11
El omega volvió al colegio al siguiente día, le quedaban pocas clases para terminar. Por suerte. Finalmente podría comenzar a hacer su sueño realidad una vez que termine.
—Cuídate, Hobi. —Su madre estacionó—. Recuerda que hoy tampoco podré venir así que tendrás que volver en autobús. ¿Tienes todas tus cosas, no?
El omega asintió y salió luego de despedirse de su madre con afecto. Los días posteriores al celo, se sentía tan vulnerable y sensible que solo quería quedarse en casa con su familia, comiendo juntos o mirando películas. Él ya era cariño de por si, el celo solo lo incrementaba. Por otro lado, se sentía muy agradecido por cómo era cuidado por su familia.
Nunca podría pasar su celo completamente solo. Era difícil para cualquier alfa y omega, ciertamente. Por eso solían conseguir pareja pronto. Hoseok había querido ser omega toda su vida pero cuanto más tiempo pasaba desde que supo que lo era, más desventajas le veía. Él no quería conseguir pareja para solo pasar su celo, él soñaba con enamorarse. Y a veces se sentía que los alfas y omegas solo se casaban por necesidad.
Ojalá hubiera sido un beta como sus padres.
Pensó que ser omega lo acercaría más a Taehyung, que era un signo de que las parejas predestinadas existían. Pero, ahora sabía que Taehyung siempre había tendí razón. Las parejas predestinadas no existía, eran solo un mito. Había tenido dudas hasta hace unos días, debía admitir, pero fue hasta que su mamá le abrió los ojos. Las parejas predestinadas se sentían atraídas mutuamente sin excepción, la atracción era terriblemente demoledora para ambos, tanto sentimental mente cómo sexualmente. Se buscaban, se anhelaban. Era tan fuerte que ni siquiera necesitaban una marca que los uniera. Sus celo se sincronizaban y no podrían resistir de estar juntos si uno le rogaba al otro. Con Taehyung, no tenía nada de eso.
Su madre le había contado de cómo había encontrado a Taehyung desmayado en el piso con su mano sangrando, había creído qué tal vez había sido él quien lo había atacado al alfa pero entonces Taehyung confesó la razón. Todo había sido para mantenerlo lejos. Por un momento creyó que el celo del alfa se había sincronizado con el de Taehyung y por eso había necesitado lastimarse, pero sus padres lo habían visitado para agradecerle por haberlo cuidado y Taehyung los recibió intacto.
El omega moría de vergüenza mientras atravesaba el patio del colegio. Era seguro que había rogado por el alfa, que había suplicado que se quedara para que alivie su celo tomándolo, ¿pero que tanto lo había hecho? ¿Qué tanto se había humillado a un alfa que no lo veía de esa forma? Y no solo que no lo veía de esa forma, sino que tampoco lo quería. Aunque, Hoseok tampoco estaba seguro si lo seguía queriendo.
Luego de lo que Jungkook le había contado sobre su desinterés total por la pulsera a diferencia de sus regalos caros de marcas, las cosas verdaderamente habían cambiado dentro de su corazón. Había sido atraído desde el inicio por cómo Taehyung era humilde y agradecido a pesar de haber sido criado en una familia de alto poder adquisitivo. Taehyung era diferente a las personas que había conocido de esa clase social, eso había creído o eso había sido, pero antes. Mucho antes. El nuevo Taehyung ahora era uno más del montón, y encima uno que era todo lo contrario a quien se enamoró.
—Hoseok.
Le tomó por sorpresa haber sido nombrado sobre todo porque fue en quien que lo hizo. Se giró a él, muriéndose de vergüenza al recordar la última vez que habían estado juntos.
—Veo que estás bien —comentó, sus ojos profundos mirándolo fijamente. Su lobo movía la cola alegre pero el omega bajó su mirada involuntariamente, fue una mala decisión porque al hacerlo vio su mano vendada. El corte debía ser verdaderamente profundo. Volvió a mirarlo.
—Gracias por ayudarme. —Decidió solo ser cordial—. Mis papás me contaron.
No podía no agradecerle. No importaba si lo había hecho solo porque sus padres lo obligaban, lo importante era que lo había hecho. Aún recordaba a Jungkook y su insistencia, sea la forma que sea Taehyung lo había ayudado a que fuera a su segunda casa para que pase su celo protegido. No hubiera llegado a tiempo yendo por su propia cuenta, el alfa realmente lo había salvado de lo peor.
—Mis papás...
—Si, lo sé —interrumpió—. Ellos te odiarían si no lo hicieras. Lo has dicho muchas veces.
El alfa abrió y cerró la boca, lo había dejado claramente mudo. Hoseok era consciente que estaba actuando tan frío como nunca antes lo había hecho con él.
—Debo irme a clases —finalizó con la conversación. Yéndose verdaderamente a clases, sin decir nada en respuesta. Ignorado a su lobo que aullaba dentro suyo porque quería seguir cerca del alfa.
Por primera vez se iba primero, dejándolo con la palabra en la boca. Mostrándole desinterés pero respeto aunque, por su trato hacia el omega todo este tiempo, tal vez no lo merecía.
—Eso dolió. —Hoseok sobresaltó ante el comentario de alguien poniéndose a su lado.
Respiró tranquilo al darse cuenda que era Namjoon, uno de sus amigos.
—No tenía nada más que decirle —explicó, ambos caminaban al aula juntos.
—Yo sé que si —respondió haciéndolo tensar—. Y él también a ti.
—¿Él?
Casi se detuvo a medio camino, sin entender para nada que significaba eso. Namjoon parecía muy seguro de lo que creía.
—Los vi de lejos. Cuando te fuiste él se quedó quieto mirándote, parecía que quería seguir hablando contigo —contó—. Los dos estaban muy tensos.
—Yo no estaba tenso —se defendió rápidamente. Luego procesó mejor lo que le dijo—. ¿Taehyung estaba tenso?
Namjoon rió, entrando al aula: —No solo tenso... Creí que los omegas tenían sus sentidos súper desarrollados. Deberías usar más tu olfato, podrías descubrir muchas cosas de las personas con las que hablas.
Sus amigos los saludaron antes de que el omega pudiera preguntar cómo estaba aparte de tenso.
Las palabras de Namjoon eran ciertas, los sentidos de los omegas y alfas eran más desarrollados. No se había dado cuenta del poco uso que le hacía a su olfato. Ahora que comenzaba a usarlo se sentía como si pudiera leer mentes, aunque solo de aquellos que no usaban los bloqueadores o supresores. Aunque, también se daba cuenta que hacerlo en un lugar donde habían muchas personas era sinónimo de no saber de quién era que sentía el olor a tristeza o a enojo.
Tal vez por eso Hoseok lo usaba poco. De todas formas, se aseguraría de hacerlo la próxima vez que estuviera frente a Taehyung. No es que intentara volver a gustarle o algo por el estilo, Taehyung ya no era un alfa que quisiera en su vida, se decía. Simplemente quería saber si de verdad se ponía tenso frente a él y si era posible la razón.
Pero no vio a Taehyung el resto del día, fue como si hubiera desaparecido. A quien si vio fue a otro alfa: Jungkook.
—Oh, qué sorpresa verte, Hobi.
El olor eucalipto de Jungkook era más fuerte cuando se concentraba en los olores, casi lo suficiente para taparse cualquier otro olor. Pero era normal, teniendo en cuenta que era un alfa. Solo que, solo los alfas adultos tenían sus aromas tan fuertes. O solo un alfa que había sido presentado hacia mucho tiempo. Era muy probable que Jungkook se hubiera presentado antes que taehyung.
—Hola, Jungkook.
Había un leyenda antigua sobre los alfas que siendo muy jóvenes tenían un aroma tan fuerte...
—¿Ya te vas a casa?
Y esa leyenda era que venían de una familia muy poderosa. Pero no poderosa económicamente...
Hoseok asintió con la cabeza mientras tragaba saliva, sintiendo como su piel se erizaba, deseando dar un paso atrás alejándose. Y luego salir corriendo.
—Puedo llevarte. Si me permites...
No, le gritó su lobo por dentro. Estaba más alerta que nunca ahora, exigiéndole irse, como si también supiera de la leyenda o como si pudiera sentir algo más. Aunque si la leyenda era cierta...
—Mi madre vendrá pronto.
—Puedes enviarle un mensaje diciéndole que te llevaré yo, estoy seguro que no se enojará —dijo y sonrió de una forma que lo hacía ver tan encantador, tan llamativo. Hipnótico.
Si la leyenda era cierta, solo había una razón del porqué el aroma de Jungkook era tan fuerte, del porqué era tan hipnótico, del porqué se veía tan imponente aún teniendo tan poca edad. Uno de sus familiares había sido un Enigma, el subgénero más poderoso de todos. Tan poderoso como para destruir todo a su paso y tener de esclavos incluso a alfas. Los alfas parientes de Enigmas no eran así de poderosos, pero definitivamente en una pelea siempre ganarían sin importar si su oponente es un alfa.
Los Omegas no tenían ni una sola oportunidad.
—Olvidé mi abrigo. —Hoseok se giró y corrió de nuevo a su aula.
Escuchó un "pero tienes tu abrigo puesto", solo lo hizo correr más rápido, su lobo le dio fuerzas para hacerlo. Llegó agitado al baño de la escuela.
No estaba seguro de su suposición de todas formas, podría ser solo simple casualidad pero Hoseok había leído muchísimo porque la antigüedad. Historia era su materia favorita del colegio y amaba las leyendas. Los peores desastres y guerras las habían causado dos Enigmas, el poder que tenían era inigualable y no se sabían cuantos habían nacido pero el número podría ocupar los dedos de una mano. Actualmente no se sabía si había alguno, pero teniendo en cuenta que nacía uno en cada generación suponía que si. Y lo asustaba pensar que Jungkook sería un familiar suyo, los Enigmas no eran solo poderosos físicamente, ellos podían controlar el celo de cualquiera. Su terror hacia los Enigma era real.
Era una leyenda que los alfas con un pariente Enigma eran más fuertes de lo normal así como también era una leyenda lo de las parejas predestinadas. Hoseok había creído rotundamente en las parejas predestinadas hasta hacía poco, hasta que se dio cuenta que Taehyung y él no tenían nada, que su cariño siempre había sido unilateral y Taehyung no era quien creía. Así que, ahora sabía que solo había sido una leyenda, como también lo de los Enigmas. Hoseok era muy iluso que se creía cualquier cosa.
Hizo una mueca recordando cómo huyó de Jungkook, no lo había merecido. Pero estaba bien, recién abría los ojos al mundo y comenzaba a madurar. Desde que se había presentado como omega muchas cosas habían cambiado, iba a pasos lentos pero estaba firme, debía hacer a un lado sus creencias infantiles por su bien. Pisar tierra.
Mientras salía de nuevo afuera, esperando por su madre, pensó en las cosas que le había llevado a creer por un instante en la leyenda sobre los familiares de los Enigmas y que Jungkook podría ser uno. Desde la primera vez que lo había visto sintió que era diferente, el alfa a pesar de no ser aún un adulto se mostraba tan maduro y grande. Su aroma fuerte, voz encantadora, sonrisa hipnótica y agradable personalidad al punto de sentir que era fingido era visible para cualquiera. Cualquier omega podría verlo como potencial pareja.
Hoseok se preguntó si su inconsciente y su lobo lo veían también así por darse cuenta de esos detalles.
¿Podría estar sintiéndose atraído hacia el alfa hermanastro de Taehyung?
—Hijo, perdón por tardar. Había mucho tráfico. —El omega asintió subiendo al auto luego de saludar a su madre—. Debo ir a casa de los Kim, solo será un momento.
La noticia lo paralizó y estuvo a punto de negar, pero entonces recordó como había quedado Jungkook cuando salió huyendo hacia unos instantes, ni siquiera se había disculpado. Por lo que no objetó.
La madrastra de Taehyung fue quien les abrió la puerta. Su alegría de verlos era tan sincera que solo le hizo sentir cómodo, probablemente el hecho que también sea una omega era lo que lo tranquilizaba.
—Por favor, pasen. No vayan a enfermarse, está haciendo mucho frío.
Estaban entrando cuando Hoseok decidió hablar, no podía dejar pasar la oportunidad.
—¿Está Jungkook? —preguntó antes de entrar a la sala de estar. Ambas omegas lo miraron sorprendidas.
—Oh, ¿mi hijo? Claro, él sí, está. Está en su habitación ahora mismo.
—¿Podría ir a verlo? Quisiera hablar con él —dijo, aunque su intención era solo disculparse por su mal comportamiento. Seguramente lo había hecho sentir mal, después de todo el alfa gustaba de él y Hoseok no venía tratándolo tan bien en todo ese tiempo.
Aunque había sido insistente la última vez, no creía que Jungkook fuera malo.
—Claro que sí-
—No. —soltó alguien o más bien pareció como si lo gruñó. Hoseok quedó helado al ver quien era—. No vas a entrar a esa habitación ni por dos segundos.
—Taehyung.
—Un omega no puede entrar nunca a la habitación de un alfa, ¿no te han enseñado eso? —reprendió el alfa, saliendo de la sala de estar con el ceño fruncido. Mirándolo tan enojado como nunca.
El omega sintió su mejillas comenzando a quemar.
Tenía el capítulo preparado desde hacía semanas pero por diversas razones no lo subía. En el último cuestionario que abrí en mi Instagram muchos la mencionaron a esta historia así que se los dedico a ellos kajdjjf. Denle mucho amor para hacerme saber si quieren que la continúe ✨❤️ —dualitymask
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