Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 8



Tyler

El despertador del diablo me saca de mi placentero sueño —; así imagino que debe sonar en caso de que él tenga uno— , pero hoy me siento con otro ánimo, para ser honesto. Tiggans no tuvo que venir a sacarme de la cama, me levanté por cuenta propia y a penas es el día dos; buen avance.

Elijo mi traje de hoy antes de tomar una ducha, luego busco unos zapatos adecuados; soy un desastre organizando, pero tengo a Tiggans para que esta habitación no sea un caos. Creo que soy la única persona desordenada a la que no le gusta el desorden, irónicamente.

Ya listo para cautivar la mirada de algunos féminas, como siempre, tomo el maletín y me dirijo a la cocina por mi desayuno. Una vez ahí, dejó el maletín en una silla y le doy un abrazo a Tiggans quien está de espaldas a mí, picando unas frutas. Esa faceta cariñosa solo la conoce ella, se lo ha ganado por darme más de lo que debería durante toda mi vida. Después de dejarse  abrazar, me aparta para reclamarme por haber tenido que irse a dormir sin saber nada acerca de mi primer día de trabajo.

—Me dijiste que no llegarías temprano, pero no mencionaste que fuera tan tarde —regaña.

—Nana, tranquila —musito —, solo fui con Kyle a tomar unos tragos para celebrar mi exitoso primer día.

—Tyler, pensé que eso de salir, llegar a altas horas de la madrugada y tomar cualquier día de la semana; había acabo —espeta.

—Tiggans, no exageres, no es para tanto.

—No estoy exagerando —Me señala con el cuchillo —y no me llames Tiggans, sabes que no me gusta que me llames por mi nombre —Me reprende.

—Discúlpame nana, lo olvidé —Me excuso, al mismo tiempo quito el cuchillo de su mano, le doy un beso y la abrazo.

Ella solo ríe y también me abraza. Quiero mucho a Tiggans, aunque no soy muy expresivo, pero trato de dejárselo saber de vez en cuando.

La ayudo a poner la mesa y nos sentamos a desayunar, mientras le voy contando todo; cada detalle acerca del primer día en el trabajo. Bueno, no le conté acerca de mis pensamientos sexuales, pero después de todo uno siempre se reserva algo, hasta con las personas que se supone no tenemos ningún secreto; algo siempre nos callamos, sea por el motivo que sea, no creo que haya nadie que lo diga todo.

—¿Tyler, en verdad te atreverías a golpear a ese hombre y a hacer que lo echen por un café? —inquiere tras escuchar sobre el relato de la cafetería.

—Por supuesto que no, me conoces bien —digo en defensa propia —, pero sabes que debo hacer fama, pronto seré el jefe de todos y deben aprender a respetarme desde ahora.

—El respeto no se gana a golpes, gritos o insultos —puntualiza —; eso lo sabes mejor que yo, lo aprendiste siendo todavía un niño y lo has predicado desde entonces —dice con un gesto de confusión —, ¿qué te pasó?

—Honestamente, no estoy seguro —admito —, digamos que quizás no estoy acostumbrado a que me nieguen nada.

—Comenzaré a negarte las cosas para que te acostumbres.

—Esa idea no me agrada —digo sincero.

—Pues a mí sí —exclama —, ese hombre debe estar pensando que eres una mala persona. Tyler, no quiero que los demás te vean como a un egoísta, vanidoso y arrogante; quiero que vean lo que yo veo, al hombre generoso, amable y con el corazón más grande que he conocido —declara —, aunque te empeñes en querer aparentar lo contrario.

—Nana, no exageres, eso lo ves tú por el cariño que me tienes —indico.

—No, Tyler, eso no solo lo veo yo; también Kyle y algunos de tus colaboradores pueden verlo. Los demás no te ven como realmente eres, porque te empeñas en mostrar tu peor lado.

Sé que Tiggans tiene razón y a veces tiendo a dar una idea opuesta de como soy realmente, pero eso solo me ha ayudado a mantener lejos a personas que se quieran aprovechar o sacar alguna ventaja.

Continúo hablándole acerca del trabajo, le describo la oficina y en cuanto me establezca prometo llevarla para que la conozca. Le hablo acerca de Samantha y de todo lo que me enseñó en un día, de como parecieran brillar sus ojos al hablar de aviones, de como parece amar lo que hace.

—Por lo visto te agradó la ingeniera —bromea levantado sus cejas.

—No lo negaré —admito —, es diferente a las mujeres que había conocido hasta ahora.

—No es diferente, solo no se deslumbró por tu bonita sonrisa, tu cuerpo definido o tu dinero; y eso nunca te había ocurrido —dice y puedo jurar que hubo diversión en su tono.

—Eso la hace diferente, para mí.

—Tienes razón —admite —, eso hace que ya me caiga bien sin conocerla.

No puedo evitar reír, Tiggans parece estar disfrutando saber que al fin le soy indiferente a una mujer, pero pienso cambiar esa situación pronto. Si alguna cualidad buena tengo, es la perseverancia.

Termino mi desayuno y me despido de Tiggans rumbo a T.O. Company, salí unos minutos antes que ayer, para pasar por recursos humanos tal y como me indicó tío Travis. Hoy voy en mi Bugatti Chiron, uno de los automóviles más rápidos del mundo, por lo que en pocos minutos estoy frente al edificio. Para mi suerte no me encontré ningún policía de tránsito o estaría en problemas por la velocidad.

Entro al edificio y hablo con una de las chicas de recepción, ya que Catherine no está; se llama Dahiane, es muy linda y la pongo nerviosa. No he perdido el encanto, ¿por qué no lo puede ver cara de ángel?, la pregunta correcta sería, ¿por qué me hace dudar de el?

Ya concluido el proceso para entrar como visitante me dirijo al piso veintiuno hacia el departamento de recursos humanos. La señora Kathleen Stevens, me recibe con un fuerte abrazo, ella comenzó a trabajar en el departamento en el mismo año en el que yo dejé de venir, me sorprende su calurosa bienvenida, pues solo éramos conocidos. Después de halagarme por lo bien que me veo y lo mucho que he crecido, me hace firmar una gran cantidad de documentos y luego ir a otra oficina para la fotografía. Hablamos un rato de todo un poco y unos diez minutos más tarde, ya tenía listos mi acceso e identificación de empleado, me despedí y subí hasta el piso treinta y siete.

Una vez en el voy a la cafetería a pedir mi café, me recibe Dan con una sonrisa y yo presumo mi identificación.

—Buenos días, señor Oswald, ¿en qué le puedo servir?

—Buenos días, Dan, dame un capuchino caramelo, por favor.

Me despacha el café, paso mi tarjeta de empleado por el lector óptico y voy de regreso a la salida cuando se me ocurre la brillante idea de llevarle su té a cara de ángel y así comenzar el día diferente al de ayer. Vuelvo hasta Dan, quien me pregunta si deseo algo más. Asiento y le pido que me dé el té favorito de Samanta, el indica que es el de menta y manzanilla. Anoto mentalmente el dato y salgo nuevamente rumbo a la oficina con una sonrisa de satisfacción por la buena idea que he tenido. Una vez en ella, enciendo mi computadora portátil y me dispongo a repasar todo lo que estuvimos estudiando ayer; no pasaron muchos minutos cuando la puerta se abre y veo a cara de ángel, tomo el té en la mano y se lo ofrezco.

—Bueno días, señorita Davis —Saludo con mi mejor sonrisa.

—No tienen nada de buenos —espeta —, acabo de perder cinco minutos yendo a la cafetería por mi té, para enterarme de que usted se tomó la libertad de comprarlo por mí —Llega hasta mí, toma el té, le da un sorbo y hace una mueca de desagrado —. Tal y como lo supuse, está frío. Le agradeceré Sr. Oswald, que no se tome atribuciones que no le corresponde —dice con aspereza —, ahora tendré que seguir perdiendo el tiempo yendo nuevamente a la cafetería por un té caliente.

Deja la bebida en el escritorio y sin darme tiempo a decir nada sale tan rápido como entró. Definitivamente con esta mujer no se sabe con certeza cómo rayos actuar. Lo que pensé que sería una especie de bandera blanca entre los dos, y me pareció una brillante idea, no fue más que otra bomba de fuego.

¿Qué demonios le ocurre a esta mujer? 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro