Elegante caballero, finura y empatía sonrisa ladina, mirada penetrante que me eriza mientras juega con sus labios diciendo poesía robando mis suspiros,

Digno demonio secuas de satán, me hace pecar y por mas que me niegue conscientemente caigo, esa forma perfecta de hablar, su elegancia al hablar y su mirada misteriosa nunca sabre que es lo que piensa, tan hábil para mentir yo descubro su verdad.

Un demonio tirano y cruel ante mi es tan bello y único, su forma dulce para mí, un ángel simple el cual ahora es de él, mi corazón vuelca como idiota por solo verlo o oírlo, digno me pecado e cometido estar entre sus brazos mientras un susurro me dice no.

El aroma que desprende amargo como el rico café, sus besos tiernos llenos de amor, ¿Quién dice que los demonios no aman?

Suele ser malvado, pero por dentro oigo en su pecho su corazón, cálido al igual que sus brazos, sus manos enseñándome aquel arte prohibido mientras susurra a mi oído esa promesa de amor.

Sus ojos curiosos y oscuros me observan, busco su atención y él lo sabe, pero se hace del rogar pues su ángel sumiso soy yo, mis alas fueron cortadas antes y el me dio su mano y me enseña a volar sin ellas, me cuida como su tesoro mas sagrado como si su vida dependiera de ello.

El es tan perfecto, fuerte y tenaz, su cabellera mezclada con la noche roba suspiros secretos de los cuales solo ama los míos, sus manos delicadas ante mi, aunque para aquellos sea una bestia para mi es mi príncipe y no azul si no oscuro,

Un pecado cometo y soy consciente de ello, pero porque no amar a este demonio, sangre bendita llevo, pero puedo dejar que maldigan en sacrificio para estar a su lado pues mi mayor pecado es amar a este demonio.