Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3

No he parado de dar vueltas en la cama desde que dije que iba a "dormirme".

Aaron no me ha mandado un solo mensaje en toda la tarde, seguramente ahora mismo está acostándose con alguna chica, pensando que probablemente yo lo hice con el ángel que me defendió de él hace un rato. Si supiera que es de su hermano de quien estoy enamorada.

Nuevamente doy una vuelta más, me quedo acostada por un largo momento, creyendo que esta vez por fin voy a poder dormir. Pero no, estoy mas despierta que hace un minuto. Me paro de la cama y voy directo al escritorio, enciendo la pequeña lámpara y tomo una hoja blanca.

Me detengo un momento a acomodar todas mis ideas, supongo que necesitaría más de una hoja para escribir todo lo que necesito.

25 de septiembre del 2019.

Si no fallan mis cuentas, esta es la carta número doscientos diez que te escribo. Cuando por fin logres leer todas estas cartas creo que serán mucho más de las qué hay hasta ahora. Pero supongo no será demasiado aún así, en un par de minutos las habrás leído todas.
Le pedí a Rafael que te mintiera, sé que va en contra de sus juramentos y cualquier cosa extraña que tengan ustedes dos, sin embargo espero que con el tiempo entiendas que lo hice por tu bien. No quiero dejar que te sigas torturando por una humana con la que jamás tendrás algo. Supongo que ese es el problema, Rafael no ha logrado contarme a detalle las cosas, pero tú no perteneces aquí, no eres un humano como yo, eres parte de algo más magnífico que un simple mortal, así que me niego a seguir atando una parte de ti aquí, a este mundo de perdición en el cual a mí me tocó nacer, y conocer a alguien que nunca podrá formar parte de esto.
Estoy viva, no he muerto. Aunque seguramente mientras leas esto será tarde para repetir mis palabras.
Te llevaste una parte de mí, una que nunca en la vida podré recuperar, rompiste algo que jamás volverá a sanar. Sin embargo aquí estoy, haciendo cualquier cosa porque tú sigas con vida. No me arrepiento de nada, mucho menos de haberte salvado ese día. Sé que dijiste que no habías pedido ser salvado, y sigue sin importarme haberlo hecho. Lo volvería a hacer tantas veces como la vida me lo permitiera. Y tenías razón el día que dijiste que yo moriría pronto, y al cabo de un corto tiempo ibas a olvidarme. Aunque tal vez la vida te castigue con no poder olvidarte de mí, puede que ese sea el castigo por el daño que me hiciste y que le hiciste a otras criaturas.
Pero no te preocupes. Yo pagaré un precio igual por haberte conocido. Tampoco podré olvidarte. Y nuestro castigo real va a ser que no podremos estar juntos cuando nos demos cuenta que pudimos hacerlo mientras aún teníamos tiempo.

Lía.

(...)

Aaron está molesto conmigo, no me lo ha dicho pero puedo notarlo, sus idiotas amigos no paran de mandarme indirectas como, "y tu noche de ayer, Aaron", "te llevaste a la mejor, Aaron".

Rihanna no para de decirles que cierren la maldita boca, pero ninguno le hace caso, ojalá y se atraganten con los sándwiches que se están comiendo los malditos.

—Voy por algo de comer — anuncia Aaron antes de pararse de la silla e irse.

—Está que echa lumbre — me susurra Rihanna juntando su silla a la mía —, ¿es cierto que llegó un chico a defenderte?

—Sí... — acepto nerviosa —, un viejo amigo.

—Increíble, le diste al clavo.

—¿Qué hizo anoche? — no puedo evitar preguntárselo. Realmente no es que me importe demasiado, sin embargo algo en mí me causa demasiada curiosidad.

—Hmm... yo... justo de eso quería hablar contigo... pero planeaba que fuéramos a otro lado.

—De eso nada, dímelo aquí.

—Bueno... anoche los chicos quisieron salir, yo no los acompañé, era jueves y mis padres estaban en casa desde temprano. Así que no puedo contarte muy bien las cosas, sólo puedo decirte lo que Zack me contó.

—Bien, es mejor que nada.

—Hmm... salieron a una fiesta en la noche, no tengo idea de donde fue eso, pero en fin, ya sabes, tomaron y todo eso. Aaron dijo que quería hablar de esto contigo, y tal vez me estoy adelantando demasiado, pero bueno, supongo que lo mejor es que te lo diga antes que él. Anoche Aaron fumó marihuana...

—¿No había dejado de hacerlo? — le interrumpo sin poder evitarlo.

—Sí, pero bueno, dijo que estaba muy enojado y por eso lo hizo. El punto es que él dice que se perdió bastante...

—¿Y?

—Ay, Lía, en serio lo siento, no debería estar diciéndote esto yo... Aaron... él estuvo con otra chica anoche — me lo esperaba. Sabía que iba a decirme esto, sin embargo tenía la esperanza de que sólo fueran ideas mías — Lía...

—Está bien — acepto tragando saliva —, no importa, supongo que me lo esperaba.

—No está bien, es un idiota, no debía hacerlo. Dice que cree que tú te liaste con el chico de ayer. Pero aún así está mal lo que hizo.

—Ja, ¿yo tener sexo con él? No, para nada — hacer eso sería una terrible traición hacia el otro ángel que no pienso nombrar.

—Ahí viene...

Me quedo quieta en donde estoy. ¿Cómo pudo hacer esto ese imbécil? Realmente me lastima, no tanto como debería, pero, ¿en serio es tan mierda como para engañarme por un capricho?

—Nena — escucho que me llama al tiempo que posa una mano sobre mi hombro.

—No me toques — contesto enojada y quitándome su mano de encima. Maldito hijo de perra.

—Lía... tengo que hablar contigo...

—¿De qué? ¿De la puta a la que te tiraste anoche? — claramente no vio venir esto, su expresión es estupefacta mientras busca qué decirme.

—¿Quién te...?

—Tus putos amigos no han parado de decir estupideces, ¿crees que soy idiota? Eres un hijo de perra, y para tu información, no. No tiré con nadie ayer, imbécil — tomo aire una vez que termino de hablar. Me siento mejor, insultar a estar bestia me provoca un alivio gigantesco, aunque a él claramente le sorprende oírme —. ¡Te odio maldito hijo de puta! ¡Eres un idiota, un cabrón, un borde, ojete, zorra! ¡Te odio! — todos en la mesa estamos sorprendidos de mis palabras, aunque yo más que los demás. Por fin pude decirle todo lo que me hace sentir, aunque aún faltan muchísimas cosas, y no pienso callarlas ni un momento más — ¿Sabes algo? Hay muchísimas cosas que nunca me atreví a decirte, ¿sabes por qué? Bueno, porque soy tan cobarde que te tenía miedo, pero ya no más, por el momento estoy en mis cinco minutos de valentía y voy a usarlos para decirte la clase de mierda que eres. Eres un maldito, me maltrataste, me golpeaste, me humillaste, me insultaste, me violaste, ¿recuerdas? ¿Recuerdas esas cosas horribles que me hiciste? Increíble, espero que las recuerdes todas las malditas noches para que te atormenten como me atormentaron a mí todo este maldito tiempo. No sé por qué volví contigo, eres una maldita cucaracha, te odio, y no siento nada más que eso por ti. Te detesto. Odio saber que me enamoré de ti en algún momento de mi vida, odio recordar que alguna vez te amé, ¿y sabes qué es lo peor? Que tú dijiste que me amabas, ¿qué clase de amor fue ese? Das asco Aaron, me das asco.

—Yo... Lía, lo siento...

—¿Lo sientes? ¡¿Lo sientes?! ¡Yo te voy a enseñar que es sentir algo! — le doy con el puño en el pómulo izquierdo, lo golpeo con todas las fuerzas que tengo, no me interesa romperle la cara y matarlo, aunque prefiero que tenga una maldita muerte lenta — ¿ya lo sientes, miserable escoria? — lo empujo del pecho con fuerza, haciendo que se vaya para atrás con todo y la silla en la que está sentado.

Su peso hace que se escuche un estruendo cuando toca el piso, pero apenas y va a pararse cuando ya estoy encima de él golpeándole el rostro con fuerza, casi maniática.

—¿Sientes eso? — pregunto en susurros, parando de pegarle —, ¿te duele? ¿Sientes que tienes algo roto? ¿No? — le pego en las costillas con el codo, sintiendo como una se rompe debajo de mi hueso —, ¿ahora? ¿Ya sientes algo roto? Increíble, eso mismo sentí yo por meses, ¿ahora me entiendes? — lo tomo de las mejillas con una mano, haciendo que sus labios se abran ligeramente —, ¿ya sabes lo que se siente que te maltraten? ¿Ahora entiendes qué se siente que te golpeen hasta cansarse? ¿No? ¿Sabes por qué aún no sabes qué es ser golpeado hasta que se cansen? Fácil, porque aún no me canso — le doy una cachetada entonces, sin embargo no es lo suficiente y mi cuerpo pide más.

Continúo golpeándolo como si mi vida dependiera de eso, intenta protegerse la cara con los brazos, pero mi furia me da toda la fuerza necesaria para arañarle los brazos y quitarlos de su cara.

Lo golpeo con el puño una vez.

Dos veces.

Tres.

Tantas que ni siquiera puedo llevar la cuenta. Sin embargo sigue vivo y moviéndose, éste maldito nunca va a morirse, eso lo tengo en mente.

—¡Maldita sea, déjalo en paz ya! — escucho la voz de Brad antes de que me tome por debajo de los brazos e intente quitármele de encima a su amigo.

—Hey, déjala donde estaba — la voz de Kate me hace desviar la mirada de Aaron por primera vez. Está frente a nosotros, y no sé de dónde diablos a sacado un bate de béisbol —, ahora, si no quieres que te rompa la cabeza con esto.

Brad me suelta y retrocede a donde estaba, Kate asiente para que termine de vengarme de esta mierda que me mira con los ojos desorbitados.

—¿Te digo algo cariño? — hablo —, no voy a terminar contigo, después de todo nos amamos demasiado como para echar estos meses a la basura. ¿Está bien? — el chico me mira sin entender nada. Seguro que podría matarme de un solo golpe, pero es lo bastante inteligente como para saber que si me tocara un solo cabello aquí, todos los presentes lo matan —, ¿te pregunté si está bien? — repito en voz alta y firme. Aaron asiente de prisa y se queda quieto en el suelo —. Suena increíble. Estas relaciones son las que funcionan, las que siguen adelante sin importar por cuantos obstáculos pasen — repito las mismas palabras que él me susurraba antes, luego de golpearme —, sólo que vamos a hacer un pequeño cambio de roles. Ahora tú vas a ser mi saco de box, miserable.

Me pongo de pie con la mirada de todos encima, parece que a nadie le importa el estado de Aaron, todos me sonríen, algunos gesticulan un "bien", otros simplemente asienten.

—Bien hecho, cariño — reconoce Kate en voz baja.

—Párate, ensucias el piso — digo molesta, moviendo con un pie el cuerpo del castaño.

—¿Estás bien? — Kate me tiene abrazada con fuerza, agradezco lo que hace, siempre está en los momentos más difíciles para mí.

—Lo estoy, aunque creo que mi mano está un poco rota...

—¿De nuevo?

—Menos, esta vez por lo menos valió la pena — admito encogiéndome de hombros.

—¿Valer la pena? Literalmente te rompiste la mano golpeando mierda.

—Hey — le hablo a Aaron, que está sentado en una de las sillas desubicado —, ¿con qué arreglo esto? — pregunto en cuanto a mi mano —, tienes más experiencia en eso de golpear gente.

—Iré por hielo... — decide parándose de la silla nuevamente.

Estoy sorprendida, le he dejado la cara amoratada, tiene sangre saliendo de su nariz, por su boca hasta la barbilla.

Creo que ahora yo soy la que se ha convertido en un monstruo... me siento ligeramente culpable de haberle hecho esto, sé que se lo merecía, se merece incluso más, sin embargo algo me dice que me pasé de la raya.

Pude matarlo... ¿no? Después de todo no medí mis golpes y pude golpearle mal...

—Te admiro — admite Rihanna juntándose con nosotras —, no pensé que fueras a golpearlo... digo, fue increíble, Dios, tienes los puños de acero. Nunca había visto que alguien le dejara siquiera un solo golpe.

—Ya era hora.

—Dame las manos — Aaron está de vuelta con nosotros, tiene una bolsa de plástico improvisada con hielos dentro.

—Yo lo haré — contesto intentado tomar los hielos de su mano.

—Para nada — se niega tomándome de la muñeca y jalándome hacia sí —, las cosas no se quedan así, nena — susurra —, no volveré a golpearte, pero no te van a quedar ganas de revelarte de nuevo.

___________________
Siguiente actualización, miércoles 23 de enero 🌝

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro