Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌹39🌹

Cuando llego a Seúl, nadie sabe de
mi llegada. Nadie me recibe. No he
llamado a nadie. Contrato una furgoneta
en el aeropuerto y meto todas mis cajas
en ella. Cuando salgo de la T-4 intento
sonreír. ¡Vuelvo a estar en Seúl!

Cuando llego a mi barrio, la alegría me inunda, aunque luego, cuando tengo que ocuparme de las veinte cajas yo solito, la alegría se convierte en mal humor. ¿He metido piedras?

Una vez que acabo, cierro la puerta
de mi casa y me siento en el sofá. De
vuelta en el hogar. Levanto el teléfono
decidido a llamar a mi hermana. Al
final, lo cuelgo. No me apetece dar explicaciones todavía, y mi hermana
será un hueso duro de roer. Enchufo el
frigorífico y bajo a comprar algo de
comida al Mercado. Cuando regreso y
coloco lo que he comprado, la soledad
me come. Me carcome.

Tengo que llamar a mi hermana y a
mi padre.

Lo pienso, lo pienso, lo pienso. Al
final decido comenzar por mi hermana y,
como era de esperar, a los diez minutos
de colgar la tengo en la puerta de mi
casa. Cuando abre con su llave, estoy
sentado en el sofá y, al verme, murmura:

—Tontoooo, pero ¿qué te ha
pasado, cariño?

Ver a mi hermana, su embarazo y su
mirada es el colmo de todo, y cuando me
abraza lloro, lloro y lloro. Me tiro
llorando dos horas en las que ella me
acuna y me dice una y otra vez que no
me preocupe por nada. Que haga lo que
haga estará bien. Cuando me tranquilizo,
la miro y pregunto:

—¿Dónde está mi sobrina?

—En casa de su amiga. No le he
dicho que estás aquí o ya sabes…

Eso me hace sonreír y murmuro:

—No le digas nada. Mañana me
quiero ir a Busan a ver a papá. Cuando
regrese la visitaré, ¿vale?

—Vale.

Con mimo le paso la mano por su
abultada barriga, y antes de que yo
pueda decir nada, suelta:

—Hoseok y yo nos estamos separando.

Sorprendido, la miro. ¿He oído
bien? Y con una frialdad que no sabía
que existía en mi hermana, me explica:

—Le dije a papá y a Taehyung que no te
dijeran nada por no preocuparte. Pero
ahora que estás aquí, creo que lo tienes
que saber.

—¡¿Taehyung?!

—Sí, tonto…, y…

—¿Taehyung lo sabía? —grito, descolocado.

Mi hermana, que no entiende nada, me toma las manos y murmura:

—Sí, cariño. Pero le prohibí que te
lo contara. No vayas a enfadarte con él
por eso.

No doy crédito. ¡No doy crédito!

Él se enfada conmigo porque le oculto cosas cuando él me las esconde también, ¿increíble?

Cierro los ojos. Intento tranquilizarme. Mi hermana tiene un problemón, e intentando olvidarme de Taehyung y nuestros problemas, pregunto:

—Pero… Pero ¿qué ha pasado?

—Me estaba engañando con medio Seúl —afirma tan fresca—. Ya te lo dije hace tiempo, aunque no me creyeras.

Durante horas hablamos. Esta noticia
me ha dejado totalmente noqueado. No
me esperaba esa traición por parte del
tonto de mi cuñado. ¡Para que te fíes de
los tontos…! Pero lo que me tiene
totalmente sin palabras es mi hermana.

Ella, que es tan llorona, de pronto está
centrada y tranquila. ¿Será el embarazo?

—¿Y mi sobrina? ¿Cómo lo lleva ella?

Mueve la cabeza con resignación.

—Bien. Ella lo lleva bien. Se disgustó mucho cuando le dije que me iba a separar de su padre, pero, desde que Hoseok se fue hace mes y medio de casa, la veo feliz y me lo demuestra todos los días cuando la veo sonreír.

Hablamos, hablamos y hablamos, y
tras comprobar por mí misma lo fuerte
que es mi hermana y, en especial, que
está bien a pesar del disgusto y el
embarazo, pregunto:

—¿Mi aunto está en el parking?

—Sí, cielo. Funciona de maravilla.
Lo he estado utilizando yo estos meses.

Asiento. Me retiro el pelo de la
cara, y entonces, susurra:

—No me cuentes lo que ha pasado
con Taehyung. No quiero saberlo. Yo sólo
necesito saber que tú estás bien.

Agradezco que diga eso y, mirándola, afirmo como puedo:

—Lo estoy, Yang mi. Estoy bien.

Nos volvemos a abrazar y me siento
en casa. Cuando esa noche se va y me
quedo solo por fin puedo respirar. Me he
desahogado. He llorado como deseaba y
me siento mucho mejor. Aunque estoy
más enfadado con Taehyung. ¿Cómo ha
podido ocultarme algo así?

Decido no llamar a mi padre. Voy a
sorprenderlo. A las siete de la mañana
me levanto y voy al garaje. Miro a mi
Leoncito y sonrío. ¡Qué bonito es! Tras
meterme en él arranco y pongo dirección
a Busan. En el camino, tengo momentitos
para todo. Para la risa. Para el llanto.
Para cantar o para maldecir y acordarme de todos los antepasados de Taehyung.

Al llegar a Busan voy directo al taller
de papá. Cuando aparco el coche en la
puerta lo veo hablando con dos amigos
suyos y, de pronto, al verme, se paraliza.

Sonríe, y corre hacia mí para abrazarme.

Su abrazo candoroso me hace saber que
me va a mimar y, cuando nos separamos,
mira alrededor y pregunta:

—¿Dónde está Taehyung?

No contesto. Los ojos se me llenan
de lágrimas y al ver mi gesto susurra:

—¡Oh, bebé! ¿Qué ha pasado, mi
vida?

Conteniendo el llanto, lo vuelvo a
abrazar. Necesito los mimos de mi papi.

¿Esa noche, después de cenar, estoy
mirando las estrellas cuando mi padre se
sienta en el sofá?

—¿Por qué no me dijiste lo de Yang mi y Hoseok? —le preguntó con tristeza.

—Tu hermana no quería preocuparte. Ella lo habló con Taehyung y le pidió que no te lo contara.

—¡Vaya, qué bien! —siseo deseoso
de arrancarle la cabeza a Taehyung por ser
tan falso conmigo.

—Escucha, bebé, tu hermana sabía que si te decía algo, vendrías a Seúl. Sólo hice lo que ella me pidió. Pero, tranquilo, ella está bien.

—Lo sé, papá, lo he visto con mis propios ojos y me ha dejado sin palabras.

Mi padre asiente.

—Me entristece mucho lo que ha ocurrido, pero si Hoseok no valoraba a mi niña como debía hacerlo, mejor que la deje en paz. ¡ sinvergüenza! — cuchichea—. Con suerte, mi niña encontrará un hombre que la valore, la quiera y, sobre todo, haga que vuelva a sonreír.

Con una dulce sonrisa, lo miro. Papá
es un romántico empedernido.

—Yang mi es un bombón de mujer —
prosigue, y yo sonrío—. ¡Ajam, bebé!, sinceramente, no me esperaba que Hoseok
pudiera hacer lo que ha hecho. Ha
jugado con los sentimientos de mi niña y
mi nietecilla, y eso no se lo voy a perdonar.

Asiento, y mientras abro la lata de
coca-cola que ha dejado delante de mí,
pregunta:

—Y tú, ¿me vas a contar qué ha pasado con Taehyung?

Me siento junto a él y, tras dar un
trago, murmuro:

—Somos incompatibles, papá.

Menea la cabeza y cuchichea:

—Ya sabes, tesoro, que los polos opuestos se atraen. Y antes de que digas nada, ustedes no son Hoseok y Yang mi. No tienen nada que ver con ellos. Pero déjame decirte que cuando estuve para tu cumpleaños los vi muy bien. Te vi feliz, y a Taehyung, totalmente enamorado de ti. ¿Por qué de pronto esto?

Espera una explicación, y hasta que
la consiga no va a parar, por lo que,
dispuesto a darla, musito:

—Papá, cuando Taehyung y yo retomamos
nuestra relación, nos prometimos que
nunca nos ocultaríamos cosas y seríamos
sinceros al cien por cien. Pero yo no he
cumplido la promesa, aunque por lo que
veo él tampoco.

—¿Tú no la has cumplido?

—No, papá… Yo…

Se lo cuento todo: lo del curso de
paracaidismo de Chung ha y Eon jin, lo de la moto, mis salidas con In ho y sus
amigos, enseñar a Yong ho a montar en
skate y patines, la caída del pequeño y
que le pegué a una ex de Taehyung que nos hacía la vida imposible.

Con los ojos como platos, mi padre
me escucha y murmura:

—¿Que tú pegaste a una mujer?

—Sí, papá. Se lo merecía.

—Pero, hijo, ¡eso es horrible! Una persona como tú no hace esas cosas.

Cabeceo. Asiento y aseguro convencido de que lo volvería a hacer.

—Simplemente le di su merecido
por perra.

—Bebé, ¿quieres que te lave la boca con jabón?

Me entra la risa al escucharlo y él al
final se ríe. No es para menos, y dándome unos toquecitos en la mano, me
recuerda:

—Yo no te enseñé a comportarte así.

—Lo sé, papá, pero ¿qué querías que hiciera? Ella me ha provocado, y ya
sabes que soy demasiado impulsivo.

Divertido, da un trago a su cerveza y
señala:

—Vale, hijo. Entiendo que lo hicieras, pero oye ¡que no se vuelva arepetir!

Sus palabras me hacen reír, lo
abrazo y susurra en mi oreja:

—¿Conoces el dicho «si tienes un pájaro debes dejarlo volar»? Si vuelve, es tuyo; si no, es que nunca te perteneció. Taehyung regresará. Ya lo verás, bebé.

No contesto. No tengo fuerzas para
responder ni pensar en refranes.

A la mañana siguiente arranco mi
moto y me desfogo saltando como un
kamikaze por los campos de Busan. Es
mi mejor medicina. Arriesgo, arriesgo y
arriesgo y, al final, me caigo. Pedazo deleñazo que me meto. En el suelo pienso
en cómo Taehyung se preocuparía por mi
caída y, cuando me levanto, toco mi
dolorido trasero y maldigo.

Por la tarde, mientras estoy viendo
la televisión, me suena el móvil. Es Yugyeom. Su padre, le ha contado que estoy en Busan sin Taehyung y se preocupa por mí. Dos días después, aparece por Busan. Cuando me ve nos abrazamos y me invita a comer.

Hablamos. Le comento que Taehyung y yo
hemos roto, y sonríe. El muy idiota
sonríe y me dice:

—Ese alemán no te va a dejar escapar.

Sin querer hablar más del tema le
pregunto por su vida y me sorprendo
cuando me cuenta que está saliendo con
un chico. Me alegro por él y más cuando me confiesa que está total y completamente colgado por él. Eso me encanta. Quiero verlo feliz.

Los días pasan y mi humor tan pronto es alegre como depresivo. Echo
en falta a Taehyung. No se ha puesto en
contacto conmigo, y eso es una novedad.
Lo quiero. Lo quiero demasiado como
para olvidarlo tan pronto. Por las
noches, cuando estoy en la cama cierro
los ojos y casi lo siento a mi lado
mientras en el iPod escucho las canciones que he disfrutado a su lado.

Mi nivel de masoquismo sube por días.

Me he traído una camiseta suya y la
huelo. Su olor me encanta. Necesito
olerlo para dormir. Es una mala
costumbre, pero no me importa. Es mi
mala costumbre.

Cuando llevo una semana en Busan,
llamo a Eon jin a Alemania. La mujer se
pone muy contenta al recibir mi llamada,
y yo me sorprendo cuando sé que Yong ho
está allí con ella. Taehyung está de viaje.

Estoy tentado de preguntar si es a
Londres, pero decido que no. Bastante
me martirizo. Durante un buen rato hablo
con el niño. Ninguno de los dos mencionamos a su tío, y cuando el teléfono lo vuelve a coger Eon Jin, murmura:

—¿Estás bien, tesoro?

—Sí. Estoy con mi padre en Busan y
aquí me mima como necesito.

Eon jin sonríe y cuchichea:

—Sé que no lo quieres escuchar,
pero te lo voy a decir: está insoportable.
Ese hijo mío, con ese carácter que se
gasta, es intratable.

Sonrío con tristeza. Imagino cómo
está. Eon jin murmura:

—No dice nada, pero te añora mucho. Lo sé. Soy su madre y, aunque no me lo dice ni se deja mimar, lo sé.

Hablamos durante quince minutos.

Antes de colgar le pido que por favor no
le digan a Taehyung que yo he llamado. No
quiero que piense que le quiero poner en
contra de su familia.

Tras diez días en Busan con mi padre
y sentir su calorcito y su amor, decido
regresar a Seúl. Él viaja conmigo.

Quiere ver a mi hermana y comprobar
que ambos estamos bien. Lo primero que
hacemos nada más llegar es ir a ver a mi
sobrina. La pequeña al verme me abraza
y me come a besos, pero rápidamente
pregunta por su tio Taehyung.

Después de comer, y tras el acoso y
derribo de mi sobrina preguntando por su tio, decido hablar con ella a solas.

No sé cómo le puede afectar la separación de su madre y ahora la mía.

Cuando nos quedamos a solas me
pregunta por el latino. Le regaño por no
llamar a Yong ho por su nombre, aunque,
cuando no me ve, me río. Esta niña es
tremenda. Cuando le cuento que Taehyung y yo ya no estamos juntos, protesta y se
enfada. Ella quiere a su tio Taehyung. La
mimo e intento hacerle entender que Taehyung la sigue queriendo, y al final asiente.

Pero de pronto me mira a los ojos y me
pregunta:

—Tio, ¿por qué mis padres ya no se
quieren?

¡Vaya preguntita! ¿Qué le respondo?

Pero mientras le peino su bonito pelo oscuro, contesto:

—Tus papis se van a querer toda la
vida. Lo que pasa es que se han dado
cuenta de que son más felices viviendo
por separado.

—¿Y por qué si se quieren discutían
tanto?

Con cariño le doy un beso en la
cabeza.

—Mi niña, las personas aunque discutan
se quieren. Yo mismo, si estoy mucho
tiempo con tu mami, discuto, ¿verdad?
—La pequeña asiente, y añado—: Pues
nunca dudes de que aunque discuta con ella la quiero muchísimo. Yang mi es mi
hermana y es una de las personas más
importantes de mi vida. Lo que pasa es
que los adultos tenemos opiniones
diferentes en muchas cosas y discutimos.
Y por eso tus papis se han separado.

—¿Por eso ya no estás con el tio Taehyung? ¿Por opiniones diferentes?

—Se puede decir que sí.

Ella clava sus ojillos en mí y vuelve
a preguntar:

—Pero ¿todavía le quieres?

Suspiro. ¡Esta niña y sus preguntas!

Pero incapaz de no contestar, respondo:

—Claro que sí. Las personas no se
dejan de querer de un día para otro.

—¿Y él te quiere a ti todavía?

Pienso, pienso, pienso y, tras
meditar mi respuesta, digo:

—Sí. Estoy convencido de que sí.

La puerta se abre y aparece mi hermana. Está guapísima con su vestido; tras ella va mi padre.

—¿Estan preparados para irnos a
tomar algo al parque?

—Sí —aplaudimos mi sobrina y yo.

Mi padre coge la cámara de fotos.

—Posen un momento, que les voy a
hacer una foto. Estan guapísimos. —
Cuando hace la fotografía, murmura—.¡Ajam, qué orgulloso estoy! ¡Vaya tres personitas más guapas que tengo!

Si ven alguna incoherencia xfa avisenme

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro