Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1

Después de la muerte de mi madre, me vine a vivir con mi tía Anna, una mujer de 35 años que tiene un bar en un pueblo, no cualquier bar. También es un sitio donde los hombres buscan la compañía de mujeres, para satisfacer sus necesidades o simplemente beber o tener con quien conversar.

Al principio no fue fácil, estar en medio de un ambiente de vaqueros lleno de testosterona hace que te pongas a temblar, más aún siendo virgen.  Jamás conocí el amor y siempre estuve ocupada cuidando a mi madre enferma y por eso a mis 25 sigo siendo virgen.

Las chicas que trabajan en el bar son buenas personas, al menos casi todas. Solo había una que me hacía la vida imposible pero no me dejaba intimidar.

Vivía en uno de los cuartos que tiene el burdel, al igual que lo hacían algunas chicas y mi tía. Tengo mi propia habitación y dispongo de mi privacidad. Los cuartos donde las chicas tienen sexo con los clientes quedaban a unos metros de mi cuarto, algunas veces las escuchaba gemir como si disfrutara del placer de un desconocido.

Me hice amiga no solo de las prostitutas y meseras, también empecé a conocer a los hombres que iban a beber o por compañía. 

Empecé a trabajar para mi tía,  me dedicaba a limpiar y atender detrás de la barra, eso me hizo conocer muchas historias. Algunas tristes y otras increíbles.

Había un hombre que llamó mucho mi atención,  su nombre era Rick. Él solía y solo a beber, jamás lo vi yéndose con alguna chica del bar. Su mirada era intimidante,  tiene unos ojos azules hermosos que te hace sentir que traspasa tu alma.

Al principio se quedaba a unos metros de donde yo estaba, solo bebía hasta que sentía que no podía más y se iba tambaleando del lugar. Esa era su rutina de casi todos los días.

Por lo que se sabe de él, es que trabaja en las fincas aledañas haciendo todo tipo de trabajo, en construcción o cualquier cosa que se le atraviese.  Se muele trabajando para gastar lo que gana en un día en bebidas. Una persona solitaria que me hace sentir que necesita ser amada y cuidada. 

Cada día que pasaba sentía las inmensas ganas de acercarme, quería saber de él, ganarme su corazón. Es como un imán que te atrae. Su aura me hacía sentir excitada, jamás me había sentido así con algún hombre y decidí arriesgarme y la próxima vez que venga me acercaré a él.

Miro el reloj que está sobre la pared, falta poco para que Rick entre por esa puerta. Las ansias y el miedo de ser rechazada me hace temblar, desde que decidí acercarme no dejo de soñar con él. 

La campanilla suena anunciada con la entrada de un cliente, no es necesario voltear para ver quién es el que está aquí. Siento su mirada sobre mi. Rosaly se acerca y le sirve una cerveza ¡Rayos! Se me adelantó. Sigo limpiando la barra y atiendo unos clientes, mientras lo hago siento su mirada sobre mi.

-¡Otra!- Lo escucho decir y le hago cara a Rosaly que me deje servirle, ella asiente con una sonrisa y voy hasta la nevera y saco una cerveza bien fría. Mis manos tiemblan y carraspeo mi garganta para darme valor de acercarme.

-Aquí tienes vaquero - Destapo la botella de cerveza delante suyo y levanto mi mirada y nos quedamos observando por un momento.

-Me llamo Rick- Un escalofrío atraviesa mi cuerpo al escuchar su voz ronca.

-Lo se- Sonrió y él me observa por un momento antes de darme una sonrisa ¡Dios! Que hermosa sonrisa. No puedo creer que un hombre que se ve tan desaliñado tenga esos dientes tan perfectos y blancos -Me llamo Emilia- Susurro con voz ronca.

-Lo se-  Dice y ambos sonreímos.

A partir de ese momento todos los días Rick y yo hablamos toda la noche, siempre se sienta en el banco donde este cerca de mi y espera que atienda la barra mientras hablamos. Algunas noches salimos a caminar y seguir nuestras conversaciones.

Algunas veces se comportaba reacio conmigo, sentía que el estaba luchando consigo mismo para estar a mi lado. 

 Nos hemos salido también en el día, fuera del bar. Me invita a comer helado o a la cafetería ya que acá no hay muchos restaurantes. Cuando pasamos por un jardín, corta una flor  y la pone en mi oreja. 

Hablamos de todo, menos de su familia. Parece que ocurrió algo porque su rostro y sus ojos cambian cuando pregunto por ellos así que decidí no hacerlo. Cuando quiera hablar, estaré ahí para escuchar.

Cuando se va, suspiro. Cuando duermo, sueño con él. Cada día ese hombre me hace sentir deseada y muchas veces he esperado que me bese pero no lo hace. Sé que tiene miedo o lo pongo nervioso por su actitud. Jamás ha tratado de propasarse de mi, es todo un caballero.

-No entiendo porque estas con ese hombre- Dice Sandra, una de las prostitutas -Podrías tener a cualquier hombre y te fijas en el bueno para nada- Aprieto mis manos para no golpearla.

-El no es ningún bueno para nada, es más hombre que cualquiera de los que vienen acá- 

-¡Hay por favor!- Dice -Ese hombre no tiene donde caerse muerto, se la pasa borracho y vive en una cuchitril. Deberías pensarlo mejor antes de pensar en entregarte a él ¿Sabes cuánto te pagarían por quitar tu virginidad?- Da un paso hacia mí. -Tienes la oportunidad de salir de acá y encontrar un buen hombre que tenga dinero para darte todo a ti ¿Y te fijas en el más pobre?- Niega con su cabeza -Si que eres estúpida- Su rostro se voltea al sentir mi mano, una enorme marca roja ahora adorna su mejilla.

-Lo que yo decida es mi problema, jamás me ha interesado ni el dinero ni las tierras de esos hombres, solo quiero amar y ser amada- Sandra toca su mejilla y me mira con rabia.

-¿Piensas que un borracho te va a amar?- Se burla -¿Sabes que? Se merecen el uno al otro- Sale de la habitación y mis ojos se llenan de lágrimas. 

Hace un momento estaba conversando con Yadira, una de las prostitutas y que se ha vuelto mi mejor amiga. Ella tiene una historia muy triste de su vida, fue violada y golpeada por su padre por mucho tiempo, un día no lo soporto más y se fugó, desde entonces vive con mi tía y hace un año decidió prostituirse para tener más dinero y ahorrar que al igual que yo desea tener su casa y un negocio para poder vivir mejor. 

Estábamos conversando y yo le decía a ella que me he enamorado de Rick y que me  iba a entregar, en ese momento entró Sandra y comenzamos a discutir.

-Tranquila, ella ni nadie debe decidir por ti. Me parece bien que estés enamorada, yo veo a Rick como un gran hombre que detrás de esa barba y ese largo pelo esconde un magnifico ejemplar- Sonrió secando mis lágrimas, mi amiga me abraza y de un momento a otro siento como su cuerpo se tensiona. Al voltear me encuentro con Rick que me observa.

¿Sera que escucho la conversación?

-Bueno me disculpan, debo ir a terminar de organizar unas cosas- Mi amiga se despide de un beso en mi mejilla y pasa por donde Rick que ni siquiera la mira, el solo me observa.

-Hola- Susurro bajando mi mirada.   

-Hola- Da unos pasos hacia mi y levanta mi mentón -¿Es verdad lo que escuche?- Muerdo mis labios sintiendo vergüenza y solo asiento.

-¿Que tanto escuchaste?- Pregunto nerviosa.

-Todo- Abro los ojos y me alejo de su toque, me siento mal que haya escuchado a Sandra decir esas cosas.

-Siento mucho lo que dijo Sandra- Observo como su manzana de adán sube y baja.

-Solo quiero hacerte una pregunta- Da unos pasos hacia mi sintiendo su respiración cerca a mis labios.

-Dime-

-¿Es verdad que no te importa que yo no tenga dinero?- Su voz sale ronca.

-No me importa el dinero- Hago una pausa perdiéndome en su mirada - Solo me importas tu- Rick sonríe y pasa su mano por mi cintura para acercarme mas hacia su cuerpo.

-¿Estas segura de querer compartir tu vida conmigo?- Pasa la lengua por sus labios -Si te beso en este momento vas a ser mía para siempre- Tomo su rostro con mis manos y acerco mis labios.

En el momento que nuestros labios se unen siento una corriente eléctrica atravesar mi cuerpo que me hace gruñir y siento como Rick gruñe y me aprieta mas hacia el. Nuestras lenguas se encuentra y empezamos a besarnos como si no hubiera un mañana.

Cuando nos separamos sentimos nuestro cuerpo temblar y nuestros pechos se agitan por la respiración.

-Si vas a ser mía, lo vas a ser en todo-

-¿Que quieres decir?- Pregunto nerviosa.

-Quiero que te cases conmigo- abro los ojos sorprendida -Quiero que seas mi esposa, mi mujer como Dios manda- Trago saliva -¿Que dices? ¿Aceptas ser mi esposa?- 

-Si- Digo y el me abraza con fuerza. No se si en algún momento me vaya a arrepentir, solo espero que no.

Nos volvemos a besar y luego Rick  decide ir a hablar con el cura del pueblo antes que yo me arrepienta. Siento muchos nervios pero definitivamente quiero pasar mi vida a su lado. En tan solo poco tiempo me enamore de el y se que voy a ser feliz a su lado.

Mi tía no le gusto mucho la idea, decía que el tiene problemas con el alcohol pero había visto que desde que ambos habíamos a empezado a salir el no venia a beber y se la pasaba sobrio, eso demostraba que había cambiado por mi. Me dio su bendición y las chicas me felicitaron. Rick llego dos horas después y me informo que debíamos tener una reunión con el cura para asegurarse de nuestra decisión y que si veía que ambos queríamos casarnos, lo hacia cuando decidiéramos.

Al otro día nos reunimos con el cura, hablo con nosotros en pareja y luego en privado con cada uno. Estaba nerviosa y luego de ver a Rick salir con una sonrisa, me dijo que nos podíamos casar cuando quisiéramos. Una semana después nos casamos en una pequeña boda, uno de los hombres para que había  trabajado Rick, nos ofreció su hacienda para poder celebrar la boda y pudimos disfrutar de una gran tarde.

No podía negar que me sentía nerviosa, pero feliz. Ha llegado la hora de disfrutar de nuestra noche de boda. Al llegar a la pequeña cabaña  donde vive mi ahora esposo, pude ver que era pequeña pero cómoda.

Mi esposo me carga entre sus brazos y pasamos juntos el lumbral de la puerta.  Al parecer mi esposo se las arreglo para que yo me sintiera bien. La casa lucia limpia pequeña pero acogedora.

-Se que es pequeña pero te prometo que voy a trabajar para darte algo mejor- Me acerco a mi esposo y beso lentamente sus labios.

-Es perfecta para empezar, este es nuestro hogar- Rick sonríe sobre mis labios.

-Gracias por aceptarme- 

Rick se ha esforzado para que cada día me sienta mejor a su lado. Dejo de beber, Su barba ya no lucia tan larga y vestía mejor. 

Mi primera vez fue maravillosa. Rick se encargo de estar preparada para el. Me beso, me acaricio de una forma tan especial que cuando nuestros cuerpo nos unimos en uno solo sentía que mi alma lo hizo también. 

Desde entonces, hacer el amor con mi esposo se volvió como una necesidad. Cuando estaba en casa no parábamos de besarnos, de acariciarnos y durábamos horas en la cama desnudo solo acariciándonos. 

Aprendí a conocer todo su cuerpo, un maravilloso cuerpo esculpido por los mismo dioses. Su piel tostada por el sol, por las largas horas trabajando, sus labios, sus ojos se volvieron mi perdición.

Han pasado cuatro meses desde que nos casamos. Sigo trabajando con mi tía en el bar. Al principio mi esposo se negaba a que yo trabajara, pero si queríamos tener algo mejor con ambos esfuerzos lo lograríamos en poco tiempo.

Nuestro hogar era muy pequeño, una gran sala habitación que hacia de  comedor y cocina. Un armario de madera que estaba nuestra ropa y un pequeño baño. No teníamos nevera, solo una pequeña estufa y pocas ollas para cocinar. Nuestra cama estaba a un rincón. Una pequeña mesa es nuestro comedor, y solo dos ventanas a los lados dejaba entrar la luz del sol. 

Mi casa es pequeña pero acogedora. 

Rick, se iba todo el día a trabajar y en la noche me recogía y algunas veces cuando no estaba muy cansado me ayudaba dentro del bar. Los hombres lo respetaban, las mujeres lo deseaban pero el solo tenia ojos para mi.

-¡Te amo!- Grito después de llegar al orgasmo. Hemos llegado a casa, ni siquiera llegamos a la cama, mi esposo me tomo contra la pared con ansias con solo abrir la puerta de nuestro hogar.

Pega su frente contra la mía. Nuestra respiración aun es agitada. 

Este día me he puesto un vestido hasta las rodillas, cuando me vio me había prometido hacerme gritar y lo cumplió. 

Sonrió y beso su frente sudada. Rick baja mi cuerpo y nos separamos haciendo que salga de mi y sienta un vació en mi interior.

-Aun no hemos terminado- Dice con voz ronca. Termina de bajar mi vestido dejándome desnuda solo con mis botas puestas, se agacha y las quita quedando descalza. 

-¿Que piensas hacer?- Pregunto sonriendo y mi esposo empieza a quitarse su camisa de botones y luego lo sigue con sus vaqueros y sus zapatos quedando completamente desnudo.

-No soy bueno con las palabras pero quiero demostrarte con hechos que yo también te amo- Me toma de la cintura haciéndome contra su cuerpo - Eres lo mas maravilloso que me ha pasado, eres mi luz en mi oscuridad- Mis ojos se llenan de lagrimas, acaricio su mejilla y me acerco para besarle.

Mi esposo me toma de mi muslo levantándome para enrollar mis piernas en su cintura. Esta vez se toma el tiempo de besar cada parte de mi cuerpo, sin dejar un espacio que su lengua, sus dientes y sus labios toquen. 

Lo amo, realmente lo amo y se que me ama a mi. Por primera vez en mi vida soy feliz. 

-Vaya si que ese hombre te hace feliz- Dice Yadira a mi lado y sonrio como estupida.

-No sabes cuanto- Le digo a mi amiga. Miro hacia el reloj y falta poco de ver a mi esposo.

-¿Quien son ellos?- Pregunta mirando hacia mi espalda y yo volteo y observo dos hombres que nunca había visto en el pueblo entrar.

-¿Forasteros?- Pregunto y ambas vemos como los hombres observan el lugar y uno de ellos hace una mueca y le susurra algo al otro.

-Esto no me gusta, se ven que no son de por acá- Dice Yadira.

-Buenas noches señores ¿En que le podemos servir?- Mi tía se acerca, se nota que esta tensa.

-Deseamos tomar una cerveza ¿O solo este lugar es un prostíbulo?- Dice uno de los hombres haciendo que varias personas los observen con ganas de golpearlos.

-No caballeros, acá pueden beber lo que gusten- Dice mi tía y los hombres pasan por su lado sentándose al lado de la barra.

-Dos cervezas, por favor- 

-Por lo menos pide el favor-Susurro hacia Yadira que no deja de ver a los hombres con cara de matarlos.

-Buenas noches señores- Digo sirviendo la cerveza y uno de ellos me observa detenidamente mientras que el otro mira todo el lugar.

-¿Hace mucho que trabajas en ese lugar?- Pregunta el rubio.

-Si señor- Me limito a decir y le doy la espalda para no tener que hablarles. Me cayeron mal.

-¿Conoces a Rick Salomon?- Mi cuerpo se tensiona y me giro al escucharlo preguntar por mi esposo.

-¿Que hacen aquí?- Rick esta a sus espaldas, ni siquiera me mira. Tiene sus manos empuñadas y se nota que esta furioso.

-Necesitamos hablar- Dice el rubio dándose la vuelta para observar a RIck.

-No hay nada de que hablar- Dice con rabia -Ahora largo- Le doy la vuelta a la barra para quedar mas cerca, doy unos pasos y mi esposo me mira por un momento haciendo que me detenga.

-No nos iremos hasta que hablemos Rick- Mi esposo se da la vuelta y uno de ellos sale detrás mientras el otro tira en la barra un billete de 20 dolares y sale detras de su amigo.

Camino apresurado, varios que estan en el lugar hacen lo mismo. Abro la puerta y antes de poder salir Rick me mira.

-Quédate ahi- Me detengo de golpe y mi esposo camina con los otros hombres hasta que no pueda escucharlo.

Me quedo observando, ambos hombres discuten con mi esposo. Quiero acercarme pero no quiero inmiscuirme y tener problemas con Rick. Uno de ellos le dice algo y mi esposo lo toma del cuello estampandolo contra una camioneta. Ahogo un grito y veo levantar su mano para golpearlo pero se detiene a solo escasos de su rostro, lo suelta y los deja en ese lugar.

Ambos hombres se montan en la camioneta y sale del lugar. Antes de irse el rubio que casi golpea mi esposo me observa hasta que el vehículo da la vuelta y nos perdemos de vista. Rick camina hacia su camioneta y abre la puerta.

-Sube- Asiento sin decir nada, jamas lo había visto tan furioso como este momento. Me monto y salimos a toda velocidad.

-¿Que sucede Rick?- No me contesta y en pocos minutos llegamos a nuestro hogar. ME bajo pero el se queda en la camioneta.

-No me esperes- Cierra mi puerta y conduce dejando solo el polvo de la carretera.

¿Quienes eran esos hombres? Camino hacia mi casa, sin saber que hacer. Pasan las horas y mi esposo no viene y cuando lo hace esta caído de la perra. Su cuerpo se tambalea y no me dice nada, solo se tira en la cama dándome la espalda con ropa y todo queda profundamente dormido.

Los días pasan, Rick cambio por completo después de discutir con esos hombres. Ya no me toca, se la pasa borracho y no se que hacer para recuperar a ese hombre tan maravilloso que tenia a mi lado.

-Tengo que viajar, no volveré hasta dentro de unos días- Dice mi esposo sacando una pequeña maleta.

-¿Que?- Pregunto.

-¿Donde vas?- Me acerco hacia el pero esquiva mi cuerpo para seguir guardando mis cosas.

-Tengo asuntos que hacer, volveré en unos días- Cierra su bolso y se acerca para besar mi frente y se va sin ninguna explicación.

Me derrumbo a llorar en el suelo de nuestra habitación. No se que estaba pasando pero sentina que las cosas iban a cambian entre nosotros.

Habia pasado dos semanas desde que Rick se había marchado. Solo me llamaba para saber como estaba y que me había depositado dinero para mis cosas pero nunca fui por ese dinero. Tenia rabia, no quera nada de el. 

Hacia poco había empezado a sentirme mal, no dejaba de llorar, mi apetito había desaparecido y cuando empece a vomitar mi tía me pidió que fuera al medico.

Decidí ir con Yadira a ver su medico, decía que tenia mas conocimiento y que mejor que el que trabajaba en un pueblo mas grande y me podían atender mejor. Como nuestro pueblo era pequeño no disponía de muchas cosas y si sacaban exámenes debía esperar días por el resultado, pero si íbamos a San Patricio, disponíamos de equipos y en tan solo unas horas tendría resultado.

EL pueblo quedaba a solo cuatro horas de nuestro pueblo, era mas grande como una ciudad pero mas pequeña que una. Estaba maravillaba con el lugar, todo se veía mejor.

Me dieron los resultados y me confirmaron que estaba embarazada. Sentía muchas emociones, entre feliz y miedo. No sabia si mi esposo le agradaba la noticia y solo esperaba que si. 

-Quisiera comprar un vestido de bebè- Le dije a mi amiga y juntas fuimos a una tienda de bebes. 

-Mira esto- Un pequeño conjunto de color blanco nos llamo la atención hasta que escuchamos la campanilla de que un cliente había entrado. No lo podía ver pero lo podía sentir.

-¡Mira esto!- Una chica de cabello castaña con una enorme barriga se acerca a mi esposo-¿Te gusta?- Dice ella emocionada y observo como Rick le sonríe y acaricia su barriga.

-Esta bonito- La chica se alza para besar su mejilla y yo me escondo detrás de una estantería de ropa.

Mi amiga se acerca curiosa y cuando voltea se da cuenta y abre sus ojos. Antes que le grite algo a Rick tapo su boca y la atraigo para que no nos vean.

-Cállate. Cállate por favor- Digo entre lágrimas.

Rick y la chica salen del lugar, salgo de mi escondite y me acerco al ventanal. Observo como la ayuda a subirse a su camioneta, una vieja y mal trecha pero que aún sirve. Se da la vuelta y por un instante se voltea y me ve, en ese momento me agacho para esconderme y veo por un lado que se acerca a la vitrina despacio y escucho como la chica empieza a pitar y a llamarlo a gritos. Se da la vuelta se sube y antes de arrancar mira de nuevo y yo sigo escondida y suelto el aire cuando lo observo desaparecer del lugar.

-¿Que mierda acaba de pasar?- Dice Yadira con rabia -¡Es un hijo de puta!-Grita y yo solo dejo el pequeño traje que tenía en mis manos y salgo temblando de la tienda -Vamos cariño- Me suelto de su agarre y me tambaleó hasta quedar de rodillas-Respira- La escucho decir pero no puedo hacerlo, siento que no puedo llevar el aire a mis pulmones- ¡Una ambulancia!- Es lo último que escucho antes de perderme en la oscuridad.

Despierto desorientada, un terrible dolor de cabeza me invade.

-Quedate quieta- Enfocó mi vista a mi amiga, tiene los ojos hinchados.

-¿Que pasó?- Pregunto tratando de sentarme en la cama. Me doy cuenta que estoy una habitación de un hospital.

-Te desmayaste- Dice y los recuerdos vienen a mi mente -Tranquila- No puedo evitar llorar.

-¿Porque me hizo esto?- Mi amiga niega sin saber que responder. La puerta se abre y entra el médico.

-Buenas noches señorita-

-¿Noche?- Miro hacia la ventana y me doy cuenta que esta oscuro.

-Si, estuviste inconsciente unas horas- Susurra Yadira con pesar.

El médico me informa que debo cuidarme, que mi estado no está para recibir emociones fuertes y me dejan en observación toda la noche. Al otro día viajo con mi amiga,  mi ánimo está en el suelo.

-Vas a estar bien, ya lo veras- Mi amiga me da un pequeño apretón,  solo asiento sin decir nada.

En el pueblo las chicas ya saben lo que pasó,  todas quieren matar a Rick. En especial mi tía.

- Tía,  me quiero ir- Susurro después de separarme de su abrazo.

-¿Estas seguro cariño?- Asiento y ella besa mi frente.

-Esta bien- Sale de la que era mi antigua habitación y yo no dejo de llorar hasta que me quedo profundamente dormida.

Mi tía me dice que Rick llamó,  que ella le dijo que estaba ocupada y eso no le gustó ya que siempre contestó sus llamadas.  Le pedí a ella que no dijera nada, no lo quería. Quería irme sin verlo.

Las chicas juntaron dinero para mi viaje, agradecí y me sorprendí que Sandra también había dado su parte. Cuando se me acercó pensé que me diría algo como "Yo te lo dije" Pero solo me abrazó y me deseo suerte.

Mi tía también me había dado su dinero, fui por mis cosas al que era mi hogar y de nuevo me eché a llorar un rato al saber que no lo volvería a ver. Me había traicionado y jamás se lo perdonaría.  Tome lo mío y salí sin mirar atrás.

Una de las chicas me ayudó a encontrar un lugar donde su tía.  Con el dinero que tenía podía vivir un tiempo así que decidí trabajar con la tía de mi amiga para ahorrar más y cuando naciera mi bebé no me preocupara del dinero por un tiempo.

Me despedí de todos, subí al bus y miré el que había sido mi pueblo por un año. Acá conocí muchas personas,  aprendí amar y aprendí el dolor. Toco mi pequeña barriga,  ahora empezaré una nueva vida con mi hijo lejos del dolor.

Espero no volver a verlo nunca más...


Esta es una pequeña historia que pensé hace unos días. Es completamente mía, se prohíbe su copia parcial o completa.

Solo falta dos capitulo... Espero contar con su apoyo y no olvide dejar su opinión. 












Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro