Capítulo 10: Sangre, Fuego y Dudas
Hela con elegancia se retira de su trono y me invita al centro de la sala, donde hay suficiente espacio para pelear.
El cuervo que estaba en sus hombros se marcha por donde vino.
— Puedes elegir cualquier arma que desees, pero no utilizarás tus poderes de hielo. Por mi parte yo hare lo mismo, quiero ver todo tu potencial.
— Trato hecho — Utilizo mi ballesta y hago un lado todo mi equipaje. Tengo alrededor de veinte flechas, si no logro derrotarla con todas ellas, utilizaré mi cuchillo de mi cintura como último recurso.
Hela con sus poderes materializa una espada negra que reluce bastante.
— Estoy lista — Se muestra confiada.
Cargo mi ballesta y me alejo de ella, a la espera que haga su primer movimiento.
Mi estrategia es bastante simple: Disparar, correr y cargar. Pero de todos modos tengo miedo. No me enfrento a un enemigo cualquiera, me estoy enfrentado a la Diosa del Inframundo y aunque no utilice sus poderes, nada se sabe que clase de trucos debajo esconde.
Vördr por su parte está alejado de nosotras, nos observa con mucha dedicación. Supongo que por su cabeza deberá estar pensando en cada movimiento, al igual que en una partida de ajedrez.
Hela corre con su espada directo hacia mi.
Disparo directamente a su cuerpo.
Como me lo esperaba, ella logra esquivar mi tiro, por lo que me veo obligada a alejarme de ella y correr.
Nuevamente disparo, pero esta vez logra detenerlo con su espada.
Trato de coordinar mis movimientos entre correr y cargar, no es algo tan difícil, pero ciertamente requiere de mucho esfuerzo.
Una vez más disparo, pero esta vez a sus pies.
Con un movimiento elegante logra saltar mi tiro y corre con más velocidad hacía mí.
Increíblemente Hela logró recorrer una gran distancia en casi dos segundos. Ahora mi cara está frente a la suya.
Hela patea mi estómago y me arroja lejos de ella, lo que hace que me arrastre por el frío mármol, separándome de mi arma que cae a unos pasos delante de mí.
— Eres tan predecible, los ballesteros son iguales, no han cambiado su forma de actuar en cientos de años — Realiza unos movimientos circulares con su espada — Sin esto no eres nada.
De pronto, clava su espada contra mi ballesta, destruyéndola en mil pedazos.
— ¡No! — Digo en voz baja.
Hela se acerca lentamente y con su espada delante de su cabeza la deja caer para dar el golpe de gracia.
Antes de que pudiera matarme, saco mi cuchillo e intercepto su ataque con dificultad.
La presión que ejerce sobre mí es brutal, estoy en clara desventaja. Tendré que buscar alguna manera de ponerme de pie y regresar al combate antes de que acabe conmigo.
— Yo soy diferente — Le digo con dificultad — No soy una simple ballestera, ¡Soy una guerrera! y por sobre todo ¡Una Northuldra!.
Por un momento dejo de ejercer presión, y con rapidez ruedo hacía mi derecha. La espada de Hela impacta el suelo, lo que me permite safarme y levantarme.
— Eres hábil niña, creí que sería más fácil. Ahora sí pelearé en serio — Levanta su arma y corre a toda prisa nuevamente.
Defiendo de su ataque con mi cuchillo en forma horizontal. Pero esta vez Hela me da una patada en una de mis costillas, haciendo que pierda un poco la estabilidad.
Doy unos pasos atrás para esta vez tomar la iniciativa y atacar.
Tal vez con un cuchillo no pueda hacer mucho daño, mi estrategia es atacar directamente a su espada y buscar alguna alternativa para golpearla.
Mis ataques son cada vez más rápidos, trato de no entregarle tiempo de descanso. Su defensa es buena, no parece estar preocupada ni cansada, su lado humano denota concentración.
Doy un salto largo hacía atrás para descansar. Mi corazón late muy rápido y mis dedos están adoloridos de sostener firmemente el cuchillo.
Tomo valor y corro hacía ella con mis fuerzas con la clara intención de apuñarla.
Con un movimiento rápido y elegante con su espada ataca contra mi cuchillo haciendo que ésta se desprenda de mi mano muy lejos de mí.
Rápidamente utilizo mis puños para golpear su rostro, pero ella los esquiva, posteriormente se aleja un poco para recuperar energías.
Me siento frustrada, no he logrado dañarla ni un poco; en cambio ella me ha desarmado por completo. Ahora no tengo más opción que ocupar mi cuerpo para vencerla.
Podría recoger mi cuchillo, pero Hela es bastante rápida y en cuanto baje la guardia, ella me atacaría sin piedad.
Observo de reojo a Vördr, él solamente observa detenidamente.
Todavía tengo una alternativa, y es usar mis nuevos poderes, pero eso sería perder todo mi honor. ¡No puedo hacerlo!, lucharé con mis convicciones intactas.
¡Iré por todo!
¡Es ahora o nunca!
Retrocedo un poco y corro hacía Hela. Pretendo dar un salto antes de llegar a ella y atacar su mano que sostendrá su espada de manera defensiva con mis dos piernas juntas, así se desprenderá de su arma y podré golpearla directamente a su rostro y dejarla inconsciente.
Ya me estoy acercando, doy un salto. Subo las piernas a la altura de mi pecho, Hela cubre su cuerpo con su espada en posición horizontal, tal como adiviné.
Extiendo ambas piernas para impactar su muñeca.
Pero…
Ella gira su cuerpo sobre su propio eje. Ya no estoy frente a Hela, ahora ella está a mi izquierda.
¿Cómo pude caer con un movimiento tan sencillo?, ahora estoy expuesta a su ataque.
Veo como todo transcurre lentamente mientras mis piernas esperan caer a suelo firme.
La Diosa del Inframundo toma de mi cuello hacía abajo, haciéndome caer abruptamente al suelo y con su otra mano clava su espada en mi hombro
— ¡AAAAAAHG! — Exclamo de dolor al sentir el filo de su arma cruzar mi piel.
Reiteradas veces clava su espada en diferentes partes de mi cuerpo. Mis gritos de dolor son evidentes, no puedo moverme, su mano me asfixia, me veo impedida de respirar.
La sangre sale de mi cuerpo con cada ataque.
Hela se detiene y pone su pie en mi pecho.
— Creí que serías una rival digna, pero sin tus armas no eres nada. Ya es hora de que te dé el golpe final y terminar con tu sufrimiento.
Eleva su espada y la deja caer, pero esta vez es distinto, noto como fluye una estela oscura alrededor de su arma.
Su ataque atraviesa mi pecho. Siento un fuerte ardor dentro de mí.
— ¡AAAAAAH! — Lloro producto del dolor.
— Estás acabada, vivirás aquí por siempre — Sonríe Hela — Con mi ataque, tus heridas no sanarán tan pronto. Mi poder de fuego oscuro no puede ser contrarrestado fácilmente, sólo alguien con la suficiente energía podrá hacerlo. Para tu mala suerte, ningún humano ha sobrevivido para contarlo.
— ¡Espera! — Exclama Vördr — ¡Dijiste que no podían utilizar sus poderes!
— Mentí — Confiesa Hela con descaro — No tengo por que aceptar las reglas de los humanos. Sus promesas y juramentos son tan vacías para mí.
Retira su espada de mi cuerpo. Veo mi sangre manchando su arma.
El dolor es tan insoportable que no puedo moverme.
Este es mi fin.
— ¡Ya verás! — Veo como Vördr corre a toda prisa formando unas llamas en sus dos manos.
— Esto es por acabar con mi hermosa criatura — Suspira Hela.
Con despreocupación chasquea sus dedos y forma una barrera oscura que rodea a Vördr. Él puede moverse de ese lugar, mira hacía todos lados en busca de una salida.
— Eres un idiota Vördr, ¿Lo sabías?, no entiendo por qué decidiste acompañarla, ahora por tu culpa ella morirá delante de tí — Lo mira con rechazo — Disfruta tus últimos minutos de agonía niña, pronto ya no sentirás dolor.
— ¡No! — Grita Vördr — ella no morirá, ella es diferente, es una guerrera. Ha venido hasta aquí para demostrarse a si misma, ella volverá a su mundo, ella se convertirá en la líder de su pueblo. ¡Iduna acabará contigo Hela!.
Vördr…gracias…pero esto es el fín…perdí.
— Vaya que eres testarudo. En fín, esas fueron palabras muy emotivas Vördr, para una humana tan insignificante, ¿Cómo se llamaba?…¿Iruna?…¿Ikuna?, en fín da igual.
Se aleja de regreso a su trono. Sus tacones resuenan en la sala y la punta de su espada es arrastrada por el suelo.
Siento como todo transcurre lentamente. Cierro los ojos para no sentir más dolor.
Sin embargo…
…mis heridas están sanando muy rápido. El umbral de dolor disminuye, siento como una energía muy cálida corre por mi sangre.
— Me…llamo I…Iduna — Digo con debilidad.
— ¿Huh?, ¿Qué dijiste? — Se detiene para mirarme. Me fulmina con su mirada, una mirada que ya he visto antes.
— Yo…tengo…un…nombre — Respiro profundamente — Y…ese…es…Iduna.
— ¿De qué estás hablando? — Ríe con descontrol.
— Te arrepentirás de haberme subestimado Hela. No eres la única… todos me han mirado en menos… creen que soy…débil, que no puedo encajar con los demás, que no soy nadie especial — Lentamente me pongo de pie, ya mis heridas se han cerrado, la hemorragia se detiene — Esto no es nada, yo puedo derrotarte.
— Imposible — Me mira sorprendida — Nadie antes ha sobrevivido a mis poderes
Esta cálida sensación que tengo en mis manos. Papá alguna vez me mencionó sobre ella. Debo intentarlo.
Chasqueo mis dedos y tal como me lo imaginé: Un destello de fuego surge y desaparece de inmediato.
— ¡Controlas el fuego! — El rostro de Vördr luce impávido.
— No puede ser — Mira sorprendida — Ningún ser humano puede concentrar tal nivel de energía, es casi imposible que pueda alguien controlar dos elementos a la vez.
— Esto no ha terminado Hela, la segunda ronda ya va a empezar — Chasqueo nuevamente mis dedos — Ahora estamos en igualdad de condiciones.
La miro con confianza, pero aún así me siento insegura por dentro. Esto es bastante repentino, ¿Por qué debió ser ahora?, ¿Por qué me entero de que también tengo el control sobre el fuego?. Vördr tenía razón, mis poderes surgen en situaciones extremas.
Además, efectivamente herede algo de él.
Sin importar nada, iré con todo. El deseo de volver a casa, visitar Arendelle y ver a Papá y a Mamá es más fuerte, ¡Ese es mi objetivo!
Centro mis energías y arrojo una llamarada a Hela.
Ella intenta repeler el ataque con una barrera oscura, pero ésta se destruye y cae lejos de su posición original.
Veo como se separa de su espada.
Camino hacia la barrera que custodia a Vördr y centro todas mis fuerzas en congelarla, para luego utilizar el fuego y romperla en pedazos.
— Podría acostumbrarme a esto — Digo con orgullo.
— Eres increíble Iduna — Veo a Vördr a los ojos — Jamás vi a nadie utilizar ambos elementos, eres única.
Me sonrojo momentáneamente ante los halagos de Vördr.
— Gracias — Intento mostrarme segura — Pero esto no ha acabado, debo vencer a Hela.
Me dirijo hacía ella que intenta ponerse de pie.
— ¡No lo harás! — Doy un paso firme para congelar el piso exactamente en el punto donde ella se encuentra.
Al igual que un reno en un lago congelado ella se resbala de manera muy torpe.
— No caeré ante tí mocosa. ¡Te enseñaré quien manda aquí! — Desde el suelo me arroja una bola de fuego negra.
Intuitivamente bloqueo su ataque con mi antebrazo y el fuego se desvanece ante mí.
— ¿No tienes nada más que ofrecerme? — Me estoy acercando a su posición.
— ¡TOMA! — Con ambas manos arroja una llamarada potente.
Realizando un movimiento con mis manos de abajo hacía arriba logro formar una gran barrera de hielo que contiene su poder. De inmediato mi barrera se derrite.
— No podrás contra mí Hela — Le doy una fuerte patada en su mentón. Ella cae de espaldas con su rostro observando el techo de su templo.
Pongo mi pie en su pecho, tal como lo hizo conmigo.
Con mis manos arrojo un rayo congelante que cubre sus manos. Así, ella no podrá realizar ningún movimiento.
— ¿Qué es lo que harás? — Trata de respirar con mi pie encima de ella.
— Hay algo que quiero saber y tú me ayudarás a responderla — Mis ojos la observan con odio y resentimiento.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro