Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 28

—No caerá otro — me susurra en el oído.

—No esperaba que pasara — contesto volteándome a mirarlo —, es sólo que me resulta divertido recordarlo. Hace justo un año estaba aquí parada mirando para allá, y luego... te vi.

—Que curioso, ¿no? Estabas en el lugar y momento indicados.

—Sí...

Luego de que aquellas criaturas espeluznantes invadieran de terror el lugar, todo ha vuelto a la normalidad.

No puedo decir que las cosas están igual que antes, pues ahora la gente deja de salir de casa pasadas las nueve de la noche. Es difícil ver a personas merodear las calles por las noches, y definitivamente nadie quiere ni acercarse un poco al bosque. Sin embargo hoy el miedo deja de controlarnos. Todos estamos fuera de nuestras casas. No hay ni una sola persona que no tenga maquillaje en el rostro o algún disfraz trillado puesto.

—¿Te imaginas que sería de nosotros si no hubieras estado aquí ese día? — pregunta entonces.

—No puedo imaginármelo. Y la verdad es que no quiero hacerlo, eres lo mejor que me ha traído la curiosidad.

—Sí, supongo que sí.

—¿Ahora ya son los dos los que esperan recibir algo del cielo? — pregunta Kate mientras se pone junto a nosotros con los brazos cruzados.

—No — contestamos al mismo tiempo —, no hay nada que él nos pueda dar — termina Luzbel.

—¿Vamos adentro? No quiero amigos nuevos este año.

A Luzbel parece darle gracia eso, después de todo hace un año es que nos conoció a todos, y de la forma más extraña que se puede imaginar.

—No más — acepta entonces y le hace una seña a Kate para que vayamos dentro.

Hago contacto visual con Rafael entonces, nos quedamos así un momento. No tan largo como para que alguien lo note, pero si lo suficiente para dejarme incomoda lo que resta de camino.

Desde hace unos días comenzó a existir una situación incómoda entre ambos. No sé a que se debe, sin embargo tengo la impresión de que intenta decirme algo y simplemente no ha podido.

Entramos al lugar que está repleto de personas, nos quedamos parados a unos pocos pasos de la entrada y observamos todo el lugar en busca de los demás.

Oigo un chiflido por encima de las voces de toda la gente, volteo a mirar hacia dónde viene el sonido, y me encuentro con Brian alzando la mano.

—Ahí están — aviso y camino en dirección a ellos.

—¿Por qué tardaron tanto? — pregunta Brian —. Los estábamos esperando.

—Lo siento, tuvimos un problema con el disfraz de Luzbel — me disculpo mientras me siento en el gabinete.

—¿Muy pequeño? — adivina.

—Sí, por qué crees que no trae la parte de arriba.

El disfraz tan increíble que se nos ocurrió, fue un uniforme de prisionero y una máscara de Anonymous, ya que claramente Luzbel no quería ponerse maquillaje ni nada "raro" sobre la cara.

Luego de rogarle quien sabe cuánto tiempo, aceptó que le pusiera heridas falsas en el cuerpo, y un par en la cara.

Le manché con sangre falsa la playera de tirantes blanca, y luego de una discusión estúpida, se salió con la suya y revolcó la prenda en tierra y quien sabe dónde más; ya que como su disfraz es según él, el de un preso fugitivo, no podría ir con la playera limpia de verdad.

Dado que me he vestido igual que él, tuve que aceptar que también ensuciara mi playera. Y como dijo que me creía incapaz de escapar de algún lugar, le echó un extra de sangre, ya que según él, en el remoto caso de que lograra esa misión, terminaría muriéndome desangrada.

—Ya hemos ordenado — informa entonces Jason. Viene vestido de Batman junto con Matt, que trae un disfraz de Robbin.

Según me contó, él y Matthew son formalmente pareja. Y a ninguno de los dos les importa en lo más mínimo ir por ahí tomados de la mano, besarse en público, o hacer cualquier cosa que los novios hacen.

Mucha gente los mira con desaprobación, otros tantos los tachan de inmorales y les exigen respeto.

Sin embargo también están los otros que los apoyan. Los que felicitan a los chicos por su relación. Sus amigos formamos parte de estos.

Y al final están Luzbel y Rafael, que no les critican, pero no pueden entender cómo es que dos hombres están juntos de esa manera.

Marleen aparece entonces frente a nuestra mesa. Su cabello castaño cae en rizos definidos sobre su pecho, trae uniforme de porrista y maquillaje algo sangriento en la cara.

—Con esos reos con gusto iría prisión — comenta mirando pícara a Luzbel.

—Cuando quieras — le contesto guiñándole un ojo.

—Ah, no hablaba de ti.

—Que lástima...

—Con esas porristas en la vida pisaría una cancha de americano — contesta Luzbel el cumplido como sólo él sabe hacerlo.

Marleen rueda los ojos pero continúa parada mirándonos.

—¿Qué se te ofrece? — pregunto entonces.

—Vengo a invitarlos, daré una fiesta en mi casa a las nueve. Están todos bienvenidos.

—No iremos a tu fiesta — contesta Kate —. Ni te inmutes en invitarnos.

—Vamos chicos, es Halloween, ¿qué harán? ¿Pedir dulces? ¿Cuántos años tienen?

—Veintidós — contestamos todos al unísono, a excepción de Luzbel y su hermano.

—Además, pedir dulces sería más divertido que a tu fiesta — continúa Kate mientras mira atentamente la carta.

—¿Y eso por qué, McMahon?

—Porque los burdeles no son divertidos en estos tiempos, Tanner.

—Dije que sería en mi casa, no en la tuya — contraataca.

—Prefiero ir al burdel de Kate — intervengo entonces.

—Sí te animas... — le susurra a Luzbel agachándose junto a él, haciendo que el busto se le salga por el pronunciado escote del top que trae puesto —. Esta es mi dirección, te estaré esperando...

Le entrega un pedazo de papel rosa con algo escrito en tinta negra. Sus ojos lo miran directamente y se relame los labios con sensualidad.

Para mi puta sorpresa, Luzbel recibe el papel y la mira sonriente.

—¿Te muestro algo? — le pregunta sin quitar esa sonrisa pícara.

—Lo que quieras — acepta enderezándose y parándose tan provocativa como puede.

—¿Te gustan los chicos que hacen magia? — ¿a dónde va esto, idiota?

—Me fascinan.

Luzbel le mira a los ojos atento, se pasa la lengua por los labios y a mí comienza a hervirme la sangre.

Está sosteniendo el papel entre los dedos, y lo único que deseo hacer, es arrancárselo, hacerlo bolita y metérselo a Marleen por la puta boca.

Sin embargo, da un movimiento tremendamente rápido de dedos, y sin explicación alguna el papel se prende en fuego.

Todos en la mesa nos sobresaltamos al instante, ¿cómo hizo eso?

—Es una lástima que tu dirección no sea como él ave fénix — comenta cambiando su expresión a sarcásticos pucheros —, después de todo no renacerá de sus cenizas.

(...)

—Ve tú, yo iré a dejar a Lía a casa — se ofrece Rafael entonces.

—No tengo problema con eso — contesta Luzbel —, puedo dejarla he ir.

—No pienso quedarme solo con ellos — masculla entonces acercándosele a Luz —, son raros... o tal vez el raro sea yo, pero prefiero que tú vayas y yo lleve a Lía.

Luzbel parece pensarlo de verdad, se voltea a mirar a mis amigos por un momento, justo cuando Jason y Matt se besan vuelve la mirada a nosotros.

—Bien — acepta —, no creo que puedas soportarlo solo.

—No tardo, me aseguro que entre bien y voy con ustedes.

—De acuerdo, te espero, y por favor, no vayas a perderte.

—No soy idiota, te veré en un rato.

Me despido de Luzbel con un beso en los labios, y agito la mano hacia mis amigos.bTodos me dedican una sonrisa y tomamos caminos diferentes.

Henry ha dicho que haría una reunión de amigos en su casa, sin embargo Kate no ha querido ir, y yo sólo quiero volver a mi casa ahora.

Hemos pasado ha dejar a mi amiga a su casa, y aunque intentaron convencerla, no lo lograron.

—¿Cómo estás? — pregunta Rafael rompiendo el silencio.

—Bien... ¿y tú?

—Igual bien.

—Increíble... — contesto incómoda, no sé qué más decirle, y al parecer me pone nerviosa estar a solas con él.

—Tus amigos son raros.

—Sí... pies tú también lo eres un poco... — admito intentando que no se tome a mal.

—Sí, supongo que sí.

—Pero está bien, no todos debemos de actuar "normales".

—Efectivamente, además creo que la normalidad de tu mundo es diferente a la del mío.

—De eso no hay duda, es un hecho.

Nuevamente nos quedamos callados, caminamos en silencio por la calle sin emitir ningún sonido más que al caminar.

Agradezco que muchos de los vecinos estén con sus fiestas y tengan la música a volumen fuerte, por lo menos no todo está en completo silencio.

Mi casa está tan cerca que ya casi me siento dentro. Sin embargo sigo aquí afuera, y aún me cuelgan varios metros.

—He querido hablar contigo desde hace tiempo — suelta entonces.

El corazón me da un vuelco y me obligo a tragar saliva. Después de todo no estaba equivocada en mis deducciones.

—¿De qué? — pregunto lo más desinteresada posible, pero mi voz suena ligeramente temblorosa.

—Es sólo que no puedo seguir así.

—No me das mucha información — admito riendo en un intento de controlar mis nervios.

—Hay algo que te hemos estado ocultando, y simplemente no puedo más con ello, no puedo seguir cargando ese peso.

—¿Me han estado ocultando?

—Luzbel y yo.

El corazón comienza a latirme con fuera contra el pecho. Tengo una sensación extraña en el estómago y siento como mis manos comienzan a moverse inquietas y a ponerse frías.

—¿Qué es? — pregunto con serenidad. No quiero ni imaginarme qué es lo que va a contestarme.

¿Estoy lista para recibir otro golpe de Luzbel? ¿Qué pasa si esto es demasiado fuerte como para soportarlo?

—Sé que él es el que debe decírtelo todo, y así será, es sólo que yo ya no puedo seguir reprimiéndome más.

Apenas y me doy cuenta cuando ya estamos subiendo los peldaños de mi casa.

Quiero oír lo que tiene que decirme, pero no quiero quedarme aquí afuera mientras suelta las cosas. Quiero poder sentarme en algún lugar cuando suelte el golpe.

Abro la puerta y dejo que Rafael entre, me meto y me quedo un momento quieta. No sé qué va a pasar, siento algo carcomerme de adentro a afuera, comienzo a marearme y solo siento la necesidad de llegar a mi cama para desmayarme ahí.

—¿Qué tan malo es? — pegunto mientras subo las escaleras bien agarrada del barandal.

—No sé cómo vayas a tomártelo.

Una punzada me atraviesa el estómago, seguramente que me lo tomaré peor que cualquier otra cosa.

—Bien... — acepto entrando a mi habitación. Prendo la luz y me voy directo a mi cama. Las copas que me tomé hace un rato parecen hacerme efecto, la vista se me nubla un poco y comienza la lucha por seguir consciente —. Dímelo.

Rafael me mira un momento pensativo. No será que se va a echar para atrás ahora, ¿verdad?

Luego de pensarlo un momento se sienta junto a mí. Ambos nos acomodamos para quedar de frente, aunque yo siento que me estoy tambaleando un poco.

—Lo siendo — se disculpa —. Créeme que no era mi intención que algo así pasará, intenté evitarlo, pero fue demasiado tarde para hacerlo.

—Sólo dilo y ya, me estás torturando demasiado.

—Lo sé, pero necesito darte las explicaciones antes que la noticia. Lo único que quiero es que me perdones y creas que no fue a propósito. Fue tremendamente inesperado, pero lo entendí el día que emprendimos el viaje hacia el abismo.

—¿Entender qué?

—Entender el porqué de algo... cuando te conocí no pude evitar sentir algo por ti.

—¿Qué dices? ¿Estás loco...?

—No, sólo escúchame. Yo me sentí identificado contigo, sabía que mi hermano te quería, sin embargo no pude evitar sentir algo por ti también. Quise hacerlo, pero no podía decidirlo. No entendía qué estaba pasando, creí que yo era el error, pensé que yo era el malo y volvería a pecar deseando lo que tenía mi hermano. Pero cuando cruzaste el purgatorio... Luzbel lo dijo todo. No era la primera vez que pasaba, pero fue con la misma persona. Sé que no lo entiendes. Y no puedo decirte más porque en serio que Luzbel tiene que contártelo todo, y no me perdonaría si lo hiciera por él. Pero yo no podía callarlo más.

—¿Eso significa que no estaba loca? Que cuando comencé a sentir algo raro por ti... tenía una razón de ser.

—¿Lo sentiste?

—Sí... lo hice... — confieso un poco avergonzada de que así haya sido.

—Escúchame. Aunque por el momento no entiendas la situación por completo, tú y yo tenemos un lazo atándonos. Y tenemos que cortarlo ahora, porque ambos sabemos que jamás vamos a ser. Y no porque no podamos, sino porque no queremos. ¿Entiendes?

—Sí, lo entiendo — y lo digo de verdad, no sé cómo, pero sé perfectamente qué es a lo que se refiere con todo esto.

—Debes de pedirle a Luzbel que te cuente todo ya. No esperes más tiempo.

—Lo haré...

—Escúchame. Esta será la última vez que tú y yo haremos esto, luego de esta noche vamos a olvidarlo de verdad y para siempre.

—Sí... — acepto sin saber qué es lo que estoy aceptando en realidad.

Esta vez nos quedamos callados, nuestros ojos se miran fijamente, haciendo que me tense por completo.

Luego de un momento, lo temido pasa.

Me besa.

Sin embargo eso no era lo que temía. Lo temido es que no puedo separarme de él, no quiero hacerlo, me niego a quitarme aunque sé que estoy haciendo muy mal.

Todos mis sentidos explotan, y aunque parezca imposible, puedo sentir que pasa lo mismo con él.

Sus movimientos son violentos, jamás creí que él tratase así a alguna chica, sin embargo tampoco podría esperar otra cosa, esa es su naturaleza.

En segundos terminamos acostados por completo, él encima mío, y yo rodeándole la cintura con las piernas.

—Es la última noche — susurra separándose de mis labios — la última.

____________________
Sigue leyendo 🤭

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro