Pov. Normal.

La escuela término, ya era hora de volver a casa, menos para los animatronicos y a Freddy. Ya tenían por fin su primera entrevista, estaban nerviosos, aun que Freddy les dijo que sólo fueran ellos mismos, sin mentiras ni nada, solo ellos hablando y contestando las preguntas que les hicieran. Al salir de la escuela, una limusina de la televisora a la que irían estaba afuera esperándolos. Chica y Bonnie fueron corriendo a esta, subieron y estaban fascinados, como niños en dulceria. Golden no estaba nada emocionado, él ya había viajado muchas veces en limusina, y Foxy aveces recibía un aventón de parte del rubio, así que tampoco estaba tan emocionado como la primera vez. Todos subieron y el auto se dirigió a la televisora; al llegar, Freddy los dirigió hasta el estudio donde se grava el programa que los entrevistará. Los cuatro amigos veían el lugar, era grande y habían muchas personas trabajando de aquí a allá, eso hasta que vieron que un hombre y una mujer se acercaron al castaño.

-¡Freddy! ¿Cómo has estado amor?-dijo el hombre abrazando al castaño con fuerza.

-¿a-amor?-susurro Golden al ver la escena.

-tranquilo Golden, seguro es solo por cariño, o así es el hombre.-le susurro Chica calmando a su amigo. Ella ya tenia la sospecha de que a Golden le gustaba Freddy.

-He estado bien Micke. Mira, estos son los chicos que te conté. El guitarrista Bonnie, la bajista Chica, el baterísta-triangulista (?) Foxy, y el cantante Golden.-señaló a cada uno de sus amigos.-Chicos, ellos son los conductores del programa número tres en entrevistas a famosos y futuros famosos, Micke y Stella Nights.-dijo Freddy sonriendo.

-¡Oh! Si los recuerdo del debut de Fred. Es un gusto conocerlos chicos.-dijo Stella sonriendo.

-Deben de ser muy buenos para que Freddy los represente. ¿Saben? Los Fazbear son muy exigentes con sus estrellas.-decía Micke mirando a los amigos.

-Shhh, calladito Micke. Bueno, creo que tienen que irse a cambiar chicos.-dijo el castaño mirando a sus amigos.

-¡Oh! Si, si, si. No pueden aparecer con su uniforme escolar. Ya estas listos sus camerinos, con ropa, accesorios y todo lo que pidieron. Esperen.-levantó su mirada y movió un poco su mano, llamando a un chico peli-negro.-Tu lleva a "Los Animatronicos" a sus camerinos para que se preparen. El programa empieza en dos horas.-dijo Micke sonriendo y yéndose junto con Stella.

El chico los guió a sus camerinos, y tal y como dijo Freddy, había uno para cada uno. Todos entraron, mientras que Freddy se ocupaba de unas cosas, y seguía mandando mensajes a más personas. Chica, al entrar a su camerino quedó fascinada con toda la ropa que había, y toda era de diseñador y buenas marcas.

-¡¡Ahhh!! Pero que costuras más hermosas. Este vestido es hermoso, ¡ah! Esta blusa es tan linda, kyaaaa un pantalón de diseñador exclusivo. Tengo que tomarme fotos para restregarselo a Toddy.-decía mientras veía toda la ropa. Eso hasta que alguien tocó la puerta.-¿Si?

-Chica, soy Freddy, ¿puedo pasar?

-¡Freddy!-corrió a la puerta y al abrirla abrazo al castaño.-¡Muchas gracias Freddy! Todo esto es maravilloso, genial, hermoso. Nunca pensé que en mi vida usaría ropa de diseñador un día.

-Ahaha, me alegra que te guste. La ropa es tuya, todo lo conseguí para que se lo llevarán a sus casas.

-¿¡De verdad?! ¡¡Ahhh!!! ¡FREDDY ERES EL MEJOR!!

-Soy su representante y debo darles lo mejor a todos. ¿Todo te queda bien? ¿es todo de tu talla?

-¡Aún que no fuera de mi talla, lo usare todo! ¡no importa si me asfixia o no pueda caminar!

-Ahaha, bueno, si necesitas algo mas llame, ¿vale?

-No creo necesitar nada mas, pero gracias Freddy.

-Si, bueno iré a ver a los demás. La maquillista vendrá en unos minutos, puedes decirle como tu quieras que te maquille.

-¿¡Maquillista? Ahh, me siento como una super modelo.

Freddy río y se despidió de la rubia. Camino hasta el camerino siguiente, el cual era el de Bonnie. Allí el peli-morado estaba tranquilo, comiendo gomitas de la gran mesa de distintas gomitas de diferentes sabores, colores y formas, eso hasta que Freddy tocó su puerta.

-Bonnie, ¿puedo pasar?

-¡Si!

Freddy entró al camerino y vio a Bonnie comiendo gomitas.

-¿Todo bien? ¿no te falta nada Bonnie?

-No, estoy bien. Hay tantas gomitas, están deliciosas. Y mira, ¡Ay en forma de conejos!-decía mostrando las gomitas de conejos color turquesa sin cabeza. Se notaba que aún estaba enojado con su novio.

-Bueno, entonces iré a ver a los otros dos. Si necesitas algo me llamas Bonnie.

-¡Okay!

-Prepárate para la entrevista,  ¿si?

Bonnie asintió mientras aplastaba las gomitas de conejo turquesa y susurraba "sufre por ser tan cruel Bon. No te perdonaré tan fácil conejo desgraciado traidor". Freddy ignoro eso eso último y camino hacia el camerino de Foxy. Alli, el pelirrojo estaba comiendo como loco los distintos pudines que había, pudin de chocolate, manzana, moras, el normal, amargo, de todo.

-Fox, ¿puedo pasar?

-¡¡hiiii!!-tenían la boca llena que apenas podía hablar.

Freddy entró y vio al pelirrojo con la boca llena, este al ver al castaño se paso todo lo que tenia.

-Hey, esto esta delicioso. Hay pudin por todas partes.

-Que bien que te gusten. Fox, debes arreglarte para la entrevista, ¿la ropa es de tu medida?

-Si, si, seguro.

-Bueno, ¿no necesitas nada mas?

-¿Se puede mas pudin?

-Seguro, lo pediré para ti. Pero arreglate por favor.

-¡Bien!

Freddy cerró la puerta y camino hasta la última puerta, el camerino de Golden. Alli, el rubio ya estaba cambiado y se encontraba sentado pensando en lo que diría en la entrevista, estaba algo nervioso ya que esta sería la primer entrevista que daría sin estar todo controlado por su familia. Eso hasta que tocó la puerta.

-¿S-Si?

-Golden, soy yo, ¿puedo pasar?

-F-Freddy, si claro.

Freddy entró y vio al rubio sentado en el sofá que había en su camerino.

-Vaya, ya estas arreglado. Que bien, ¿todo esta bien?

-Si, si, todo de maravilla. H-ahahaha, solo estoy un poco nervioso.

-¿De verdad?-camino y se sentó a su lado.-¿Porque? Que yo sepa, ya has tenido muchas entrevistas, conciertos, y todo eso.

-Si, pero eran con las instrucciones de mi familia, nunca he hablado como...como yo.

-Golden.-tomó la mano del rubio, haciendo que este se sonrojase.-Tranquilo, ¿vale? Todo saldrá bien. Solo se tu, muestra lo que eres y quien eres. No como "The Golden Boy" sino...como Golden, el cantante de "Los Animatronicos"

-Freddy...gracias. De verdad, muchas gracias por todo.-apretó un poco la mano del castaño.

-No hay de que Golden. Bueno, es mejor que vaya a ver como están las cosas.-reviso la hora en su celular.-Ya casi es hora, ¿puedes ir por los demás? Tengo que ver que todo lo demás este listo, y hacer unas llamadas.

-Si, si, claro. Yo voy.

Freddy le sonrió a Golden, le agradeció y después se fue del camerino. Golden respiro, se sentía menos nervioso gracias al castaño, después también salió de su camerino y fue a por sus amigos. Ya los cuatro juntos, fueron a donde estaba todo listo para empezar a gravar, los presentadores ya estaban en sus lugares y los animatronicos también fueron a donde tenían que ir. La entrevista empezó a los pocos minutos, Freddy veía a sus amigos desde atrás de las cámaras mientras mandaba más mensajes y hacia llamadas; les hicieron preguntas típicas, ¿Cómo se conocieron? ¿como fue que formaron su banda? ¿como es su relación? ¿como conocieron a Freddy y como lo convencieron de ser su representante? Cosas como esas, además de sus gustos y todo eso. Al final todo fue genial, al terminar la entrevista se despidieron, se fueron del lugar y fueron llevados cada quien a su casa. Los días siguientes fueron más movidos, más entrevistas individuales, fotografías, presentaciones en vivo, etc. Fue muy agitado, pero los chicos estaban felices, estaban cumpliendo su sueño, y Golden...él estaba contento, no sólo porque ahora podía estar con sus amigos como una banda, sino que ahora pasaba tiempo con Freddy, no de la manera que esperaba, pero al menos estaba él.

Con el paso de esta semana, y de unos días más, Golden ya podía decir a ciencia cierta, que podría estar tal vez enamorado de Freddy, y eso solo porque Chica le ha estado diciendo una y otra vez que era obvio que estaba enamorado del castaño. Ahora, lo que el rubio quería, era confesarse, pero no encontraba el momento perfecto para hacerlo.