Capítulo 6: Nastrand
Al pisar las arenas de Nastrand me doy cuenta que este será un desafío para mí. Desconozco si otro mortal ha llegado aquí antes, dudo mucho que los Mercenarios de Hel hayan tomado este desvío.
Debería sentirme afortunada.
Tal como dijo Vördr, aquí hay una gran cantidad de cadáveres recostados, con serpientes de color negro en sus cuerpos reclamándolos como parte de su propiedad.
Todos parecen ignorarnos por completo, puedo ver en sus rostros demacrados y calavéricos la agonía de estar en un eterno limbo entre la vida y la muerte que ya no les importa nada a su alrededor.
Mientras camino, pienso que debería sentir piedad por ellos, pero no. En vida, éstas personas fueron criminales y seres despreciables que no merecen ninguna clase de perdón.
Aún así, no me siento muy convencida de este pensamiento, ya que seré quien envíe a todos los maleantes cuando me convierta en mercenaria.
— ¿Estás bien? — Vördr me dirige la palabra - Parece como si no estuvieras aquí, ¿Ocurre algo?.
— No lo sé, siento algo de lástima por estas almas quienes terminaron aquí, pero creo que es el castigo que merecen por llevar una vida tan impura.
— Si esperas convertirte en una mercenaria, deberás ignorar tales pensamientos Iduna, tú serás la jueza en el mundo de los vivos, serás quien envíe a éstos hombres por el bien de los demás.
— Dudo mucho que sea una justiciera, seré una asesina a sueldo que podrá ser absuelta de sus crímenes al morir.
— Todavía estás a tiempo de arrepentirte, piénsalo bien.
— No, esto es lo que quiero. Quiero convertirme en una mercenaria, es cuestión de honor.
Me adelanto y recorro lentamente estas arenas con precaución, intentando no tocar a las personas quienes yacen aquí.
En el fondo siento lástima por ellos.
Se oyen las olas del mar de Nastrand, en general no es muy diferente a Arendelle en donde el mar golpeaba con fuerza el roquerío.
Sería una postal más o menos agradable si no fuera por que en el agua hay algunos restos humanos como brazos y torsos, además de algunos cuerpos ya en un avanzado estado de descomposición.
¡Por los Dioses!, ansío volver a Arendelle, debí disfrutar más de sus cálidas aguas cuando niña.
Miro al suelo y observo que las serpientes están algo inquietas, miro también aquellas que se posan en los cadáveres y también parecen estar ansiosas.
Elevan sus cabezas y parecen como si estuvieran mirando hacía todos lados en busca de algo.
¡Cruaaac! ¡Cruaaac!
Oigo a algunos cuervos provenir desde el cielo.
De pronto, noto a Vördr que está a unos pasos detrás de mí. Su rostro denota concentración y sus dedos se mueven como los de una hechicera que trata de realizar un conjuro.
— ¿Qué ocurre? — Lo miro fijamente.
— Algo no está bien, el suelo se mueve — Mira por todos lados.
— Yo no siento nada.
— Será mejor irnos de aquí, tengo un muy mal presentimiento.
Cuando ya nos disponíamos a marcharnos, un olor estupefacto surge de aquellos cadáveres quienes agonizaban. Mis ojos lloran ante tal hedor.
De repente, observamos en el mar como una especie de serpiente gigante de ocho metros, con alas de color verde oscuro consume algunos cuerpos que flotan esas oscuras aguas.
— No puede ser…es imposible — La expresión de Vördr es de pavor, algunas gotas de sudor caen de su rostro.
— ¿Qué es eso? — Retrocedo un poco al ver como esa cosa se acerca con lentitud.
— Es uno de los monstruos de Hela — Vördr parece haber entrado en un estado de pensamiento profundo — Ella no suele liberar a éstas criaturas como si nada.
— ¿Qué quieres decir?
— Sospecho que Hela te está siguiendo.
— ¿A mí?, ¿Por qué?
— No estoy seguro, pero creo que de algún modo lograste llamar su atención.
— ¿Qué?, ¿No estarás hablando en serio?, ¿Verdad?.
— Debes creerme, nunca antes había visto algo similar a esto.
— ¿Tienes algo en mente? — Inhalo y exhalo controladamente.
— Será mejor salir de aquí, estamos en completa desventaja si nos enfrentamos a esa cosa.
De pronto, la serpiente parece detener su actuar y nos observa con sus ojos de color rojo intenso.
Inmediatamente, se sumerge en el mar y avanza hacía nosotros con rapidez.
— ¡Corre Iduna! — Grita Vördr.
Sin pensarlo, con la adrenalina en todo mi cuerpo tomo la delantera y me muevo sin complicaciones, ignorando el peso que llevo a mis espaldas.
Miro rápidamente hacía atrás, y la veo salir al ritmo de las olas hasta tocar tierra firme.
A este paso podremos escapar de la playa e irnos a campo abierto.
Ambos intentamos atravesar a los cadáveres vivientes sin ponerles un pie encima.
Pero, cuando ya creí que podríamos salir de aquí, una mano sostiene con firmeza mi tobillo izquierdo, haciéndome perder el equilibrio y caigo abruptamente al suelo.
Miro con escalofríos como uno de los cadáveres de aspecto calavérico sostiene mi tobillo, sus ojos ya podridos se posan en mí.
—Muere... — Es lo que parece pronunciar con lo poco que le queda de energía.
Miro atrás y noto que Vördr está en la misma situación que yo a muchos metros detrás de mí, sus dos tobillos están siendo sujetados por dos personas diferentes. Con agresividad logra safarse de ellos.
No puedo creerlo, antes ellos nos ignoraban completamente, pero ahora que esa cosa se acerca a nosotros, pretenden ofrecernos como una especie de sacrificio.
— ¡Debes atacarlo Iduna!, ¡Se acerca!
Con mi corazón latiendo, pateo con mi pierna libre sin misericordia alguna al hombre destruyendo su cráneo
hasta que finalmente me libero de éste.
Examino mi bota por un momento y veo que está empapada de sangre.
Trato de ponerme de pie, pero me veo impedida al ver como el monstruo de Hela se ha parado en posición vertical, al verlo, es más grande de lo que imaginé, es imponente, sus alas extendidas deben medir alrededor de cuatro metros cada una.
Inesperadamente, salta hasta que sus alas le permite volar, sube rápidamente por los cielos y se posiciona para caer justo encima de mí como una bala de cañón al descender.
— ¡Muévete Iduna! — Oigo la voz de Vördr muy cerca.
No puedo actuar, me siento totalmente paralizada, no puedo levantarme, mis ojos solo miran como esa cosa pretende caer sobre mí.
Tengo miedo…
Antes de que la serpiente alada pudiera caer, siento una fuerte patada en mi estómago. Miro sorprendida como Vördr tiene la planta de su pie en mí, el impacto y la fuerza de su golpe hace que me arroje muy lejos y caigo a unos metros de distancia de forma abrupta y sin consideración.
Gracias a los Dioses que mi mochila y mi ballesta sirvieron para amortiguar algo la caída.
De pronto, la tierra se remece y se levanta una gran cantidad de arena y partes de cadáveres vivientes por los aires.
La criatura ya realizó su aterrizaje.
Estoy viva…
…debo ser fuerte, no puedo permitirme paralizarme en un momento así, ¡Debo actuar!, ¡Debo poder moverme en los momentos de flaqueza!.
¡Derrotaré a esa cosa, cueste lo que cueste!.
¡Yo soy una guerrera!
La arena se disipa, tomo mi ballesta entre mis cosas, con un fuerte dolor en mi cuerpo producto de la caída, y el sorpresivo ataque que recibí de Vördr en mi estómago.
Cargo la ballesta con una de mis flechas y apunto a la serpiente que se levanta nuevamente, dispuesto a realizar un segundo ataque aéreo.
— ¡No te lo permitiré! — Disparo mi flecha hasta impactar uno de sus ojos.
El grito de dolor y desesperación de esa cosa hace que mis tímpanos exploten.
— ¡Bien hecho Iduna!, ahora es mi turno — Veo a Vördr venir desde mi costado derecho, luce malherido y con cortes en su rostro — Cierra los ojos, esto podrá ser molesto para la vista.
Siguiendo sus órdenes, cerré mis ojos y concentré mis sentidos en mis oídos que se están recuperando del fuerte grito producido por Nidhogg.
— ¡AAAAAh! — Oigo el grito de Vördr mientras puedo ver a través de mis párpados como una fuerte luz surge en frente de mí.
Tapo mis ojos con ambas manos, dejando caer mi ballesta producto del fuerte esplendor que produce Vördr.
Un segundo grito se escucha provenir de la criatura que nuevamente hacen que mis oídos sufran.
— Ya puedes abrirlos Iduna — Me ordena mi compañero de viaje luego de algunos segundos.
Al abrirlos con cierta dificultad, noto espantada como el cuerpo de la serpiente está reducido ahora en cenizas, también todo a nuestro alrededor luce con restos de incineración.
Sólo algunos cadáveres lograron sobrevivir.
— ¿Qué fue lo que hiciste? — Inhalo y exhalo pesadamente.
— Utilicé mis poderes de fuego, gracias a tí, esa cosa perdió momentáneamente la orientación y eso me dió el tiempo suficiente para preparar mi ataque, el cantidad de energía no puede ser vista por ningún mortal sin que sus ojos se derritan, su luz es demasiado potente.
— Increíble.
— Por cierto, lo siento por golpearte, estabas paralizada y debía alejarte de allí antes de que impactara encima de tí.
— No te preocupes, hiciste lo correcto, no puedo darme el lujo de estar paralizada en un momento así — Llevo mis manos a su rostro para ver los diversos cortes que tiene — No te ves nada bien.
— Podría decir lo mismo de tí — Suelta una risa en tono de burla — Tienes mucha sangre en tu rostro.
— ¡¿Qué?! — Suelto mis manos de Vördr y las llevo a mi cara. Al ver mis manos, puedo comprobar por mi cuenta que realmente tengo mucha sangre — ¿Se ve muy mal?
De algún modo me siento como si estuviera descubierta.
— Nada que el agua no pueda quitar — Ríe — Vamos, cerca de Helheim hay un río en donde podemos refrescarnos.
— ¿Crees que esto haya sido una prueba? — Pregunto al ver la playa de Nastrand incinerada.
— No lo sé, pero si Hela querría que la fueras a visitarla en su palacio, creo que ya encontró la manera de enviarte el mensaje.
— Que poco ortodoxo su forma de actuar — Doy un bufido.
— Es Hela, no es una Diosa que siga las reglas lógicas de los mortales.
— ¿Crees que tendrás problemas por acabar con esa criatura?
— No me importa, era esa cosa o nosotros. No quiero seguir aquí ni un minuto más, vámonos, Hela nos espera.
— ¡Tienes razón!, tendremos que darnos prisa si queremos llegar antes del anochecer.
Recogo mi ballesta y mi mochila.
Caminamos nuevamente por el césped, dejando atrás todo el desastre dejado.
Tengo mucho en que pensar, la idea de ser una mercenaria para enviar a las personas a sufrir en este lugar choca un poco con mis ideales.
No quisiera convertirme en una asesina.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro