011
— Yo... no estoy segura. — murmuró Irina nerviosa cuando Cauis le preguntó sobre la niña. — No es la misma, pero creo que es la misma niña. Lo que quiero decir es que ella ha cambiado. Esta niña es más grande que la que vi, pero...
Podía sentir la furia de Caius aumentando por momentos y Aro también podía ver lo mismo que yo. Esa no fue la forma en que actuó Aro, impulsivamente, así que habló.
— Mantén la calma, hermano. Tenemos tiempo para resolver esto. No necesitas apresurarte.
Cauis gruñó y se alejó.
— Ahora, querida. Muéstrame lo que intentas decir. — Aro tomó la mano de la informante y la sostuvo brevemente. — ¿Lo ves, Cauis? Es sencillo conseguir lo que necesitamos. — dirigió su atención a Carlisle. — Parece que tenemos un misterio entre manos. Esto parecería como si la niña hubiera crecido. Sin embargo, el primer recuerdo de Irina fue claramente el de una niña inmortal. Curioso.
Bree se había detenido a mi lado. La miré notando que su mirada estaba enfocada en los Cullen. Sabía que estaba agradecida con el clan por salvarle la vida y la forma en que Marcus la miró me hizo confirmar el vínculo entre ellos.
— Esto es exactamente lo que intento explicar.
La voz de Carlisle devolvió mi atención a la discusión.
El patriarca Cullen volvió a ofrecerle la mano, pero Aro claramente no estaba interesado en leer sus recuerdos sino los del lector de mentes. Sería una perspectiva totalmente diferente.
— Prefiero que la explicación la dé alguien más central en la historia, amigo. — ¡Bingo! — ¿Me equivoco al suponer que usted no cometió esta violación?
— No se rompió ninguna ley.
Carlisle lo negó nuevamente.
— Sea como sea, recogeré todas las facetas de la verdad. — la apariencia de Aro y su tono de falsa calma se vieron afectados. — Y la mejor manera de lograrlo es tener la evidencia directamente de tu talentoso hijo. —Luego miró al lector de mentes. —
Dado que el chico se aferraba a su compañera recién nacida, asumo que Edward está involucrado.
Mis ojos volaron hacia el vampiro y la niña. Realmente, si la niña no es inmortal, ¿cómo es que la chica recién creada está tan cerca de ella? Aún recuerdo todas las veces que perdí el control luego de mi transformación, todas las vidas que tomé, cada una de sus caras.
Cuando el vampiro caminó hacia nosotros, su mirada se posó en mí por unos segundos, lo cual fue suficiente para que Aro notara una interacción entre nosotros. De cualquier manera, iba a descubrir sobre mí y mi compañero a través de sus recuerdos, así que cuando su mirada inquisitiva cayó sobre mí durante 2 segundos, mi única reacción fue encogerme de hombros.
Observé la temerosa reacción de todos los Cullen. El intercambio de miradas entre el compañero de Edward y mi hermana, Jane, quien parecía inmensamente feliz de tener una visión tan clara del vampiro.
Edward le ofreció su mano a Aro quien no dudó en aceptarla. Leer los pensamientos de Edward me preocupó un poco, Aro se enteraría de mi conexión con ese clan. Bueno, con un miembro de ese clan. Un vínculo que sería tan fuerte y poderoso como el que tengo con mis hermanos, como el que me mantiene en guardia.
Cuando Aro finalmente terminó, no pude distinguir su rostro. Fue una gran mezcla de admiración, sorpresa, envidia, enfado, miedo y no sé cuántos sentimientos más. Y luego, cuando volvió a mirarme, sentí una necesidad abrumadora de esconderme más debajo de mi capucha.
— ¿Ahora entiende? — cuestionó Edward, atrayendo la atención de Aro nuevamente hacia sí mismo. Aro todavía no había soltado su mano.
— Sí, lo entiendo, efectivamente. — respondió Aro. — Dudo que dos dioses o mortales hayan visto alguna vez con tanta claridad.
Se oyeron murmullos de sorpresa por parte de nuestro lado. Todos quedaron sorprendidos por la reacción de Aro.
—Me diste mucho en qué pensar, joven amigo. Mucho más de lo que esperaba. ¿Puedo conocerla? — preguntó ansioso señalando a la niña. — Nunca imaginé la existencia de tal cosa en todos mis siglos. Qué adición a nuestras historias.
Después de algunas pequeños diálogos, Aro caminó hacia el centro del campo de batalla con Renata detrás, Félix a un lado y Demetri y yo al otro. La chica recién creada nos recibió en el medio con la niña en su espalda, junto con el lobo y el gran vampiro cuyo nombre, si no me equivoco, es Emmett.
Este último en cuestión me dio una mirada divertida y estaba casi segura de que tenía algo que ver con mi compañero.
— Escucho su extraño corazón. Huelo su extraño olor. — dijo Aro asombrado. Luego miró a la chica recién creada. — La inmortalidad te senta bien querida Bella. Naciste para ser vampira.
Por primera vez desde que llegamos, me detuve para examinar a la neófita. Aro tenía razón, ella se veía mucho mejor así.
— ¿Te gustó mi regalo? — cuestionó refiriéndose al viejo collar que llevaba la neófita en el cuello.
Quizás se lo puso como señal de paz o algo así. No es que les ayude de ninguna manera.
— Es hermoso y muy generoso de tu parte. Gracias. — Le agradeció. — Probablemente debería haber enviado una nota.
Aro sonrío.
— Es sólo una cosita que tenía por ahí. Pensé que podría complementar su nuevo rostro y así fue.
La reacción de Jane no había sido la mejor, por supuesto. Su adoración por Aro a veces me confundía e incluso me asustaba.
— ¿Puedo ver a la niña? — sabía que no era una pregunta.
Mi atención volvió a ellos. Miré hacia atrás y vi a Bree mirándome expectante. Ella no tenía idea de lo que iba a pasar y tampoco podría, ya que es la miembro más joven de la guardia y nunca ha participado en algo así.
Demetri me mira a mi lado, tal vez quería decirme algo, o hacer algún comentario inconveniente, pero estábamos demasiado cerca de Aro y no sería inteligente hacerlo.
— Hola, Renesmee. — Aro saludó a la pequeña, quien miró a su madre esperando su confirmación.
Ella era adorable.
— Hola, Aro. — Su voz era tan adorable como su apariencia.
¿Que es eso? Escuché a Cayo preguntar bruscamente detrás de nosotros.
— Mitad mortal, mitad inmortal. — murmuró Aro sorprendiendo a todos. — Concebida y llevada por esta recién nacida cuando aún era humana.
— Imposible. — dijo Cauis con desdén.
— ¿Crees que me engañaron, hermano? — Aro estaba mostrando sutilmente quién manda. — ¿Los latidos que escuchas también son un truco?
Cauis hizo una mueca. Y después de un discurso casi alentador para los Cullen proveniente de Aro, se acercó a la adorable niña, pero lo que hizo a continuación nos sorprendió a todos: se asomó de los brazos de su madre y tocó el rostro de Aro con las puntas de sus dedos.
Segundos después Aro dijo:
— Impresionante. — una vez más su tono nos sorprendió.
¿Qué acaba de pasar aquí? ¿Un don?
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