía que volvería a hablar conmigo, porque ya había descubierto un lado sobreprotector de él, aunque claro que no iba a ponerme en peligro pues es feo sentir la muerte pisando tus talones, así que decidí moverme por otro lado.

Cuando me desperté por la mañana tuve que aguantas una charla un tanto no gratificante por parte de mi madre, exigiendo que me disculpara con la familia Lee, pero bien poco me importaba su percepción de mi, es más, si llegaban a la conclusión de que yo era irreverente y odiosa, talvez cancelarian la boda, eso era muy bueno para mí así que no me importaba acabar en buenos términos con nadie de esa familia.

Después de una larga y exhaustiva charla de mamá, fui en busca de papá quien estaba en una pequeña terraza de nuestra casa mirando al vacío, sabía que a él no le gustaban este tipo de discusiones entre mi madre y yo, pero aún así no veía como era posible que él, el líder de familia, dejara que mamá me arrastrara a algo que no quería, pero de todas formas él seguramente tenía sus razones.

— Hola papá — le saludé con un abrazo, porque aunque por aquí no eran muy normales las muestras de afecto, pues con mi padre no podía evitarlo — ¿Disfrutando el aire de la mañana?

— Algo así — dijo preocupado, una expresión de tristeza habitaba su rostro — Estoy disfrutando los últimos días del último verano.

— Será verano el otro año — me senté junto a él y por alguna razón su tristeza también fue mía en ese momento — Una felicidad se va y otra viene. El invierno es tu estación favorita.

— Hija, no está bien fingir que no lo sabes — sentí un nudo en la garganta porque lo que menos quería era preocuparle aun más — Tu madre ya te lo dijo.

— Sí, está usando tu enfermedad para llevarme donde ella quiere — él me miró con una pequeña sonrisa fugaz — No me parece justo que ella use tu enfermedad conmigo.

— Lo sé, hija. Ya le he dicho que voy a morir incluso si te casas con Taemin — en mi cabeza rondaba la pregunta de cómo era posible que un ser como mi madre se casara con alguien como mi papá — Creo que Taemin no es el indicado para ti.

— Papá, eso ya era un hecho — ambos reímos — Dejemos de hablar de gente insípida y dime ¿Qué enfermedad tienes?

Su rostro pacífico pero entristecido se tornó más serio.

— Mi corazón ha empezado a fallar... no hay remedios que curen el corazón — mi corazón lo sintió por él y por mi — El doctor que he visto me ha dicho que necesito descansar, que es la única manera de retardar el daño.

— No es justo, padre. Tú siempre has sido bueno y no me parece que ahora tengas que pasar con todo esto — dije enojada — Si tu te vas me dejarás sola.

No me dijo nada, sabía que había terminado de hablar y que era necesario que yo le dejara solo, pues quería disfrutar su paz, así que en vista de que su silencio sería todo lo que obtendría, preferí dejarlo solo e irme por ahí.

Pasé lejos de mi madre pues no quería su intromisión en mis asuntos, Suni aún no me hablaba por lo cual era bueno y significaba que no tendría que ser amable con ella, Taeri pasaba como araña pegada a Jimin casi todo el día por lo que estaba segura de que o estaba en casa de la mamá de Jimin o andaba por ahí con él en algún lugar del bosque.

Caminé sin un rumbo concreto hasta que mis pies me llevaron inconscientemente al inicio del camino para ir a la casa de Seokjin. Caminé más entusiasmada hasta pude divisar humo saliendo de su casa y escuché los sonidos del metal chocando entre sí.

Esta vez no toqué la puerta, solo entré en silencio y me sitúe tras Seokjin observar lo que hacía con tanta concentración que ni siquiera había notado mi presencia.

Parecía estar dándole forma a un pedazo de metal, talvez era parte de una armadura o simplemente alguna que otra creación propia de su papá. Quise hacer notar mi presencia así que le toqué la espalda suavemente. Soltó lo que tenía en la mano sorprendido y se volteó rápidamente, su cara inspiró alivio cuando vio que era yo así que le sonreí sutilmente.

— Hola — saludé bajo, con mis manos detrás de mi espalda — ¿Trabajando?

— Para nada, me divertía — rodé los ojos — Parece que no has aprendido la lección de no venir aquí.

Rodé los ojos, otra vez, porque eso me recordaba a Jungkook.

— Ya veo que tú también vas a empezar con eso — Seokjin se quitó su ropa de faena y me invitó a sentarme — Vine a recordarte que tu y yo tenemos algo pendiente.

Me miró alzando una ceja pues seguramente pensaba que estaba loca, y talvez sí. Por unos días olvidé mi trato con él, eso se debía a Jungkook, pero dado que este parecía divertirse mucho jugando con mis emociones creo que era tiempo de retomar el plan.

— ¿No lo habías olvidado ya? — negué. Seokjin suspiró y me miró con burla — Ve y dile a Jeon, él estará más que encantado con hacerlo.

— No hablemos de él hoy — me levanté un poco de donde estaba y me arrastré hasta que sus piernas chocaron con las mías — Saldemos deudas.

— No tengo ni una deuda contigo — me dijo resistiéndose — Ya te dije que a Taemin no le va a importar si eres o no pura.

— Es más bien por placer que por Taemin — me encogí de hombros — Se lo pediría a Jungkook pero él se divierte jugando conmigo.

— ¿Qué te hizo?

— Me besó — Seokjin me miró como una sonrisa ladina en su rostro — Pero aparentemente no fue nada. ¿son así todos los hombres?

— En absoluto, pero me parece que tú te has enamorado de uno que es bastante especial en muchos sentidos — senti un pequeño escalofríos en mi piel.

Lo miré fijamente a los ojos y él igual, sus ojos cambiaron de color, justo como jamás había visto, eran más claros, su pupilas se dilataron y por un segundo sentí miedo.

— Seokjin no me mires así — pedí en voz baja — Me das miedo.

El sonrió de manera diferente y me miró justo como lo hacía siempre.

— Creí que ya habías experimentado un poco de esto, pensé que ese imbecil ya... — se quedó a media frase — Olvídalo.

Todo lo que habia dicho antes quedó a segundo plano pues Seokjin simplemente me evitaba, se movió y empezó a hacer de comer, entonces desarrollamos una plática tranquila, más amena y olvidé mi propósito para venir aquí, pero no me importó la verdad, pues Seokjin era una persona fácil para hablar y escuchar.

Mientras ambos hablábamos me preguntaba la razón por la cual no me había hecho cercana a Seokjin antes, si entre todos los varones de la aldea él es quien menos problemas ha dado, no se mezcla con muchas personas más que con sus dos únicos amigo, Jimin y creo que Jungkook, no lo sabía muy bien pues en el pasado solían pasar mucho tiempo juntos cuando Seokjin aún era parte del escuadrón de guerreros, aún no se muy bien el porqué de su retiro, pero parece vivir tranquilo trabajando con su padre.

Hablé con él por al menos una hora, por algunos momentos sentí una pequeña pizca de desconfianza hacia a él pues se me hacía difícil mirarle a los ojos y no preguntar por su vida más a fondo, sobre todo porque creía que sus ojos no eran normales, o al menos no como los recuerdo.


Después de una buena charla cargada de su sarcasmo agudo y su inteligente retórica, me vi obliga a regresar a casa pues era uno de esos días en donde tenía que participar en actividades relacionadas con mi boda, por suerte no fue mucho.

La modista llegó a casa y mostró el avance del vestido para mi boda, era lindo eso no podía negarlo pero no me emocionaba del todo, mi mamá estaba encantada y sonrió todo el tiempo, aún no sabía si ella estaba tratando de vivir a través de mi o si creía que esto era felicidad. Accedí a medirme el vestido porque recordé la conversación con papá, ya había empezado a sentir culpa y recordar las duras palabras de mi madre me catapultaron a ser un poco más obediente en lo que la modista decía.

La aldea tenía una tradición nefasta de hacer de una boda un gran evento, usualmente era un día entero para la ceremonia, y dos días más de fiesta en donde el novio tenía que ser paciente y esperar para consumar con la novia, así qué me veía obligada a tallar tres vestidos sobre mi cuerpo porque necesitaba uno diferente lara cada día, también un peinado diferente y alguna danza diferente.

Me aburrí de sobre manera esperando a que la modista terminara de hablar sobre detalles, el tipo de tela y alguna que otra piedra de valor incrustada en el vestido, medio escuchaba lo que decía y medio me interesaba en partes.

Cuando acabamos la luz del sol se había ido, no me sentía cómoda conmigo misma porque todavía tenía un poco de enojo dentro de mi, así que sin esperar a alguna retención por parte de mi madre salí de casa despavorida para ir al lago, un lugar que no podría volver a visitar una vez que la nieve cayera.

Algo que me sorprendía y gustaba era que el clima se comportaba de manera loca, en un segundo podía ser tan caliente como las brasas de una fogata y al otro segundo ser tan frío como hielo, así que tratando de aprovechar las últimas noches de calor decidí ir y nadar una última vez.

Aún recordaba el ataque que tuve y como casi pude morir, pero eso no me detuvo, necesitaba salir de la aldea. Conforme el tiempo pasaba se me era más difícil permanecer en casa, hacía mucho que no hablaba con Taeri, ella estaba consumida por su amor con Jimin, para mi era imposible no sentirme feliz por ella. Me visitó cuando estuve en casa en con el pie lastimado, hablamos mucho y me contó los últimos acontecimientos de su vida, eran muchos.

Estar cerca del lago me daba tranquilidad, no sabía porqué pero de alguna manera ayudaba a mi turbada alma a sentirse en paz, era tan calmo, tan callado y sereno que casi podía quedarme dormida por aquí, talvez si construía un refugio o algo por el estilo...

Como la temperatura del agua era caliente y cómoda para mi cuerpo, empecé a desvestirme para nadar un poco, la luz de la luna no me dejaría sola y de cualquier manera nuca había temido a la oscuridad. Cerca del lago había una peña de donde fluía el agua que mantenía vivo este lugar, sin nada de ropa en mi cuerpo me acerqué a ella y recosté mi espalda en la roca para sentir como el agua caía sobre mi cabeza, probablemente me daría algún tipo de gripe contagiosa pero era tan bueno sentir el agua sobre mi que no me importó.

Mientras estaba bajo el chorro de agua, justo frente a mi estaba el bosque y el camino exacto por donde Jungkook me había llevado a aquella choza donde me besó como si no había mañana, donde me dejó con las piernas temblorosas y el corazón acelerado s un ritmo peligroso, también era el lugar donde había roto todas mis esperanzas de ser cercana a él porque sólo jugaba conmigo. Aún tenía resentimiento y no iba a olvidarlo fácil, no estaba seguro si era válido si quiera seguir intentando de alguna manera mantener mis sentimientos hacia él, talvez era tiempo de retirarlos y hacer a un lado esa parte de mi vida para concentrarme en lo que realmente importaba, impedir mi boda era mi prioridad.

Quedé viendo el inicio del sendero de un lado al otro, todo fue normal, tranquilo y bueno, pero mis ojos se toparon con los ojos rojos que ya había visto, aquellos que me visitaron a la ventana de mi habitación y me observaron sin detenimiento justo como ahora, esos ojos como llamas me miraron intensamente, estaba desnuda frente a ellos no solo de cuerpo, también de alma.

Me quedé paralizada y a la espera de que se acercara un poco más a la luz y así lo hizo, entonces lo vi, era un lobo, grande, temible y uno ya conocido. Era el mismo libro gris que me había abordado mientras yo esperaba que aquel lobo negro me asesinara. ¿No se suponía que debía venir y matarme? Este animal no se movió un paso más, se quedó ahí, permitiendo que yo le observara, inconscientemente empecé a caminar hacia él, pero solo di dos paso y él se alejó para perderse en las sombras y me dejó una vez más con la curiosidad a flote.

Hasta que se perdió en la oscuridad mi corazón empezó a temer, rápidamente me puse mi ropa y salí corriendo a casa.

¿Por qué ese lobo no me asesinó? O mejor aún ¿por qué quise acercarme a él?







Holaaaaa♡

Espero y hayan tenido una noche buena increíble al lado de su familia, pero si la pasaron sola pues también está bien. Personalmente mi familia y yo no somos muy amante a este tipo de celebraciones pero sí la pasamos a mena, hehe.

Feliz navidad chiquillas❤

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