🌹23🌹
Como ya imaginaba, durante el
tratamiento Taehyung se ha vuelto todavía más insoportable.
Un auténtico tirano con todos. No le hace gracia nada de lo que tiene que hacer y protesta día sí, día también.
Como lo conozco, no le hago ni caso, aunque a veces sienta unas irrefrenables ganas de meter su cabeza en la piscina y no sacarla.
Chung ha ha hablado con varios
especialistas durante estos días. Como
es lógico, quiere lo mejor para su
hermano y me mantiene informado de todo. Las gotas que Taehyung se tiene que echar en los ojos lo destrozan. Le duele la cabeza, le revuelven el estómago y no le dejan ver bien. Se agobia.
-¿Otra vez? -protesta Taehyung.
-Sí, cariño. Toca echarlas de nuevo
-insisto.
Maldice, blasfema, pero, cuando ve
que no me muevo, se sienta y, tras
resoplar, me permite hacerlo.
Sus ojos están enrojecidos.
Demasiado. Su color azul está apagado.
Me asusto.
Pero no dejo que vea el miedo que tengo. No quiero que se agobie más. Él también está asustado.
Lo sé.
No dice nada, pero su furia me hace ver el temor que tiene a su enfermedad.
Es de noche y estamos envueltos por
la oscuridad de nuestra habitación. No puedo dormir. Él, tampoco.
Sorprendiéndome, pregunta:
-Kook, mi enfermedad avanza. ¿Qué
vas a hacer?
Sé a lo que se refiere. Me acaloro.
Deseo machacarle por permitirse pensar tonterías. Pero, girandome hacia él en la oscuridad, respondo:
-De momento, besarte.
Lo beso, y cuando mi cabeza vuelve
a estar sobre la almohada, añado:
-Y, por supuesto, seguir queriéndote como te quiero ahora mismo, cariño.
Permanecemos callados durante un
rato, hasta que insiste:
-Si me quedo ciego, no voy a ser
un buen compañero.
La piel se me eriza. No quiero pensar en ello. No, por favor. Pero él vuelve al ataque.
-Seré un estorbo para ti, alguien
que limitará tu vida y...
-¡Basta! -exijo.
-Tenemos que hablarlo, Kook. Por
mucho que nos duela, tenemos que
hablarlo.
Me desespero. No tengo nada de que hablar con él. Da igual lo que le pase.
Yo lo quiero y lo voy a seguir queriendo.
¿Acaso no se da cuenta de ello?
Pero, al final, sentándome en la cama, digo:
-Me duele oírte decir eso. ¿Y
sabes por qué? Porque me haces sentir que si alguna vez a mí me pasa algo debo dejarte.
-No, cariño -murmura,
atrayéndome hacia él.
-Sí..., sí, cariño -insisto-. ¿Acaso yo soy diferente a ti? No. Si yo tengo que plantearme tener que dejarte, tú deberás plantearte tener que dejarme
a mí ante una enfermedad. -Con cierta sensación de agitación, continúo hablando-: ¡Oh, Dios!, espero que nunca me pase nada, porque, si encima de que me pasa algo, tengo que vivir sin ti, sinceramente, no sabría qué hacer.
Tras un silencio que me da a entender que Taehyung ha comprendido lo
que he dicho, me acerca a él y besa mi
frente.
-Eso nunca ocurrirá porque...
No le dejo continuar. Me levanto de
la cama. Abro mi cajón. Saco varias
cosas, entre ellas una media negra, y
sentándome a horcajadas sobre él, digo:
-¿Me dejas hacer algo?
-¿El qué? -pregunta, sorprendido
por el giro de la conversación.
-¿Confías en mí?
Pese a la oscuridad de nuestra
habitación, veo que asiente.
-Levanta la cabeza.
Me hace caso. Con delicadeza, paso
la media negra alrededor de su cabeza, sobre sus ojos, y hago un nudo atrás.
-Ahora no ves absolutamente nada,
¿verdad?
No habla; sólo niega con la cabeza.
Me tumbo sobre él.
-Aunque algún día no me veas,
adoro tu boca -la beso-, adoro tu
nariz -la beso-, adoro tus ojos -los
beso por encima de la media- y adoro tu bonito pelo y, sobre todo, tu manerade gruñir y enfadarte conmigo.
Me siento sobre él, y cogiéndole las
manos, las pongo sobre mi cuerpo.
-Aunque algún día no me veas -
prosigo-, tus fuertes manos me podrán seguir tocando. Mi cuerpo se seguirá excitando ante tu roce y tu pene. ¡Oh, Dios, tu duro, alucinante, morboso y enloquecedor pene! -musito, excitado, mientras me aprieto contra él-. Será el que me haga jadear, enloquecer.
Las comisuras de sus labios se curvan. ¡Bien! Estoy consiguiendo que sonría. Con ganas de seguir, pongo en
sus manos la joya anal y murmuro, llevándola a su boca.
-Chúpala.
Hace lo que le pido y después guío
su mano hasta mi trasero y susurro cerca de su cara:
-Aunque algún día no me veas,
seguirás introduciendo la joya en, como dices tú, «mi bonito culo». Y lo harás porque te gusta, porque me gusta y porque es nuestro juego, cariño. Vamos, hazlo.
Taehyung, a tientas, toca mi trasero, y
cuando localiza el agujero de mi ano,
hace lo que le pido. Mete la joya anal,
mi cuerpo la recibe, y ambos jadeamos.
Excitado por lo que estoy haciendo, paseo mi boca por su oreja.
-¿Te gusta lo que has hecho,
cariño?
-Sí..., mucho -ronronea mientras
me aprieta con sus manos las nalgas.
Su deseo sexual crece por segundos.
Esto lo excita mucho, y mientras mueve la joya en mí, digo, deseoso de volverlo loco:
-Aunque algún día no me veas,
podrás seguir devorándome a tu antojo. Abriré mis piernas para ti y para quien tú me digas, y te juro que disfrutaré y te haré disfrutar de ello como lo haces siempre. Y lo harás porque tú guiarás. Tú tocarás. Tú ordenarás. Soy tuyo, cariño, y sin ti, nada de nuestro juego es válido porque a mí no me vale. -Taehyung
gime, y yo añado-: Vamos, hazlo. Juega conmigo.
Me bajo de su cuerpo y me tumbo a
su lado. Tiro de su mano y la coloco
sobre mí. A tientas, me toca; su boca,
desesperada, pasea por mi cuerpo, por mi cuello, mis pezones, mi ombligo, mi erección, y le guío hasta dejarlo justo entre mis piernas. Sin necesidad de que me lo pida, las abro para él.
-¿Más abiertas? -pregunto.
Taehyung me toca.
-Sí.
Sonrío, y me abro más.
En décimas de segundo me devora.
Su lengua entra, da toquecitos
que me hacen gritar y arquearme,
enloquecido. Me muevo. Jadeo.
Con fogosidad me agarra con sus manos los muslos y me menea a su antojo sobre su boca mientras yo, con mi mano, le toco el pelo y murmuro, gustoso:
-No necesitas ver para darme
placer. Para hacerme feliz. Para
volverme loco. Así..., cariño..., así.
Durante unos minutos, mi loco amor prosigue con su asolador ataque.
Calor..., calor..., tengo mucho
calor, y él me lo provoca.
En la oscuridad de la habitación, yo
lo observo. Con movimientos elegantes y felinos se mueve como un tigre sobre mí, devorando a su presa.
Él a mí no me puede ver. La oscuridad y la media que le he puesto alrededor de los ojos se lo impiden. Su respiración se acelera. Su boca busca la mía y me besa.
Instantes después, y sin hablar, con una de sus manos, coge su erección mientras con la otra toca mi húmeda entrada.
-Estoy empapado por ti, cariño -
le susurro al oído-. Sólo por ti.
Con desespero, guía su dura erección, hasta que con un certero movimiento se introduce en mí.
Los dos jadeamos.
Taehyung me agarra, se aprieta contra mí mientras menea sus caderas y yo apenas me puedo mover. Su peso me inmoviliza.
Me chupa el cuello. Yo a él le muerdo el hombro.
-Aunque algún día no me veas,
seguirás poseyéndome con pasión, con fuerza y con vitalidad, y yo te recibiré siempre, porque soy tuyo. Tú eres mi fantasía. Yo soy el tuyo. Y juntos, disfrutaremos siempre, cariño.
Taehyung no habla. Sólo se deja llevar por el momento. Y, cuando los dos
llegamos al clímax, me abraza y afirma:
-Sí, cariño, siempre.
.
Si ven alguna incoherencia xfa avisenme
[No se olviden de comentar y dejar sus estrellitas ^^]
x cierto,les invito a leer 90 Days que pronto estará siendo publicada en esta cuenta, un poco mas de morbo no viene nada mal 😌👌🏻
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro