Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌹35🌹

No volvemos a comentar nada del tema
boda.

Se lo agradezco.

A pesar del amor que nos tenemos, somos dos titanes y nuestros encontronazos sé que nos asustan.

Nos desorientan.

Sé por Taehyung que Jihyo se marcha de nuevo a Londres. Cuanto más lejos esté de mí, mejor.

Una tarde, cuando llega Taehyung a casa,
estoy trabajando en mi moto. Cuando
oigo el auto rápidamente le echo el
plástico azul por encima y salgo del
garaje. Corro a mi habitación, pero antes
me lavo las manos. Él no se percata de
nada.

Donde está la moto no se ve, ya aunque yo respiro aliviado, cada día me es más difícil ocultarle el secreto.

Mi conciencia me dice que hago mal. Me
martirizo, pero no sé cómo decírselo.

El sábado, Taehyung y yo nos dirigimos
por la noche a la fiestecita privada del
Natch.

Por fin voy a conocer ese
conocido bar de intercambio de parejas.

Cuando entramos Taehyung me presenta a
Heidi y Luigi. Minho y Woojin se unen a
nosotros, y poco después, Yoongi llega
con una amiga. Divertidos, tomamos
algo cuando veo que aparece Dexter. Me
saluda y en mi oído murmura:

-Precioso, qué chévere. Muero por
verte sometido entre estos hombres.

Mi estómago se contrae, y Taehyung, al
imaginar lo que me ha dicho el otro,sonríe.

Una copa tras otra, y el local se
llena de gente. Todos parecen conocerse
y charlan con afabilidad. Le he
prohibido a Taehyung que mencione que soy coreano.

Taehyung, risueño, me propone bailar.

Accedo. Entramos en un cuarto oscuro
con una escasa luz violeta.

-No te soltaré. Tranquilo.

Suena una canción lenta. Taehyung me besa, y yo disfruto de su cercanía. Bailamos casi a oscuras. Noto su excitación entre mis
piernas y en cómo besa mi cuello. Depronto siento unas manos detrás de mí.

Alguien me toca la cintura. No veo su
rostro. Pero rápidamente sé quién es
cuando escucho en mi oído:

-Suena nuestra canción, precioso.

Sonrío.

Es Yoongi. Al compás de la música bailamos como hicimos aquel día en su casa, mientras yo dejo que sus manos vuelen por todo mi cuerpo. Sexy.

Aquella canción es sexy, excitante, y mis
dos hombres me vuelven loco. Taehyung me besa, y con posesión mete su mano por
dentro de mi pantalón, llega hasta mi
tanga y de un tirón lo arranca. Sonrío, y
más cuando susurra en mi boca:

-Aquí no lo necesitas.

Sonrío y disfruto. Me siento lascivo.

Caliente.

Después de unas horas de sexo desenfrenado. Taehyung y yo,
vestidos, regresamos a la segunda sala
donde hemos estado. Me besa, disfruta
de mí y yo disfruto de él. Somos felices.

Estamos compenetrados ¿Qué más
puedo pedir?

Tras beber un par de cubatas mi
vejiga está que explota. Le indico que
tengo que ir al baño. Me dice dónde está
y me encamino a él. Al entrar hay dos
mujeres besándose, me miran, las miro y
sonrío.

Entro en una de las cabinas.

Oigo entrar más gente al baño. Risas. Unas
mujeres cuchichean y escucho:

-¡Oh, sí! El viernes que viene tengo
una cena con Raimond Grüher y sus
padres. Por fin, he conseguido mi
objetivo. Me va a pedir que me case con
él.

Chilliditos de satisfacción. Me río.

Y otra voz dice:-¿Dónde has quedado con ellos?

-A las siete en la Trattoria de Vicenzo. Un sitio ideal, ¿verdad?

-Maravilloso.

-Y exclusivo.

-Y carísimo.

Risas de nuevo.

-Pero, oye, creía que Raimond no
era tu tipo. A ti te gustan más jovencitos.

-Y no lo es, querida, pero su
dinero sí. -Ambas ríen, y yo resoplo.
¡Menuda lagarta!-. No es un hombre
que me vuelva loca en la cama. A su
edad, ¿qué esperas? Pero eso ya lo he
solucionado con su primo Alfred y mis
propios amigos. Al fin y al cabo, todo queda en familia, ¿no crees?

-¡Oh, Yessi! Eres terrible.

¡¿Yessi?!

¿Ha dicho Yessi?

El corazón me comienza a palpitar
cuando oigo:

-Mira quién va a hablar. Ni que tú
fueras una santa cuando te lo pasas de
vicio en este local sin tu marido. Si
Stephen se enterara te iba a dar lo tuyo.

La risa me confirma que es ella.

¡Yessi! Su risa de cerdo pachón es
indiscutible. Me acomodo el pantalón, ya que ropa interior no llevo, pues Taehyung me las ha roto, y abro la puerta del baño.

Ellas me miran y observo que Yessi no se sorprende al verme en el local. Por su
gesto, intuyo que ya sabía que yo estaba
allí. Y antes de que yo pueda hacer nada,
me da un empujón que me lanza contra la
pared. Pero yo soy rápido, la agarro del
vestido y tiro de ella.

Cae de bruces contra el suelo. Su amiga comienza a chillar y sale en busca de auxilio. Las dos mujeres que se besaban salen corriendo. Nos dejan solos.

Al caer a mi lado miro su mano. Veo
un anillo en forma de margarita y,
furioso, grito:

-Le has tocado, maldita cerda.
¿Has tocado a Taehyung?

Sonríe con malicia.

¡La mato!

Le propino un bofetón y después otro ante la cara de horror de una mujer que entra en ese momento en el aseo. Yessi se levanta del suelo, y yo la sigo. Ella es más alta que yo, pero yo soy mucho más ágil y rápido que ella, y cuando va a escapar, la tiro contra la
pared y, aprisionándola contra ella,
siseo:

-¿Cómo te atreves a tocarlo? -
grito.

Ella no responde. Sólo ríe, y
acalorada siseo:

-Te dije que no te quería ver cerca
de Taehyung.

-Lo que tú me digas me importa bien poco.

¡Oh, Dios, le arranco las extensiones!

Y mirándola, clamo muy enfadado:

-Te dije que si me buscabas, me
encontrarías, ¡zorra!

Yessi grita. Se asusta cuando le retuerzo el brazo y, de pronto, Taehyung me agarra y, separándome de ella, pregunta:

-¡Por el amor de Dios, Kook!, ¿qué
estás haciendo?

Yessi, con el semblante arrugado y
con una recriminadora mirada, chilla.

-Tu novio es un asesino.

-¡Serás zorra...! -grito, descompuesto.

-Me ha visto y me ha atacado.

-Eres una sinvergüenza. Tú me has
atacado primero a mí.

-Mentiroso. -Y mirando a Taehyung,
murmura-: Cariño, no le creas. Yo estaba en el baño, y él llegó y...

-¡Cállate, Yessi! -sisea Taehyung, enfurecido.

-¡¿Cariño?! ¿Le has dicho «cariño»? -grito, deshaciéndome de los brazos de Taehyung-. No le llames «cariño», ¡perra!

Taehyung me vuelve a sujetar. Soy una fiera. Me mira y dice:

-No entres en su juego, cielo.
Mírame, Kook. Mírame.

Pero yo, dispuesto a sacarle los ojos
a esa que me mira con diversión, grito:

-¿Cómo has podido tocarnos? ¿Cómo has podido acercarte a él? ¿A nosotros?

-Éste es un local público, bonito.
No es un lugar exclusivo para Taehyung y
para ti.

-Yessi, ¡basta! -grita Taehyung sin
entender a lo que nos referimos.

La mato. ¡Yo la mato!

Taehyung, furioso, intenta tranquilizarme.

No le presta atención a Yessi, no le interesa; sólo me la presta a mí, hasta
que ella grita:

-Ya es la segunda vez que me ataca
en Múnich. ¿Qué le pasa a tu novio? ¿Es
un animal?

Eso llama la atención de Taehyung y me
pregunta:

-¿La segunda vez?

No respondo. Resoplo, y ella
insiste:

-Sí. En la tienda de Anne. Estaba
tu hermana Chung ha, y ella también me
atacó. Entre los dos me acosaron y
pegaron, y...

-¿Tú hiciste eso? -pregunta Taehyung,
airado.

Avergonzado por reconocerlo y, en
especial por cómo me mira, respondo:

-Sí. Se la debía. Por su culpa tú y
yo rompimos, y...

Taehyung me suelta y se lleva las manos a
la cabeza.

-¡Por el amor de Dios, Jungkook!,
somos adultos ¿Cómo se te ocurre hacer
algo así?

Asombrado por cómo él se lo está
tomando, lo miro y siseo:

-El que me la juega me la paga. Y
esta zorra me la jugó.

Minho, alertado, entra en el baño. Al
ver a Yessi no lo piensa. Se acerca a ella
y le da un bofetón.

-¡Zorra!, ¿qué haces aquí? -grita.

Yessi mira a su alrededor. Nadie la
ayuda. Todos conocen su historia con Taehyung y nos amenaza a gritos,
mirándonos:

-Voy a llamar a la policía y los voy
a denunciar a los dos.

-Llámala -gritamos al unísono Min ho y yo.

Esa imbécil saca su móvil de última
generación y, tras intentarlo, chilla con
frustración:

-¿Por qué aquí no hay cobertura?

Min ho y yo reímos, e indico con burla:

-Sal del local. Seguro que fuera tienes. Vamos..., llama a la policía. Será
genial que tus futuros suegros y maridito
se enteren de que estabas aquí.

Woojin llega, sujeta a su esposo y lo
reprende al verlo chillar. Minho protesta
y sale del baño, enfadado. No soporta a Yessi.

Yoongi, que hasta el momento había
permanecido en un lateral de la puerta,
al ver a su amigo tan enfadado, murmura:

-Esto se acabó. Vamos, regresemos
al local.

Taehyung, sin decirme nada, sale del
baño. Yessi sonríe. Y yo, incapaz de
sujetar mi instinto, le doy un empujón
que la empotra contra los lavabos.

-Te juro por mi padre que esto no
se va a quedar aquí.

Una vez que salgo del baño muy
enfadado, Yoongi me agarra del brazo, me
hace mirarlo y murmura:

-Así no se arreglan las cosas, precioso.

-¿De qué hablas? ¡Yo no quiero arreglar nada con esa zorra!

Y tras contarle lo que me había hecho en Seúl y la ruptura que había originado entre Taehyung y yo, dice:

-No me extraña que le pase lo que le pasa. Es más, estoy por entrar y darle
yo también otra bofetada.

Eso me hace reír. Yoongi, al ver mi gesto, sonríe y me abraza. En ese momento, Taehyung llega hasta nosotros y, con furia en su mirada, sisea:

-Me voy a casa. ¿Te vienes conmigo, o te quedas con Yoongi para que
continúen jugando?

Sorprendidos lo miramos, y digo:

-Serás idiota.

-Kook... -sisea Taehyung.

-Ni Kook ni nada. ¿Qué estás
queriendo insinuar con lo que has dicho?

Taehyung no responde. Yoongi, divirtiéndose, me empuja hacia Taehyung y
añade.

-Vamos, tortolitos, ¡terminen la
discusión en la cama de sus casa!

En el auto no nos hablamos.

Ambos estamos enfadados y no entiendo por qué él tiene ese enfado. Al fin y al cabo, Yessi se lo merecía. Y encima ha tenido la poca vergüenza de tocarlo. De tocarnos. De acercarse a nosotros. ¡Maldita mujer!

En el camino, nuestros móviles pitan.

Hemos recibido varios mensajes.

Ninguno de los dos los mira. No estamos de humor. Seguro que son Min ho y Yoongi para ver cómo estamos. Cuando llegamos a casa y metemos el auto en el garaje, doy tal portazo que Taehyung me mira, y yo, deseoso de montar pleito, grito:

-¿Qué pasa?

Taehyung se acerca a grandes zancadas a
mí.

-Podrías no ser tan bruto y cerrar con cuidado.

-No.

Levanta una ceja sorprendido y repite:

-¡¿No?!

-Exacto. ¡No, no quiero tener
cuidado! Y no quiero tenerlo porque
estoy muy enfadado contigo. Primero,
por gritarme delante de la subnormal esa
de Yessi, y segundo por la idiotez que
has dicho en referencia a Yessi.

Taehyung cierra los ojos.

-¿Por qué no me contaste lo de Yessi?

-Porque no lo vi necesario. Es algo
entre ella y yo.

-¿Entre tú y ella?

-Exacto. Y antes de que añadas nada más, déjame decirte que mi padre me enseñó a...

-¿Ya estamos con tu padre? ¿Quieres dejar a tu padre al margen de todo esto?

Indignado por su furia, grito:

-Pero bueno..., ¿y por qué no voy a
poder hablar de mi padre cuando me dé
la gana?

-Porque estamos hablando de Yessi, no de tu padre.

-Eres un imbécil, ¿lo sabías?

Taehyung no contesta. Y cuando no puedo
retener lo que pienso, lo dejo ir:

-Iba a decir que mi padre me
enseñó a no dejarme avasallar por las
malas personas. Esa imbécil, por no
decir algo peor, me la jugó. Fue una
arpía y buscó complicarme la vida.
¿Qué pretendes?, ¿que cuando la vea la
felicite? Mira, no..., eso no te lo crees ni tú.

Sin mirarme, se toca la frente.

-No pretendo que la aplaudas. Sólo
pretendo que no tengas nada que ver con
ella. Aléjate de Yessi, y podremos vivir en paz.

Lo oigo maldecir. Camina hacia un
lado; después, hacia otro, y al final,
murmura:

-Es tarde. Vámonos a la cama.

-Y una mierda. Estamos hablando.
Me da igual la hora que sea. Tú y yo
estamos teniendo una conversación de
adultos, y no voy a dejar que la cortes
porque tú no quieras seguir hablando del
tema. Te acabo de decir que esa zorra ha
vuelto a engañarnos. Ha jugado sucio.

Nervioso, se mueve por el garaje.

Blasfema.

De pronto, se fija en algo. Veo mi
casco amarillo de la moto.

¡Oh, no!

Cierro los ojos y maldigo. ¡Dios, ahora
no! Taehyung camina hacia su objetivo y grita cuando quita el plástico azul.

-¿Qué hace esta moto aquí?

Resoplo. La noche va de mal en
peor. Me acerco hasta él y respondo:

-Es mi moto.

Incrédulo, me mira, mira la moto y
sisea:

-Es la moto de mi hermana. ¿Qué hace
aquí?

-Me la ha regalado tu madre. Ella
sabe que hago motocross y...

-¡Esto es increíble! ¡Increíble!

Consciente de lo que piensa, suavizo
mi tono de voz.

-Escucha, Taehyung. A tu hermana le
gustaba el mismo deporte que a mí, y yo
aquí no tengo mi moto, y...

-Tú no necesitas esa moto porque
aquí no vas a hacer motocross. ¡Te lo
prohíbo!

Eso me subleva. Me pica el cuello.

¿Quién es él para prohibirme nada?

Y dispuesto a presentar batalla,
contesto:

-Te equivocas. Voy a seguir haciendo motocross. Aquí, allí y donde me dé la real gana. Y para que lo sepas: he ido alguna mañana con tu primo In ho y sus amigos a correr. ¿Me ha pasado algo? Nooooooooooooo..., pero tú, como siempre, tan dramático.

Sus ojos echan fuego. No lo estoy
haciendo bien. Sé que estoy metiendo la
pata hasta el fondo, pero ya nada puedo
hacer.

¡Soy un bocazas!

Taehyung me mira. Asiente con la cabeza. Se muerde el labio.

-¿Has estado ocultándomelo?

-Sí.

-¿Por qué? Creo que lo primero
que nos pedimos cuando retomamos
nuestra relación fue sinceridad, ¿no,
Jungkook?

No respondo. No puedo. Tiene
razón. Soy lo peor. Me pica el cuello.

¡Los ronchones!

De pronto, la puerta del garaje se abre y aparecen Eon Jin y Chung ha.

Nos miran, y Eon Jin dice:

-Ustedes, ¿para qué tienen los
móviles?

Me sorprendo al verlas aquí. ¿Qué
hora es? Pero Taehyung grita:

-¡Mamá, ¿cómo has podido darle
la moto a Jungkook?!

La mujer me mira. Yo suspiro.

-Hijo, vamos a ver, relájate. Esa
moto en casa no hacía nada, y cuando
Jungkook me dijo que hacía motocross
como tu hermana, lo pensé y decidí
regalársela.

Taehyung resopla y grita otra vez:

-¡¿Cómo tengo que decirles que no se metan en mi vida?! ¡¿Cómo?!

-Perdona, Taehyung... ¡Es mi vida! -
aclaro ofendido.

Chung ha, al ver el genio de su
hermano, lo mira y grita, señalándole:

-Punto uno: a mamá no le grites
así. Punto dos: Jungkook es mayorcito para
saber lo que puede o no puede hacer.
Punto tres: que tú quieras vivir en una
burbuja de cristal no quiere decir que
los demás lo tengamos que hacer.

-¡Cállate, Chung ha! ¡Cállate! -sisea Taehyung.

Pero su hermana se acerca a él, y
añade:

-No me voy a callar. Los hemos estado escuchando desde el interior de la casa. Y te tengo que decir que es normal que Jungkook no te contara ni lo de la moto ni otras cosas. ¿Cómo te lo iba a contar? Contigo no se puede hablar. Eres don Ordeno y Mando. Hay que hacer lo
que a ti te gusta, o montas la de Dios. -
Y mirándome, dice-: ¿Le has contado
lo mío y lo de mamá?

Niego con la cabeza, y Eon Jin, llevándose las manos a la boca, susurra:

-Hija, por Dios..., cállate.

Taehyung, sin dar crédito, nos mira. Su
gesto cada vez es más oscuro.

Finalmente, se quita el abrigo. Tiene
calor. Lo deja sobre el capó del coche,se pone las manos en la cintura y, mirándome intimidatoriamente, pregunta:

-¡¿Qué es eso de si me has contado
lo de mi madre y mi hermana?! ¡¿Qué
más secretos me ocultas?!

-Hijo, no grites así a Jungkook.
Pobrecillo.

No puedo hablar. Tengo la lengua
pegada al paladar, y Chung ha, ni corta ni
perezosa, dice:

-Para que lo sepas, mamá y yo
llevamos meses recibiendo un curso de
paracaidismo. ¡Ea!, ya te lo he dicho.
Ahora enfádate y grita; eso se te da de
lujo, hermanito.

La cara de Taehyung es todo un poema.

-¡¿Paracaidismo?! ¿Se han vuelto locas?

Las dos niegan con la cabeza y, de
pronto, Sarah, con gesto
descompuesto, entra en el garaje.

-Señor, Yong ho está llorando. Quiere
que suba usted.

Taehyung mira a la mujer y dice:

-¿Qué hace Yong ho despierto a estas
horas? -Da un paso, pero se para en
seco. Mira a su hermana y a su madre, y
pregunta-: ¿Qué ha pasado? ¿Por qué
están aquí ustedes a estas horas?

No les da tiempo a contestar. Sale
escopeteado hacia la habitación de Yong ho.
Eon Jin va tras él. Chung ha me mira y,
asustado, pregunto:

-¿Qué pasa?

Chung ha suspira y me mira.

-Cielo, siento decirte que mi sobrino se ha caído con el skate y se ha roto un brazo.

Cuando escucho eso las piernas se
me doblan. No. ¡No puede ser verdad!

-¿Cómo?

-Los hemos llamado por teléfono
mil veces, pero no lo contestaban.

Blanco como la pared, miro a Chung ha.

-No había cobertura donde
estábamos. ¿Está bien?

-Sí, aunque no hace más que repetir que Taehyung se va a enfadar contigo.

Mientras entramos en el interior de
la casa, mi corazón bombea con fuerza.

Taehyung no me perdonará nada de todo esto.

Todos los secretos que me martirizaban
han salido a la luz al mismo tiempo. Eso
le enfadará mucho. Lo sé. Lo conozco.

Cuando entro en la habitación de Yong ho, el pequeño está escayolado. Me
mira, y cuando me voy a acercar a él, Taehyung se pone delante y sisea:

-¿Cómo has podido desobedecerme? Te dije que no al skate.

Tiemblo. Tiemblo descontroladamente y con un hilo de voz susurro:

-Lo siento, Taehyung.

Con el gesto totalmente desencajado,
me mira con desprecio.

-No lo dudes, Jungkook. Por supuesto
que lo vas a sentir.

Cierro los ojos.

Sabía que esto sucedería algún día,
pero jamás pensé que Taehyung reaccionaría tan a la tremenda. Estoy tan desorientado que no sé qué decir. Sólo veo su fría mirada. Echándome a un lado, me
acerco al niño y le beso en la frente.

-¿Estás bien?

El niño asiente.

-Perdóname, Kook. Me aburría, cogí
el skate y me caí.

Con cariño, sonrío y murmuro:

-Lo siento, cielo.

El pequeño asiente con tristeza. Taehyung
me coge del brazo, me saca de la habitación junto a su madre y a su hermana, y dice con furia:

-Vayan a dormir. Ya hablaré con Ustedes. Yo me quedo con Yong ho.

Esa noche, cuando entro en nuestra
habitación, no sé qué hacer. Me siento
en la cama y me desespero.

Quiero estar con Taehyung y con Yong ho. Quiero acompañarlos, pero Taehyung no me lo permite.

Si ven alguna incoherencia xfa avisenme
🌹

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro