Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌹34🌹

Tras una estupenda mañana en la piscina
como le prometí a mi sobrina, por la
tarde mi familia debe regresar a Corea.

Lo hacen en el avión privado de Taehyung.

Verlos marchar me apena, me entristece,
pero estoy feliz por haber estado esas
horas con ellos.

—Venga, pequeño, sonríe —
murmura Taehyung, cogiéndome las mejillas cuando para en un semáforo—. Ellos están bien. Tú estás bien. No tienes por qué estar triste.

—Lo sé. Pero los echo mucho de menos —murmuro.

El semáforo se pone verde, y Taehyung
arranca. Miro por la ventanilla y, de
pronto, la música suena a todo volumen.

Sorprendido, observo a mi chico y lo veo
cantando a todo pulmón.

Sorprendido, pestañeo.

Es la primera vez que lo veo cantar
así. Me río y exagera los movimientos
de malote.

¡Me encanta su lado salvaje!

Taehyung mueve la cabeza al compás de la
música y me incita con la mano para que
cante y haga lo mismo. Divertido,
comienzo a cantar con él a voz en grito.

Nos miramos y reímos. De pronto,
aparca el auto. Continuamos cantando,
y cuando la canción acaba, ambos
soltamos una carcajada.

—Siempre me ha gustado esta
canción —dice Taehyung.

Me quedo boquiabierto porque esa canción le guste.

—¿Te gustaban los AC/DC?

Sonríe, sonríe…, baja el volumen de
la música y confiesa:

—Por supuesto. No siempre he sido tan serio.

Durante unos minutos, me explica su
roquera vida de jovencito, y yo lo
escucho sorprendido.

¡Vaya con Iceman!

Pero cuando finaliza su relato, mi
sonrisa ha desaparecido. Taehyung me mira.

Sabe que pienso de nuevo en mi familia.
Ve el dolor que tengo en la mirada por
su marcha y dice:

—Sal del auto.

—¿Qué?

—Sal del auto —insiste.

Cuando lo hago, sonrío. Sé lo que va
a hacer. Suena en la radio otra canción.

Taehyung sube el volumen a tope, sale del auto y camina hacia mí.

Dios, ¿lo va a hacer?

¿Va a bailar conmigo en medio de la
calle?

¡Increíble!

Con decisión, se para frente a mí y
murmura:

—Baila conmigo.

Me tiro a sus brazos. Esto me hace feliz. Ver que es capaz de parar el auto en medio de una calle muy transitada y bailar conmigo sin ningún pudor es maravilloso.

—Como dice la canción eres el sol de mi vida y, si te veo triste, yo no puedo ser feliz —susurra en mi oído—. Te prometo, pequeño, que iremos a Corea siempre que quieras, que tu familia vendrá a nuestra casa siempre que quiera, pero, por favor, sonríe; si yo no te veo sonreír, no puedo ser feliz.

Sus palabras me tocan de lleno el
corazón. Me emocionan. Lo abrazo y
asiento.

Bailo con él y disfruto de ese momento mágico. La gente que pasa por nuestro lado nos mira. No entiende que hagamos eso. Sonrío. No importa lo que piensen, y sé que a Taehyung tampoco le importa. Cuando la canción acaba, lo miro y susurro, dichoso y feliz:

—Te quiero con toda mi alma, tesoro.

Asiente. Disfruta con mis palabras.

—Sigo esperando que quieras
casarte conmigo.

Eso me hace sonreír. Y aclaro.

—Cariño…, eso fue un impulso.
¿No lo habrás tomado en serio?

Mi Iceman me mira…, me mira y,
finalmente, dice:

—Sí.

—Pero, Taehyung, ¿de qué hablas? Yo no
soy de casarme ni esas cosas.

Mi loco amor me besa.

—En casa tenemos en el frigorífico
una estupenda botella de Moët Chandon
rosado. ¿Qué te parece si nos la bebemos y hablamos de ese impulso?

Calor. Emoción. Nerviosismo.

¿De verdad está hablando de
matrimonio?

Pero conteniendo mis nervios,
sonrío y pregunto mimoso:

—¿Moët Chandon rosado?

—¡Ajá! —sonríe.

—Ese de las pegatinas rosas que
huele a fresas silvestres —me rio al
recordar la primera vez que llevó esa
botella a mi casa de Seúl.

—Sí, pequeño.

Suelto una carcajada y murmuro, sin
separarme de él:

—De momento, vayamos a por la
botella.

De pronto, suena el móvil de Taehyung.

Ha recibido un mensaje. Me besa.

Devora mi boca y, cuando ambos nos
damos por satisfechos, entramos en el auto.

Hace frío. Mira su móvil y dice:

—Cielo, tengo que pasar un momento por la oficina, ¿te importa?

Enamorado hasta las trancas de ese
hombre, niego con la cabeza y sonrío.

Veinte minutos después, llegamos hasta
la mismísima puerta. Son las diez de la
noche y poca gente se ve en la calle.

Cuando entramos en el hall, los guardias
de seguridad nos saludan. Me miran con
sorpresa y sonrío. Ellos no sonríen.

¡Aisss, madre!, lo que les cuesta a los alemanes sonreír.

Cuando llegamos a la planta
presidencial, observo que no hay nadie.

La oficina está completamente vacía.

Tengo que ir al baño.

—Tae, ¿dónde están los baños
aquí?

Señala a mi derecha y corro hacia
ellos, mientras él dice:

—Te espero en mi despacho.

Una vez que hago lo que tengo que
hacer, me miro al espejo. Mi aspecto es dulce y jovial.

Vestido con aquel jersey rosa que me ha
regalado mi padre y los pantalones
parezco más joven de lo que soy.

Pienso en lo que Taehyung me ha dicho
minutos antes.

¿Boda?

¿Realmente deberíamos casarnos?

Sonrío, sonrío, sonrío.

Con una esplendorosa sonrisa salgo
del baño y me encamino hacia el
despacho de Taehyung. Cuando abro la puerta me quedo con la boca abierta y mi
sonrisa desaparece al ver a Jihyo
frente a Taehyung ataviada con un sexy y
sugerente vestido rojo.

¡Lagarta!

Durante unos segundos, ellos no me
ven. Observo cómo se agacha hacia Taehyung mientras le enseña unos papeles. Sus pechos están demasiado cerca de él e
intuyo que busca algo más que trabajo.

Taehyung sonríe.

Ella le toca el hombro, y él no dice nada.

¡Los mato!

Sigo observándolos unos minutos.

Hablan. Miran papeles. Al final, Jihyo, con coquetería, se sienta en la mesa y cruza las piernas ante mi Iceman.

Mis celos son intensos. Demasiado
intensos. Peligrosos. Cuando no puedo
más cierro con fuerza la puerta del
despacho, y ambos me miran.

Mi cara ya no es la del dulce
jovencito del baño.

Estoy por gritar, lo que acabo
de ver me subleva. Esa mujer y sus
artimañas sacan lo peor de mí. La cara
de sorpresa de Jihyo lo dice todo. No me esperaba aquí.

Con decisión me acerco hasta donde ellos
están. Taehyung me mira. Tiene una ceja
arqueada.

—Hombre, Jihyo, ¡cuánto tiempo
sin verte!

Ella se baja de la mesa, se recompone el vestido y se aleja unos pasos de Taehyung. Se toca su cuidadísimo pelo rubio, clava su impersonal mirada en mí y responde con una prefabricada sonrisa:

—Querido Jungkook, qué alegría verte.

¡Será mentirosa…!

Se acerca para saludarme, pero yo
prefiero las cosas claritas. La detengo y digo con voz de enfado:

—Ni se te ocurra tocarme,
¿entendido?

Taehyung se levanta. Prevé problemas, y
antes de que abra la boca, digo
señalándole:

—Tú, cállate. Estoy hablando con Jihyo. Después hablaré contigo.

La mujer sonríe. Se siente bien ante
el gesto de disgusto de Taehyung. Nos
miramos con odio. Está claro que nunca
seremos amigos. Soy consciente de que
en ese momento nuestras pintas nada
tienen que ver.

Ella va vestida con un sexy y rojo vestido ceñido y unos taconazos de infarto, y yo voy con jersey rosita, pantalón y botas.

Vamos…, imposible competir.

Ella es consciente de esto. Lo sé por
cómo me mira. Pero estoy dispuesto a
dejar claro lo que pasa por mi cabeza,
así que digo con seguridad:

—No necesito ir bien vestido para volver loco a un hombre. Empezando porque ya tengo pareja, que, mira por dónde, ¡qué casualidad!, es la misma a la que te estabas insinuando, ¡so perra!

Jihyo va a protestar cuando,
levantando un dedo, la hago callar.

—Trabajas para Taehyung. Para mi
novio. Limítate a eso, a trabajar, y no busques nada más.

—Kook… —gruñe Taehyung.

Pero, sin hacerle caso, continúo:

—Si vuelvo a ver que intentas con él
cualquier otra cosa, te juro que lo vas a
lamentar. Esta vez no va a ocurrir como
la última en que nos vimos. En esta
ocasión, yo no me voy a ir. Si alguien se
va a marchar, vas a ser tú, ¿me has
entendido?

Taehyung se mueve de su silla. Jihyo
nos mira y responde:

—Creo…, creo que te estás
equivocando, querido.

Dispuesto a marcar mi territorio, le
doy con el dedo en el prominente canalillo, y siseo:

—Déjate de «querido» y de Idioteces. Aléjate de Taehyung, pedazo de zorra, ¿de acuerdo?

—Kook… —me regaña Taehyung,
incrédulo.

Jihyo, humillada, recoge sus
cosas y se va, aunque antes mira hacia
atrás y dice:

—Mañana te llamaré.

Taehyung asiente. Ella se va, y yo,
enfadado, siseo:

—Como me digas que no te has dado
cuenta de cómo esa tiparraca se te
insinuaba hace unos segundos, te juro
que agarro esa estatuilla que hay encima de tu mesa y te abro la cabeza. —No
responde, y prosigo—: Me acabas de
decepcionar, ¡imbécil! Esta idiota te
estaba poniendo las tetas en la cara, y tú
lo estabas permitiendo.

—Te equivocas.

—No, no me equivoco. Entre Jihyo y tú hay tal familiaridad que no te das cuenta, ¿verdad? Pues genial… ¡sigamos por ese camino! Cuando vea a Yugyeom la próxima vez, como hay familiaridad entre nosotros, sin importarme lo que tú pienses o sientas,
me voy a sentar en sus piernas para hablar con él, ¿te parece bien?

—Te estás pasando, Kook —sisea
furioso.

—¡Y una mierda! —grito—. Te has
pasado tú.

Su cara de enojo es un poema. Sé
que estoy exagerando; lo que he visto ha
sido tonteo por parte de Jihyo y no de Taehyung, pero ya no puedo parar.

—Tú deberías haber parado a Jihyo. Los he visto. ¡Mierda!

He visto cómo te miraba ella, y…, y…
si yo no te hubiera acompañado, habrías
terminado tirándotela sobre la mesa
como otras veces, ¿no crees?

—Yo que tú no continuaría por ese
camino… —insiste con frialdad.

—¿A cuento de qué te tiene que hacer venir a la oficina a estas horas? — No contesta—. Pero ¿no has visto cómo iba vestida? Simplemente buscaba sexo. Ni más ni menos. Y tú eres tan idiota que no te das cuenta, ¿verdad?

Taehyung no contesta. Mis palabras lo
molestan. Recoge los papeles que Jihyo ha dejado sobre la mesa y dice:

—Entre Jihyo y yo no existe absolutamente nada. No te voy a negar que ella continúa su seducción, pero yo no le hago caso y…

—¡Serás estúpido! —grito, descompuesto—. Tú sabes que ella lo sigue intentando, pero no le haces caso.¡Genial, Taehyung! El próximo día que vea al tal Leonard ese al que arreglé el auto, aunque intente seducirme, lo voy a dejar. Eso sí, tranquilo, que no le voy a hacer caso aunque lo intente. Total, a ti no te importa, ¿verdad?

Eso lo enfurece. Mete los papeles en
su maletín y sin mirarme sale del
despacho. Lo sigo. Bajamos en el
ascensor en silencio. Lo sigo hasta el auto.

Nos subimos y hacemos todo el camino en silencio. Los celos y las inseguridades nos matan, y cuando llegamos a la casa y mete el auto en el garaje, nos bajamos y cada uno toma diferente camino. Él se mete en su despacho, y yo me voy a mi cuartito.

Doy un portazo y me siento sobre la
mullida alfombra.

¡Echo humo por las orejas!

Miro hacia el ventanal. Sólo se ve
oscuridad. Enciendo mi portátil, miro
mis correos, hablo con mis amigos de
Facebook y su charla me relaja.

Pasan las horas, y ninguno de los dos
busca al otro. Ninguno quiere hablar.

Ninguno piensa en esa conversación ante
la botella de Moët Chandon rosado. El
reloj marca las dos de la madrugada y
nuestros orgullos están heridos.

De pronto, la lucecita de mis e-mails
parpadea. He recibido un mensaje.

¡Taehyung!

Con el corazón a mil, lo abro
y leo:

.

De: Kim Taehyung

Fecha: 6 de marzo de 2013
02.11

Para: Jeon Jungkook

Asunto: No puedo continuar
sin hablarte

Cariño, soy consciente de que
tienes razón en todo lo que has
dicho, pero NUNCA te engañaría
ni con Jihyo ni con ningun otro.

Te quiero loca y apasionadamente.

Taehyung. El estúpido.

.

Cuando lo leo, una sonrisita tonta se me instala en la cara.

¿Por qué ya me ha ganado con este
e-mail?

Durante un rato me tienta el
contestarle. Sé que lo espera. Pero no.
No pienso hacerlo. Me niego. Diez
minutos después, llega otro e-mail.

.

De: Kim Taehyung

Fecha: 6 de marzo de 2013
02.21

Para: Jeon Jungkook

Asunto: Everything you want

Pequeño, la sinceridad y la confianza entre nosotros es primordial. Las palabras «Everything you want, NOW AND EVER»
engloban absolutamente todo entre nosotros.

Piénsalo.

Te quiero.

Taehyung. Un atormentado Estúpido.

.

Vuelvo a sonreír.

Desde luego no puedo negar que en
esos meses Taehyung se ha vuelto más
chispeante y divertido. Voy a contestar,
pero mis dedos parecen no querer
hacerlo, cuando llega otro e-mail.

.

De: Kim Taehyung

Fecha: 6 de marzo de 2013
02.30

Para: Jeon Jungkook

Asunto: Dime que sí

¿Te apetece una copa de Moët
Chandon rosado? Te espero en el despacho.

Taehyung. Un loco, apasionado y
atormentado Estúpido.

.

Suelto una carcajada. Adoro que me
haga reír.

Pasa más de media hora. Leo los e-
mails como cien veces y cien veces
sonrío. No vuelve a enviar ninguno más.

Las tripas me rugen. Tengo hambre.

Camino hacia la cocina y al entrar me
encuentro a Taehyung sentado a la mesa ante la botella de Moët Chandon rosado junto a Susto. El perro se acerca a mí y me
saluda. Yo le toco su huesuda cabecita y
Taehyung me mira. Sabe que he leído los e-
mails y espera que yo dé el segundo paso.

Yo retiro la vista. No quiero
mirarlo o lo abrazaré.

Camino hacia el frigorífico y, cuando voy a abrirlo, noto el cuerpo de mi amor detrás de mí. Se me eriza todo el vello del cuerpo. No me muevo. No respiro. Siento cómo pasa sus fuertes manos por mi cintura; me pega a su cuerpo y, cuando cierro los ojos y apoyo
mi nuca en su pecho, murmura en mi
oído:

—No quiero. No puedo. No deseo
estar enfadado contigo.

—Yo tampoco.

Silencio. Estoy tan emocionado porque me abrace que no puedo hablar.

Taehyung mordisquea el lóbulo de mi oreja.

—Nunca caería en el juego de Jihyo. Te quiero demasiado como para perderte.

Sus palabras me enloquecen. Sigo
sin moverme, y entonces me da la vuelta.

Con sus manos coge mi rostro y besa mi
frente, mis ojos, las mejillas, la punta de
la nariz, la barbilla, y cuando va a
besarme la boca, hace eso que tanto me
gusta. Chupa mi labio superior, después
el inferior, me da un mordisquito, y
luego asalta mi boca. Con su mano me
coge por la nuca mientras yo salto para
estar a su altura. Me agarra con sus
fuertes brazos y no me suelta.

Cuando separa su boca de la mía, me mira y
murmura:

—Ahora y siempre. No lo olvides
pequeño.

Asiento y lo beso. Lo deseo. Sin más
y en sus brazos, llegamos hasta nuestra
habitación.

Allí mi amor, mi loco amor, echa el pestillo en tanto yo me desnudo sin dejar de mirarle. Sobre la cama, instantes después, hacemos el amor como nos gusta.

Fuerte y salvaje.


Si ven alguna incoherencia xfa avisenme.

Feliz año nuevo!!!!!!!!!✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro