Comienza la sesión.

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Cally LaMort estaba sentada en un pequeño tocador blanco mirando distraídamente el adornado espejo ovalado mientras daba los toques finales a su largo cabello oscuro. Todo estaba listo para la sesión de espiritismo que llevaría a cabo más tarde, y debería haber estado usando ese tiempo para calmar y enfocar su mente, pero estaba perdida en los recuerdos de un momento oscuro y turbulento en su vida, cuando se convirtió en la Reina Vudú por primera vez...

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Nueva Orleans 1932...

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La celebración de su investidura como Gran Brujo había llegado a las primeras horas de un nuevo día, y Cally necesitaba caminar desde Old Absinthe House hasta su casa para tratar de calmar su espíritu. Esta era la culminación de un sueño prolongado, un sueño que había logrado a través de trabajo duro, y un poco de suerte. Si Magnus Bane no hubiera intervenido para asegurar una pelea justa con el Barón Dredd, los resultados podrían haber sido muy diferentes.

Ahora era el momento de pensar sobre el futuro y lo que significaba ser la Reina Vudú. Ella había hecho la preparación, había imaginado este futuro, sin embargo, había algo en la realidad que la maravillaba y asustaba un poco. Era una gran responsabilidad, y había un último ritual que todavía debía realizar; un ritual que pondría a prueba su determinación hasta el límite, y decretaría para siempre la marca que haría como Reina.

Al llegar a su casa, Cally fue directamente a un pequeño estudio donde un libro antiguo yacía esperando en el escritorio, esperándola, intimidantemente abierto en el ritual que ahora necesitaba realizar. Hasta ese momento, no había podido descifrar el extraño guion en la página amarillenta y quebradiza. Ahora su significado se hizo claro para ella, '¡Dios mío!', suspiró suavemente. El hechizo llamaría para ella a dos de las fuerzas más poderosas del universo, y lucharían por su alma.

Sin más demora, Cally leyó las palabras en voz alta y esperó mientras dos formas muy diferentes comenzaron a materializarse en su pequeño estudio. Una era la forma de un hombre alto y guapo; la otra era una gran serpiente, una cobra dorada que se alzaba ante ella y extendió su gran abanico. Una batalla se libró entre ambos, uno tenía la promesa de su enorme poder, y el otro trabajo duro y comodidad.

Finalmente, cuando parecía que la serpiente ganaría el día, el hombre dio un paso adelante y sacó un elaborado bastón de ébano negro que le ofreció a la joven Reina Vudú, diciéndole que podía tener poder más allá de sus sueños más salvajes, mayor que el de Marie LaVeau. Pero Cally reconoció ese bastón y al hombre por lo que realmente era, Asmodeus, Príncipe del Infierno.

-"Aléjate de mí, Hombre Oscuro!"- rugió ella mientras abría sus brazos para permitir que la serpiente se envolviera alrededor de su cuerpo delgado. En ese momento ella rechazó a Asmodeus y él se vio obligado a retirarse, pero no sin prometerle a Cally que lamentaría su decisión tonta...

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Era precisamente medianoche cuando Jace, Isabelle, Aidan y Morag llegaron a una pequeña casa de dos pisos en una calle lateral en el corazón del Barrio Francés. Los faroles a cada lado de la puerta de panel verde oscuro iluminaban el porche de madera blanca. Contraventanas de huracán flanqueaban cada una de las ventanas altas y estrechas que perforaban la fachada de la casa.

Isabelle notó que el porche había sido decorado para el Mardi Gras, las serpentinas de chiffon en oro, verde y morado oscuro estaban sobre postes y barandas aseguradas con una ancha cinta dorada, formando lazos flojos. Encima de la puerta principal colgaba la máscara bellamente pintada del rostro de una mujer rodeada por las mismas telas que adornaban el porche. La casa en sí misma podría haber sido pequeña, pensó Izzy, pero definitivamente era una reina quien vivía allí.

Antes de que alguien pudiera golpear, la puerta se abrió y Cally LaMort dio la bienvenida a sus invitados en el pequeño camino de entrada- "Justo a tiempo"- dijo sonriéndoles cálidamente antes de guiarlos por un pasillo angosto hacia un salón pequeño.

La habitación estaba pintada en tonos carbón oscuro, aclarados por rodapiés y molduras de techo color crema. Los cálidos suelos de madera marrón, originales de la casa, estaban cubiertos por una alfombra oriental afelpada que amortiguaba el sonido de sus pasos y agregaba un toque de lujo a la habitación. Sobre la chimenea intrincadamente tallado estaba el poderoso retrato de una mujer afroamericana que llevaba un turbante blanco suave y un vestido a juego. Elaboradas joyas colgaban de sus orejas y cuello, y en sus manos estaba la cobra dorada, con la capucha extendida. Isabelle no necesitó que nadie le dijera que este era un retrato de la gran Reina Vudú, Marie LaVeau.

Una mesa redonda de madera oscura se encontraba en el centro de la habitación, rodeada por cinco sillas con respaldos recubiertos de cuero color crema. La iluminación se había atenuado para proporcionar sólo un brillo leve en lugar de iluminar realmente la habitación. Cally indicó que cada uno debería sentarse alrededor de la mesa, ella misma ocupó el lugar directamente frente a la chimenea y el retrato de Marie LaVeau.

Jace, que había estado inusualmente callado, jadeó levemente al ver lo que estaba en el centro de la mesa. Era un libro grande y viejo con la imagen de un ángel tallado en el desteñido encuadernado de cuero negro. Cally le sonrió tranquilizadoramente y dijo- "Puede sorprenderles saber que el Vudú tal como se practica aquí, en Nueva Orleans, es una combinación de la religión yoruba africana y el catolicismo. Incorpora la creencia en un ser supremo, así como espíritus menores o loas que sirven como intermediarios entre el adorador y Dios"

-"Todavía no estoy seguro de cómo algo de esto nos va a ayudar a liberar a Magnus o encontrar al asesino de Alec"- respondió Jace suavemente. No deseaba insultar a su anfitriona, y no tenía mejor sugerencia que ofrecer, por lo que estaba dispuesto a aceptar la sesión, pero se habría sentido mucho más cómodo con un ataque demoníaco directo.

Inesperadamente, fue Aidan quien le respondió a Jace, su suave voz escocesa rompiendo lo que de otro modo se habría convertido en un incómodo silencio- "Sé que la cultura de los Cazadores de Sombras no te prepara para comprender los diferentes sistemas de creencias que existen entre los mundanos, pero sí crees en los ángeles, los demonios y la magia, ¿es realmente tan disparatado aceptar que los espíritus de los muertos también existen y puedes llegar a ellos con un brujo competente?"

-"Tienes razón, lo siento"- respondió Jace, frotando inconscientemente la descolorida runa parabatai en su antebrazo izquierdo- "Por favor, ¿podemos seguir con eso?"

-"Bien, entonces"- dijo Cally dirigiéndose a todos mientras colocaba tres grandes velas blancas sobre el libro en el centro de la mesa- "Cada uno de ustedes colocará sus brazos sobre la mesa para que sus manos se toquen"- encendió las velas que habían sido previamente usadas, como lo evidenciaban los elaborados flujos de cera que se curvaban y retorcían por sus lados. Con un ligero movimiento de su muñeca, la luz de la habitación se atenuó asegurando que el centro de la mesa era el punto más brillante, luego colocó sus brazos sobre la mesa, las manos tocando a Aidan en un lado y a Jace en el otro, completando el círculo.

Mirando a los reunidos, Cally continuó- "Los espíritus que buscamos se sentirán atraídos por la luz y el calor de las velas. La primera llamada será a mi guía espiritual, Marie, quien nos ayudará a alcanzar a su hermano recién fallecido

Izzy contuvo un pequeño sollozo cuando las palabras se registraron. Escuchar nuevamente a Alec, poder hablarle, pero no tocarlo parecía la tortura más exquisita. Era como si, en este momento, su muerte pareciera más real para ella que en cualquier otro momento desde que estuvo con Jace en la Cámara Lazarus frente al ataúd de Alec.

-"Es importante que no rompan la conexión entre ustedes sin importar lo que vean y oigan"- continuó Cally- "Los muertos no pueden hacerles daño, pero pueden ser un poco... inquietantes"- miró a los que estaban alrededor de la mesa esperando una señal de que escucharon y entendieron sus palabras. Cuando ella estaba satisfecha, dijo- "Vamos a empezar"

-"Hermana, Guía, la primera de las grandes Reinas Vudú, Marie, ayúdanos a contactar a nuestro amigo, nuestro hermano Alexander Lightwood"- Las luces en la habitación comenzaron a parpadear y la llama en el centro de la vela se extinguió y luego pareció cobrar vida nuevamente más brillante y más fuerte que antes. Izzy podría haber jurado que la cobra en la pintura de Marie LaVeau sobre la chimenea parecía ondular y silbar.

La voz de una mujer habló entonces, era más profunda, más antigua que la de Cally- "Escucho tu suplica, hija. Si deseas convocar a un espíritu difunto, debes repetir después de mí..."

'Nuestro amado Alexander traemos regalos de la vida a la muerte. Comunícate con nosotros, Alexander, y muévete entre nosotros'

Hicieron lo que les dijo y, mientras las últimas palabras se apagaban, vieron brillar la magia púrpura alrededor de la figura de Cally LaMort, el ambiente parecía cargado, las luces y las velas parpadearon locamente. Entonces, sin previo aviso, toda la luz de la sala se extinguió en una ráfaga de aire frío que los dejó en total oscuridad.

No se dijo nada durante unos momentos hasta que Cally chasqueó los dedos y volvió a encender las velas.

-"Supongo que no se suponía que eso sucediera"- dijo Jace tratando de aligerar el ambiente un poco.

-"Estás en lo cierto en eso, cher, ahora si todos se quedan sentados, voy a llamar a mi guía espiritual y descubrir qué diablos pasó"- respondió Cally mientras se acomodaba y comenzaba de nuevo- "Hermana, Guía, la primera de las grandes Reinas Vudú, Marie, ¿puedes decirnos por qué nuestra invocación no ha sido respondida?"

La misma voz profunda de mujer mayor respondió a la petición de Cally- "Hija, el espíritu que buscas no está en este lado del velo y no se puede convocar así, pero hay otro espíritu exigiendo ser escuchado. ¿Permitirás que ese espíritu se mueva entre ti?"

Cally sabía que sólo había una pequeña oportunidad aquí y no tenía tiempo para consultar al grupo. Su voz sonó en respuesta- "Sí, permitiremos que este espíritu avance"- Y ella confió en su poder para salvaguardar a los vivos de quien fuera a cruzar el velo.

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Espero les haya gustado,nos leemos en la siguiente actualización😘🤗