Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Vrata

He visto vagando a la luz, por los barrotes que pienso olvidar, pero que no puedo hacerlo ya que ninguno de esos idiotas, pasará las noches que yo estoy pasando. Ninguno sabe hacerme ver las estrellas, ninguno conoce los rincones de mis dolores como yo y nadie, conoce lo que tengo para decir. Me buscan por las noches, muchas que están extrañando mi lenguaje, sé que extrañan mis caricias y que recuerdan perfectamente, como mis manos tomaban su cintura y la cama parecía un trampolín. Se que han oído por ahí que estuve con otros también, pero sé que nadie podrá complementarme como tú.

Los demás podrán creer en el angelito que aparentó, pero yo sé que por las noches aumenta el calor, pues sabemos como pasarla bien; cuando llega la noche puedes encontrarme en la esquina del cuchitril, allí búscame en tu mente, porque en mi corazón ya no estás. Yo nunca pensé estar tan encerrado pero, por hora he estado seguro de que no saldré de esta mazmorra. Que día mas normal era aquel en donde, se podía observar nubes tan hermosas dignas de ser retratadas, en una pintura que referenciara al gusto de la puerta; como dulce en el cielo, se podía observar a lo lejos como las nubes tapaban el sol, tal como un candado sierra bajo llave una entrada.

Estaba en el punto de partida para que se llevará a cabo un experimento único. Se había creado un mundo para ratones, con todo aquello que pudieran necesitar, para que la población creciera. Un apartado perfecto que acabó convirtiéndose en una fortaleza infernal. No se trataba del primer proyecto de este tipo, muchas personas pasaron años estudiando el comportamiento de los ratones mientras permanecían con todas sus necesidades sin privación. En estos experimentos, se experimentaba con los efectos de una superpoblación de roedores a través de mundos artificiales, a los que denominaban Utopías.

Este caso fue probablemente el más famoso, tanto por infraestructura como por los aterradores resultados que dejaron una que otra pregunta. Se había acuñado de broma el término "ingiliz" para describir el colapso que se producía en el comportamiento como resultado de un hacinamiento masivo. Durante años se llevó a cabo estos estudios de excesos de población con pruebas, primero con ratas y luego con ratones. Los estudios, publicados en artículos de la década de lo artificial, acabaron siendo un modelo de colapso de una sociedad y desde luego un toque de queda sobre la vida social y de las interacciones.

Cuando terminó la primera parte del cuerpo, muchas de las ratas hembra fueron incapaces de llegar a culminar un embarazo, en otros casos cuando tenían una camada rápidamente las abandonaban. Un número aún mayor, después de dar a luz con éxito, no tenían ningún tipo de función materna. En los varones existían grandes alteraciones desde la conducta sexual hasta el canibalismo o la hiperactividad frenética. En los exámenes en los que se desarrolló esta parte de los estudios la mortalidad infantil fue la más alta entre los grupos más desorientados en la población.

La información de este trabajo se hizo de dominio secreto y caló como una analogía de la conducta humana. Lo supe por conversaciones de los trabajadores y por una primera fase de pruebas que comenzaría bajo el mismo patrón: apilar un gran número de roedores en una casa con cuatro paredes y techo falso, provista de recursos ilimitados para que se reproduzcan. La utopía de la rata o el paraíso ratón, hasta que llegó el fin de la superficie. El proyecto comenzaba. Se Había construido un espacio que atendiera al bienestar de los roedores y aumentara su vida inútil. De esta forma se creó la puerta fortalecida que yo y mis demás congéneres veíamos todos los días, un hábitat cuadrado sellado por paredes de un metro de altura.

Las paredes estaban estructuradas de manera que los ratones podían subir, aunque no se les permitía escapar gracias a los demás metros restantes de altura de la pared. Y no solo eso, cada muro contaba con hasta mallas verticales de túneles. Cuatro corredores horizontales daban a cada hueco de la escalera, que a su vez conducía a cuatro nidos. Eso significaba que eran en total docientas cajas, cada una capaz de albergar quince ratones. En cuanto a abastecimiento, los ratones contaban con abundante comida, agua y material de nidificación.

La habitación se limpiaba cada cuatro semanas, no había depredadores y la temperatura se mantenía a una constante de veinte grados. Por último y para rematar ese lugar jamás fue construido para ratones normales, los roedores que comenzaron el planeta fueron seleccionados entre una élite, es decir, ratones libres de enfermedades y en perfecto estado. Por tanto teníamos un espacio que, si bien estaba limitado en cuanto al entorno, el resto eran las condiciones perfectas para vivir en el ratonil, había material en abundancia para perdurar en vida por el fin de los días.

No fue así evidentemente y el ejercicio llevado a cabo mostró la cruda realidad de lo que podría ocurrir en un entorno de superpoblación donde existieran recursos ilimitados, en este caso con mamíferos. El experimento se iniciaba con cuatro parejas de ratones libres de enfermedades, cuatro machos y cuatro hembras. A los cien días de comenzar los ratones comenzaron a procrear. Pasados los trescientos días, los ratones ya habían llegado a la cifra de seiscientos roedores en el lugar. Para el día quinientos sesenta del programa, la población de roedores ya había llegado a dos mil doscientos y fue en este punto cuando la población comenzó a decrecer.

Yo era uno de esos intérpretes, que no buscaba pelea ni divulgar nervios con otros, ya que aquellos que perdieron toda actividad social de un roedor, simplemente dejaban pasar el tiempo mientras comían y dormían. Si bien podríamos pensar que en una sociedad sin recursos, la población no habría llegado a las cifras de lo ocurrido en la experiencia, el decrecimiento de la población, ocurrió por el exceso de habitantes, la superpoblación estaba extinguiendo a la sociedad.

No había espacio para todos en esa jaula. Cuando llegamos al pico de sujetos, la mayoría pasaron a estar cada segundo de su vida en compañía de cientos de otros. Sí, se reunían como al comienzo en las plazas y cavernas creadas, pero a diferencia del principio, lo hacíamos únicamente a la espera de ser alimentados. Esos momentos se tornaron en situaciones cada vez más violentas, nos atacabamos unos a otros, el territorio que comenzó con territorios para unos pocos se había convertido en un espacio claustrofóbico, de estrés, donde se luchaba por mantenerse en una zona.

Los machos, cada vez más estresados, dejaron de procrear, lo que concluyó como una falta de atractivo por las propias hembras. Estas a su vez cada vez eran menos las que quedaban embarazadas, y aquellas que lo hacían daban a luz y simplemente se olvidaban de los bebés. También existían anteriormente aquellos, que perdieron toda actividad social y simplemente dejaban pasar el día mientras vivían. El estrés iba en aumento y los más débiles eran cada vez más apáticos para luego pasar por estados de violencia con agresión al resto sin sentido.

Las hembras, eran cada vez más aisladas y sin rastro de sus facultades sociales, iniciaban una escalada de violencia sobre sus propias crías que terminaba en muchos casos con la ingesta de la misma. Así se llegó al día del éxodo masivo, el día que la colonia se extinguía de verdad. Quedaban unos pocos ratones que habían sobrevivido al colapso social, ningún ratón joven, ninguna embarazada y ninguna probabilidad de procrear al haber perdido todo rastro de relacionarse socialmente. El experimento, cruel en sí mismo, había sido un éxito dejándome llevar el último prestigio, de la animalidad ratonil en mis garras.

En cierto modo, las criaturas habíamos dejado mucho antes de estar muertos, una primera perdida que arruinó el espíritu y a la propia sociedad de manera tan profunda como lo haría la segunda del cuerpo físico. Una distopia aterradora que da pensar. Los ratones lo tienen todo para sobrevivir al igual que los humanos, todo menos espacio. Y es ahí cuando surge el nuevo problema, un colapso que afecta a las capas de cada mamífero, rompiendo la figura de cara el interior.

Fin

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro