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¨¨H¨¨

— Hasta tus sueños entraría, solo para que sepas que eres mío — susurró Jimin, se acurruco tocando su pecho mi espalda y sus manos mi cintura. Su respiración por fin se tranquilizó y pequeños ronquidos se escuchaban.

"se ha dormido"

De mi muñeca, dirigí mi mirada al techo de la habitación, estaba cansado, Jimin suele durar algo de tiempo. "Pero siempre es gentil"

Si claro que lo es. Tengo suerte de tener a Jimin, cada mañana me levanta con una sonrisa y un buen desayuno, después pinto algo o escribo algunas estrofas, llega y se sienta conmigo; comemos y nos dedicamos a descansar, y luego en la noche nos acostamos.

"no te puedes quejar, es una buena vida"

Sí que lo es.

Cerré los ojos, e intente relajarme, yo también quería caer en el mundo de los sueños...

"¿Qué haces? Libérate"

— ¿Qué? — mi voz salió en un tono agudo.

Aquella voz fue tan real. Como si alguien lo hubiera dicho en esta habitación o dentro de mi cabeza.

Mire a los lados, o lo que podía, Jimin no me dejaba mover mucho.

Quede esperando a escuchar algo de nuevo. Esta noche solo el sonido de uno que otro grillo se presentaba junto al viento, pero la voz no volvió.

.

.

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¿Qué día es? Me pregunte a mí mismo, mientras tenia puesto la ropa con la que usualmente pinto y mi vista puesta en el balcón. Me encontraba en mi cuarto de dibujo: una bella habitación de piso de madera y paredes del mismo color o intento.

Veía como el viento hacia mover las hojas del árbol del patio y como también las cortinas empezaban a balancearse. El cielo se veía nublado y solo existía una pequeña llovizna.

Me senté en el banquillo frente al lienzo, había pintado unos ojos, sabia a quien le pertenecían: Jimin...

Incline mi cabeza de un lado a otro, algo parecía andar raro. Aquellos ojos no parecían ser de él si lo miraba detenidamente, habían pequeños detalles que lo hacía ver diferente, claro si se miraba detenidamente.

— No te preocupes, puedes usar mi maleta Namjoon — se escuchó la voz de Jimin en el pasillo.

El mismo pasó por este cuarto y paro aquí mismo, entrando hacia mi dirección.

— Es una bella pintura amor — besó mis labios y yo le correspondí — ¿no quieres despedirte de Taehyung y Jin? —

La sonrisa que yo había puesto por el beso desapareció. ¿Qué demonios hace Taehyung aquí y quien es Jin?

— ¿Qué? — aunque estaba enojado, la ira no la expresaba, mi mente era una enredadera con tan solo escuchar a Taehyung; aun así, parecía que existía una barrera que me impedía expresarme.

Jimin sonrió, besándome de nuevo. Mientras lo hacía, Namjoon a lo lejos veía el piso, él se encontraba bajo el marco de la puerta. No sé lo que pasaba pero él se miraba muy mal. Es como ver a una persona que se ha lastimado y no quiere decirlo, o al menos lo sentía así.

— Olvide que venias por la maleta Nam, enseguida te la entrego — Jimin salió del cuarto, al recordar aquella tarea, Namjoon asintió y levantó su cabeza.

Nuestras miradas se encontraron.

Le sonreí en forma de saludo, pero Namjoon solo bajo la cabeza. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué actúa de esa manera?

Él no es así o quise recordar algún momento en que haya visto esa actitud en él. Y no recuerdo ningún momento.

No perdía nada en preguntar, no tenía una gran confianza con Nam, pero tampoco algo nulo.

— Lo siento mucho suga — dijo aquellas palabras sin mirarme.

Tome un momento para pensar en sus palabras. ¿Por qué se disculpa?

Antes que pudiera cuestionarlo sobre su estado, se fue, me supongo que a ayudar a buscar a Jimin.

Mire a mi alrededor, algo sentía que estaba olvidando. Volví a mirar el balcón para recordar,al igual que volvió a aparecer Jimin con su hermano.

— Ayudare a mis hermanos con su mudanza, ¿te quedaras aquí? — asentí y los vi alejarse.

De nuevo me encontraba solo, una fría corriente paso por el cuarto, me levante para cerrar el balcón. Al acercarme lo vi. Vi al dueño de aquella voz, de aquella noche: era Mark.

Abrí los ojos, sorprendido y basto un pestañeo, para que su imagen se desvaneciera. Ya no se encontraba a lado del árbol. Ya no estaba por ningún lugar. Cerré mi boca, al darme cuenta que por la impresión la había abierto. No sé si fue una sugestión lo que presencie, pero eso me dio un poco más de movilidad. Fue como si me despertara o como cuando tu cuerpo recupera energía al comer.

Guiado por mis instintos baje a la primera planta, era yo o el ambiente se sentía pesado. Mi cuerpo comenzaba a pesar de nuevo, pero aun podía tener cierta libertad.

Sonreí — algo no está bien — solo podía sonreír. Quería gritar o llorar, y solo una risa salió de mí.

Afuera de la casa se escuchaba el ruido de un par de gente, quise saber que ocurría. Abrí la puerta, viendo a los hermanos Park llevando consigo cajas hacia los carros de mudanza.

Y vaya que eso no fue lo que me tomo desprevenido, siendo que no podía creer que ellos se fueran, sino que todo quedó en segundo plano cuando vi a Teahyung ayudando y dando miradas coquetas a Jungkook.

Eso me enojo, ¿Qué rayos hace Taehyung aquí?, ¿Por qué no me aviso? Y ¿Dónde está Hoseok?

Él tiene novio, porque mierda está coqueteando con Jungkook.

Estaba furioso, Taehyung no puede hacer eso. Odio a la gente desleal.

Agache mi cabeza y cerré mis ojos y puños.

— Amor — escuche de repente muy cerca de mí a Jimin.

Al elevar mi vista, estaba justo frente de mí.

— ¿Por qué estas llorando? — me dedicó un linda sonrisa, mientras sus ojos se veían preocupados, acercó sus manos a limpiar mis lágrimas.

Al fin pude calmarme, baje mis hombros tensos con las caricias de Jimin, mire hacia él. Tenía muchas palabras que decir, pero extrañamente, con un suspiro todo el enojo se esfumo. Volví a sentirme en un sueño.

— No te preocupes, ellos nos visitaran — volvió a hablar Jimin mientras se paraba a lado mío, dejándome ver a aquel auto en donde se encontraba Taehyung, Jungkook, Namjoon y alguien que no lograba identificar dentro.

Todos se despidieron, y se alejaron poco a poco de aquí.

¿En qué momento pasaron de estar cargando cajas a un carro de mudanza a estar dentro de un auto?

Fue como si en un segundo todo haya desaparecido, mire en dirección del auto que se alejaba.

Al fin entendí que fui yo el que no se dio cuenta, que de un cielo gris pasamos a un rojo por el atardecer. Un escalofrió recorrió mi cuerpo y junto a ellos sentí la mano de Jimin.

— Entremos hace frio —

— ¿Por qué... — me preguntaba a mí mismo, ¿Por qué sentía que mi vida ya no lo contralaba yo?

— Porque quiero beber una taza de café contigo, amor — Jimin no lo entendía, pero comenzaba a hartarme de esta situación.

Esto ya no es vida... cuando tú eres tu propio enemigo.

Es como si viviera en un sueño... en donde existe solamente tranquilidad y paz... ficticia.





>> Ultimos capitulos 

gracias por leer n.n

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