-Le gustamos al loquito.-

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No me agradaba, ni siquiera, una pizca mínima, lo que estaba ocurriendo en estos momentos.

Sé que todos estábamos cansados y lastimados, pero debíamos proteger la ciudad, era nuestro lema, nuestro deber como Boufuurin.

El chico pelibicolor y yo, marchábamos al compás más rápido que tuviésemos, adentrándonos en las calles, esperando ansiosamente llegar al instituto Fuurin.

POV'S TSUBAKI.

Odiaba tanto los rumores, los conflictos y sobre todo, éste gran lío.

Apenas supe la noticia, me encaminé con el chico de cabello negro recogido, encontrándonos en el camino a Kanji.

Una vez llegamos a la ubicacióm exacta en la que se dirigían los líderes y causantes de ésta catástrofe, nos posicionamos como si de un escudo se tratase.

Ocupábamos espacio en la entrada del plantel educativo.

Vaya, ¿qué hacen aquí? -Escuché ese tono tan burlón que detestaba.

Defendemos lo que nos pertenece. -Hablé segura de mí misma.

Son un estorbo, quítense. -El chico tatuado hablaba, mientras que sus manos se movían, formando un gesto de sacudida.

Los pasos de ambos sádicos se acercaban al lugar, los chicos y yo, estábamos listos para luchar con toda la fuerza que nos quedase.

Vamos, acompáñame, tengo que mostrate algo, en la azotea. -Escuché detrás de la entrada principal, esa voz era completamente reconocible a distancia.

El muchacho de cabellos rojos y amarillos, traspasaba la reja del lugar, aceptando la entrada del que antes había hablado.

Volteé mi mirada, fijándome en el rostro del albino, Umemiya se veía completamente furioso; a decir verdad, era la primera vez que notaba ese semblante tan enojado que portaba en éste momento.

Al momento en que Takiishi ingresó, planeaba atacar las espaldas de Umemiya, siendo detenido por Yamato.

Espera, espera, te invitó a la azotea. -El pelinegro de tatuajes apacigüaba, pero para su desgracia obtuvo un fuerte golpe por su acompañante.

¿Qué les suceden a ellos? Pensaba rígida desde mi posición.

Ambos chicos se dirigían a la azotea, al ver aquello, mis acompañantes y yo, detuvimos a Yamato.

Espera, tú no fuiste invitado. -Golpeé con rudeza parte de su cuerpo trasero.

¿Por qué te metes en lo que no te incumbe? -Su mirada cambió, demostraba superioridad, esos ojos celestes, sembraban pánico.

Kanji y Suzumi comenzaron a batallar a la par junto a Yamato, y ahí estábamos, éramos un tres contra uno; era tan humillante ver cómo uno a uno caía rendido al suelo.

¿Ya te cansaste? -Yamato burló, mientras sujetaba de mis cabellos y sacudía de mi, lado a lado.

Mi cabeza dolía, estaba lastimada, mi cuerpo pesaba , me había plantado una derrota, todo estaba perdido... eso creí, hasta que los vi llegar.

Los chicos que habían ganado tanta fama en poco tiempo, los chicos que habían logrado crear rumores fuertes; los que consideraban los más fuertes actuales.

Esos ojos heterocromáticos de él, la intensidad en los ojos de ella, aquel mirar de ellos era el enfoque céntrico en cualquier situación.

POV'S (T/N).

Finalmente, habíamos recorrido el interminable camino, parece que hubiera estado corriendo en una larga e interminable serpiente.

Raramente, había silencio a las afueras del edificio, dejando ver la puerta de rejas abierta.

Una vez Sakura y yo nos adentramos al lugar, nos encontramos con aquella molestia, esa piedra en el zapato molestosa.

De verdad vinieron. -Fijé mi vista en el chico, incluyendo esa desagradable escena de Tsubaki y sus acompañantes.

Vamos, lean el ambiente. -Nuevamente esbozó un par de palabras vagas.

Suéltala. -Lo miré seria, no me gustaba lo que veía, tampoco toleraba su tono de voz burlón.

¿Cómo te atreves? -Intervino mi compañero.

¿A caso es su problema? -El pelinegro dejaba escapar una sonrisa arrogante.

De un solo impulso me acerqué frente a él.

Eres un idiota. -Salió de mi boca, mientras proporcionaba una patada alta a su rostro, dejando que sangre escapase de su nariz.

Ya veo que la niña tiene fuerza. -Detuvo el sangrado, mientras me veía.

Veamos qué tienen. -El chico de mirada afilada desafió. -Muéstrenme, qué tan ciertos son aquellos rumores. -Su burla se hacía presente en forma de una risa alta.

Tsk, qué desagradable.- Dije molesta ante su comentario.

Allá vamos. -La mirada de Sakura se había vuelto en algo curioso, como si un arma apuntase un objetivo.

Ésto es malo. -Me quejé para mí misma al haber notado la vista del chico de cabellos distintos, eso significaba una cosa.

No me prestaría atención.

No puede ser, si no logro hacer que salga del trance, no podremos trabajar juntos.

Ugh. -Solté en forma de quejido al tener aquellos pensamientos rápidos.

El ambiente era tenso, el ojiceleste no golpeaba de forma rápida, pero si con determinación.

Mientras que Sakura golpeaba y esquivaba con velocidad.

Ambos chicos presentaban sangre.

Agarré valor y corrí en dirección de ambos muchachos, dando movimientos bajos, provocando que Yamato bajase su guardia y Sakura le plantara sus puños en la cara.

Me acerqué a Sakura, su mirada aún presentaba un enfoque único.

Bueno, si no se puede, hay que unirse. -Hablé por lo bajo rendida.

¿Qué sucede, muñeca? -Yamato me veía entre risas.

Cállate, eres un fastidio. -Respondí y ataqué al burlón, su cara presentaba sangre en sus alrededores, pero yo no me quedaba atrás; había recibido un fuerte golpe en mi zona estomacal, provocando una fuerte tos, agarrando bocanadas de aire.

¡(T/N)! -Al fin había salido el chico heterocromático de su trance.

¿Son noviecitos? -El de cabellos oscuros había preguntado con gracia.

¡Qué te importa! -Mi mejor amigo había respondido exaltado.

Entonces, no te molestaría que haga ésto con ella. -Sentí como se posicionó de trás de mi, sus brazos se posaban delante de mi pecho, haciendo una acorralada entre él y yo, mis brazos estaban firmes ante su agarre.

¿Qué quieres? -Le pregunté forcejeando, intentando soltarme de su agarre.

Sus manos apretaron con fuerza el agarre que tenía, ejerciendo más presión en mi torso, comencé a sentir esa sofocación tan asquerosa.

Quizá, un trato. -La lengua del chico había estado presente en el lóbulo de mi oreja, subiéndola de a poco y recorriendo todo el filo de mi oreja derecha.

¡Suéltala! -Vi como el chico de Fuurin corría y elevaba con fuerza su pierna, haciendo que el que me tenía sujeta, me soltase.

Mi cuerpo cayó de forma brusca al suelo, dejándome todo el peso sobre mis rodillas, qué dolor, solo me limité a quejarme.

Qué lindo suenan  tus quejidos, bonita. -El contrario había dicho sonriente, mientras limpiaba su rostro de cualquier rastro o camino de líquido espeso rojo.

¡¿Qué quieres?! -Escuché a un Sakura molesto.

Si se unen a nosotros. -Pausó y esbozó una sonrisa engreída.
Haré que los tipos que traje a la ciudad se retiren. -Alzó sus manos, como si alguien estuviese apuntándolo con un arma.-Y mejor aún, no me volveré a meter con Fuurin. -Terminó su párrafo.

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