¡Hola! Una vez más muchísimas gracias por todos sus comentarios son definitivamente geniales Rosewood84, DaianaVelazquez, lightwoodbane, RebeFernandez5, ElizabethHernande381, MaryPlaza8, Jennyta00, GladysElizabethGrego, MalecShipperForever, Reader030101, EugeniaJimenez, Astarot11, Marialuli66, karu11espino11, ErikaAnrique, RhimerSantos, montirroch, MagnusNoizLightwood, crisalecbloom, noemed89, PauliStephanny, Rosewood24, BiancaCarrillo1, Flor-otaku 💙💛💜

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Quizás haya una pequeña esperanza...

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Jace sintió la mano de Robert en su hombro- "Hijo, no puedo explicar lo que está sucediendo con tu runa parabatai, pero los dos sabemos que Alec está muerto y no hay nada que hacer al respecto. Créeme, si hubiera alguna manera de solucionarlo, lo haría. Puedo decirte lo doloroso que es saber que nunca podré decirle a mi hijo cuánto lo siento"- la voz de Robert se quebró levemente mientras trataba de controlar las emociones que estaba sintiendo- "Le dije y le hice algunas cosas horribles, y ahora esos serán los últimos recuerdos que mi hijo tuvo de mí"

Jace podía ver genuino arrepentimiento en cada línea del rostro de su padre adoptivo- "También lamento que no tuvieras más tiempo, creo que Alec hubiera querido una reconciliación. Creo que estaría muy orgulloso de lo que estás tratando de hacer allí"- Jace hizo un gesto hacia la sala de la corte detrás de Robert- "Alec creía en los Acuerdos, tu apoyo para ellos, y para Magnus es todo lo que podemos hacer por él ahora"

Robert asintió y luego le dio a su hijo un último breve abrazo, diciendo- "Será mejor que regrese, o Dios sabe qué aros Ezra intentará hacer que el Coven salte"

Jace sonrió sombríamente y salió del Convento. No sabía si su charla con Robert le había ayudado en lo que se refería a su runa, pero era agradable pensar que los Acuerdos, y aquellos que creían en ellos, tenían un aliado inesperado en Robert Lightwood. También pensó que el cambio de sus creencias sería un gran avance para curar las heridas en la familia Lightwood, tal vez no entre Robert y Maryse, pero ciertamente entre Izzy y su padre.

Mientras Jace se dirigía al comedor del hotel para encontrarse con Izzy, Aidan y Morag, pensó en todo lo que había pasado. ¿Cómo era posible que él y Alec hubieran pasado tantas cosas juntos, sobrevivido tantas batallas sólo para que muriera en su luna de miel? Casi sin darse cuenta, su mano derecha comenzó a frotar sobre la runa parabatai en su brazo izquierdo, tratando sin éxito de aliviar el dolor sordo que lo había plagado desde aquella horrible noche. Al entrar en el elegante comedor del Bourbon Orleans Hotel, soltó un bufido de frustración. Nada de lo que había descubierto hoy parecía arrojar algo de luz sobre la muerte de Alec o sobre el hecho de que su runa todavía dolía.

El mesero condujo a Jace a una silenciosa mesa preparada para cinco, él fue el cuarto en llegar y levantó una ceja hacia Aidan sentado a su izquierda.

-"Cally se reunirá con nosotros tan pronto como vea a Magnus"- respondió a la pregunta no formulada de Jace- "Ella dijo que no deberíamos esperarla para ordenar"

Jace asintió levemente y se volvió hacia Isabelle que estaba estudiando su menú- "Entonces, ¿qué se ve bien?"

-"Prácticamente todo"- dijo Izzy dijo- "Si tuviera ganas de comer"

-"Iz..."

-"Lo sé, lo sé, no te preocupes comeré"- lo interrumpió ella antes de que pudiera darle un sermón, frunciendo el ceño cuando él le revolvió el pelo.

El comedor había comenzado a llenarse ahora dándole un aire más festivo. Los turistas y lugareños que celebraban el Mardi Gras venían listos para experimentar lo mejor en cocina criolla. De repente, hubo una actividad bulliciosa en la parte delantera de la sala cuando los anfitriones y los camareros tropezaban sobre si mismos para dar la bienvenida a la Reina Vudú. Los destellos de luz de las cámaras y los teléfonos celulares siguieron a Cally LaMort mientras se dirigía a la mesa. Sus delgadas caderas se balanceaban mientras se movía con gracia a través de la abarrotada habitación, y parecía como si el jazz, cuyo lugar de nacimiento era esta vibrante ciudad, estuviera en sus huesos.

La conversación entre el grupo en la mesa de la Reina se mantuvo superficial hasta que trajeron la comida y pudieron hablar sin temor a que los oyeran. Izzy, su voz llena de miedo e incertidumbre preguntó- "¿C-cómo estaba Magnus?"

Cally respiró hondo y comenzó a contarles sobre su encuentro con el hechicero...

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Mas temprano esa noche...

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La Reina Vudú caminó rápidamente por el pasillo oscuro hasta la celda, los barrotes de brillante energía mágica proporcionaban la única luz en ese lugar sombrío. Al igual que Algernon Nettle antes que ella, tardó unos minutos en localizar a Magnus sentado en el suelo en la esquina, con los brazos alrededor de las rodillas y la cabeza gacha.

-"Magnus"- susurró suavemente cuando entró en la celda y se movió para sentarse a su lado. Cally había conocido a Magnus por mucho tiempo, amaba su espíritu, su vitalidad, pero este hombre no tenía nada de eso, este hombre era oscuro y frío... un extraño.

-"Cally, ¿qué estás haciendo aquí?"- preguntó Magnus.

-"Soy tu abogado"- respondió ella- "No me di cuenta de que el Coven te había asignado a Nettle, o lo hubiera detenido y hubiera estado aquí antes"

-"Estás perdiendo tu tiempo"- dijo Magnus pesadamente- "No tengo ningún deseo de defenderme de estos cargos falsos. Alec se ha ido, nada importa más allá de eso"

-"Cher, sé que estás sufriendo, pero no puedes rendirte, no es justo para Alec. Si permites que te condenen, su asesino seguirá libre. Tú sabes que él no querría eso, si los roles estuvieran invertidos, Alec movería montañas para llevar a tu asesino ante la justicia"

Magnus miró a la chica, deseando decirle que lo dejara en paz, que no quería escuchar sus palabras, pero no podía. A pesar del abrumador dolor que sentía por la pérdida de Alec, sabía que ella tenía razón. Con un profundo suspiro, la miró y dijo- "¿Dónde comenzamos...?"

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-"Magnus está dispuesto a defenderse, lo cual es un comienzo"- dijo Cally mirando a cada uno de los reunidos como si estuvieran buscando en sus almas- "Pero no será suficiente, si no podemos encontrar alguna evidencia para exonerarlo. He visto el caso en su contra, y aunque es completamente circunstancial, en el clima actual, lo condenarán si no podemos encontrar al verdadero culpable"

-"¿Magnus tenía alguna idea de lo que realmente sucedió?"- preguntó Aidan, sabiendo que era la pregunta más importante en todas sus mentes.

-"No cher, no tiene nada"- respondió Cally- "Se reunieron conmigo en la Old Absinthe House la noche anterior. Magnus no recuerda que ocurriera algo raro allí. Alec les trajo bebidas del bar mientras esperaban, por lo que no hubo ninguna oportunidad para que las fueran manipuladas"

-"Entonces, básicamente, no tenemos pistas ni ideas"- bufó Izzy al dar rienda suelta a su frustración.

-"Bueno, no iría tan lejos"- dijo Cally con una sonrisa sombría- "Hay una cosa que podríamos intentar, si todos quieren... una sesión"

-"No puedes hablar en serio"- dijo Jace- "Es solo un juego de mesa, ¿no? ¡No se puede hablar realmente con los muertos!"

-"Ven a mi casa a la medianoche, Cher"- respondió ella con una sonrisa sombría- "Y lo descubriremos"

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La noche llegó pronto al pantano, prestando una atmósfera siniestra y aterradora a un lugar ya peligroso. El Barón Dredd disfrutaba de la noche en el pantano, era su momento favorito del día. Acababa de recibir un mensaje de fuego de Ezra Highsmith informándole sobre el mayor progreso de su plan. El Barón no podría haber estado más satisfecho con la noticia de que Cally LaMort actuaría como defensor de ese tonto Magnus Bane. Con Madeline fuera, no había cabos sueltos para rastrear el destino del Cazador de Sombras hasta él, por lo que era inevitable que la reina Vudú perdería en su intento de salvar a Bane. Un fracaso público de esa magnitud ciertamente dañaría la reputación de la chica, la dejaría vulnerable a un desafío y estaba más que dispuesto a hacerlo.

Sonriendo ampliamente ante la idea, el Barón Dredd dejó que un pequeño haz de magia dejara sus dedos, preservando el mensaje en sus manos. Abrió el cajón de su escritorio y sacó una caja profusamente tallada de un compartimiento secreto en el interior. La caja contenía cada mensaje de fuego que había recibido, cada uno de Ezra Highsmith, su seguro contra cualquier deseo tonto por parte del Inquisidor de considerar al Barón como un 'cabo suelto'. Rápidamente colocó el mensaje en la caja y la volvió a poner en el cajón del escritorio. Echando un vistazo al reloj en el manto, se dio cuenta de que era hora de llamar a Sinistre, hora de alimentar al demonio.

Caminando rápidamente hasta el final del muelle, donde una pequeña luz brillaba intermitentemente, la única señal de que esto no era más que otra parte oscura, deshabitada del pantano. El Barón levantó el bastón en su mano y lo bajó bruscamente sobre la superficie del muelle mientras gritaba el nombre de su espantoso sirviente. Por unos momentos, una vez que su voz se apagó, Dredd se dio cuenta del misterioso silencio del lugar, no se podía oír ningún pájaro, insecto o animal y sonrió. La zona muerta alrededor de su choza era una prueba de que su demonio tenía influencia allí y ninguno se atrevía a desafiarlo. Entonces el agua alrededor del muelle comenzó a agitarse cuando el enorme cocodrilo demonio se elevó desde las profundidades para reclamar cualquier refrigerio vivo que el Barón le había traído.

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Continúa en el siguiente...