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Pasé mucho tiempo evitando pensar en los Cullen, tratando de no pensar en uno en particular.

Pero ahora... ¿esta acusación? Por mi vida no puedo imaginar que Carlisle sería cómplice de algo como esto, principalmente porque conoce las leyes de nuestra especie, ha vivido con nosotros por un tiempo y sabe de lo que somos capaces.

No sé qué me asusta más, si saber que pronto lo volveré a encontrar, o saber que su existencia corre peligro, junto con la de toda su familia.

Por lo que supe de Bree, había rumores alrededor del castillo e incluso en sus misiones de guardia, los Cullen están reuniendo un ejército, testigos o lo que sea.

Por lo que sé de Carlisle no tiene intención de pelear, siempre ha sido el más pacífico de nosotros, y fue precisamente por su esencia era tan pura que no pudo seguir viviendo con nosotros.

Los Volturi son indignos de tu amabilidad y generosidad.

Carlisle es un caso especial entre nuestra especie y estoy segura de que su clan debe seguirlo en este legado.

Pero a Aro no le importan tus buenas intenciones, solo quiere una buena razón para destruir al segundo clan más grande de nuestro mundo, el único mínimamente capaz de enfrentarse cara a cara con nosotros.

Todo esto, toda esta revuelta y todo este teatro de leyes violadas...Todo esto es sólo una forma para que Aro consiga lo que quiere: Alice y Edward Cullen. Más concretamente sus dones para completar su colección de vampiros especiales.

La ambición de Aro va más allá de los límites de lo saludable.

-¿Jean?

Dejé el libro que fingí leer y me enfrenté a Demetri parado frente a la mesa donde estoy en la biblioteca.

-Tenemos que dejar de reunirnos aquí. - murmuro con un poco de humor. -Me imaginé que hoy estabas de mal humor. - comenta lo mismo, mirándome a los ojos. - Después de todo, los Cullen están condenados.

Sonrío un poco, burlándose de él.

-¿Solo ellos? - inclino mi cabeza hacia un lado y veo sus ojos entrecerrarse. -El juego no se acaba hasta que se termina.

-¿Y se supone que eso tiene algún sentido? - el vampiro pregunta, todavía sin quitarme los ojos de encima.

-Para bien entendedor pocas palabras. - me encojo de hombros, cierro el libro que estaba leyendo y lo dejo a un lado. -Tendría un poco más de fe en los Cullen... Tú me conoces, sabes que mi intuición nunca falla.

-No dejes que Aro te escuche hablar así, Jeanna. - esta vez parecía estar realmente preocupado por mí.

-Aprecio tu preocupación, pero no hay nada que temer. - cogí el libro que estaba leyendo antes y caminé a velocidad humana hasta el estante de donde lo había tomado.

Podía sentirlo siguiéndome por toda la biblioteca, pero simplemente lo ignoré. Estaba a punto de salir del lugar, pero su mano en mi muñeca me detuvo.

-Los Cullen están condenados. - murmuró Demetri, girándome hacia él y mirándome a los ojos. -Sea lo que sea que te pase por la cabeza, tampoco te condenes.

-Estaré bien. - aseguré soltando mi muñeca de su mano. - Nos iremos todos. No te preocupes.

Una vez más, antes de que pudiera salir de la habitación, Demetri me detuvo, pero esta vez con una frase:

-No estoy dispuesto a perderte. Mucho menos por un Cullen. - dijo con firmeza.

Parecía haber reunido el coraje que le había faltado durante todos estos siglos para sincerarse sobre sus sentimientos por mí.

-No puedes perder lo que nunca te perteneció, Demetri. - eso fue todo lo que dije antes de que alguien finalmente nos interrumpiera.

-El Maestro Aro solicita tu presencia en el salón de los Tres Tronos. - dijo Bree apenas me vio.

-Justo a tiempo. - murmuré antes de salir.

-Y la tuya también. - la escuché decirle a Demetri.

¡Excelente!

[°°°]

Éramos encargado de cazar a un vampiro a quien los Cullen buscaban para que se uniera a ellos. La situación había empezado a ponerse seria y la prueba de ello es que no fuimos enviados solos, Aro, Cauis y Marco vinieron con nosotros.

Jane, Alec y yo estábamos pisándole los talones. Alec soltó su don. Más adelante lo interceptaron Félix y Demetri.

A pesar de que estaba acorralado, el pobre vampiro aun así intentó luchar, intentó atacar a Félix quien esquivó su golpe fácilmente y luego agarró a Demetri por el cuello de su chaqueta que a su vez lo echó hacia atrás y se la ajustó nuevamente a su cuerpo.

No estaría de más admitirlo, era una escena sexy. En otros tiempos... bueno, se lo pueden imaginar.

Casi me pierdo el momento en que Demetri lo golpeó, tirándolo contra la pared. Entonces Alec finalmente lo alcanzó con su poder.

Murmuró cosas en su idioma nativo, pero no duró mucho, ya que el don de mi hermano lo priva por completo de sus funciones.

Pronto los tres Reyes estaban junto a nosotros.

-Alec. -Aro le indicó que se detuviera.

El humo negro volvió a él, mientras Aro, Caius y Marcos se acercaban al vampiro.

Demasiado lento para mi gusto.

-Nunca estaría en tu contra. - dijo rápidamente el vampiro, asustado.

-Por supuesto que no, mi querido Toshiro. - murmuró Aro, extendiendo su mano.

El otro vampiro dio su mano, permitiendo que Aro accediera a todos sus recuerdos y pensamientos.

-Parece que Carlisle todavía te está esperando. -Aro dice antes de darse la vuelta y darme una mirada significativa.

Le encantaba ver mi lado salvaje. Le gustaba recordar el monstruo en el que me había convertido.

-Carlisle garantiza cada vez más su destrucción. - escuché decir a Caius cuando pasaron a mi lado.

-Ah... triste. ¿No es? - la voz de Aro estaba llena de ironía.

Todos sabíamos que todo lo que quería era una buena razón para acabar con el clan Cullen y reunir más dones para su guardia.

-Seamos rápidos. Quiero ir a casa. - les digo a Félix y Demetri que asienten antes de que desmembremos y quememos al vampiro.

Maratón 2

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